Vídeo: Discutí Resistencia y creatividad en Guantánamo y el
sufrimiento de ex detenidos con Mansoor Adayfi
Andy Worthington
16.12.21
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 27 de diciembre de 2021
La semana pasada estuve encantado de ser parte de “Life After
Guantánamo,” (“La vida después de Guantánamo”) una discusión en
línea con Mansoor Adayfi, ex detenido, organizada por Justice for Muslims Collective
que también tenía la intención de juntar fondos para Mansoor, que, como la
mayoría de los ex prisioneros, sigue acosado por el “estigma” injustificable de
Guantánamo, que evita que tengan un trabajo pagado y puedan mantenerse ellos mismos.
La página de
recaudación de fondos en Facebook es por si puedes hacer un donativo,
aunque cierra en dos días. A la fecha, se han recaudado alrededor de $5,700
dólares de un objetivo ce $20,000 para cubrir el tratamiento médico de Mansoor,
sus colegiaturas y su trabajo como escritor y activista para el cierre de Guantánamo.
El evento, presentado por Maha Hilal, duró un poco más de una hora y el
vídeo está aquí. También lo integré abajo.
Mansoor es el autor, junto con Antonio Aiello, del justificadamente
aclamado libro Don’t Forget Us Here: Lost and Found at Guantánamo “No
nos olvides aquí: perdidos y encontrados en Guantánamo”, publicado en
agosto y finalmente tuve el placer de hablar con él acerca de aspectos de su
narrativa, cubriendo los 14 años que estuvo en Guantánamo antes de ser reubicado
en Serbia en el 2016, así como discutir el sufrimiento de los prisioneros
después de su liberación.
Particularmente quería destacar la resistencia de Mansoor a la
injusticia de Guantánamo, a la cual él y otros prisioneros, principalmente
jóvenes y yemeníes, soportaron por muchos años, causando la mayor cantidad de
interrupciones posibles, a través de huelgas de hambre, a través de
desobediencia persistente. Esto llevó a castigos regulares, golpizas violentas
y aislamiento prolongado, pero lo que deja claro el recuento de Mansoor es que
este grupo de doce hombres, descritos como “ojos rojos”, incluyeron por lo
menos cinco hombres que pagaron la resistencia con sus vidas: Yasser
al-Zahrani, Ali al-Salami y Mani al-Utaybi, que murieron
en junio del 2006, Muhammad Salih, quien murió
en junio del 2009 y Adnan Farhan Abdul Latif, que murió en septiembre del 2012.
Las muertes de estos cinco hombres fueron descritas por las autoridades
como suicidios, pero esas evaluaciones han sido robustamente desafiadas con los
años, particularmente por el sargento del
estado mayor Joseph Hickman quien estuvo de guardia la noche de las
muertes de junio del 2006, quien duda de la narrativa oficial y por el
investigador independiente Jeffrey Kaye
y pensé que era importante incluir la perspectiva de Mansoor sobre la poco
confiable narrativa oficial en relación a las muertes de sus amigos.
También le pedí a Mansoor que hablar acerca de la vez en la que la
expresión creativa floreció en Guantánamo después de que Barack Obama se
hiciera presidente, cuando, por un periodo corto de tiempo, a los prisioneros
viviendo comunalmente en el Campamento 6 (que, en ese momento, incluía a Mansoor) se
les permitió tomar clases de arte y eso finalizó convirtiendo al bloque de la
prisión en una galería de arte viviente. También discutimos cómo dos de esos
artistas Moath al-Alwi,
que crea embarcaciones extraordinarias con materiales reciclados y Khalid Qassim,
uno de
los amigos más cercanos de Mansoor siguen detenidos, entre los 14
“prisioneros siempre” que quedan (de los 39 hombres
que siguen detenidos ahí) que jamás han sido aprobados para ser liberados a
pesar de no haber sido acusado de ningún delito o haber sido enjuiciados. (De
los otros 25 hombres, 12 nunca han sido acusados o han atravesado el proceso de
comisiones militares, mientras que los otros 13, incluido el mentor de Mansoor
en Guantánamo Saifullah
Paracha ha sido aprobado para ser liberado pero siguen detenidos).
“Enemigos combatientes”
Mansoor y yo también discutimos la situación difícil para los prisioneros después de su liberación de Guantánamo, que no solo
afecta al propio Mansoor — por eso la necesidad de recaudar fondos — sino de cada detenido liberado de Guantánamo.
Cuando impulsé este evento la semana
pasada, me di cuenda de cómo, como explicó el Guardian en una entrevista
con Mansoor en agosto en Serbia “Él sigue siendo considerado como un terrorista
y sus ambiciones han sido frustradas. Se dio cuenta que hacer amigos es difícil
porque la gente teme que la asocien con él, un tabloide imprimió dos hojas
llamándolo terrorista y sus conocidos han sido interrogados sólo por conocerlo.
No puede tener un trabajo. No puede dejar el país o manejar. No tiene atención
médica. La relación con la mujer que amaba terminó cuando le negaron el
documento de viaje para visitarla”.
La verdad bruta, sin embargo, es que todos los ex prisioneros han
quedado manchados por Guantánamo como “enemigos combatientes” a quienes se les
puede negar pasaportes, viajar, que pueden ser acosados en cualquier forma, sin
recursos legales para retar estas violaciones de su libertad, porque es
arbitrario y porque no hay documentos legales vinculantes en ningún lado que
codifique sus derechos como seres humanos.
Como discutimos Mansoor y yo, aunque a algunos ex prisioneros
repatriados se les ha permitido retomar sus vidas sin demasiada interferencia y
algunos reubicados en terceros países han sido acogidos bien (típicamente,
aquellos reubicados en países de Europa del oeste o en países del Golfo como
Omán), muchos otros han continuado a sufrir acoso arbitrario y otras
humillaciones. Los ejemplos más alarmantes son los hombres reubicados en los EAU
entre 2015 y 2017 (incluyendo 18 yemeníes y un ruso) a quienes les dijeron que
serían rehabilitados y que se les permitiría retomar sus vidas, pero, en lugar
de eso, terminaron encarcelados en circunstancias que por lo menos eran tan
malas como lo que dejaron atrás en Guantánamo.
El ruso Ravil Mingazov sigue ahí, amenazado
con una repatriación forzosa a Rusia aunque enfrenta tortura y otro trato
abusivo si es enviado a casa, mientras que los yemeníes han sido repatriando
a la fuerza a Yemen en meses recientes. Solo el mes pasado, nos enteramos
de que uno de estos hombres, que sufre de problemas de salud mental graves,
había sido secuestrado en un punto de revisión en Sana’a y está siendo detenido
en un lugar secreto y justo antes del evento del martes Mansoor también
hizo público el hecho de que otros
dos repatriados que
regresaron de los EAU también fueron secuestrados y sus paraderos son desconocidos.
Estados Unidos ha fallado completamente en monitorear adecuadamente las
circunstancias post liberación de estos hombres y de otros, en casos demasiado
numerosos para enlistar aquí, pero lo que apuntan estas historias es hacia la
necesidad de que haya algún organismo que haga un llamado para hacer
responsable al gobierno de Estados Unidos. Es mi intención establecer este tipo
de organismo en un futuro cercano, para recopilar casos específicos y
publicarlos, con el objetivo final de lograr que EE.UU. deje de etiquetar a
quienes han estado detenidos en Guantánamo como “enemigos combatientes” y
restaurar sus derechos como seres humanos.
No me hago ilusiones acerca de que esto será una larga lucha cuesta
arriba, pero no tengo duda alguna de que es un proyecto necesario, con un
objetivo a largo plazo de asegurar disculpas oficiales y compensaciones. Si
esto es algo que te interesa, y estoy particularmente interesado en escuchar de
recaudadores de fondos, administradores, cineastas y asesores legales,
entonces, por favor ponte en contacto.
Y mientras tanto, si puedes, ayuda a estos ex detenidos haciendo una donación
a Mansoor. Él merece tu apoyo.
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