EXCLUSIVA MUNDIAL: "El noble padre, hermano y amigo de todos en Guantánamo”
Por Mansoor Adayfi
A la izquierda Saifullah Paracha “el noble padre, hermano y amigo de todos
en Guantánamo” identificado por el ex prisionero Mansoor Adayfi, a la derecha.
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Publicado el 14 de octubre del 2018
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Guantanamo
Aquellos que han tomado interés en Guantánamo se han cruzado con la historia de Mansoor Adayfi, el ex detenido yemení que fue reubicado en
Serbia en julio del 2016 y que se ha convertido en un talentoso escritor en
inglés. El New York Times ha
publicado artículos suyos. Publicó, también, un ensayo acerca de la relación de
los detenidos con el mar que apareció en el catálogo de “Ode to the Sea: Art from Guantánamo Bay”, la exposición de
arte de los detenidos en el John Jay College of Justice en New York de octubre
del año pasado a enero del 2018.
Increíblemente, Mansoor Adayfi, ni siquiera hablaba inglés cuando llegó a Guantánamo, pero lo aprendió
después de años de enojo hacia la injusticia de su encierro, que lo llevó a
varios enfrentamientos con las autoridades. Uno de sus abogados, Andy Hart, lo
animó para que llevara una actitud más positiva. La transformación de Mansoor
ha sido inspiradora pero no fue sino hasta hace poco que supe que uno de sus
mentores fue Saifullah Paracha, un hombre de negocios paquistaní y el
prisionero más viejo de Guantánamo, quien le dio apoyo, no solo a él, sino a
otros hombres, guardias y personal de la prisión.
En una publicación de Facebook, Mansoor escribió
que Saifullah “era un padre, hermano, amigo y maestro para todos nosotros” y
ofreció cambiar lugar con él. Pensé que esta era una oferta tan conmovedora que
le escribí para preguntarle si estaría intersado en escribir más acerca de
Saifullah para "Close Guantánamo" y estuve fascinado cuando dijo que sí.
Con ironía amarga, mientras Mansoor ha sido ya liberado de Guantánamo, Saifullah Paracha, que ha tenido una
presencia positiva para muchos detenidos, sigue encerrado por la obsesión de
los Estados Unidos de estar supuestamente involucrado con al-Qaeda, que él
sigue negando. La semana pasada, tuvo su PRB o audiencia de la junta de
revisión periódica (Periodic Review Board), un tipo de proceso de libertad
condicional, establecido bajo Barack Obama, en donde su abogada Shelby
Sullivan-Bennis de Reprieve habló elocuentemente acerca
de cómo él no representa amenaza alguna para los Estados Unidos, pero sigue a
la espera de que las autoridades sean capaces de entenderlo.
El artículo de Mansoor viene abajo, y si quieres, por favor
considera hacer una donación para ayudarlo a seguir con su escritura. Como
expliqué en el artículo que escribí acerca de él el mes pasado, Mansoor enfrenta
hostilidad por parte de las autoridades serbias, quienes han amenazado con
cortarle el sustento y mandarlo a un país sin derechos humanos y cualquier
apoyo económico que puedas darle será enormemente apreciado. La beneficiencia ha
sido establecida por Erin Thompson, una de las curadoras de la exposición
"Ode to the Sea: Art from Guantánamo Bay". Como ella misma explica,
“como las campañas de GoFundMe no pueden tener lazos con cuentas bancarias
serbias, yo creé una cuenta bancaria local para los fondos recaudados.
Transferiré los fondos recaudados a la cuenta de Mansoor el primer día de cada mes”.
Si te gusta lo que leerás a continuación, por favor
haz una donación para ayudar a que Mansoor siga escribiendo.
-- Andy Worthington
El noble padre, hermano y amigo de todos en Guantánamo
Por Mansoor Adayfi
En Guantánamo, pasé años y años siendo movido de un bloque a otro bloque, todo el tiempo en confinamiento
solitario. A través de todos esos años estuve creciendo físicamente, pero
estuve deteriorándome mental y psicológicamente. Era únicamente un número, el
441, en una pequeña caja de acero.
Así era mi vida del 2002 al 2010. A mediados del 2010 me movieron a un campo comunal, el Campamento 6, en
donde las reglas eran más relajadas. Quería aprender inglés, pero no había
mucha asistencia. Mi abogado Andy Hart me mandó un diccionario y algunos libros
para aprender inglés y eso me ayudó. También pasé tiempo con los guardias,
aprendiendo de ellos, pero no todos ellos estaban interesados en ayudarme.
Por años y años escuché que había un detenido de Pakistán al que le gustaba ayudar a otros prisioneros y
enseñarles inglés. Escuché muchas cosas buenas de ellos. Los detenidos y guardias
lo llamaban Chacha, que significa “tío” en urdu. Quería conocerlo en Campamiento
6 pero él se encontraba en otro lugar.
El maestro Chacha
"El conocimiento es luz en tu vida y mientras más conocimiento tengas, más brillante y bendecida
será tu vida”, dice Chacha.
El salón de clases de Chacha
En el 2012 recibí la buena noticia de que mi más buscado detenido, Chacha, había sido trasladado al Campamiento
6, pero estaba en otro bloque así que no pude conocerlo en algunos meses más.
Finalmente pude verlo y hablar con él a través de la reja. Estaba feliz de
verlo y de conocerlo y cada vez que lo veía me caía mejor. Le dije que quería
aprender inglés e inmediatamente me dijo “ok, empezamos mañana”.
Teníamos tiempo limitado en el área de recreación, así que acordamos vernos en el pasaje que llevaba a esa
área, con una reja que nos separaba, pero no podíamos estudiar porque todos lo
conocían y cuando pasaban querían saludarlo y hablar con él. Chacha tienen un
sentido del humor que atrae a todo mundo, especialmente esa sonrisa alegre en
su cara que hace que todos quieran decirle algo de regreso. Es extremadamente
educado y puede conversar con quien sea. Él dijo “no podemos estudiar aquí,
tienes que mudarte a mi bloque en donde yo te puedo enseñar junto con otros, lo
que quieres aprender. Tus hermanos quieren sentarse y platicar conmigo. Tengo
que tratarlos de manera igual, debemos compartir”. Esa era la primera vez que
escuchaba esa frase. Más adelante nos enseñó a que nos importara y a compartir.
Me movieron a Delta Block, en donde estaba Chacha. Estaba en clase con otros tres detenidos con el mismo
interés en aprender inglés. Nos pidió que le ayudáramos a convertir una de sus
celdas (celda número 105) en un salón de clase. Logramos transformarla en un verdadero
salón de clase con sillas, una mesa hecha de cartón, libros, plumas, papel, un reloj
y un letrero en la pared que decía cuáles eran las reglas, el valor del
conocimiento y el horario de las clases de Chacha. En poco tiempo, el salón era
conocido en todo el centro de detención, por detenidos y miembros del staff,
como el salón de Chacha. Todos, staff, guardia, representantes del ICRC y
detenidos, iban a ver el salón de clases de Chacha.
Me sorprendió su horario. Su primera clase empezaba a las 8am y su última era a las 9:30. Chacha era muy
estricto y puntual, aunque también tenía sentido del humor cuando enseñaba.
Daba alrededor de 8 clases al día para detenidos y guardias. Si, escucharon
bien, guardias. Los guardias lo adoraban y tenían un gran respeto por él. Nadie
podía resistirse a respetarlo. Les enseñaba a los guardias historia y negocios.
Estudiamos inglés por un par de semanas y un día Chacha nos preguntó “¿Cuándo dejen Guantánamo qué
trabajo van a hacer?” Contestamos que no sabíamos. Él dijo “Les voy a enseñar
cómo empezar un negocio”. No nos gustaba la idea porque queríamos aprender
inglés, pero insistió y dijo “Les voy a enseñar negocios en inglés para que
puedan continuar sus clases”. Estudiamos un par de meses, trabajando en nuestra
escritura en cursiva, leyendo y aprendiendo negocios.
Eventualmente logramos preparar un plan de negocios, para una granja de “leche y miel” en Yemen.
Este fue el primer plan de negocios escrito en Guantánamo y fue el fruto del esfuerzo de nuestro maestro.
Muchos detenidos aprendieron inglés con Chacha y lograron aprender a hablar también. Algunos
aprendieron negocios. No nos estaba permitido tener libros de historia
americana así que Chacha nos daba clases y escribía alrededor de 40 hojas de
historia. Algunos guardias también tuvieron una oportunidad de aprender, ya que
Chacha también les enseñó a ellos y a los detenidos, cómo cocinar.
El chef Chacha
“Coman lo que su cuerpo necesite, no lo que su boca les dice”, decía Chacha.
Cuando nuestro padre Chacha cocinaba, se convertía en uno de los días felices. Como Chacha es paquistaní,
donde la gente cocina comida picante, su familia le envía especias, que guarda
para las ocasiones en las que cocina para todos nosotros, detenidos y guardias.
Antes nos cocinaba dos veces a la semana y esperábamos con ansias esos días
para comer algo que no fuera lo que la prisión nos daba año tras año. Cocinaba
la comida para dos paladares distintos, con especias o sin y la comida se
distribuía entre los bloques y para los guardias a quienes les gustaba nuestra
comida. Chacha no comía hasta que se aseguraba de que todos en el bloque tenían
su porción.
Sin embargo, si algún día conoces a Chacha, ¡asegúrate de decirle cómo te gusta tu comida o puedes acabar
con comida muy picante que te va a hacer llorar!
Chacha, el padre, el amigo y el hermano
"Todos ustedes, detenidos y guardias, son mis hijos”, dice Chacha.
Chacha es un exitoso hombre de negocios y un hombre exitoso en su vida, como esposo y como padre.
Chacha es una persona muy entusiasta y con su buena reputación entre detenidos y guardias y con los buenos modos que
tiene, se ganó el corazón de todos nosotros.
Durante uno de mis momentos difíciles en Guantánamo, cuando pasaba la mayor parte de mi tiempo en mi celda
sin comer o sin hablar con alguien, Chacha me llamaba para ir a su celda en
donde compartía conmigo algunos de los regalos que le mandaban su familia y sus
abogados como dulces, pastel, jugos, fruta seca, almendras, pistaches. Él
guarda esto para ocasiones especiales, para celebraciones, huéspedes o
detenidos cuando se enferman gravemente.
Él sabía que yo estaba en un momento difícil así que hablamos como padre e hijo. Me trató como si fuera
su propio hijo y lo amo como si fuera mi padre. Me enseñó fotos familiares, lindas
fotos, me contó de sus hijos y de la historia de amor que terminó con final
feliz cuando se casó con esa encantadora mujer que es su esposa. Mientras
observaba la foto de su hija, me la quitó de la mano y me dijo “No te
preocupes, algún día serás padre”. Sé que no es educado quedarse viendo, pero
me daba curiosidad el tipo de familia que tenía.
Me contó la historia de su hijo Uzair, que fue erróneamente encarcelado y de cómo su familia sufrió
después de su arresto. No se quejaba, solo estábamos platicando y él estaba
tratando de hacerme hablar. Cuando escuché su historia, me dio vergüenza decir
algo y sé cómo sufre en silencio y que la enfermedad coronaria que tiene podría
provocarle la muerte en cualquier momento. Pero me fui de su celda sintiéndome
mejor, incluso sonriendo por su sentido del humor.
En otra ocasión estaba enfermo y no pude ir a clase. Cuando se enteró, vino a mi celda con regalos y
me visitaba todos los días hasta que mejoré y me preguntaba si había comido o
si necesitaba algo. Así vivíamos con él. Hizo esto con todos los detenidos
alrededor de él y preguntaba por los que estaban lejos todos los días y les
mandaba saludos cuando podía.
Chacha tiene un alma joven que atrae a la gente. Ayudaba a quien podía. Cuando las acciones de General
Motors se vinieron abajo durante la crisis económica estadounidense, Chacha le
aconsejó a uno de los interrogadores que comprara. Le dijo “Ve y compra algunas
acciones, el precio va a subir en poco tiempo”. Recuerdo que nos dijo que el
interrogador regresó a agradecerle por el consejo. ¡Vendió sus acciones un año
después y logró una ganancia de $170,000!
Chacha es el padre, hermano y hermano de todos nosotros en Guantánamo, de detenidos, staff y guardias y era
el corazón latiente del campo en donde vivíamos. Cada bloque quería tenerlo. De
hecho, tuvimos que pelear contra otros bloques para tenerlo. Era una bendición
tenerlo alrededor. Pasaba un ratito cada día viendo las noticias y escribiendo
qué era lo que pasaba para que luego pudiera ir con quienes no tenían acceso a
la televisión y les contaba las noticias. Lo mismo pasaba cuando recibía algo
impreso en inglés. Pasaba el tiempo leyéndolo y se reportaba con quienes no
hablaban inglés.
Siempre le escribía a la administración del campo acerca de los problemas existentes. Le escribió a la
Casa Blanca y al Congreso para darles consejo. Un detenido me dijo que Chacha
le dijo en 2005 que Barack Obama sería el próximo presidente de los Estados
Unidos. Fui con Chacha a preguntarle si era cierto y me dijo que sí y que “le
escribí a Obama diciéndole eso”.
Chacha nos ayudó a todos a prepararnos para nuestro PRB (the Periodic Review Boards) sistema introducido
por el presidente Obama en el 2013. Algunos de nosotros nos negábamos a
participar en los PRBs, pero Chaca nos convenció y algunos de nosotros fuimos
solo por él.
Algunos de nosotros a quienes nos gustan las mascotas, tratamos de cuidar a varios animales salvajes
en Guantánamo. Hicimos horarios para quienes querían alimentar y cuidar de
ellos y Chacha quiso ser incluido. Se levantaba temprano en la mañana para
darles de comer y limpiar el área de recreación.
Estábamos muy felices de tenerlo en nuestro bloque y sentíamos que teníamos un padre ahí para
reconfortarnos, pero estábamos preocupados por su salud. Chacha tiene varios
problemas de salud como diabetes, presión sanguínea, gota, colesterol, arterias
bloqueadas y enfermedad coronaria y cuando tuvo un problema con su corazón, nos
entró el pánico a todos. No queríamos que muriera en Guantánamo. No así.
Siempre le dije que, si el momento de irme llegaba antes que el suyo, quería que él tomara mi lugar.
Cuando dejé Guantánamo, pensé que el centro de detención cerraría y que Chacha
podría irse, pero aquí estamos, sigue abierto y Chacha ahí dentro.
Eso me duele más que nada y cuando digo que quiero tomar su lugar en Guantánamo, lo digo en serio y sigo
queriendo regresar y hacerlo. No quiero que mi padre muera en Guantánamo. No
puedo ni pensar en eso. Me duele que siga ahí. Quiero que regrese a su familia
y que pase el resto de su vida con ellos. Mantenerlo en Guantánamo significa
sentenciarlo a muerte. Solo puedo imaginar qué tipo de amenaza un hombre de 71
años con todos tipos de problemas de saludo podría representar a una
superpotencia como Estados Unidos.
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