Actualización: Los demócratas de la Cámara de
Representantes no actúan en Guantánamo, Irak o el espionaje nacional
05 de agosto de 2007
Andy Worthington
A pesar de las afirmaciones hechas la semana pasada por el representante demócrata John Murtha
de que presentaría enmiendas al colosal proyecto de ley de Asignaciones de
Defensa de la administración (véase el artículo aquí),
la Cámara de Representantes se dio la vuelta anoche y aprobó la legislación
propuesta por 395 votos a favor y 13 en contra, y Murtha, que en realidad había
preparado las enmiendas para cerrar Guantánamo en un plazo de seis meses, y
para exigir que las tropas estén totalmente entrenadas y equipadas antes de ir
a luchar a Irak, las retiró, según Theday.com, porque "se enfrentaba a la
perspectiva de perder votos e inflamar las tensiones partidistas".
Poniendo de relieve la falta de carácter general de los demócratas -y también indicando cómo los
políticos de todos los colores siguen dejándose influir por la paranoia
belicosa y xenófoba del Presidente-, la Cámara de Representantes también siguió
el liderazgo establecido en el Senado
el viernes, aprobando, por 227 votos a favor y 183 en contra, los planes del
Presidente de "ampliar las capacidades del gobierno para espiar sin orden
judicial a sospechosos extranjeros cuyas comunicaciones pasen por Estados
Unidos, y eligiendo así la retórica hueca -la metronómica declaración de Bush
de que "Proteger a América es nuestra obligación más solemne"- frente
a temores más racionales, expresados por muchos de los demócratas y también por
grupos de defensa de las libertades civiles, de que el proyecto de ley "va
demasiado lejos, permitiendo posiblemente al gobierno intervenir las
comunicaciones de residentes en EE.UU. con partes extranjeras sin la adecuada
supervisión de los tribunales o del Congreso", y de que "no se limita
a los sospechosos de terrorismo y podría tener aplicaciones más amplias".
Los demócratas disidentes consiguieron al menos algunas concesiones en las negociaciones de
principios de semana, insistiendo en que cualquier propuesta de nuevas escuchas
debe ser aprobada no sólo por el desvelado fiscal general Alberto Gonzales,
sino también por el director de inteligencia nacional, pero en general hubo
poco entusiasmo por las preocupaciones expresadas por la representante Zoe
Lofgren (D-Calif.), quien declaró durante el debate que precedió a la votación:
"Este proyecto de ley otorgaría al fiscal general la capacidad de
intervenir las comunicaciones telefónicas de cualquier persona, en cualquier
lugar y en cualquier momento, sin revisión judicial y sin ningún tipo de
control. Creo que esta medida injustificada y sin precedentes sencillamente
evisceraría la 4ª Enmienda", que, como dijo Associated Press,
"prohíbe los registros e incautaciones irrazonables".
Ahora, cualquier enfrentamiento entre los demócratas y la Administración tendrá que esperar
hasta después del receso estival, cuando la financiación del Presidente para
Irak y Afganistán en 2008 se someta a escrutinio, y los "aumentos" y
"calendarios de retirada" vuelvan a ser objeto de pronunciamientos
semiescrutables con demasiadas subcláusulas. Estoy impaciente.
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