Los abogados temen por el "preso para siempre" de Guantánamo
Sharqawi Al-Hajj "tras el rápido deterioro de su salud y sus declaraciones
suicidas"
01 de septiembre de 2019
Andy Worthington
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Pardiss Kebriaei, del Center for Constitutional Rights (CCR), representando a su
cliente Sharqawi al-Hajj frente a la Casa Blanca el 11 de enero de 2018, 16º
aniversario de la apertura de la prisión de Guantánamo. (Foto: Shelby Sullivan-Bennis).
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Noticias inquietantes del Center for Constitutional Rights
(CCR), con sede en Nueva York, que informa de que uno de sus clientes de
Guantánamo, Sharqawi al-Hajj,
"declaró en una llamada reciente con su abogado que quería quitarse la
vida". CCR describió esto, en un
comunicado de prensa, como "una primicia" en la larga
representación de CCR de al-Hajj, añadiendo que sus abogados han respondido a
ello "con la mayor seriedad."
Según explican además, "sus declaraciones suicidas siguen a un deterioro constante y observable
de su salud física y mental sobre el que su equipo legal lleva dando la voz de
alarma desde hace dos años. Están controlando su estado lo mejor que pueden, y
proporcionarán cualquier información adicional tan pronto como puedan."
En una elocuente declaración, los abogados de CCR afirmaron: "Cuando las cosas se
encuentran en un estado de crisis perpetua, como parece ocurrir hoy en día, es
fácil perder de vista lo extrema que es una situación y volverse insensible a
ella. Hemos perdido de vista lo extrema que es la situación en la prisión de
Guantánamo. Nos hemos insensibilizado ante ella".
Y añaden: "Todos los prisioneros llevan casi dos décadas en algún tipo de cautiverio, desde el
comienzo de una guerra en Afganistán que fue hace tanto tiempo que cuenta como
historia para la gente que ahora está en la universidad". Cuando llegaron
por primera vez a Guantánamo, los prisioneros fueron empujados desde aviones,
cogidos por el cuello y arrojados a jaulas. Otros llegaron más tarde, después
de años en instalaciones clandestinas de la CIA, donde fueron maltratados de
las formas que se han documentado en decenas de informes y testimonios. Además
de ese trato, la mayoría de los que siguen detenidos lo están sin cargos y permanecerán
en ese limbo hasta donde les alcance la vista. Esa cualidad de la detención -la
indefinición- tiene sus propios efectos crueles, física y psicológicamente".
Sharqawi al-Hajj, ciudadano yemení de 45 años, está detenido sin cargos ni juicio por Estados
Unidos desde que fue capturado en una redada domiciliaria en Karachi, en
Pakistán, hace más de 17 años, el 7 de febrero de 2002. Poco después de su
captura, fue trasladado en avión a Jordania, donde fue torturado en nombre de
Estados Unidos, junto con un número aún indeterminado de otros prisioneros de
la "guerra contra el terror". De su estancia en Jordania ha declarado
que fue sometido a "torturas e interrogatorios continuos durante dos
años" y que le "mostraron miles de fotos" de personas que Estados
Unidos quería que identificara.
Estuvo recluido en Jordania casi dos años, hasta que, en enero de 2004, lo trasladaron en avión a
Afganistán, donde permaneció cuatro meses en la brutal "Prisión
Oscura" de la CIA, que él describió como "un lugar oscuro como el
carbón, con sonidos aterradores extremadamente fuertes". En mayo de 2004,
fue trasladado a la prisión estadounidense de la base aérea de Bagram, donde
permaneció hasta que fue trasladado en avión a Guantánamo con otros presos de
la CIA el 19 de septiembre de 2004.
Al-Hajj también es conocido como Riad el Facilitador y se le acusa de haber sido uno de los
principales facilitadores de Al Qaeda. Sin embargo, desde su llegada a
Guantánamo hace 15 años, nunca se le ha sometido a juicio ante una comisión
militar, a pesar de que el Grupo de Trabajo para la Revisión de Guantánamo, un
proceso de revisión interinstitucional de alto nivel establecido por el
presidente Obama poco después de su toma de posesión en 2009, recomendó su
procesamiento. En cambio, en 2013, él y otros 17 presos recomendados
originalmente para su procesamiento -así como otros 46 hombres a los que el
grupo de trabajo recomendó su encarcelamiento continuado sin cargos ni juicio-
fueron puestos a disposición de las Juntas de
Revisión Periódica, un proceso similar al de la libertad condicional que
acabó aprobando la puesta en libertad de 38 hombres antes de que Obama dejara
el cargo.
Al-Hajj, sin embargo, fue uno de los 26 hombres a los que los PRB recomendaron su encarcelamiento
continuado en lugar de su liberación, lo que llevó a que los principales medios
de comunicación estadounidenses los describieran, en un raro momento de
iluminación, como "presos para siempre." Bajo el mandato de Donald
Trump, los PRB han seguido revisando los casos de los presos, pero desde que
Trump asumió el cargo no se ha aprobado la puesta en libertad de ninguno de
ellos. Los presos -al-Hajj incluido- han respondido
negándose a participar en los PRB, concluyendo correctamente que son una
pérdida de tiempo bajo un presidente que declaró,
incluso antes de asumir el cargo, que "no debería haber más liberaciones
de Guantánamo."
En enero de 2018, los abogados de once presos -incluido al-Hajj- presentaron
una petición de hábeas corpus ante el Tribunal de Distrito de Washington,
D.C., en la que afirmaban que, "dada la proclamación del presidente Donald
Trump contra la liberación de cualquier peticionario -impulsada por la
arrogancia ejecutiva y la animadversión cruda en lugar de por la razón o las
preocupaciones de seguridad nacional deliberativas-, estos peticionarios pueden
no salir nunca vivos de Guantánamo, en ausencia de intervención judicial."
Aún no se ha dictado sentencia en ese caso, pero el verano pasado un abogado del gobierno afirmó que
los presos restantes podrían permanecer detenidos durante cien años, si el
gobierno consideraba que el conflicto en relación con el cual fueron
aprehendidos -la supuestamente interminable "guerra contra el
terrorismo" mundial- duraba ese tiempo.
En respuesta a la llamada telefónica con al-Hajj, CCR ha programado una conferencia de estado
urgente con el juez Royce C. Lamberth, en relación con la petición de hábeas de
al-Hajj, el próximo viernes 6 de septiembre de 2019.
La urgencia no deja lugar a dudas. Como explica CCR, el cuerpo de al-Hajj "está tan agotado por
todo -tortura previa, dolor crónico, repetidas huelgas de hambre como única
forma autónoma de protesta que ha tenido- que expertos médicos externos dicen
que corre el riesgo de un colapso total."
A esto se añade ahora lo que CCR llama "la primera vez" que "ha hablado con seriedad y
especificidad sobre el suicidio". Como explican a continuación, "los
detenidos han muerto o han estado a punto de morir en Guantánamo en otras
ocasiones. Cuando lo han hecho, la respuesta del gobierno ha sido tomar medidas
drásticas con secretismo, o restar importancia a la gravedad de la salud de los
detenidos al borde de la muerte, o, en el caso de suicidios aparentes,
distorsionar esos actos desesperados como una forma de guerra."
También afirman: "Guantánamo era un sistema diseñado para doblegar a la gente. Y está
funcionando. El desesperado estado del Sr. Al Hajj debería despertarnos de una
vez por todas a la realidad de que está podrido hasta la médula. Algunos dirán,
como han hecho miembros del Congreso como Tom Cotton, que hay que dejar que los
detenidos se pudran en Guantánamo. Los demás debemos preguntarnos qué estamos
dispuestos a aceptar".
En el caso de al-Hajj, CCR señala que "nunca ha recibido un tratamiento adecuado de salud mental
por los efectos de su tortura" y, además, "sufre desde hace años
graves síntomas físicos, como dolores abdominales y urinarios agudos, debilidad
y fatiga extremas e ictericia recurrente, que se ven agravados por sus
repetidas huelgas de hambre."
En 2017, como
informé en su momento, los expertos médicos temían que estuviera en peligro
de "daño irreparable inminente" y "al borde del colapso corporal
total", después de que "cayera inconsciente tras una huelga de hambre
durante la cual dejó de beber agua, y requiriera hospitalización de
urgencia." En esa ocasión, CCR presentó una
moción de urgencia ante un juez federal solicitando una evaluación médica
independiente y la entrega del historial médico de al-Hajj", pero esa
moción desapareció en un vacío legal -o, como CCR dijo, de forma mucho más
caritativa, "aún no se ha dictado sentencia".
Tratados con total desprecio por el presidente, abandonados por el gobierno y desatendidos por los
tribunales, los presos de Guantánamo siguen siendo la vergüenza olvidada de
Estados Unidos. Esperemos que, en el caso de Sharqawi al-Hajj, el Tribunal de
Distrito de Washington, D.C. reconozca su responsabilidad de actuar.
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