Trump dice que EE.UU. retendrá a migrantes en Guantánamo
El presidente de Estados Unidos instruyó a los Departamentos de Defensa y Seguridad Nacional a que preparen el lugar donde
podrían albergar a unas 30.000 personas migrantes.
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La base de la Marina estadounidense en la bahía
de Guantánamo, Cuba, en 2023. Crédito ... Marisa Schwartz Taylor/The New York Times
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Por Hamed Aleaziz y Carol Rosenberg
Hamed Aleaziz reportó desde Washington y Carol Rosenberg reportó desde la bahía de Guantánamo, Cuba.
The New York Times
29 de enero de 2025
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El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a su gobierno que se preparara para
alojar a decenas de miles de “extranjeros criminales” en la base naval de
Guantánamo, la medida más reciente de su campaña contra la migración.
Trump no dio detalles sobre cómo se concretaría el plan, pero dio instrucciones a los Departamentos de
Defensa y Seguridad Nacional para que preparen el lugar.
“Tenemos 30.000 camas en Guantánamo para detener a los peores delincuentes ilegales que amenazan al
pueblo estadounidense”, dijo. “Algunos de ellos son tan malos que ni siquiera
confiamos en los países para retenerlos, porque no queremos que vuelvan, así
que vamos a enviarlos a Guantánamo”.
Dijo que la medida “duplicaría inmediatamente nuestra capacidad”, y añadió que Guantánamo era un
“lugar del que es difícil salir”.
En las últimas semanas, alrededor de 40.000 personas migrantes han sido recluidas en centros de
detención privados y cárceles locales de todo Estados Unidos, ya que las
restricciones de financiación han limitado el número de centros de detención.
Añadir 30.000 camas ampliaría de manera significativa la capacidad de detención del gobierno. Un
emplazamiento en la base de 117 kilómetros cuadrados podría albergar a esos
30.000 deportados. Ese lugar está en el lado opuesto de la masa de agua llamada
bahía de Guantánamo del centro de detención del Pentágono para sospechosos de terrorismo.
Gestiones presidenciales sucesivas han preparado campos en una sección lejana, cerca del aeródromo pero
lejos del centro de población, para alojar a decenas de miles de emigrantes en
una extensa ciudad de tiendas de campaña.
La infraestructura se creó a partir de mediados de la década de 2000 para albergar a cubanos y otras
personas de la región que habían sido interceptadas mientras huían de sus
países. La gestión Clinton había encomendado esta función a Guantánamo en la
década de 1990. Se concibió como una operación de ayuda humanitaria.
No quedó claro de inmediato cómo se dotaría de personal y seguridad a una operación de este tipo bajo el
mandato de Trump, ni qué derechos tendrían los deportados en Guantánamo, si es
que tendrían alguno. Los grupos de defensa de las libertades civiles expresaron
su preocupación.
Vincent Warren, director ejecutivo del Centro de Derechos Constitucionales, dijo que la orden de Trump
enviaba un mensaje sombrío de que “los migrantes y los solicitantes de asilo
están siendo considerados como la nueva amenaza terrorista, merecedores de ser
descartados en una prisión en la isla, privados de servicios y apoyos legales y sociales”.
El memorándum de Trump pedía ampliar el Centro de Operaciones para Migrantes, que actualmente
ocupa un antiguo cuartel pequeño que ha tenido capacidad para hasta 120
migrantes, pero que en los últimos años ha albergado como mucho a decenas de
migrantes a la vez. Está cerca de campos vacíos que podrían transformarse en
una ciudad de tiendas de campaña.
Tom Homan, zar fronterizo de Trump, dijo el miércoles a los periodistas a las puertas de la Casa Blanca
que algunos migrantes podrían ser trasladados en avión a la isla, y que la
operación correría a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, conocido
como ICE.
“A lo peor de lo peor, a las amenazas importantes para la seguridad pública, podemos llevarlos en
avión”, dijo.
El ejército estadounidense y las fuerzas de Seguridad Nacional han ensayado periódicamente cómo gestionar una
crisis migratoria en el lugar.
En la década de 1990, la base se vio desbordada por más de 45.000 personas que huían de las
crisis de Haití y Cuba. Se les alojó en ciudades rudimentarias de tiendas de
campaña en la parte poblada de la base, incluso en el actual emplazamiento del
centro de detención del Pentágono para detenidos en la guerra contra el
terrorismo. En la actualidad, ese centro alberga a 15 prisioneros y cuenta con
800 soldados y civiles.
A partir de la gestión de George W. Bush, el gobierno dimensionó el espacio para una futura
operación de ayuda humanitaria en el lado mayoritariamente vacío de la base.
Durante los simulacros semestrales de una operación de ayuda humanitaria, el Mando Sur
suele enviar por avión a unos cientos de soldados del Fuerte Sam Houston, en
San Antonio, para que desempeñen distintos papeles.
El lugar propuesto para los campamentos de tiendas de campaña podría rodearse con alambre de púas, como
hizo el ejército con los campamentos de tiendas de campaña en la década de
1990, que albergaban tanto a familias como a hombres solteros.
Deborah Fleischaker, funcionaria del ICE durante el gobierno de Joe Biden, dijo que detener a
personas migrantes en la base sería especialmente difícil.
“Guantánamo es muy pequeño y está muy alejado”, dijo, utilizando el apodo con el que el ejército designa
el lugar. “Mover materiales y personas dentro y fuera sería una pesadilla
logística. Y la decisión de quienes estarían recluidos allí es muy importante.
¿Solo hombres? ¿Mujeres y niños? Si hay mujeres y niños, los problemas de
alojamiento se hacen aún más difíciles”.
En la última semana, el gobierno de Trump ha emprendido una amplia campaña contra la migración, que
incluye detenciones en comunidades de todo el país. Trump ha prometido llevar a
cabo un esfuerzo histórico de deportación masiva, pero un plan así necesitaría
una mayor capacidad de detención y más recursos.
Desde finales de la década de 1990, unos 500 migrantes han sido reubicados en terceros países desde Guantánamo.
“Guantánamo es un agujero negro diseñado para escapar al escrutinio y con un oscuro historial de
condiciones inhumanas. Es un intento transparente de evitar la supervisión
legal que fracasará”, dijo Lucas Guttentag, funcionario del Departamento de
Justicia en el gobierno de Biden, quien en su momento dirigió la demanda sobre
los refugiados haitianos recluidos en el lugar.
Erica L. Green colaboró con reportería desde Washington.
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