Sé que el Submarino es tortura - porque yo mismo lo apliqué
Por MALCOLM NANCE New York Daily News, Miércoles, 31 de Octubre de
2007
La semana pasada, el Juez Michael Mukasey, nominado para el Ministerio de
Justicia, evadió la pregunta de si era necesariamente tortura aplicar el
Submarino a los sospechosos de terrorismo. Los norteamericanos pueden o no estar
de acuerdo si su opinión lo descalificaría para ocupar el cargo de Ministro de
Justicia. Pero no pueden tener ninguna duda acerca de qué es el Submarino.
Como principal instructor y jefe de entrenamiento de la Escuela Naval de
Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE) en San Diego, yo conozco el
submarino personal e íntimamente. Nuestro personal es obligado a experimentar el
submarino hasta las últimas consecuencias. Yo no fui una excepción.
Yo dirigí, testifiqué y supervisé personalmente la aplicación del submarino a
cientos de personas. Se ha dicho que los manuales de interrogatorio de las
Escuelas SERE, tanto del Ejército como de la Marina, han sido usados para formar
las técnicas de interrogatorio empleadas por el Ejército y la CIA en sus
sospechosos de terrorismo. Lo que se informa menos frecuentemente es que nuestro
entrenamiento fue diseñado para mostrar como un maléfico enemigo totalitario
usaría la tortura a su antojo.
Habiendo experimentado esta técnica, puedo decir: es arriesgada pero no
enteramente peligrosa cuando aplicada durante entrenamiento por un corto período
de tiempo. Entretanto, cuando aplicada a un prisionero desprevenido, el
submarino es una técnica de tortura – sin lugar a dudas. No hay manera de dorar
la píldora.
Los medios de comunicación le dicen “ahogamiento simulado”, pero eso es un
término desafortunado. El submarino no simula un ahogamiento, ya que los
pulmones están efectivamente llenándose de agua. No hay manera de disimularlo.
La víctima está ahogándose.
A no ser que hayas sido amarrado a la tabla, hayas sufrido la terrible
sensación del agua sobreponiéndose a tu reflejo nauseoso, y después sentir que
tu garganta se abre y permite que litro tras litro de agua se infiltre
involuntariamente en tus pulmones, no conocerás el significado de la
palabra.
Cuanto puede la víctima aguantar, depende del resultado deseado (en la forma
de respuestas a preguntas gritadas en la cara de la víctima) y la obstinación
del sujeto. Un médico del equipo verifica la cantidad de agua que ha sido
ingerida y por las señales fisiológicas que muestran cuando el efecto de
ahogamiento va de una experiencia psicológica dolorosa a un terrible castigo de
asfixia que termina en una espiral final mortal.
El submarino es una asfixia en cámara lenta, con tiempo suficiente para
contemplar lo inevitable que es la pérdida de conocimiento y último suspiro.
Generalmente la persona sobre la maca o tabla empieza a quedar histérico. Para
los recién iniciados, es un espectáculo horripilante. Si algo va mal, la tortura
puede llevar directamente a la hipoxia terminal, la pérdida de todo el oxígeno
de las células.
La ausencia de cicatrices físicas permite que la víctima se recupere y sea
amenazado de aplicárselo nuevamente. Se puede llamarlo de “tortura acuática
china”, “el barril”, o “la catarata”. Es todo lo mismo.
Para causar ese efecto, uno tiene que superar toda decencia humana básica. La
brutalidad puede traerte un dilema personal entre la humanidad y el odio. Te
dejará cuestionando lo que significa para ti ser norteamericano.
¿Hay lugar para el submarino? Si. Debemos ir a la esfera de entrenar a
nuestros operativos, soldados, marineros, aviadores y soldados de infantería de
la Marina para que se preparen para el uso descontrolado por parte de futuros
enemigos. Interrogatorios brutales, asesinatos relámpago, y la humillación
extrema de compatriotas ahora puede garantizarse, porque hemos estúpidamente,
pero alegremente, roto el sello de la caja de Pandora de la indignidad, crueldad
y odio en nombre de la protección de los EEUU.
Los defensores de la tortura se esconden atrás del argumento de que una
discusión abierta sobre técnicas específicas de interrogatorio por parte de los
estadounidenses, pueden ayudar al enemigo. Sin embargo, miembros condenados de
Al Qaeda y prisioneros inocentes que han sido liberados a sus países de origen,
ya han dado parte al mundo a través de centenares de entrevistas, películas y
documentarios sobre cuales métodos han sido usados en ellos y como lo han
soportado.
Nuestros propios equívocos han criado un cuadro altamente especializado de
profesores de la escuela virtual para terroristas de Al Qaeda.
Estoy de acuerdo con el Senador John McCain. El submarino jamás debería ser
usado como herramienta de interrogatorio. Es algo indigno y que no se ajusta a
nuestros valores.
Nance es un consultor de contraterrorismo para los operativos especiales
del Gobierno, seguridad nacional y agencias de inteligencia. Una versión más
completa de este artículo puede ser leído en inglés en: www.smallwarsjournal.com/blog.
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