Marjorie Cohn Global Research 19 de septiembre de 2010
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 27 de septiembre de
2010
El soldado del Ejército Bradley Manning es acusado de filtrar secretos
militares al público. Esta semana, sus simpatizantes están celebrando
manifestaciones en 21 ciudades, para demandar su liberación de custodia militar.
Manning está preso por presuntamente divulgar un video clasificado que muestra a
tropas de EE.UU. mientras disparan contra civiles desde un helicóptero Apache en
Irak en julio de 2007. El vídeo, que se puede ver en www.collateralmurder.com,
fue publicado por WikiLeaks el 5 de abril de 2010. Manning puede recibir una
pena de 52 años en prisión. No se han presentado cargos contra los soldados en
el video.
En octubre de 1969, Daniel Ellsberg, el delator más famoso, sacó de su
oficina e hizo público un estudio de alto secreto de 7.000 páginas sobre las
decisiones tomadas durante la guerra de Vietnam. Ese estudio llegó a conocerse
como los Papeles del Pentágono. Dan arriesgó su futuro, sabiendo que muy
probablemente pasaría la vida en prisión por su acción.
Al final, la divulgación de los Papeles del Pentágono ayudó a poner fin no
sólo a la presidencia de Nixon, sino también a la guerra de Vietnam, en que
murieron 58.000 estadounidenses y tres millones de indochinos. Ese acto de
valentía de Dan fue esencial para hacer que nuestros líderes rindieran cuentas
por haber traicionado los valores estadounidenses, al comenzar y perpetuar una
guerra ilegal y asesina.
Los supuestos delitos de Manning continúan esa tradición. El video de 2007,
llamado "Asesinato Colateral", ha sido visto
por millones de personas en el Internet. En él, se puede ver a soldados
estadounidenses de la Compañía Bravo 2ª Batallón 16° Regimiento de Infantería,
matando a 12 civiles e hiriendo a dos niños en Irak desde un helicóptero Apache.
Entre los muertos había dos empleados de la agencia de noticias Reuters.
El video muestra que las fuerzas de EE.UU. estaban mirando cuando una
camioneta se detuvo para evacuar a los heridos. Nuevamente los soldados abrieron
fuego desde el helicóptero, matando a más personas. En las conversaciones por
radio entre los miembros de la tripulación del helicóptero y sus supervisores,
un miembro de la tripulación se regodeó con el primer tiroteo, diciendo: "Eso
sí, miren esos hijos de puta muertos."
Un testigo iraquí le dijo a Amy Goodman en ¡Democracia Ahora!: "Ayer el
helicóptero llegó de allá y se sostenía en el aire por ahí. Luego llegó aquí
mismo, donde estaba parado un grupo de personas. Ellas no tenían armas de ningún
tipo. En esta área no hay insurgentes armados. [Los soldados] destruyeron el
lugar y le dispararon a la gente, y no dejaron que nadie ayudara a los
heridos."
Otro testigo dijo: "Mataron a todos los heridos y rodaron por encima de los
cuerpos. Todo el mundo lo vio. Y el periodista que se encontraba entre los
heridos, pues el vehículo blindado le rodó por encima del cuerpo."
El periodista Rick Rowley informó que el hombre arrollado se había sacado de
la camioneta impactada a gatas, y que todavía estaba vivo cuando el tanque
estadounidense lo arrolló, cercenándole el cuerpo por la mitad.
Los comandantes decidieron no llevar a los niños heridos a un hospital de
campaña militar de EE.UU.. Ethan McCord, uno de los soldados que recogió a un
niño y trató de llevarlo a un vehículo militar, recibió una reprimenda por
hacerlo.
El Mando Central de Estados Unidos exoneró a los soldados y se negó a reabrir
la investigación. Reporteros sin Fronteras dijo: "Si este joven soldado no había
filtrado el video, no tendríamos ninguna evidencia de lo que era claramente un
serio abuso por parte de los militares de EE.UU.".
De hecho, las acciones vistas en "Asesinato colaterales" ofrecen pruebas de
tres violaciones de las leyes de guerra establecidas en los Convenios de Ginebra
que constituyen crímenes de guerra.
Había personas civiles por alrededor, nadie disparaba contra los soldados
estadounidenses, y al menos dos personas llevaban cámaras. Puede ser que estaban
ahí personas armadas, como ocurre en Estados Unidos, pero eso no les da una
licencia para disparar a la gente. Esa es la primera violación de los Convenios
de Ginebra: atacar a civiles que no representan una amenaza, cuando no hay
ninguna necesidad militar.
Las otras posibles violaciones de las leyes de guerra son evidentes en la
escena del vídeo en que la camioneta intenta rescatar a los heridos, y en una
escena posterior cuando un tanque blindado de EE.UU. roda sobre un cuerpo en el
suelo. Los soldados dispararon contra los pasajeros de la camioneta y contra la
persona que trataba de ponerlas a salvo, lo que es otra posible violación de los
Convenios de Ginebra: impedir el rescate. El tercer incidente fue que, estando
tendido en el suelo el hombre herido o muerto, un tanque de EE.UU. rodó sobre él
y efectivamente lo partió en dos. Si ya estaba muerto, eso sería faltarle
respeto a un cadáver, otra violación de los Convenios de Ginebra.
Josh Steiber, ex especialista del Ejército de EE.UU. y ex combatiente de la
Compañía Bravo 2ª Batallón 16° Regimiento de Infantería, no estaba con su
compañía cuando mataron a los civiles, como se ve en “Asesinato Colateral.”
Steiber le dijo a Truthout que tales actos “no eran incidentes aislados", pues
eran "comunes" durante su período de servicio. Agregó: "Después de ver el video,
yo diría que definitivamente, es decir, nueve de cada 10 veces, las cosas
terminaron así".
Steiber explicó que durante su entrenamiento militar básico: "Vimos videos
que celebraban la muerte" y que sus comandantes “llamaban aparte a los soldados
que no habían ido al combate, y nos preguntaban: si alguien abre fuego contra
ustedes en un mercado lleno de gente civil desarmada, ¿devolverían el fuego?. Y
si no dijimos que "sí", al instante, nos gritaban que no éramos buenos soldados.
El modo de pensar, durante el entrenamiento militar, se basaba en el miedo y la
capacidad de eliminar cualquier amenaza."
Manning también está bajo investigación por presuntamente filtrar el "Diario
de Guerra de Afganistán", unos documentos publicados en WikiLeaks en
coordinación con el New York Times, The Guardian del Reino Unido,
y la revista alemana Der Spiegel. Pero el presidente Obama dijo: "... el
hecho es que estos documentos no revelan nada que no se haya tratado ya en
nuestro debate público sobre Afganistán."
Estos informes sacan a la luz 20.000 muertes, incluidas las de miles de
niños, de acuerdo con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Es probable que
muchos también tengan pruebas de crímenes de guerra.
Además del hecho de que atacar a civiles es ilegal, también nos hace menos
seguros. Un nuevo estudio realizado por la Oficina Nacional de Investigación
Económica, publicado por la Fundación Nueva América, llegó a la conclusión de
que los ataques contra civiles en Afganistán hacen que nuestras tropas sean más
vulnerables, debido a las represalias. Un incidente típico, que causa dos
muertes de civiles afganos, provoca seis ataques de venganza por los talibanes y
otros combatientes.
Por otra parte, el coronel de la Marina David Lapan, un alto portavoz del
Pentágono, dijo que hasta el momento, no hay evidencia de que los talibanes
hayan atacado a ningún civil afgano como consecuencia de la publicación por
WikiLeaks de los 76.000 documentos durante este verano pasado.
Más de 1.000 estadounidenses y un número incalculable de afganos han muerto
en esta guerra que es igual de ilegal, costoso y contraproducente como la de
Irak.
Los cargos escritos contra Bradley Manning terminan con este lenguaje: "tal
conducta [es] perjudicial para el buen orden y la disciplina de las fuerzas
armadas y [es] de una naturaleza que desacredite a las fuerzas armadas." Todo lo
contrario, si Manning cometió el acto del cual es sospechoso, debe ser honrado
como un héroe estadounidense por sacar a la luz crímenes de guerra y, como es
nuestra esperanza, ayudar en última instancia a poner fin a esta guerra.
Marjorie Cohn, profesora de la Facultad de
Derecho Thomas Jefferson y ex presidenta del Gremio Nacional de Abogados, es
autora de Cowboy Republic: Six Ways the Bush Gang Has Defied the Law, y
co-autora (con Kathleen Gilberd) de Rules of Disengagement: The Politics and
Honor of Military Dissent. Su nueva antología, The United States and Torture:
Interrogation, Incarceration, and Abuse, será publicado en diciembre por New
York University Press. Ver www.marjoriecohn.com.
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