Ecosistemas ante al desastre, un sistema que no
merece ser el encargado de la tierra
Orpheus Reed y Larry Everest Revolución #202, 30 de mayo de
2010
Cuando uno se mete un dedo en una de las bolas de petróleo que huelen a
asfalto y de color negro o café anaranjado que hoy están llegando a los pantanos
donde la delta del río Misisipí desemboca en el golfo de México, se le desliza y
se le pega. Es harto difícil quitárselo. Aparecen pegadas a los tallos del roso
junco que mantienen los pantanos en su lugar. Luego, uno empieza a pensar en lo
que pasa cuando un pez, un ave o alguna otra criatura quede atrapada en este
caldo tóxico. Y uno piensa en que estos charcos representan solamente las
primeras, pequeñas olas de petróleo del pozo reventado del "Deepwater Horizon"
de British Petroleum (BP). Y uno simplemente no lo puede soportar.
El derrame del petróleo en el Golfo es un crimen ambiental casi imposible de
medir, una gigantesca catástrofe al parecer sin fin. Vastas extensiones del mar
están llegando a contaminarse y atascarse de petróleo, lo que está causando un
caos en su mayor parte oculto. Regiones mucho mayores del mar, cerca de las
costas y en tierra firme, están bajo amenaza. No se ve la mayor parte de la
devastación que está causando este derrame en los ecosistemas marinos del Golfo.
En los últimos días, más petróleo empieza a llegar a tierra firme. Esta
situación empieza a hacer más palpable la realidad del gigantesco alcance de
este desastre para las muchas personas que anteriormente esperaban con fervor en
una situación sin esperanza que no ocurriera lo peor.
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Ahora el petróleo ha llegado a las islas Chandeleur, lugar donde los
pelícanos pardos y las aves playeras ponen sus nidos. Se ha encontrado a cientos
de peces y ermitaños muertos en las aguas y pantanos contaminados por el
petróleo al este y al oeste de la delta del Misisipí. En algunos puntos de las
marismas de la Delta mismas, el centro de un vasto y rico ecosistema con
profundas conexiones a la vida del Golfo entero, también ha aparecido el
petróleo.
Eso lo vimos el 20 de mayo cuando fuimos en barco a la zona Pass a Loutre de
la Delta, a unos 15 km de Venice, el pueblo más sureño de Luisiana. Ahí, los
pescadores están profundamente atormentados; uno nos contó que lloró por primera
vez en años al contemplar la potencial destrucción de un "estilo de vida" y una
región que produce el 30% de los mariscos que consume la población de Estados
Unidos. Recorrimos al menos 1,5 km de las marismas salobres costeras con juncos
empapados de petróleo café-anaranjado, con una nata de petróleo sobre el agua y
un caldo de bolas y manchas de petróleo. Los pontones y paños absorbentes que el
gobierno dice que protegerán los pantanos contra el petróleo o no existen o no
sirven, a veces flotaban de arriba para abajo en las corrientes, frente a los
juncos empapados de petróleo.
Si los juncos y otras hierbas pantanales quedan saturados y el petróleo
penetra en sus raíces, estas formas de vida morirán y se acabará todo el
ecosistema. Es posible que el agua del mar literalmente se lleve las marismas,
que ya están en vías de desaparecer. Estas zonas son lugares de reproducción
para peces, cangrejos, muchas especies de vida marina, aves de pantano y muchas
otras especies. Las marismas, bahías y estuarios son centros que generan formas
de vida para el Golfo entero.
Toda esta situación es criminal. Y es una expresión aguda y una
intensificación de la manera en que el sistema está poniendo en peligro el medio
ambiente del planeta y el destino de la humanidad. Es parte de la emergencia
ambiental global que enfrentamos.
Una catástrofe ambiental
capitalista
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Los corresponsales de Revolución aprovecharon un momento importante
para protestar contra una audiencia sostenida por los Guardacostas y el Servicio
de Manejo de Minerales (MMS) con motivo del inicio de la primera "investigación"
oficial sobre las causas de la explosión de la plataforma de excavación en aguas
profundas Deepwater Horizon. Estaban decididos a dar a conocer que no se trata
simplemente de British Petroleum y algunos funcionarios malos o organismos
particulares del gobierno, sino que se trata del sistema capitalista entero en
sí que es la fuerza la que está impulsando este desastre y no merece ser el
encargado del planeta. Es harto escandaloso y cienporcien ilegítimo que los
organismos que son elementos importantes de este sistema y que tienen un papel
íntimo en permitir y crear esta situación (el MMS y el gobierno de Obama) estén
investigando sus propios delitos. Y para dar a conocer claramente el mensaje de
que deberíamos resistir este delito sobre el planeta y que las cosas no tienen
que ser así, que podemos tener un sistema completamente diferente y que estamos
forjando un movimiento revolucionario para ese fin. Esta acción contó con
extensa cobertura en los medios y muchas personas la acogieron con entusiasmo
cuando hablaron con los corresponsales
posteriormente. |
Una profunda crisis política, económica y ambiental está desenvolviéndose en
el Golfo. Amenaza con provocar caos en la vida de millones de personas, destruir
una región de riqueza ecológica que representa eslabones importantes de la
cadena de alimentación de la cual dependen cientos de millones de personas y
causar enormes daños ambientales. BP y funcionarios y organismos del gobierno
desde Obama hacia abajo se están esforzando por asegurar a la población de que
tienen la situación bajo control, que están haciendo todo lo que sea posible
para parar el géiser de petróleo y proteger el medio ambiente. Desde el
comienzo, las autoridades han estado minimizando la magnitud del desastre, entre
otras razones, porque no quieren que nadie cuestione su plan básico de continuar
las altamente riesgosas excavaciones en aguas profundas en mar abierto que es un
elemento tan central para su programa de energéticos y no quieren que la gente
empiece a cuestionar la "legitimidad" de su gobierno. Pero, no lo tienen todo
bajo control.
Están diciendo que la crisis es el resultado de "accidentes", de "errores" o
de la "corrupción" de unos funcionarios de bajo nivel. Pero con cada día que
pase, nuevas denuncias ponen al desnudo que el sistema capitalista imperialista
entero es el que ha provocado este desastre, que ha mostrado su bancarrota total
en respuesta a éste y que no es capaz de proteger los ecosistemas de la
tierra.
El capitalismo global está estructurado en torno a la extracción de
combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas natural y prospera debido a
esta extracción. De las diez mayores empresas del mundo en 2007, seis eran
empresas petroleras y tres eran empresas automotrices. Esta extracción rinde
muchísimas ganancias para el sistema entero y no solamente para las empresas
petroleras, y es un elemento central del funcionamiento general del capitalismo
contemporáneo. El poder imperial global estadounidense depende del control de
enormes reservas de energéticos por todo el mundo, a fin de moldear la economía
global y controlar a todo aquel que dependa del petróleo (eso es una de las
razones para la presencia de cientos de miles de soldados estadounidenses en
Irak y Afganistán). Las fuerzas armadas estadounidenses se basan en combustibles
fósiles. Existe una feroz competencia mundial por el control de estos recursos.
Por eso Estados Unidos y otras grandes potencias están decididos a excavar en
busca de petróleo y gas natural sin importar los peligros bien documentados.
Desde 2009, el gobierno de Obama ha "aprobado tres enormes ventas de cesiones,
103 proyectos de voladura sísmica y 346 planes de excavación" (New York
Times, 14 de mayo de 2010).
Nada de lo que han hecho Obama y el Congreso desde la explosión de la
plataforma de excavación de BP el 20 de abril —ni los alardes, dedos acusadores,
la dimisión de uno que otro funcionario, las comisiones dictaminadoras ni
reorganizaciones de organismos— ha tocado en lo fundamental la adicción que
tiene el sistema capitalista a los combustibles fósiles y su compulsión de
"excavar, excavar, excavar".
Cómo el sistema arma el encubrimiento y ataca a
los científicos – Mentiras sobre el tamaño de la explosión del
pozo
Han mentido sobre el tamaño del géiser que irrumpe a raíz de la explosión del
pozo de BP, lo que es crucial para analizar la enormidad de la crisis y lidiar
con ella. Al principio BP aseguró que salían mil barriles (42.000 galones) al
día. Aumentó esta cifra a cinco mil barriles al día. BP y funcionarios del
gobierno rechazaron las solicitudes de más datos sobre el tamaño del derrame de
parte de los científicos. Finalmente, tres semanas después del desastre, BP tuvo
que divulgar un corto video del petróleo que brotaba a chorrazos del pozo roto.
(Este video había estado disponible pero BP y la administración de Obama lo
mantenían en secreto.) El motivo del encubrimiento salió poco después. Varios
científicos usaron métodos más precisos que los de BP para analizar rápidamente
el ritmo del flujo y encontraron que la cifra de BP y el gobierno fue un
disparate, terriblemente baja, 5, 10, hasta 15 veces menor que la realidad.
Y BP (con el apoyo del gobierno) sigue impidiendo que los
científicos tengan acceso a la plataforma de excavación y a toda su información.
Los científicos de la Institución Oceanográfica de Woods Hole, Massachussets,
que son expertos en este campo, hace poco de ofrecieron a viajar por avión a
Luisiana para medir el géiser; uno de ellos dijo que si BP y el gobierno no
pueden medirlo bien, "todo el mundo está listo para ayudarles". BP rechazó su
oferta.
Todo esto también desmiente la afirmación de BP de que está logrando avances
para tapar el pozo. Su último "arreglo" es una tubería de 10 cm de grosor que
llaman una "Herramienta de tubería de inserción vertical" insertada el 16 de
mayo dentro de la tubería de 53 cm que sale del pozo. Según BP, esta tubería
está recogiendo de tres a cinco mil barriles al día. Puede que eso parezca un
éxito si se pudiera creer las cifras de BP, pero en los hechos es posible que se
esté recogiendo apenas el 5% del petróleo. (El 20 de mayo, mientras el petróleo
continuaba derramando en el Golfo, BP admitió la posibilidad de que su "cálculo"
sea muy bajo.)
El encubrimiento de los impactos en el medio
ambiente y la salud
Esta es una de las peores catástrofes ambientales en la historia pero no hay
ningún análisis sistemático en absoluto acerca de dónde el petróleo está tocando
tierra firme. El grupo de ciudadanos Lousiana Bucket Brigade
(www.labucketbrigade.org) proporciona más información al respecto, pues recoge y
averigua informes de la gente, que de todos los organismos del gobierno en
conjunto.
El petróleo está brotando 1500 metros debajo de la superficie del Golfo y
luego sube, de modo que se combine con el agua para volverse "emulsionado". BP y
los Guardacostas han rociado 517.000 galones de químicos de "dispersión" para
disiparlo. Esos químicos en sí son tóxicos. Parece que éstos están contribuyendo
a que enormes cantidades de petróleo se estén quedando debajo de la superficie
del agua, incluso que hayan formado gigantescas plumas que circulan hasta a una
profundidad de 1280 metros.
Los portales electrónicos de los organismos gubernamentales a cargo de seguir
y responder a este desastre, como la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica (NOAA), el Departamento del Interior y la Agencia de Protección del
Medio Ambiente (EPA), tienen muchos informes encomiosos sobre su aguantes
trabajo, los kilómetros de pontones instalados, el gran número de trabajadores
movilizados y cómo el seguimiento de la calidad del aire, agua y sedimentación
indica que no existe ninguna amenaza. En realidad son esfuerzos para mantener en
la pasividad a la gente y mantener la ilusión de que el peligro no sea tan
grande.
Los biólogos marinos han advertido repetidas veces sobre las consecuencias
potencialmente devastadoras para los frágiles ecosistemas de las islas de
Florida, el pantano Everglades y los arrecifes de coral, así como a Cuba y la
península del Yucatán de México, si el petróleo entra en la corriente circular
del Golfo. No obstante, la jefa de uno de los organismos principales del
gobierno a cargo de responder al desastre, Jane Lubchenco de la NOAA, dijo que
tales consecuencias serían "muy poco probables", afirmando sin ningún fundamento
que el petróleo se diluiría y se degradaría, y representaría un "riesgo mínimo"
para los ecosistemas. La semana pasada los científicos en la nave de
investigaciones MV Pelican informaron que habían descubierto "gigantescas plumas
de petróleo en el Golfo", es decir, enormes masas de petróleo entre 730 y 1280
metros debajo de la superficie del agua, algunas de ellas con 17 kilómetros de
largo, cinco kilómetros de ancho y 90 metros de grosor en algunos lugares.
Encontraron niveles de oxígeno menores de lo normal en esas zonas, lo que
suscitaba preocupaciones de que las plumas podrían provocar la ampliación de las
zonas muertas o anóxicas en el Golfo. Lubchenco criticó las conclusiones de los
científicos por "engañosas, prematuras y, en algunos casos, erróneas".
Ian MacDonald, un oceanógrafo de la Universidad Estatal de Florida que ha
estado denunciando la subestimación del tamaño del derrame por parte de BP y el
gobierno, dijo: "Aparte de que nadie nos está escuchando sobre este tema, parece
que en verdad quieren que nos callemos... Eso es muy, muy punitivo y cualquiera
que haga esto va a ser blanco de ataques de la NOAA".
Otros científicos han condenado al gobierno por su estrepitoso fracaso en
cuanto a calcular el tamaño e impacto del derrame.
Impactos en los ecosistemas y la salud
humana
Un hecho escandaloso y exasperante es la ausencia casi total de un análisis
sistemático por parte de cualquiera de los organismos "responsables" sobre el
impacto que ya está teniendo el derrame sobre la flora y fauna. En lugar de
esto, es necesario escudriñar en los artículos noticieros y el internet. Se sabe
que se han encontrado muertas 156 tortugas marinas, tres veces mayor que la
norma, y una docena de delfines mulares y 23 aves cubiertas de petróleo. Dijo
Rowan Gould, jefe del Servicio de Pesca, Flora y Fauna: "Cabe reconocer que las
aves cubiertas de petróleo constituyen una pequeña parte" del impacto del
derrame. "Lo que nos preocupa más es lo que no podemos ver".
Todo eso entristece sobremanera y además enfurece. El sistema entero es
responsable de este crimen en marcha. Es el más reciente ataque y una
intensificación de la emergencia ambiental y de la destrucción de los
ecosistemas marinos y pantanosos por parte del capitalismo. Además, debe
provocarnos para que elevemos a un nivel más alto nuestra oposición y
resistencia contra este derrame y el sistema que lo causó, y llevar a amplios
sectores de la gente a ver que este sistema es el responsable y que podemos
tener algo mucho, mucho mejor.
El terreno político es complejo y está cambiando, que es algo sobre el cual
estaremos informando. El petróleo sigue principalmente en el mar, así que aún no
se puede ver el impacto global. Es necesario sacar todo eso más completamente a
la luz con denuncias y resistencia en masa.
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