Éxodo hondureño: una crisis para el “Manifiesto de destino” de
Trump
Curt Wechsler | 22 de octubre de 2018
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 30 de octubre de 2018
Esta caravana no van buscando el “Sueño americano”, van
huyendo de la pesadilla hondureña, dice Jari Dixon, un
político de la oposición en Honduras.
“El “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza” de Trump es un programa fascista del siglo 21 del Destino
Manifiesto, del “Estados Unidos Ante Todo”, arropado en la bandera estadounidense
y una interpretación textual de la Biblia de Mike Pence, con un programa de
supremacía blanca, misoginia y xenofobia” – Del 2018 Llamamiento a la Acción de Refuse Fascism.
La intervención estadounidense en América Central empezó con el derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo
Arbenz en 1954, estableciendo un patrón de militares, juntas y matanzas masivas
que continúa hasta la fecha. Ryan Grim rastreó sesenta años de estas políticas aquí. “Décadas de juegos
políticos, astucia durante la Guerra Fría”, dice Grim, “unidas a la lucha global contra las
drogas, han dejado un legado de caos y brutalidad en estos países. En muchas
partes de la región, la sociedad civil dio paso a la anarquía”. Un record de niños solos escapando de situaciones
terribles de vida indica lo desesperada se ha convertido la situación.
La migración es imperativa para cientos de miles hondureños, guatemaltecos y salvadoreños en búsqueda de una vida mejor. “La
gente que actualmente está huyendo de Honduras, está siendo desplazada
forzosamente de su país”, nota el activista de Alex Mensing de Pueblo Sin
Fronteras, “y eso es el resultado directo del gobierno corrupto de Honduras y
de la intervención y apoyo estadounidense para ese gobierno”. El reportero
especial para las Naciones Unidas Felipe González Morales dice que los
gobiernos deben respetar los derechos humanos de los migrantes y dejarlos
pasar, en lugar de criminalizarlos y deportarlos.
“Los inmigrantes son seres humanos plenos, y no “ilegales” o
criminales a los cuales satanizar, aterrorizar, cazar, encarcelar y expulsar”, dice el título del Imputamos al Régimen de Trump y Pence
por RefuseFascism.org. Uno de los primeros actos
del presidente Trump en su gobierno fue una orden ejecutiva contra los once
millones de inmigrantes indocumentados para ser deportados, sin importar algún
supuesto registro criminal.
“Muchos menores que se van para los Estados Unidos
están escapando de ser forzosamente reclutados por grupos delincuentes, o si ya
empezaron a trabajar con los maras, dejar el país es su única alternativa”,
dice el detective de homicidios hondureño Jaime Coto. Pero
regresarlos a su hogar los hace objetivos primordiales para represalias.
Entre cuatro y ocho asesinados de deportados se registran por parte de su
equipo cada día. La cuenta actual es mucho más alta”.
Sibylla Brodzinsky reporta sobre los miles de indocumentados migrantes enviados a casa cada año. “Sus historias resaltan los
riesgos que muchos deportados enfrentan cuando regresan…regresar a casa puede
significar la muerte”. Esta pesadilla tiene que terminar. Ayuda a despertar y movilizar
la única fuerza que puede detener el
terror y el ataque a inmigrantes y refugiados. Una lucha determinada de la
gente que no se rinde y que no será provocada puede crear el tipo de crisis
política que orille a que se queden sin el poder. Hablamos de protestas masivas
que no terminen al otro día, sino que regresen día tras día, creciendo a ser
millones que exijan “¡El régimen de Trump/Pence tiene que marcharse!”
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