En las calles y en “el periódico de mayor
prestigio” para poner fin a la complicidad del silencio
Debra Sweet 7 de octubre de 2010
Hemos salido a las
calles y hoy hemos salido en el “periódico del mayor prestigio” del país en
protesta contra la ocupación ilegítima, injusta e inmoral de Afganistán, y el
bombardeo de Pakistán por aviones no tripulados.
La declaración “Los crímenes son
crímenes, no importa quién los cometa” dice:
Estamos marcando el noveno aniversario de la guerra más larga que
Estados Unidos haya lanzado, las ocupaciones de Afganistán e Irak siguen
ensangrentando esos países, hay más contratistas y los aviones no tripulados
desgranan la muerte en Pakistán.
En los meses que siguieron la formulación de esta declaración, los
tribunales de Estados Unidos han fallado que una persona que fuera torturada a
pesar de ser inocente, no puede entablar una demanda al respecto, mientras que
el gobierno de Obama defiende a los que dirigían el uso de la
tortura.
Ante la criminalización de filtrar pruebas de crímenes de guerra, el
quedarse callado es un crimen.
Todo el mundo se ha enterado que Barack Obama pidió abiertamente el asesinato
de un ciudadano estadounidense, Anwar al-Awlaki, porque le sospecha de haber
participado en complots de Al Qaeda. Al-Awlaki niega estas acusaciones. Pero eso
no importa. Sin procesarlo o hacerle ningún procedimiento judicial, la
administración simplemente le ha puesto en la lista para ser asesinado.*
Durante este mismo período, unos críticos dentro de las fuerzas
armadas estadounidenses filtraron un vídeo que muestra un incidente de 2007
en que soldados estadounidenses dispararon contra un grupo de iraquíes
desarmados, incluidos dos periodistas, y luego dispararon contra otras personas,
incluidos dos niños, que intentaron rescatarlos. Aunque la matanza de 12
iraquíes vista en el vídeo es bastante repugnante, las conversaciones captadas
en el helicóptero son aún más escalofriantes y monstruosas. A pesar de eso, el
Pentágono dijo que no acusará de nada a esos soldados; y los medios de
comunicación se concentraron en exonerarlos de cualquier culpabilidad – “estaban
bajo mucha presión,” dicen, y “después de todo, hay que apoyar a nuestros
hombres y mujeres valientes.” Mientras tanto, el gobierno ha comenzado a espiar
contra quienes filtraron e hicieron público el vídeo y señalarlos como amenaza
"a la seguridad nacional".
También durante este período, el Pentágono reconoció, después de varios
desmentidos, que hubo una masacre cerca de la ciudad de Gardez,
Afganistán, el 12 de febrero de 2010, en que 5 personas fueron asesinadas,
entre ellas dos mujeres embarazadas, y 16 niños quedaron sin madre. Los
militares estadounidenses dijeron primero que los dos hombres asesinados eran
insurgentes y que las mujeres eran víctimas de un “asesinato por cuestión de
honor” familiar. El gobierno afgano ha aceptado los relatos de testigos oculares
de que las
Fuerzas Especiales estadounidenses mataron a los hombres (un policía y un
abogado) y a las mujeres, y luego sacaron las balas de los cadáveres de las
mujeres para destruir las pruebas. Altos funcionarios militares estadounidenses
ahora han confesado que los soldados estadounidenses mataron a la familia en su
casa.
Sólo unas semanas antes, un artículo de Scott Horton en Harpers reveló
que tres
supuestos suicidios de detenidos en Guantánamo en 2006 no eran suicidios en
realidad, sino homicidios llevados a cabo por militares estadounidenses. Esto
pasó casi sin comentarios.**
En ciertos aspectos, todo esto es peor que Bush. En primer lugar,
porque Obama ha reclamado el derecho de asesinar a ciudadanos americanos a
quiénes sospeche del “terrorismo", fundamentándose solamente en su propia
sospecha o en la de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), algo que Bush
nunca reclamó públicamente. En segundo lugar, Obama dice que el gobierno puede
detener indefinidamente a una persona, incluso si fue exonerada en un proceso
judicial, y ha sugerido en público la posibilidad de usar la “detención
preventiva." Tercero, la administración de Obama, al extender los ataques de
aviones no tripulados, argumenta que Estados Unidos tiene la autoridad, bajo leyes
internacionales, de usar esa clase de fuerza letal y asesinatos
extrajudiciales en países soberanos contra los cuales no está en guerra.
La gente liberal y progresista consideraba ampliamente que tales medidas, al
tomarlas Bush, eran ultrajes y protestaba contra ellas rotunda y correctamente.
Pero incluso si bajo el régimen de Bush esas acciones se tomaban (ingenuamente o
no) como anomalías, ahora Obama las ha consagrado en “procedimiento normal de
operación” y, como Bush, recurre a argumentos de privilegio ejecutivo y secretos
de estado al defender el crimen de hacer guerras de agresión.
Como era de esperarse, la administración de Obama ha rechazado procesar a
ningún funcionario del régimen de Bush que fuera responsable por crímenes de
guerra, ni siquiera a unos cuantos que reconocieron su papel en el “submarino” y
otras formas de la tortura, lo que implica que esas acciones serán aceptables
para él y para cualquier presidente futuro, demócrata o republicano.
Pon fin a la complicidad del silencio.
* El 24 de septiembre de 2010, el Departamento de Justicia afirmó que por
razones de “secretos de estado” no se puede revisar la orden de Obama.
** El 29 de septiembre de 2010, un tribunal federal rechazó una demanda
entablada por familias de las víctimas, aduciendo razones de “seguridad
nacional”.
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