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Nuevas revelaciones en The Intercept: Drones estadounidenses — Asesinato en masa por control remoto

22 de octubre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Una política sanguinaria de bombardeo por control remoto por medio de un vehículo militar aereo no tripulado (dron), se ha vuelto clave para las guerras globales del imperialismo estadounidense. Durante una docena de años Estados Unidos ha matado —asesinado— a miles de personas por medio de drones. Ha desarrollado un vocabulario para encubrir miles de muertos civiles. Sus líderes, especialmente Barack Obama, mienten como rutina sobre la cantidad de muertes por drones.

El 15 de octubre, The Intercept1 publicó una importante serie de artículos sobre el uso de drones por Estados Unidos. Se basan en documentos sobre la política asesina de las fuerzas armadas yanquis que recibieron de un informante. Los artículos en The Intercept, así como el material en que se basan, revelan que Estados Unidos ha fría y despiadadamente asesinado a miles de civiles, como una doctrina oficial militar y política. Otro estudio por el Bureau of Investigative Journalism concluyó que desde la invasión inicial estadounidense de Afganistán a la fecha, los ataques por drones estadounidenses han matado a una cantidad de personas entre 3.492 y 5.545.

El informe de The Intercept  revela que hasta 90 por ciento de las personas asesinadas en los ataques por drones ni siquiera eran los blancos especificados. Muchas eran mujeres y niños.

Obama describió la política estadounidense sobre drones en un discurso importante en la Universidad Nacional de Defensa. Dijo que en Afganistán, Estados Unidos “continuará atacando blancos de tiro de alto valor de al Qaeda pero también contra fuerzas que se juntan en apoyo a ataques contra fuerzas de la coalición… Afuera del escenario afgano, solamente atacamos al Qaeda y sus fuerzas asociadas. Incluso en esos casos, el uso de drones es estrictamente limitado.

Pura paja. Es una mentira completa para encubrir el asesinato sistemático, hasta de niños. Estados Unidos ha usado sus drones como un método de ejecución de blancos elegidos. Además, propaga terror generalizado al bombardear, por aviones no tripulados, a bodas, mercados, zonas urbanas. Mató a Abdulrahman al-Awlaki de 16 años, que fue ciudadano estudiante, mientras almorzaba con unos primos. Informa The Intercept que Larry Lewis, antes el principal científico investigativo en el Center for Naval Analyses (centro por análisis naval militar), concluyó que “los ataques por drones en Afganistán eran 10 veces más probables de matar a civiles de lo que eran aviones convencionales”.

El gobierno estadounidense echa mentiras rutinarias sobre quiénes son sus blancos y víctimas, y ha desarrollado todo un vocabulario para dar carpetazo a las muertes civiles. Ya no usan el eufemismo antiguo “daños colaterales” con que las fuerzas armadas se referían a las víctimas civiles. Ahora, “cuando operadores de drones dan en el blanco y matan a la persona especificada, la llaman ‘el gordo’ (pues tocaron el gordo). Cuando erran y matan a otra gente, la llaman EKIA, ‘enemigo muerto en acción’, por sus siglas en inglés”.

La “Operación Haymaker” estadounidense, de enero de 2012 a febrero 2013, mató a más de 200 personas en sus “ataques aéreos de operación especial”. Incluso según las cuentas oficiales, sólo 35 de los muertos eran los “blancos especificados”. Documentos oficiales filtrados a The Intercept demuestran que durante un período de cinco meses de “Haymaker”, casi 90 por ciento de las víctimas de bombardeos por drones no eran los “blancos especificados”. Los informes militares calificaron a todas esas bajas de EKIA o “enemigo muerto en acción”.

Prácticamente toda persona especificada como el blanco de un ataque de dron es un varón adulto, o en el habla de los autores de la política sobre drones, un MAM, “military age male” (varón de edad militar). El informante explicó como clasificaron de “EKIA” a todo cadáver mutilado y despedazado que encontraran tras un bombardeo. “Si no hay pruebas de que una persona muerta en el ataque no haya sido un MAM, o si era un MAM de que no haya sido un combatiente enemigo ilegal, pues no queda duda. La etiquetan de EKIA’”.

Barack Obama tiene la autoridad y la responsabilidad directa para desarrollar e implementar la política sobre drones.

Se estructuró una jerarquía detallada y específica, a la cual The Intercept le llama “Cadena de Matar”, para implementar la política sobre drones. Hay dos pasos en el proceso para aprobar un ataque contra un individuo. Primero se prepara un paquete de información sobre el individuo, la “tarjeta de béisbol” según se le llama en los círculos militares, y “se pasa por los escalones altos — hasta el presidente al último”.

La “tarjeta de béisbol” contiene “inteligencia” (supuestamente información específica sobre “gordos” particulares escogidos) que viene de drones de espionaje, vigilancia electrónica, y espías en el terreno, hasta generales en el Jefe de Estado Mayor Conjunto y el secretario de Defensa, a un grupo de los principales líderes políticos y abogados de la administración de Obama (llamado el Comité de Principales del Consejo de Seguridad Nacional), al mismo Obama. Ya cuando se haya tomado una decisión, esa se comunica de vuelta por el mando militar.

The Intercept informa que un documento proveído por el informante que “detalla la cadena de matar indica que si bien Obama aprobaba cada blanco de tiro, no aprobaba cada ataque individual”. En otras palabras, Obama, que seguramente está enterrado de los miles de civiles muertos por los bombardeos por drones estadounidenses, toma la decisión en general de lanzar un ataque, pero deja a otros los detalles específicos. El asesor de seguridad nacional de Obama dijo, “Él está decidido que tomará esas decisiones sobre hasta cuán lejos y cuán ampliamente vayan esas operaciones”.

Localizar, arreglar, acabar

La doctrina de ejecución y matanza en masa por drones, llamada “localizar, arreglar, acabar” por sus arquitectos, está en el proceso de ser refinada, expandida e institucionalizada como una doctrina militar y política.

Michael Flynn, que antes encabezaba la Agencia de Inteligencia de Defensa, dijo a The Intercept que “la campaña de drones ahorita solamente es para matar. En la estrategia de drones que tenemos, ‘capturar’ es con una ‘c’ minúscula. Ya no capturamos a gente”. Otro ex oficial disputó algunos de los detalles que dio Flynn, pero aceptó la premisa general del uso generalizado de drones por la administración Obama. “La administración de Obama ha sido despiadado en su búsqueda de terroristas. Si hay personas que, según evaluamos lo mejor que podamos, están tratando de matarnos, podemos acortarles la vida lo más posible. Y así hacemos”.

Lo que han hecho en realidad es bombardear un hospital, bombardear bodas, bombardear reuniones familiares, bombardear a niños pastores, bombardear pueblos rurales en la noche profunda, bombardear a mercados. Bombardeos por drones han incrementado de manera exponencial durante la presidencia de Obama. Bajo Bush, su predecesor, hubo un ataque por dron en Yemen. En los primeros cuatro años de la presidencia de Obama, hubo un ataque por dron reportado en Yemen cada seis días, por promedio. Ya para agosto de 2015, drones habían matado a más de 490 personas en Yemen. Sólo en Paquistán, ya para el 1º de septiembre, Obama había ordenado 370 ataques por dron que mataron hasta 965 civiles, entre ellos hasta 207 niños.

Cada una de las misiones de drones, según la información filtrada a The Intercept, “comienza como un objetivo de localizar a una persona por cualquier razón. Cada gordo es una persona que se quita de la lista”. El uso de drones en el programa estadounidense de ejecuciones es ilegítimo y criminal en cualquier circunstancia. Pero la matanza masiva de civiles que provoca —cientos y miles de personas a las que calumnian atrozmente de “EKIAs”— ni siquiera entran en sus planes, sus informes, sus resúmenes. Simplemente bombardean como rutina casas y fiestas con armas que hacen añicos a las personas, para después tacharlas de “enemigos”.

Un gran crimen — y un reto moral para PONERLE ALTO

Este es un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad de lo peor. Estados Unidos manda una lluvia de muerte por control remoto, bombardeando a la gente desde la seguridad de sus salones de computadoras con aire acondicionado cientos de millas de distancia de sus blancos de tiro, con tal de defender y extender su imperio global. Aterroriza a miles de personas más de las víctimas directas, porque parece que los ataques son al azar, y por los drones que zumban y se ciernen encima, a veces durante semanas, siempre amenazantes.

El uso de drones como una rama de la política y el planeamiento militar estadounidense ha extendido enormemente bajo Obama. Ahora el gobierno planea expandir y perfeccionar a un nivel mucho mayor el uso de drones tanto para la vigilancia como para su acompañante inevitable, el bombardeo. Informes que salieron en agosto señalan que el Pentágono planea aumentar el uso de drones a un 50 por ciento en los próximos años, por las mismas fuerzas armadas y por “contratistas civiles”.

El mayor general de la Fuerza Aérea J.D. Harris dijo a un reportero que esa expansión se debe a que “los comandantes combatientes, necesitan más. Se les encargan los intereses de la nación en el extranjero, así que se sienten esa presión, y no se está mejorando”. En la actualidad la CIA y las fuerzas armadas estadounidenses atacan con drones en Paquistán, Afganistán, Yemen, y Somalia. Se planea extender el uso de drones a “Ucrania, Irak, Siria, el Mar de China, y el Norte de África”.

Periodistas de The Intercept y el informante que proveyó los documentos han hecho un gran servicio al pueblo del mundo desenmascarando el funcionamiento secreto de la política estadounidense y su uso de drones. Como explicó el informante, filtró esos documentos porque el público necesita saber de las ejecuciones que se cometen en su nombre. “Nosotros estamos permitiendo que eso suceda. Con ‘nosotros’, quiero decir cada ciudadano norteamericano que ahora tiene acceso a esta información pero sigue sin hacer nada en consecuencia”.

Ahora se plantea un gran reto moral ante la gente, especialmente la de este país.

¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación, y crímenes de lesa humanidad!


1. The Intercept fue fundado en 2014 por Glenn Greenwald, Laura Poitras, y Jeremy Scahill. Según su Misión, “se dedica a producir periodismo adversario sin miedo [regresa]


 

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