Revolución #161, 12 de abril de
2009
Veredicto en demanda contra la Universidad de Colorado:
Jurado decide por despido injustificado de Ward Churchill
El 2 de abril, un jurado en Denver dio el veredicto en la demanda de Ward
Churchill contra la Universidad de Colorado (UC), que en efecto dice que estaba
de acuerdo con el profesor Churchill, de que la dirección lo despidió sin
fundamento en represalia por un polémico ensayo que escribió después del 11 de
septiembre, y no por las supuestas malas prácticas de investigación que
alegaba la UC.
El veredicto es importante con mucho en juego en la batalla de defender el
disentimiento y el pensamiento crítico en academia y en general en la sociedad.
La esencia del caso desde el comienzo fue la persecución política de parte de
una importante universidad contra un profesor controvertido, estudioso y
activista y eso es lo que confirmó el jurado.
El caso empezó a comienzos de 2005 cuando Churchill fue blanco de una cacería
política nacional altamente orquestada de dos poderosos gobernadores
republicanos y otros políticos y elementos de derecha después de que salió a la
luz un ensayo que escribió poco después del 11 de septiembre. Ahí, Churchill
describió el ataque contra las torres gemelas como un ejemplo de “cosechar lo
que uno siembra” y comparó los empleados de empresas que trabajaban ahí al
servicio del “imperio financiero global estadounidense” como “unos pequeños
Eichmann”1 .
De inmediato Churchill se volvió objeto de una gran arremetida contra el
pensamiento crítico y los académicos disidentes en academia. Un mensaje
escalofriante recorrió las facultades del país, de “¡que tengan cuidado!”, pues
criticar a los crímenes de Estados Unidos del pasado o presente podría poner en
peligro su reputación, empleo e incluso carrera.
Primero la dirección trató de despedirlo de plano por el contenido del
ensayo, pero luego decidió que más valiera cambiar de plan y perseguirlo desde
otro ángulo. Lo despidieron fraguando su plan con algunas quejas principalmente
antiguas acerca de ciertos aspectos de sus investigaciones, organizando un
comité de docentes para investigarlo y aprovechando las conclusiones del comité
de que había supuestas malas prácticas2 .
El veredicto del jurado es un suceso bienvenido, y es un revés para las
fuerzas que están obrando para suprimir el pensamiento crítico en las
universidades y en la sociedad. Pero la batalla está lejos de terminarse. La
dirección tiene 30 días en que decidir si recusar el veredicto. Y desde el
principio, Churchill ha dicho con vehemencia la demanda principal es recuperar
su puesto de docente. Respondió a la pregunta “¿Qué sigue?”, diciendo: “Es de
esperarse que me devuelvan el puesto, ¿o no?”3 Hay fuertes indicaciones de que la dirección tratará de oponerse
a que Churchill regrese a la universidad, una decisión que al parecer ahora está
en manos del juez.
Una jurada, en una entrevista, quien no sabía nada del caso antes, dijo que
en retrospectiva, respetaba la disposición de Churchill de asumir una posición
impopular. “Esto era una verdad para él que publicó, y él la defendió aunque
todo el país se le opusiera”, dijo. “Creo que eso requiere mucha fuerza, esté de
acuerdo con él o no. Alguien necesita tener mucha fuerza como para salir e ir
contra la opinión pública como él lo hizo”4 .
Vea en futuros números de Revolución más análisis de este caso
importante.
Notas
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|