Yemen, el sufrimiento sin fin
Kanya D'Almeida
IPS
21 de agosto de 2015
NACIONES UNIDAS - Mientras cuatro de cada cinco yemeníes necesitan ayuda humanitaria inmediata,
con 1,5 millones de desplazados y más de 4.000 muertos en apenas cinco meses,
un funcionario de la ONU dijo al Consejo de Seguridad que la escala de
sufrimiento humano es “casi inabarcable”.
Al informar al órgano de 15 miembros a su regreso de la conflictiva nación árabe,
el miércoles 19, el subsecretario general para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios, Stephen O’Brien, enfatizó que la población civil se lleva la peor
parte del conflicto.
También alertó que, a menos que las partes beligerantes vayan a la mesa de
negociaciones, pronto “no quedará nada por lo que luchar”.
Un informe de evaluación divulgado este mes por la oficina en Yemen de la
organización no gubernamental internacional Save the Children
sobre la situación humanitaria en ese país de 26 millones de habitantes,
señaló que más de 21 millones de personas requieren alivio urgente bajo la
forma de alimentos, combustible, medicinas, saneamiento y refugio.
El sector de la salud está al borde del colapso, y la amenaza de una hambruna es
considerable, mientras se estima que 12 millones de personas enfrentan “niveles
críticos de inseguridad alimentaría”, según la organización.
En una señal de lo que O’Brien denunció como una flagrante “desconsideración por la
vida humana” por parte de todos los actores del conflicto, los niños han pagado
un alto precio: 400 de ellos murieron, mientras que 600 de los 22.000 heridos
también son menores de edad.
Organizaciones de ayuda dijeron que el ataque perpetrado el lunes 17 por aviones militares
saudíes contra el puerto de Hodeidah, en el mar Rojo, controlado por los
rebeldes houthis empeoró en gran medida la situación, pues esa terminal servía
como principal punto de ingreso para los envíos de suministros humanitarios.
En un comunicado publicado poco después de los ataques, Edward Santiago, director de
Save the Children para Yemen, dijo: “Todavía desconocemos el alcance total del
daño causado en Hodeida, pero no podemos perder ni un solo día. El tiempo se
agota para los niños de Yemen, que ya corren riesgo de morir de hambre,
enfermedades y abusos”.
Ya hay 5,9 millones de niños que padecen hambre, 624.000 desplazados y unos 7,3
millones de enfermos y heridos que no reciben atención médica, añadió.
Mientras las necesidades de la población civil se multiplican, el financiamiento de la
respuesta humanitaria continúa siendo lento.
Agencias de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) dicen que solo recibieron 282 millones de dólares para las acciones
de respuesta, apenas 18 por ciento de la suma requerida. Aunque Arabia Saudita
cumpla su compromiso de aportar 274 millones de dólares, solo estará
financiando 33 por ciento del total necesario para cubrir adecuadamente la crisis.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef) señaló el miércoles 19 que su respuesta sigue padeciendo una severa falta de fondos. De
los 182,6 millones de dólares que pidió para Yemen, hasta ahora solo obtuvo 16 por ciento.
El grado al que ha llegado el conflicto y su rápida escalada tiene
anonadada a buena parte de la comunidad internacional. El presidente del Comité
Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, dijo que después de una visita de
tres días a Yemen a comienzos de este mes quedó “consternado” por la situación
de los civiles, a la que tildó de “catastrófica”.
Tras presenciar de primera mano la destrucción, agregó el miércoles 19 en una
entrevista con la prensa que “Yemen después de cinco meses parece Siria después
de cinco años”.
O’Brien describió a la sureña ciudad portuaria de Adén como una metrópolis hecha
añicos, “donde artefactos sin explotar ensucian las calles y los edificios”. En
tanto, la ciudad de Sana’a está toda marcada por los cráteres que dejaron los
ataques aéreos.
Mientras las organizaciones humanitarias se esfuerzan por proporcionar elementos para
salvar vidas, entidades vigilantes de los derechos humanos sostienen que la
combinación de ataques desde el aire por parte de la coalición liderada por
Arabia Saudita y los enfrentamientos en tierra entre pro y anti houthis en el
lugar coloca a la población civil en una situación imposible.
Los houthis, también conocidos como “jóvenes creyentes”, son insurgentes chiíes
aliados con Irán, el principal rival regional de Arabia Saudita, cuyo régimen
suní comanda una alianza con otros países de esa corriente religiosa del Islam,
para contener su avance en Yemen y en el área.
Un nuevo informe de Amnistía Internacional
que documenta lo que la organización llama “un rastro horripilante y sangriento de muerte
y destrucción”, sugiere que los ataques ilegales por parte de todos los actores pueden equivaler a crímenes de guerra.
Editado por Kitty Stapp
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