Estados Unidos: ¿Una fuerza por el bien en el
mundo? Dígale eso al pueblo de Yemen
23 de deciembre de 2017 | Periódico Revolución |
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Un 80% de la población
de Yemen necesita desesperadamente sus necesidades básicas debido a la extrema
pobreza largoplacista agravada dramáticamente por los ataques de Arabia Saudita
y los combates entre otras fuerzas reaccionarias. Arriba: Una niña de entre los
nueve millones de niños de Yemen que luchan por tener acceso al agua potable.
(Foto: @UNICEF/Twitter)
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¡Libérese de la Gran Falsedad
Tautológica! Corto de la nueva película de Bob Avakian: ¡El
régimen de trump y pence tiene que marcharse! Vea la película completa
AQUÍ. |
Qué motiva las amenazas estadounidenses-sauditas contra Irán, y ¡la
urgente necesidad de OPONÉRSELES!
Arabia Saudita es una bárbara monarquía fundamentalista islámica, uno de los
principales sustitutos y herramientas del imperialismo yanqui en el Oriente
Medio y mundialmente. Por décadas Arabia Saudita ha cometido un crimen tras otro
en apoyo de los objetivos de Estados Unidos, y para sus propios objetivos
reaccionarios.
El régimen de Trump y Pence ha incrementado su apoyo a Arabia Saudita como
parte de intensificar las hostilidades contra Irán.
La República Islámica de Irán es una teocracia reaccionaria que ejecutó a
miles de comunistas, radicales, y demócratas para consolidar su poder a finales
de los años 1970 y en los 1980, e impuso opresivas restricciones religiosas
patriarcales sobre las mujeres. No tiene nada que ver con la emancipación de la
humanidad y no es ninguna alternativa al imperialismo. Pero esa no es la razón
por la que Estados Unidos y los sauditas atacan a Irán.
Atacan a Irán porque obstaculiza el control gansteril que Estados Unidos ha
mantenido por décadas en la región y por la propia agenda criminal de Arabia
Saudita. Irán entra en pactos con otras potencias mundiales y refuerza a sus
propios aliados y clientes reaccionarios en el Líbano, Siria, Irak y otros
países.
Las amenazas estadounidense-saudí contra Irán se intensifican porque el
control yanqui sobre el Medio Oriente enfrenta nuevas contradicciones y retos,
incluidos los de Irán, y porque el régimen de Trump y Pence está decidido a
imponer de nuevo el dominio yanqui, en la región y a nivel mundial, sin importar
cuántos sean masacrados, torturados, brutalizados o queden con vidas
trastornadas o arruinadas en el proceso.
Las crecientes amenazas contra Irán de Estados Unidos y Arabia Saudita, así
como el genocidio y crímenes de guerra que están cometiendo en Yemen, donde la
vida de literalmente millones de personas pende de un hilo, exigen una oposición
amplia y fuerte a la agresión y maniobras belicosas de Estados Unidos, y que
saquemos del poder a la mayor brevedad posible a este régimen
fascista. |
¿Qué diría y qué haría si supiera que Estados Unidos ayudaba a librar una
guerra de hambre a millones de las personas más pobres del mundo? Una guerra de
bombardeos de granjas y mercados, de ataques contra barcos de pesca y de
bloqueos de la importación de alimentos. Una guerra que ha dejado a tres cuartas
partes de la población de un país, inclusive a los niños, sin suficiente comida,
millones de personas al borde de la inanición.
Considere bien lo que está sucediendo en este momento en Yemen. Durante casi
tres años Estados Unidos ha respaldado con firmeza la guerra de Arabia Saudita
allí, suministrando miles de millones de dólares en bombas y equipos militares,
reabasteciendo sus aviones de guerra, proporcionando inteligencia y apoyando su
bloqueo naval.
El objetivo de Estados Unidos y Arabia Saudita es aplastar la rebelión hutí
porque lo ven como una amenaza para sus intereses reaccionarios. El movimiento
hutí tiene su base entre los seguidores de la rama zaidí del islam chiíta que
constituyen más de un tercio de los 25 millones de habitantes de Yemen. Los
hutíes combaten bajo el estandarte islamista reaccionario de Ansar Allah
(Partidarios de Dios) y su movimiento tiene el respaldo político y algunos
vínculos con la reaccionaria República Islámica de Irán. Pero la guerra
sautida-estadounidense no solo ataca a los combatientes hutíes sino a millones
de civiles también.
El bombardeo de barcos de pesca y el sistema de agua
potable
El 12 de diciembre, sin previo aviso, un helicóptero saudí atacó un barco de
pesca frente a la costa de Yemen. No fue un accidente o incidente aislado. La
pesca es crucial para la cada vez más escaso suministro de alimentos en Yemen, y
Arabia Saudita y sus aliados han atacado 250 barcos pesqueros yemeníes, matando
a 152 pescadores hasta el momento.
Desde marzo de 2015, las fuerzas aéreas sauditas también han llevado a cabo
942 ataques a granjas, 114 a mercados, 34 a mezquitas, 147 a edificios
escolares, 26 a universidades, 378 al transporte y 61 a sitios de almacenamiento
de alimentos, según un artículo del 12 de diciembre de 2017 del
Guardian. Los barcos saudíes (con el respaldo naval de Estados Unidos)
bloquean los puertos de un país que importa el 80 por ciento de sus alimentos.
Todo esto es evidencia, según un estudio [en inglés], de una estrategia deliberada de
“destruir la producción y distribución de alimentos” en las áreas controladas
por los hutíes. Los bombardeos saudíes han dejado a 20 millones de personas en
Yemen sin acceso a agua potable, saneamiento y alimentos adecuados. El resultado
es el hambre masiva, la inanición inminente y la mayor epidemia de cólera en la
historia, que ya afecta a más de 800.000 personas, la mitad siendo niños menores
de 18 años, con 4.000 nuevos casos cada día.
Según la ONU [en inglés], “la privación deliberada de recursos
necesarios para la supervivencia física del grupo... como agua potable,
alimentos y servicios médicos” ¡constituye un acto de genocidio!
Respuesta de Estados Unidos a la catástrofe humana
¿Y cómo han respondido los gobernantes de Estados Unidos, los que dicen ser
una fuerza por el bien en el mundo, a la catástrofe humanitaria en Yemen? ¿Con
indignación ante las imágenes de madres consolando desesperadamente a sus bebés
afectados por el cólera? ¿Con una condena de la hambruna acechando a millones,
dañando a los niños? ¿Con declaraciones de que la matanza debe terminar a raíz
de las noticias de la última masacre aérea saudí que mató a otras 39 personas en
Saná, la capital de Yemen?
En una conferencia de prensa de alto perfil sobre Yemen el 14 de diciembre,
la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley,
no mencionó a los millones de yemeníes a punto de morir de inanición o
cólera debido a la colaboración entre Estados Unidos y Arabia Saudita. Ella no
mostró ninguno de los cientos y cientos de bombas y misiles estadounidenses que
Arabia Saudita ha dejado caer sobre plantas de tratamiento de aguas y
alcantarillado, hospitales y clínicas, apartamentos y mezquitas, y funerales y
fiestas de bodas en Yemen.
En cambio, Haley dirigió su indignación... a Irán. Presentando lo que ella
declaró que era parte de un misil iraní disparado desde Yemen a Arabia Saudita,
Haley aseveró que demostraba que el régimen iraní estaba abasteciendo a los
hutíes. Acusó a Irán de ser responsable de la carnicería en Yemen y afirmó que
representa “una amenaza para la paz y la seguridad de todo el mundo”. Exhibió un
misil sin presentar ninguna evidencia de dónde o cuándo fue recogido, fabricado
o usado, y denunció a Irán por “permitir el lanzamiento de misiles como este
sobre civiles inocentes” — ¡mientras que bombas y misiles hechas en Estados
Unidos y lanzadas por los saudíes están lloviendo sobre civiles yemeníes!
¿Quién es el mayor asesino en masa en la faz de la tierra?
Así que frente al creciente infierno de hambre e inanición en Yemen, Haley
reafirmó el respaldo de Estados Unidos a la bárbara guerra de Arabia Saudita y
aumentó las amenazas contra Irán, intensificando el peligro de una matanza aún
mayor. (Vea la barra lateral). El papel de Estados Unidos en la guerra genocida
en Yemen no es una “excepción desafortunada”. En nombre de “la libertad”, “la
democracia” y “la salvación de vidas”, Estados Unidos ha atacado una y otra vez
a civiles y llevado a cabo masacres: tres millones muertes en la Guerra de Corea
de 1950-1953, 500,000 a manos de los generales indonesios a instancias de la CIA
en 1965; entre dos y tres millones durante la Guerra de Vietnam de 1965-75; más
de un millón de iraquíes por inanición y enfermedad debido a las sanciones de
Estados Unidos y la ONU en la década de 1990; más de 1.3 millones en Irak,
Afganistán y Pakistán como resultado de la interminable “guerra contra el
terror” lanzada en 2001; y la lista podría seguir sin parar.
Esta escandalosa violencia y matanza de civiles se ha llevado a cabo para
mantener y expandir el imperio global de explotación y opresión capitalista de
Estados Unidos, un sistema que ha destruido la vida a literalmente miles de
millones de personas.
¿Son estas las acciones de una “fuerza por el bien en el mundo”?
¡Dejen de pensar como estadounidenses y
comiencen a pensar en la humanidad!
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