El yemení es el vigésimo séptimo preso de Guantánamo
que se enfrenta a la Junta de Revisión Periódica; se mantiene la detención del
cuarto hombre y otros 36 están a la espera de revisión
13 de marzo de 2016
Andy Worthington
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 25 de octubre de 2023
En la larga saga para determinar quién está detenido en Guantánamo y qué debe
ocurrirle, la negativa de la administración Bush a reconocer las normas
nacionales e internacionales que rigen el trato a los prisioneros sigue
proyectando una larga y funesta sombra sobre los procedimientos.
En el verano de 2004, en un desplante al Corte Supremo, que había concedido a los presos el derecho
de hábeas corpus en una sentencia dictada en junio de ese año (en el caso Rasul v. Bush), la administración Bush instigó la
creación de Los
Tribunales de Revisión del Estatus de Combatiente,
destinados, en su mayor parte, a refrendar la designación previa de los presos
como "combatientes enemigos ilegales", que podían ser recluidos sin
derecho alguno. A estos tribunales les siguieron las Juntas Administrativas de
Revisión, cuya función era prácticamente la misma.
Cuando asumió el cargo en 2009, el presidente Obama estableció un proceso de revisión
interinstitucional de alto nivel, el Equipo
de Trabajo para la Revisión de Guantánamo, a raíz del cual se recomendó el
encarcelamiento continuado de 48 hombres sin cargos ni juicio.
En marzo de 2011, el presidente Obama emitió
una orden ejecutiva por la que autorizaba el encarcelamiento continuado de
estos hombres, pero les prometía nuevas revisiones que se completarían en el
plazo de un año. Lamentablemente, estas no comenzaron hasta noviembre de 2013,
pero desde entonces las revisiones -las Juntas de
Revisión Periódica (PRB por sus siglas en inglés)- han
estado revisando los casos de estos hombres, y también han comenzado a revisar
los casos de otros 25 hombres inicialmente recomendados para su procesamiento
por el grupo de trabajo, hasta que la base para el procesamiento se derrumbó
espectacularmente bajo
escrutinio en el tribunal de apelaciones de Washington, D.C.
Actualmente se han
llevado a cabo 28 de estas revisiones, y en el
plan para el cierre de la prisión que se entregó recientemente al Congreso,
el gobierno de Obama prometió completarlas todas para el otoño -lo que,
lamentablemente, será cuatro años y medio más tarde de lo prometido
originalmente, aunque en gran medida, por supuesto, es mejor que lleguen tarde
a que no se hayan llevado a cabo en absoluto.
De los 23 casos que se han resuelto hasta la fecha, en 19 se ha recomendado la puesta en libertad de
los hombres en cuestión, mientras que sólo en cuatro se ha aprobado la
continuación de su encarcelamiento (aunque cabe señalar que tienen derecho a
nuevas revisiones). Además, aún no se han tomado cinco decisiones.
Se trata de una tasa de éxito del 83%, que es notable por sí misma, pero lo es aún más si se tiene
en cuenta que se trata de hombres que inicialmente -y de forma desacertada-
fueron calificados por el grupo de trabajo como "demasiado peligrosos para
ser puestos en libertad", aunque el grupo de trabajo también reconoció que
no existían pruebas suficientes para llevarlos a juicio. Lo que esto
significaba en realidad era que las pruebas no eran tales, y que se trataba de
una colección poco fiable de declaraciones realizadas por los propios presos, o
por sus compañeros de prisión, como resultado de torturas u otras formas de
maltrato, o mediante sobornos con la promesa de prebendas y mejores condiciones
de vida.
Rechazada la solicitud de excarcelación de un cuarto preso
El 3 de marzo, Yassim Qasim Mohammed Ismail Qasim (ISN 522), yemení también conocido
como Yasin Ismail o Yassin Ismail, vio aprobada por una Junta de Revisión
Periódica su permanencia en prisión. Su revisión tuvo lugar hace un mes, cuando
sus representantes personales (personal militar designado para representarlo)
alegaron que ha desarrollado una "pasión por la salud" y ha
"comenzado a asesorar a otros detenidos en materia de nutrición para
aumentar sus conocimientos en un esfuerzo por contribuir a su calidad de
vida", y su abogado explicó cómo "ha perdido el ansia de viajar y la
sed de aventuras que tenía a los 22 años" y "simplemente quiere
seguir adelante con su vida".
No obstante, la
junta de revisión concluyó que su "mantenimiento en detención en
virtud de la ley de guerra [...] sigue siendo necesario para protegerle contra
una amenaza significativa y continuada para la seguridad de Estados
Unidos", teniendo en cuenta su "historial previo de entrenamiento con
armas y experiencia de combate durante un periodo prolongado en
Afganistán", y "la frecuencia, especificidad y naturaleza reciente de
[sus] expresiones de apoyo a conductas extremistas, las vías disponibles para
su reinserción, su limitado historial de cumplimiento y su falta de franqueza".
La Junta añadió que espera revisar el caso de Ismail dentro de seis meses, y le animó "a
continuar con su reciente muestra de comportamiento cumplidor, a aprovechar las
oportunidades educativas y de asesoramiento, a trabajar con su abogado privado
y sus representantes personales para seguir desarrollando planes posteriores a
la detención, y a ser cada vez más abierto en las comunicaciones con la
Junta."
El 27º preso que se enfrenta a una Junta de Revisión Periódica
El preso número 27 cuyo caso ha sido revisado es Suhayl Abduh Anam al-Sharabi, alias Zohair
al-Shorabi (ISN 569), yemení y uno de los 22 presos sometidos a una PRB cuyo
procesamiento se había recomendado inicialmente. Hasta la fecha sólo se ha
procesado a un preso recomendado -el egipcio Tariq al-Sawah, cuya
revisión prosperó y que fue
liberado en Bosnia en enero-, pero otro, Saifullah Paracha (ISN 1094),
hombre de negocios paquistaní secuestrado en Tailandia en 2003 y recluido en
"sitios negros" antes de ser trasladado a Guantánamo en septiembre de
2004, obtuvo su PRB el 8 de marzo, sobre el que escribiré muy pronto, y también
están próximas las revisiones de Sharqawi Abdu Ali Al Hajj (ISN 1457), un yemení
sometido a tortura en "sitios negros", el 15 de marzo, Obaidullah
(ISN 762), un afgano cuyos abogados
militares establecieron su inocencia hace cinco años, el 19 de abril, y, el
2 de junio, Mohamedou
Ould Slahi (ISN 760), mauritano y autor del éxito de ventas "Guantánamo Diary",
a quien se le concedió
el hábeas corpus en marzo de 2010, aunque posteriormente fue
anulado y devuelto al tribunal inferior, donde, vergonzosamente, ha
languidecido desde entonces, en noviembre de 2010.
Zohair al-Shorabi es uno de los 17 hombres detenidos en una serie de redadas domiciliarias en
Karachi, Pakistán, el 7 de febrero de 2002 y, como señalé en un
artículo de septiembre de 2010:
[Declaró en Guantánamo que fue a Pakistán en 1999 en busca de trabajo y que posteriormente estableció una
empresa comercial. Sin embargo, las autoridades estadounidenses alegan que
asistió a un campo de entrenamiento libio cerca de Kabul y que luchó en el
frente talibán. En un momento dado, también se le acusó de trabajar como
guardia en el aeropuerto de Kandahar antes de los atentados del 11-S, donde fue
"visto en compañía de Osama bin Laden y otro alto operativo de Al
Qaeda", y "se cree que es de Al Qaeda por su acceso a Osama bin
Laden". Sin embargo, aunque esta acusación coincidía con un patrón de
declaraciones falsas realizadas por uno de los compañeros de prisión de
al-Shorabi, identificado
por el FBI como un notorio mentiroso que había acusado falsamente a 60
presos de Guantánamo, también se le señaló por dos
acusaciones aún más preocupantes: que, en una fecha no especificada, viajó
a Malasia, donde supuestamente se alojó con Khalid al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi,
dos de los secuestradores del 11-S, y que era "uno de los siete individuos
seleccionados como mártires" para una futura operación terrorista.
El
resumen no clasificado preparado para la Junta de Revisión Periódica
respalda esta valoración, describiéndolo como "parte del complot del jefe
de operaciones externas de Al Qaeda, Khalid Shaykh Muhammad (KU-10024), para
llevar a cabo atentados del estilo del 11-S en el Sudeste Asiático [que] viajó
a Malasia, donde se alojó con el operativo de Al Qaeda Walid Muhammad Salih Bin
Attash (YM- 10014) y dos de los secuestradores del 11-S". También fue
descrito como guardaespaldas de Osama bin Laden. Por si sirve de algo, tengo
serias dudas de que se planeara una futura operación terrorista -y el
expediente militar previamente clasificado de al-Shorabi, publicado por
WikiLeaks en 2011, afirma que "[e]l propósito del viaje a Malasia era
acompañar a [bin Attash] al hospital para que le ajustaran una prótesis de pierna."
Se desconoce en qué medida la información sobre Al Shorabi es exacta. El ejército admite que
"[l]a mayoría de las informaciones sobre su implicación en Al Qaeda
proceden de otros detenidos, que afirman sistemáticamente que fue
guardaespaldas de Bin Ladin y que puede haber estado relacionado con un complot
abortado de secuestro en el sudeste asiático". El propio Al-Shorabi sólo ha
"admitido su pertenencia a Al Qaeda en una ocasión, y desde entonces ha
negado su implicación con el grupo". Quizá lo más importante es que
también "ha negado tener conocimiento de cualquier plan operativo de Al Qaeda".
También se señaló que, en Guantánamo, "ha hecho declaraciones contra Estados Unidos y ha
expresado su apoyo al extremismo", ha "proporcionado poca información
de valor" y también "ha tenido un mal historial de cumplimiento
durante la mayor parte de su detención, incluidas agresiones a los guardias y
más de 1.000 extracciones forzadas de celdas" durante su prolongada
huelga de hambre (que, para que conste, fue descrita por las autoridades,
según el último giro, como un "ayuno prolongado no religioso").
También se señaló, sin embargo, que "puso fin a su ayuno en noviembre de
2014, probablemente porque quiere permanecer en la vida en común", según Fuerza
Conjunta de Guantánamo, desde cuando su "historial de
cumplimiento ha mejorado."
También se señaló que "no tiene conexiones conocidas con el terrorismo en curso y sólo mantiene
contacto intermitente con su familia en Taiz, Yemen, que no parecen estar
involucrados en actividades terroristas." El sumario añadía que "si
fuera repatriado, la inestabilidad política y la actividad de AQAP en Yemen le
brindarían oportunidades para volver a participar", pero aunque esto
indica que no tiene conexiones terroristas fuera de Guantánamo, es irrelevante
en cuanto a si debe ser puesto en libertad o no, ya que todo el establishment
estadounidense está de acuerdo en que no se debe repatriar a ningún yemení. Más
significativa es la valoración de que al-Shorabi "no ha discutido ningún
plan definitivo posterior a la detención", sin lo cual es muy improbable
que se recomiende su puesta en libertad.
En el sitio web de la Secretaría del Revisión Periódica figura la
declaración inicial de los representantes personales de al-Shorabi
(militares designados para representarlo en su PRB). Imagino que sus abogados
también hicieron una declaración, aunque no está incluida. Sin embargo, los
representantes personales consiguieron pintar un retrato de al-Shorabi distinto
del presentado por los militares: el de un entusiasta del deporte que echa de
menos desesperadamente a su familia, que sólo quiere seguir adelante con su
vida, que "desea mantenerse al margen de todos y cada uno de los
conflictos" y que "no ha expresado ninguna mala voluntad ni enfado
por su detención en Guantánamo".
Audiencia inicial de la Junta de Revisión Periódica, 01 mar 2016
Suhayl Abdul Anam Al Sharabi, ISN 569
Declaración inicial del representante personal
Miembros de la Junta, somos los representantes personales de Suhayl Abduh Anam al Sharabi. Suhayl
estaba muy contento, cuando hicimos nuestra visita inicial para notificarle su
entrada en el proceso de la Junta de Revisión Periódica, y nos sorprendió
gratamente ver que Suhayl se mostraba muy cooperativo y receptivo a reunirse
con nosotros. De hecho, estaba ansioso por conocernos y contarnos su historia.
Durante nuestra primera reunión nos explicó sus antecedentes, su infancia, su
familia y el futuro que espera tener.
Como muchas familias de su pueblo, Suhayl es de familia numerosa. Su padre y su madre siguen vivos y
le echan mucho de menos. Tiene tres hermanos que han fundado sus propias
familias y son miembros productivos de la sociedad. Suhayl tiene tres hermanas
que también están casadas y tienen sus propias familias. Viven tranquilamente
en el mismo pueblo y desean permanecer juntos. La familia de Suhayl valora
mucho el respeto y la regla de oro de tratar a los demás como les gustaría ser
tratados. Juntos están dispuestos a acogerle de nuevo y a seguir adelante con él.
Una de las pasiones de Suhayl son los deportes; en particular, le gusta jugar y ver fútbol. Aspira a
convertirse algún día en administrador deportivo de un equipo de fútbol.
Mientras tanto, sigue y apoya continuamente a la selección brasileña, y pasa el
tiempo con otros detenidos hablando de deportes y, por supuesto, de las
posibilidades de su equipo de ganar el Mundial.
Desde que está en Guantánamo, Suhayl cree firmemente en el respeto mutuo. Sus compañeros dan fe
de ello. Desea profundamente reunirse con su familia y fundar una propia. En
cuanto a los conflictos en su país, le entristecen los atentados y que personas
inocentes se vean envueltas en tan terribles luchas. Desea mantenerse al margen
de todos los conflictos. De hecho, desea mantenerse al margen de los asuntos
ajenos y centrarse en su propio bienestar y futuro. Suhayl no ha expresado mala
voluntad ni enfado alguno por su detención en Guantánamo, y sí ha expresado la
gran tristeza que le ha causado a su familia. Aunque Suhayl preferiría ser
trasladado a un país de habla árabe, no es necesario. Suhayl está dispuesto a
participar en un programa de rehabilitación y quiere dejar perfectamente claro
a la Junta que no es una amenaza para Estados Unidos. Suhayl espera responder a
sus preguntas.
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