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Nota de El Mundo no Puede Esperar: Morell pidió que su nombre dejara de ser considerado para la dirección de la CIA.

Víctimas de tortura encabezan el llamado para que los apologistas de tortura Avril Haines y Mike Morell para que no sean confirmados como director de Inteligencia Nacional y de la CIA

22 de diciembre de 2020
Andy Worthington

Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 7 de enero de 2021


Avril Haines y Mike Morell, ambos con un historial preocupante como apologistas de tortura. En una carta abierta, opositores de tortura, incluyéndome, le pedimos al presidente electo Biden no nominar a Mike Morell como director de la CIA y al senado no conformar a la designada Avril Haines como directora de Inteligencia Nacional.

Estoy feliz de ser signataria de la carta abierta iniciada por Medea Benjamin de CODEPINK y Marcy Winograd de Progressive Democrats of America y CODEPINK, pidiéndole al presidente electo Joe Biden no nominar como director de la CIA a Mike Morell y pidiéndole al senado no aprobar a la nominada aprobada de Biden Avril Haines como directora de Inteligencia Nacional (encabezando las 16 ramas de la comunidad de inteligencia estadounidense); estoy particularmente gratificada por haber podido contactar a varios ex detenidos de Guantánamo para animarlos a firmar la carta.

Tanto Morell como Haines tienen un historial perturbador de defender el uso de tortura. Morell, que fue analista en la CIA bajo George W. Bush, adjunto y director de la CIA bajo Obama, defendió el uso de tortura cuando habló con VICE en el 2015. “No me gusta llamarle tortura por una simple razón: llamarle tortura es llamarles torturadores a mis hombres”, dijo, añadiendo que “Voy a defender a mi gente hasta el último aliento”. Como explicaron Medea Benjamin y Marcy Winograd en un artículo el día de ayer para Common Dreams, Morell “puso a sus amigos de la CIA sobre la verdad, la ley y la decencia básica”.

Esperemos, como dijeron, que “la tracción de Morell podría disminuir con el gobierno de Biden…después de que los progresistas lanzaran una campaña contra él y que el senador Ron Wyden, un poderoso demócrata en el Comité de Inteligencia del Senado lo llamara un “apologista de tortura” y dijo que su designación como cabeza de la CIA era un mal comienzo”. Y en relación a Avril Haines, subdirectora de la CIA bajo Obama, Medea Benjamin y Marcy Winograd mencionaron que “tiene una reputación interna de ser una persona linda y bien hablada”, pero “era demasiado linda con los agentes que hackearon las computadoras de los investigadores del Comité de Inteligencia del Senado estaban buscando en el uso de la tortura por parte de la CIA”, cuando “escogió no disciplinar a los hackers de la CIA que habían violado la separación de poderes, cruzando líneas rompiendo el servidor de seguridad entre las ramas ejecutivas y legislativas. Para añadir insulto a la herida, Haines los llevó a redactar un reporte exhaustivo de tortura del Comité de Inteligencia del Senado de 6,000 en 5 años hasta que quedó un resumen censurado de 500 páginas rayado con tinta negra para cubrir los horrores y proteger a los responsables”.

Lo que claramente se necesita en ambos puestos es gente que nunca estuvo involucrada en el asqueroso y vergonzoso programa de tortura y que nunca hubieran buscado defenderlo porque nada menos tiende, incluso de manera táctica, a endorsar lo que sucedió en el programa de tortura post 11/9, uno de cuyos puestos avanzados, Guantánamo, continúa abierta, vergonzosamente y a punto de cumplir 19 años.

Una carta abierta al presidente electo Biden y al senado de parte de las víctimas de tortura y sus defensores que se oponen a Mike Morell para la CIA y a Avril Haines para Inteligencia Nacional

Como sobrevivientes de tortura y sus defensores, le pedimos al presidente electo Biden que no nomine a Mike Morell para director de la CIA y le pedimos al senado que no apruebe a su nominada Avril Haines para directora de Inteligencia Nacional.

Tanto Morell como Haines tienen perturbadores registros sobre tortura, una forma de violencia con efectos prolongados: ansiedad, estrés, trauma físico y psicológico. Sabemos porque hemos vivido esta pesadilla, ya sea personalmente o como defensores de sobrevivientes que siempre serán acechados por la tortura pasada.

Creemos que el registro de Morell y Haines los descalifica para dirigir agencias de inteligencia. Su nombramiento socavaría el estado de derecho y la credibilidad estadounidense alrededor del mundo. Sería una reprensión cruel para la gente como nosotros y aquellos a quienes les importan los derechos humanos y la protección básica de la dignidad.

Morell, un analista de la CIA bajo Bush y adjunto y director de la CIA bajo Obama, ha defendido las practicas de “interrogación mejoradas” de la Agencia. Esto incluía el waterboarding, golpizas, privación de sueño, posiciones de estrés y humillación sexual. Estas prácticas han sido comúnmente, y con razón, denunciadas como tortura. En julio del 2014, el presidente Obama simplemente admitió “torturamos a algunos tipos”.

El mismo año, el Comité de Inteligencia del Senado, publicó un resumen de 500 páginas de su “Reporte de tortura”. Extraído de millones de página de documentos internos de la CIA, el reporte denuncia la tortura de la CIA como inhumana e inefectiva. Concluyó que el uso de tortura por parte dela Agencia era más frecuente y asquerosa de lo que previamente habían reconocido. Los investigadores del senado también documentaron que la CIA le había mentido al congreso, al presidente y a los americanos al insistir falsamente que las “interrogaciones mejoradas” habían forzado a los detenidos a revelar información crítica y que, por lo tanto, habían frustrado conspiraciones terroristas.

Aun así, en su libro del 2015, Morell aseguró, sin evidencia, que la tortura era efectiva. Como reportó el Military Times, el staff del Comité de Inteligencia del Senado también estaba tan preocupado por las afirmaciones de Morell que emitieron una larga refutación en un reporte especial. Refiriéndose a los propios documentos de la CIA, el reporte atacó los numerosos errores y malas interpretaciones de los hechos establecidos por parte de Morell.

Además, Morell defendió la destrucción de la CIA, en el 2005, de casi 90 vídeos de la brutal interrogación de Abu Zubaydah y de otros detenidos en “sitios negros” de la CIA. Solicitados por el congreso, los tribunales y abogados, las cintas, sin duda alguna, mostraban conducta perturbadora de parte de los Estados Unidos. Su destrucción vino cuando se revelaron los abusos en Abu Ghraib, justo cuando el país estaba vigorosamente debatiendo la ilegalidad y moralidad del trato a los detenidos.

Defender la eliminación de las cintas, como lo ha hecho Morell, es inaceptable. Desafía la transparencia que nuestra democracia necesita para funcionar, mientras sirve para proteger de la responsabilidad a los potencialmente culpables de crímenes graves.

La afirmación de que “la tortura funciona” es la gran mentira que han usado los atormentadores a través de la historia para justificar sus abusos. Cuando es repetida por oficiales de alto rango para defender la tortura post 11/9, sirve para excusar lo inexcusable.

Morell no tiene lugar alguno en el gobierno de Biden-Harris administración. Su nominación enviaría el mensaje escalofriante a los sobrevivientes y otras víctimas de la grave injusticia que el gobierno de los Estados Unidos, incluyendo el de Biden, de que no sostienen sus valores declarados. El senador Ron Wyden (D-OR) del Comité de Inteligencia del Senado ha dicho, acerca de Morell: “Ningún apologista de tortura puede ser confirmado como director de la CIA. Es un mal comienzo”. Estamos de acuerdo y le pedimos al presidente electo no nominar a Morell.

También nos oponemos a Avril Haines, otra apologista de tortura, como directora de Inteligencia Nacional. Ya que ya fue nominada, le pedimos a los senadores se opongan a su confirmación.

Como subdirectora de la CIA del 2013-2014, Haines invalidó al Inspector General de la CIA cuando escogió no castigar al personal de la Agencia acusado de hackear las computadoras del Comité de Inteligencia del Senado durante su investigación en el uso de tortura de la CIA. Además, Haines fue parte del equipo que redactó el reporte de 6,000 sobre tortura, reduciéndolo a un resumen de 500 páginas. El reporte completo ha sido solicitado por abogados, defensores de derechos humanos, legisladores y académicos que buscan un relato complete de la conducta perturbadora de los Estados Unidos.

Haines también apoyó la nominación de Trump de Gina Haspel como directora de la CIA. Supervisando un sitio obscuro de la CIA en Tailandia en el 2002, Haspel estuvo directamente implicada en tortura de la CIA. Después redactó el memo que autorizó la destrucción de las cintas de la CIA.

Al igual que Morell, Haines ha trabajado tanto para defender la tortura como para oprimir la evidencia de. Ella, también, es incompatible con el alcance establecido de la administración Biden-Harris para restaurar la integridad y respeto del estado de derecho al gobierno.

El nuevo gobierno debe mostrarles a los estadounidenses y al mundo que reconoce la conducta preocupante de los Estados Unidos en el pasado y asegurarles que tales abusos jamás volverán a ocurrir. Para hacer eso, necesita líderes de inteligencia que no han condonado la tortura o han encubierto el espantoso registro de la CIA de su uso. Necesitamos líderes de inteligencia que entiendan que la tortura es ilegal bajo la ley internaciona; que es inhumana, inefectiva, que pone en riesgo al personal militar estadounidense si fuera capturado por adversarios, que viola la restauración de confianza en la decencia americana central de la visión de Biden para su presidencia.

Por eso le pedimos al presidente electo Biden que no nomine a Mike Morell para director de la CIA y al senado rechazar la nominación de Avril Haines como directora de Inteligencia Nacional. La gente de los Estados Unidos y del mundo merece algo mejor.

Firman:

Mohamedou Ould Salahi, prisionero torturado en Guantánamo; detenido sin cargos ni juicios por 14 años, golpeado, alimentado forzosamente, privado de sueño, liberado en el 2016 y autor de Guantánamo Diary

Djamel Ameziane, argelino, ex detenido de Guantánamo, sobreviviente de tortura, encarcelado sin cargos del 2002-2013, en confinamiento solitario por una década, sufrió de pérdida de visión.

Moazzam Begg, sobreviviente de tortura, ex detenido de Guantánamo, CAGE UK, firmó una confesión bajo tortura cuando estaba en custodia estadounidense, sujeto a privación de sueño, posiciones de estrés, amarrado como cerdo encapuchado.

Maher Arar, sobreviviente de tortura y entrega, azotado con cables eléctricos y forzado a confesar mientras estaba en custodia estadounidense en Siria.

Mansoor Adayfi, prisionero liberado de Guantánamo, vendido a las fuerzas estadounidenses en Afganistán por dinero de recompensa, encarcelado en Guantánamo sin cargos por 14 años, 7 en aislamiento, sobreviviente de tortura, re establecido en Serbia, escritor galardonado.

Lakhdar Boumediene, ciudadano argelino de Bosnia y Herzegovina encarcelado en Guantánamo del 2002–2009, alimentado forzosamente por dos años, encabezó la demanda Boumediene v. Bush, una decisión de la Suprema Corte estadounidense en el 2008 que determina que los detenidos de Guantánamo tienen derecho a habeas corpus en los tribunales federales estadounidenses.

Carlos Mauricio, profesor de universidad que fue secuestrado y torturado por escuadrones de muerte de extrema derecha apoyados por los Estados Unidos en El Salvador, director ejecutivo de Stop Impunity Project.

Hector Aristizabal, psicólogo y artista teatral, sobreviviente de tortura de Colombia, co creador de Reconectando; Theater of the Oppressed.

Sister Dianna Ortiz, misionario estadounidense que le enseña a niños maya, torturado en 1989 por miembros del ejército guatemalteco con apoyo estadounidense.

Jean Marie Kalonji, líder congolesa de juventud torturado por la policía y el ejército, coordinador del Cuarto Camino.

Mario Avila, sobreviviente guatemalteco de tortura secuestrado en 1969 y nuevamente en 1976, torturado en cárceles clandestinas bajo directivos del gobierno estadounidense; Colectivo Guatemalteco Los AngelesTorture Abolition and Survivors Support Coalition (TASSC).

Gloria Avila, Torture Abolition and Survivors Support Coalition (TASSC).

Frankie Flores, sobreviviente salvadoreño de tortura, Torture Abolition and Survivors Support Coalition (TASSC).

Jennifer Harbury, abogada, esposa del fallecido Efraín Bámaca Velásquez, sobreviviente de tortura guatemalteco, autor de “Truth, Torture and the American Way”, que documenta el uso histórico de tortura por parte de la CIA.

Major Todd Pierce (retirado del ejército estadounidense) juez auditor judicial general en la defensa de equipos para acusados en las comisiones militares de Guantánamo

Buz Eisenberg, abogado de detenido de Guantánamo

Jim Dorsey, abogado de detenido en Guantánamo liberado

Jeffrey S. Kaye, autor, Cover-Up at Guantanamo.

Alfred W. McCoy, autor, A Question of Torture: CIA Interrogation from the Cold War to the War on Terror.

Marjorie Cohen, abogado, autor, The United States And Torture: Interrogation, Incarceration, And Abuse.

Colonel Larry Wilkerson, Jefe de Staff del ex Secretario de Estado Colin Powell.

Roy Bourgeois, School of the Americas Watch.

Helen Sklar, especialista certificado en ley de inmigración, representó a víctimas de tortura de todo el mundo en procedimientos de asilo.

Elizabeth Murray, adjunta de Inteligencia Nacional retirada

Colonel Ann Wright, coronel del ejército estadounidense (retirada) y ex diplomática

Valerie Lucznikowska, September 11 Families for Peaceful Tomorrows.

Jeremy Varon, Witness Against Torture and Professor of History en The New School.

Medea Benjamin, CODEPINK Women for Peace.

Dr. Maha Hilal, Justice for Muslims Collective.

Rebecca Gordon, autor, Mainstreaming Torture.

Bogdan Dzakovic, hijo de víctima de tortura de la Segunda Guerra Mundial

Ray McGovern, oficial de la CIA retirado, miembro de Veteran Intelligence Professionals for Sanity.

Philip M. Giraldi, ex oficial de operaciones de la CIA, director ejecutivo del Council for the National Interest.

John Kiriakou, informante que fue encarcelado, ex oficial de la CIA

Coleen Rowley, ex agente especial del FBI e informante

Greg Thielmann, oficial de inteligencia del Departamento de Estado, retirado.

David Swanson, director ejecutivo de World Beyond War; autor, “Torture is Foreplay for War.”

Norman Solomon, Autor, War Made Easy: How Presidents and Pundits Keep Spinning Us to Death.

Marcy Winograd, Progressive Democrats of America; delegada 2020 DNC, autor de Open Letter to Joe Biden: Hire New Foreign Policy Advisors, firmada por 450 delegados opositores a encubrir tortura

Matthew W. Daloisio, abogado, Witness Against Torture.

Andy Worthington, director, CloseGuantanamo.org, autor, The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America’s Illegal Prison.

Nancy Talanian, No More Guantánamos.

Bill Binney, oficial retirado de la Agencia de Seguridad Nacional e informante

Sue Udry, directora ejecutiva de Defending Rights y disidente

Kathy Kelly, Voices for Creative Nonviolence.

Roger Waters, músico, activista y compositor de “Each Small Candle” – tributo a una víctima de tortura

Angela Edman, Torture Abolition and Survivors Support Coalition (TASSC).

Art Laffin, Catholic Worker House.

Sandra y Ulis Williams, Activistas, School of the Americas Watch.

Martin Melkonian, maestro para Human Rights.

Johnny Zokovitch, director ejecutivo, Pax Christi USA.

Uwe Jacobs, psicólogo de Survivors International.

Rev. Emma Jordan-Simpson, director ejecutivo de Fellowship of Reconciliation.

Frank Goldsmith y Robin Kirk, co presidentes, North Carolina Commission of Inquiry on Torture.

Linda Lewis, Sam Adams socios para Integridad en Inteligencia.

Dr. Mary Helen White, doctor para Human Rights, trabaja con víctimas de tortura

Adrienne Kinne, presidente, Veterans For Peace.

Garette Reppenhagen, director ejecutivo, Veterans For Peace.

C. Peter Dougherty, co fundador de Meta Peace Team.

Sara Olson, Women Against Military Madness, Tackling Torture Committee.

Julie Alley, Witness Against Torture


 

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