El único keniano de Guantánamo, detenido en 2007,
pide su liberación a través de la Junta de Revisión Periódica
16 de mayo de 2016
Andy Worthington
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La semana pasada (el 10 de mayo), Mohammed Abdul Malik Bajabu (alias Mohammed
Abdulmalik), el único keniano recluido en Guantánamo, se convirtió en el 36º
preso cuyo caso es examinado por una Junta de
Revisión Periódica (PRB por sus siglas en inglés). Los
PRB, un proceso de revisión de alto nivel que comenzó en noviembre de 2013,
cuentan con la participación de representantes de los Departamentos de Estado,
Defensa, Justicia y Seguridad Nacional, así como de la oficina del Director de
Inteligencia Nacional y la Oficina del Estado Mayor Conjunto, y, en los dos
años y medio transcurridos desde su creación, han revisado los casos de dos
grupos de hombres: 41 hombres calificados por el Equipo
de Trabajo para la Revisión de Guantánamo (que el presidente Obama creó
cuando asumió el cargo por primera vez en 2009) como "demasiado peligrosos
para ser puestos en libertad", y otros 23 propuestos inicialmente para ser
juzgados hasta que la base de los procesamientos se vino abajo en gran
medida, en 2012 y 2013, después de que los jueces de los tribunales de
apelación dictaminaran que los crímenes de guerra que se perseguían habían sido
inventados por el Congreso.
En el caso de los 41 hombres calificados como "demasiado peligrosos para ser puestos en
libertad", el grupo de trabajo también reconoció que no existían pruebas
suficientes para juzgarlos, pero lo que esto significa, por supuesto, es que no
se trata de pruebas en absoluto, sino de algo mucho menos fiable:
información que se obtuvo de los propios prisioneros mediante el uso de la
tortura u otras formas de abuso, o mediante el soborno con la promesa de
mejores condiciones de vida.
De los 36 casos revisados hasta Mohammed Abdulmalik incluido, hasta ahora se ha
aprobado la puesta en libertad de 21 hombres, y sólo se ha recomendado la
continuación del encarcelamiento de siete, lo que supone una tasa de éxito del
75%, que echa bastante por tierra las afirmaciones de Estados Unidos sobre que
los hombres en cuestión son "demasiado peligrosos para ser puestos en
libertad". Los otros ocho revisados están a la espera de decisiones.
Mohammed Abdulmalik, nacido en 1973, fue uno de los últimos presos en llegar a Guantánamo, el 23 de
marzo de 2007, cuando fue descrito por el Pentágono como un "peligroso
sospechoso de terrorismo", que había "admitido su participación en el
atentado de 2002 contra el Hotel Paradise de Mombasa, Kenia, en el que un
todoterreno cargado de explosivos se estrelló contra el vestíbulo del hotel,
matando a 13 personas e hiriendo a 80", y también había "admitido su
participación en el intento de derribo de un avión civil Boeing 757 israelí con
271 pasajeros, cerca de Mombasa."
Sin embargo, las autoridades nunca le han concedido un Tribunal de Revisión del Estatuto de
Combatiente (CSRT), que sí han recibido casi todos los demás presos, salvo
algunos de los últimos llegados. Esto significa que nunca hemos tenido noticias
directas de él en el contexto de la administración de Guantánamo, y también
significa que no parece haber un caso contra él, ya que se requiere un CSRT
para poder ser juzgado por una comisión militar.
Sus abogados de Reprieve siempre han mantenido que no existe ningún caso contra él. En un perfil de
su sitio web, explican que es padre de tres hijos y que "fue
trasladado por su propio gobierno al sistema de prisiones secretas de Estados Unidos".
Como explicó Reprieve, el calvario de Abdulmalik "comenzó con su detención por la policía keniana
en la cafetería de un hotel de Mombasa en febrero de 2007. Fue retenido por la
Unidad de Policía Antiterrorista de Kenia, durante la cual fue duramente
golpeado e interrogado sobre supuestos planes para atentar en un próximo
maratón en Mombasa".
Sin embargo, "[d]espués de dos semanas de detención, las autoridades kenianas
aparentemente no encontraron pruebas que vincularan a Abdulmalik con ninguna
actividad delictiva. Pero no fue puesto en libertad. En lugar de ello, las
autoridades kenianas lo condujeron a un aeropuerto y lo entregaron, sin ningún
tipo de proceso judicial, a personal militar estadounidense."
De Kenia voló a Yibuti, "donde fue recluido en un contenedor de transporte en una base
militar estadounidense y los interrogadores le dijeron que estaba a punto de embarcarse
en un 'largo, largo viaje'", y después voló a Afganistán, donde estuvo
recluido en Bagram "en condiciones espantosas" y en una segunda
prisión, y después voló a Guantánamo.
En Kenia, señaló Reprieve, se ha producido un "justificado enfado entre los grupos de
derechos civiles" por la traición percibida del gobierno hacia un
ciudadano keniano, aunque en respuesta, como también señaló Reprieve, el
gobierno keniano "ha intentado eludir su responsabilidad negando que
Abdulmalik sea keniano".
Calificando esta afirmación de "irrisoria", Reprieve explicó que "decenas de
personas, entre ellas su padre y la comadrona que lo trajo al mundo -en Kisumu,
a orillas del lago Victoria-, son testigos de su nacimiento y herencia kenianos".
El gobierno keniano también ha intentado negar su implicación en el traslado de Abdulmalik fuera de
Kenia por las fuerzas estadounidenses, alegando que fue deportado. Sin embargo,
el embajador estadounidense en Kenia, Michael Ranneberger, confirmó en la radio
keniana que Abdulmalik fue "trasladado a Guantánamo con el pleno
consentimiento del gobierno keniano... [como] parte de la colaboración entre
los dos gobiernos para luchar contra el terrorismo global".
Al evaluar su situación en Guantánamo, Reprieve señaló que "ya no era interrogado con
regularidad", y vio en ello "quizá una señal de que el gobierno
estadounidense se ha dado cuenta de que no es el pez gordo que creían que era".
En septiembre de 2012, el Daily Nation
también se hizo eco de su caso, cuando su hermanastra, Mwajuma Rajab
Abdalla, declaró desde su casa en Mombasa: "No sabemos qué ha sido de él.
La última vez que el gobierno nos habló de él fue hace dos años. Nadie quiere ayudarnos".
El artículo de 2012 citaba ampliamente el testimonio del propio Abdulmalik sobre sus experiencias,
facilitado a sus abogados: cómo, tras ser detenido por primera vez, "[e]n
el coche, dos de los policías le apuntaron con pistolas a cada una de las
sienes, y uno de ellos lo asfixió y luego le aplastó la cabeza bajo la bota.
Otro seguía apuntándole a la cabeza con la pistola. El policía siguió
estrangulándole hasta que uno de sus compañeros dijo: 'No aprietes tanto, vamos
a matar al tipo'".
Detenido brevemente en diversos centros de Kenia, "vio a tres hombres blancos que le observaban
desde fuera de la sala de interrogatorios" en una prisión
-presumiblemente, estadounidenses- y, cuando le llevaron a un aeropuerto,
"vio, a través de la parte inferior de su venda, un enorme avión con una
bandera estadounidense pintada en un lateral". Posteriormente, "le
desnudaron, le pusieron un pañal y luego le vistieron con un chándal", y
le llevaron en avión a Camp Lemonier, una instalación militar estadounidense en
Yibuti, donde "permaneció encadenado al suelo del avión de carga, con los
ojos, la cabeza y la boca tapados". En su testimonio, afirmó que, en un
momento del vuelo, soldados estadounidenses "lo llevaron hasta la puerta
del avión y amenazaron con arrojarlo fuera".
En Yibuti, "lo llevaron a un contenedor de transporte y lo metieron en una sala de
interrogatorios con cuatro personas -dos guardias y dos interrogadores- que le
dijeron que estaba conectado con gente de todo el mundo" implicada en
terrorismo. Fue allí donde también le dijeron que era "sospechoso de
planear atentados contra el Campeonato Mundial de Campo a Través de Mombasa en 2007".
Según relató, un interrogador estadounidense le dijo: "Tienes dos posibles viajes: uno de
regreso a tu familia, u otro que es muy, muy largo. Si no nos dices lo que
queremos oír, tendrás un viaje muy, muy largo; te pasarás la vida en una jaula".
En el vuelo a Afganistán, dijo Abdulmalik, se sintió "muy solo, confuso y
asustado", y a su llegada, en un momento en que Bagram aún estaba en manos
estadounidenses y lleno de prisioneros, lo "encerraron en un corral de
madera en las celdas tipo jaula", y también "lo llevaron a otra
prisión secreta en Kabul, donde los estadounidenses le hicieron fotografías, lo
pesaron y le dieron un mono azul para que se lo pusiera".
A su llegada a Guantánamo, dijo, estuvo recluido en régimen de aislamiento durante dos meses,
y sólo se le permitió llevar pantalones cortos. Después, según su descripción,
"el gobierno estadounidense descubrió que no era el pez gordo que creían
que era y lo trasladaron al campo IV... reservado para los sospechosos que
Estados Unidos considera que presentan el menor riesgo".
En 2008, en una demostración de cómo la implacable y en gran medida inútil recopilación de
información era una parte importante del entramado de Guantánamo y de la
"guerra contra el terror", mediante el uso de álbumes de fotos de los
presos y de hombres buscados por Estados Unidos, dijo a sus abogados: "Hace
meses, pedí que me acusaran: ¡no soy un combatiente enemigo! Pedí un proceso.
Me dijeron: 'No, no hay proceso'. En lugar de eso, traen fotos de somalíes: ¿lo
conoces? ¿Le conoces? ¿Le conoces? Cientos, quizá miles de fotos. No conozco a
esos somalíes. Pero no hay tribunal".
Hablando del CSRT que nunca se celebró, a pesar de que el Pentágono lo prometió cuando se anunció por
primera vez su llegada a Guantánamo, Clara Gutteridge, que entonces trabajaba
con Reprieve, dijo: "No ha habido ningún procedimiento judicial. Si hay
alguna prueba contra él, ha dicho que está dispuesto a enfrentarse a un juicio,
incluso en Kenia, antes que ser detenido contra su voluntad en Guantánamo."
Como sugería a continuación el periódico keniano, en un agudo análisis de los fracasos de la
detención estadounidense tras el 11-S, "el encarcelamiento continuado de
Abdulmalik probablemente pone de manifiesto hasta qué punto Estados Unidos
sigue preso de sus errores pasados. Aunque su enfoque del terrorismo ha
evolucionado, el hecho de que no se le haya acusado de ningún delito demuestra
lo mucho que le queda por hacer a Washington si desea desarrollar una política
de seguridad nacional respetuosa con los derechos. El rasgo distintivo más
importante de Guantánamo ha sido un encarcelamiento militar indefinido sin un
proceso justo".
Junta de Revisión Periódica de Mohammed Abdulmalik
En su resumen
no clasificado previo a la PRB, el gobierno estadounidense describió a
Abdulmalik como "inspirado por un imán radical para abandonar Kenia en
1996 y recibir formación extremista en Somalia, donde entabló una estrecha
relación con miembros de Al Qaeda en África Oriental (AQEA), entre ellos
planificadores operativos de alto nivel". El gobierno alegó además que
entonces "se convirtió en facilitador de AQEA", y reiteró su
afirmación original de que "estuvo estrechamente implicado en la
preparación y ejecución de los atentados de noviembre de 2002 en Mombasa
(Kenia)", en los que murieron 13 personas. También se reiteró que,
"[e]n febrero de 2007, las autoridades kenianas detuvieron a [Abdulmalik]
por su implicación en los atentados de Mombasa y lo trasladaron a custodia estadounidense
unas semanas después".
En Guantánamo, se señaló, ha sido "un detenido muy cumplidor", aunque los analistas de
inteligencia declararon que, en los interrogatorios, "ofreció relatos
contradictorios sobre sus actividades anteriores a su detención y no proporcionó
mucha información de valor sobre sus socios de AQEA o las operaciones del
grupo". El sumario añadía que, al cabo de unos meses, "se mostró
incómodo a la hora de proporcionar más información a Estados Unidos y se mostró
poco cooperativo con los interrogadores" y, a mediados de 2010, "dejó
de acudir a las sesiones por completo", dejando lagunas en el conocimiento
de Estados Unidos sobre sus actividades entre 1997 y 2002 y, de nuevo, entre
2003 y 2006.
Las autoridades también señalaron que "no ha expresado un apoyo continuado a actividades
extremistas ni sentimientos contrarios a Estados Unidos, aunque se muestra
crítico con la política exterior estadounidense", y añadieron que "se
considera a sí mismo un sanador coránico y mantiene opiniones islámicas conservadoras
que probablemente dificulten su traslado y asimilación en países no
musulmanes". Si es trasladado, señalan los autores del sumario,
"esperamos que [él] intente reunirse con su esposa e hijos que actualmente
residen en Somalia".
A continuación figura la declaración
inicial de sus representantes personales (personal militar designado para
representarlo en su PRB), que señalaron que "no ha hecho ningún comentario
negativo o despectivo hacia las políticas de Estados Unidos ni ha expresado
interés en actividades extremistas de ningún tipo", y que también
elogiaron su interés por los negocios y su experiencia laboral previa como
"propietario de una pequeña empresa de pesca y buceo", lo que,
señalaron, "debería proporcionarle aptitudes y capacidades para obtener un
empleo con independencia del lugar al que sea trasladado". También
señalaban su deseo de reunirse con su familia, su condición de preso obediente
y su papel en Guantánamo como cocinero de sus compañeros. No se ha hecho
pública ninguna declaración de sus abogados.
Es probable que se anuncie la decisión de la junta en los próximos uno o dos meses y, aunque, por
supuesto, es imposible saber qué decidirán los miembros de la junta, me sigue
pareciendo significativo que nunca se le haya considerado lo suficientemente
importante como para concederle un Tribunal de Revisión del Estatuto de
Combatiente y, por tanto, espero que se recomiende su puesta en libertad.
Audiencia inicial de la Junta de Revisión Periódica
Mohammed Abdul Malik Bajabu, ISN 10025
Declaración inicial del representante personal
Buenos días, señoras y señores de la Junta. Somos los Representantes Personales de ISN 10025, Sr.
Mohammed Abdul Malik Bajabu. Presentaremos el caso de Abdul Malik esta mañana
con la asistencia de su abogado particular.
Abdul Malik siempre ha estado dispuesto a participar en el proceso de Examen Periódico desde nuestra primera
reunión a mediados de marzo de 2016. Tras explicar inicialmente el motivo de
nuestra reunión, se mostró visiblemente encantado de tener esta oportunidad. Se
ha mantenido positivo en todas nuestras reuniones y siempre ha demostrado su
agradecimiento y su respeto hacia nosotros.
Durante nuestras reuniones, Abdul Malik nos ha transmitido su esperanza de reunirse con su
familia. Aunque está dispuesto a ser trasladado a cualquier país, preferiría un
país con una mayoría significativa de habla árabe. También está de acuerdo en
participar en cualquier programa de rehabilitación o reintegración que sea
necesario. Anhela seguir adelante con su vida tras su traslado desde Guantánamo
y está dispuesto a reencontrarse con su mujer y sus hijos. Está deseando ver a sus
hermanos y hermanas y conocer a algunos de los miembros más recientes de su
familia, que nacieron durante su detención. Su experiencia como propietario de
una pequeña empresa de pesca y submarinismo debería proporcionarle las
aptitudes y habilidades necesarias para obtener un empleo con independencia del
lugar al que sea trasladado. Tiene una gran mentalidad empresarial. De hecho,
su sed de conocimientos empresariales incluye la lectura de libros de gestión
empresarial de Dale Carnegie.
Abdul Malik ha sido un detenido cumplidor y se ha sentido realizado al ser cocinero del campamento
para sus compañeros. Con la oportunidad de conocer y mezclarse con tanta gente
de diversos orígenes culturales y religiosos aquí en GTMO, Abdul Malik también
ha tenido la oportunidad de conocer y apreciar estas otras creencias y
costumbres, lo que le servirá para dondequiera que sea trasladado. Adbul Malik
habla y entiende muy bien el inglés.
Estamos convencidos de que la intención de Abdul Malik de buscar un modo de vida mejor si es
trasladado desde Guantánamo es auténtica y de que no siente animadversión hacia
nadie. Cabe destacar que Abdul Malik no ha hecho ningún comentario negativo o
despectivo sobre la política estadounidense ni ha manifestado interés por
actividades extremistas de ningún tipo.
Gracias por su tiempo y atención, y esperamos responder a cualquier pregunta que puedan tener durante
esta Junta.
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