Un poema desde Guantánamo: "Oda al mar" de
Ibrahim al-Rubaish
3 de octubre de 2007
Andy Worthington
El siguiente poema fue elegido por Marc Falkoff, editor de Poemas desde
Guantánamo: Los detenidos hablan, como ejemplo de poema que, como describió en una entrevista conmigo en
Nth Position (y aquí),
es "sorprendente en términos de imaginería, metáfora y complejidad
temática". El ex detenido (fue liberado de Guantánamo en diciembre de
2006) se describe así en una introducción al poema:
"Ibrahim al-Rubaish daba clases en Pakistán cuando lo detuvieron
unos mercenarios y lo vendieron a las fuerzas aliadas. Al-Rubaish, u erudito
religioso que aborrece las hostilidades y que en otro momento fue candidato a juez,
tiene una hija, que nació apenas tres meses antes de que lo arrestaran y que ya ha cumplido cinco años. Durante una
audiencia administrativa militar, le dijeron: "Si te considerando una
amenaza, permanecerás en cárcel. Si dejamos de considerarte una amenaza, recomendaremos que te dejen en libertad. Así que
dinos: ¿por qué deberíamos plantearnos tu liberación? La respuesta de al-Rubaish
fue: "En el mundo que rigen los tribunales internacionales, una persona es
inocente hasta que se demuestre lo contrario. ¿Por qué aquí una persona es
culpable hasta que se demuestre lo contrario?".
ODA AL MAR
Por Ibrahim al-Rubaish
¡Oh, mar! Dame noticias de mis seres amados.
De no ser por las cadenas de los infieles, ya me habría zambullido en ti,
y habría llegado hasta mi querida familia. O perecido en tus brazos.
<>Tus playas son la tristeza, el cautiverio, el dolor y la injusticia.
Tu amargura devora mi paciencia.
Tu calma es como la muerte, tus olas bravas son extrañas.
El silencio que asciende desde tus aguas esconde una traición.
Tu quietud matará al capitán si persiste,
y el navegante se ahogará entre tus olas.
Tranquilo, sordo, mudo, ignorante or agitado,
más de tumba transportas.
Si el viento te enoja, tu injusticia es patente.
Si el viento te silencia, sólo queda el reflujo de la marea.
¡Oh mar! ¿Te ofenden nuestras cadenas?
Sólo las convulsiones nos hacen avanzar y retroceder como tú.
¿Conoces nuestros pecados?
¿No sabes que nos arrojaron a esta oscuridad?
¡Oh mar! Te burlas de nuestro cautiverio.
Ha pactado con nuestros enemigos y nos guardas con crueldad
¿No te hablan las rocas de los crímenes cometidos entre sus grietas?
¿Acaso Cuba, la derrotada, no te traduce sus historias?
Llevas tres años junto a nosotros, y ¿qué has obtenido?
Barcos con poesías sobre al mar; una llama enterrada en corazón que arde.
La palabras del poeta son la fuerte de nuestra fuerza;
su verso es la salvación de nuestro corazón afligido.
Poema y la introducción al poema traducción por Ana Mata Buil
EDICIONES PENÍNSULA BARCELONA
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