Sufyian Barhoumi, un argelino de muy buen
comportamiento, pide su liberación de Guantánamo a través de la Junta de
Revisión Periódica
2 de junio de 2016
Andy Worthington
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 22 de octubre de 2023
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El jueves pasado, dos días después de que Saeed Bakhouche, argelino, pidiera
su liberación de Guantánamo a través de una Junta de Revisión Periódica (PRB por
sus siglas en inglés), un proceso de revisión
interinstitucional de alto nivel del gobierno estadounidense, establecido en
2013, otro argelino, Sufyian Barhoumi, también se presentó ante una PRB para
pedir su libertad, y fue el 41º preso en hacerlo. De las 30 decisiones ya
adoptadas, 23
han dado lugar a recomendaciones para la liberación de los presos, mientras
que sólo siete han dado lugar a recomendaciones para la continuación de la
detención de los hombres, e incluso éstas están sujetas a una nueva revisión.
Esto supone una tasa de éxito para los presos del 77%, lo que socava por
completo la excesiva cautela y el equivocado celo por el enjuiciamiento que, en
2010, llevaron al anterior proceso de revisión de alto nivel, el Equipo
de Trabajo para la Revisión de Guantánamo, a describir a los hombres que
más tarde fueron elegibles para los PRB como "demasiado peligrosos para
ser puestos en libertad" o como candidatos a ser enjuiciados.
Las primeras eran afirmaciones en gran medida infundadas, en una prisión
repleta de declaraciones obtenidas mediante tortura y otras formas de coacción,
mientras que las segundas se basaban en una interpretación errónea de lo que
constituyen crímenes de guerra, explicitada en una serie de sentencias de
tribunales de apelación en 2012 y 2013, que humillaron al Gobierno al desestimar
algunas del puñado de condenas obtenidas en el sistema de juicios ante
comisiones militares sobre la vergonzosa base de que los crímenes de guerra por
los que se había condenado a los hombres en cuestión habían sido inventados en
realidad por el Congreso.
Barhoumi, cuyo número de preso es el 694, tiene 41 años y, como explican sus abogados del
Center for Constitutional Rights, "nació y se crió en Argel, donde aún
vive su madre y su difunto padre ejercía la abogacía". El CCR también
explica que, de joven, "vivió en varios países de Europa -España, Francia
e Inglaterra- como trabajador agrícola y luego como comerciante ambulante
durante unos cuatro años", antes de viajar a Afganistán y luego a
Pakistán, donde acabó bajo custodia estadounidense.
En los documentos estadounidenses también se le identifica como Sufiyan Ibn Muhammad Barhumi, y
su PRB, tras el de Saeed Bakhouche y, la semana anterior, el
de Jabran al-Qahtani, fue el tercero consecutivo en el que se examinaban
los casos de hombres aprehendidos en una redada domiciliaria en Faisalabad,
Pakistán, el 28 de marzo de 2002, que condujo a la captura de Abu Zubaydah.
Como expliqué en mi artículo sobre el PRB de Saeed Bakhouche, Zubaydah
era considerado un "detenido de alto valor", y el brutal e ineficaz
programa de tortura de la CIA posterior al 11-S se desarrolló por primera vez
para utilizarlo con él.
Sin embargo, como también he explicado:
Lo más importante es que las afirmaciones de la administración Bush de que era una figura importante de
Al-Qaeda -el número 3 de la organización, después de Osama bin Laden y Ayman
al-Zawahiri- han quedado totalmente desacreditadas en los años transcurridos
desde entonces, y en 2009 el Departamento
de Justicia admitió que no era miembro de Al-Qaeda y que probablemente no
conocía de antemano los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
En cambio, Abu Zubaydah era el guardián de un campo de entrenamiento independiente en Afganistán, Jaldán,
que no estaba afiliado a Al Qaeda, y que fue cerrado por su emir, Ibn al-Shaykh al-Libi, después de que Osama bin Laden intentara ponerlo bajo el control de Al
Qaeda. Los indicios apuntan a que, tras la invasión de Afganistán dirigida por
Estados Unidos, Abu Zubaydah, como cabría esperar de alguien con gran
experiencia en logística, se encargó de ayudar a hombres, mujeres y niños
-tanto civiles como soldados- a escapar del caos de Afganistán, y a esperar en
Pakistán hasta que se pudieran tomar disposiciones para que regresaran a casa.
Barhoumi fue propuesto para ser juzgado por una comisión militar en 2005, hasta que el Corte
Supremo dictaminó en 2006, en el caso Hamdan v. Rumsfeld, que
el sistema de juicios por comisión militar carecía de "facultades para
proceder porque sus estructuras y procedimientos violan tanto el Código
Uniforme de Justicia Militar como los Convenios de Ginebra". Cuando el
Congreso reactivó las comisiones, Barhoumi fue propuesto de nuevo para un
juicio, en mayo de 2008, junto con dos saudíes, Jabran al-Qahtani (véase más
arriba) y Ghassan al-Sharbi (que también puede optar a un PRB, que tendrá lugar
el 23 de junio), y Binyam Mohamed, residente británico liberado en 2009. Como
escribí cuando Barhoumi fue acusado:
[Acusado de ser instructor del grupo de fabricación de bombas, ha llegado a negar enérgicamente las acusaciones
contra él. En su tribunal de Guantánamo [su Tribunal de Revisión del Estatuto
de Combatiente], admitió haber viajado a Afganistán para recibir entrenamiento
militar en 1999, pero señaló que eso fue mucho antes del 11-S, e insistió en
que, tras habérsele mostrado un vídeo sobre las atrocidades cometidas en
Chechenia en una mezquita del Reino Unido, donde vivió durante dos años, su
intención era entrenarse para luchar en Chechenia. Explicó que, tras abandonar
Afganistán, viajó "de casa en casa", hasta acabar en el piso franco
de Faisalabad donde fue capturado con Abu Zubaydah. Añadió, sin embargo, que
sólo estuvo allí diez días antes de la redada, y afirmó que las acusaciones
eran fruto de "rumores" y de "personas que testifican contra
mí". Afirmó que sus interrogadores le dijeron: "la gente habla mucho
de ti", y sugirió que, como fue detenido con Abu Zubaydah, "echaron
todo sobre mí y dijeron que yo también era de Al Qaeda".
Los cargos contra él se
retiraron entonces (en octubre de 2008), y volvieron
a presentarse en enero de 2009, aunque no sobrevivieron al cambio de
administración, y Barhoumi no ha sido acusado bajo la presidencia de Obama.
Después de que el Corte Supremo concediera a los presos los derechos de hábeas corpus
garantizados por la Constitución en junio de 2008, en el caso Boumediene v. Bush, Barhoumi vio rechazada su
petición de hábeas corpus (en septiembre de 2009). Esta sentencia fue
confirmada por el tribunal de apelación en junio de 2010, como comenté en
detalle en su momento en un artículo titulado "En
el caso de Abu Zubaydah, el tribunal se basa en propaganda y mentiras".
En 2013, estaba tan harto de haber quedado retenido en un limbo jurídico interminable que pidió
que se le acusara de crímenes de guerra, basándose en que no parecía haber
otra salida de Guantánamo, pero los fiscales no mostraron ningún interés en
volver a acusarle.
Y así, casi tres años después, Barhoumi ha tenido por fin la oportunidad de salir de Guantánamo, a
través de un PRB que ha revelado información importante sobre él que antes no
se conocía: que, como explicó su abogada, Shayana Kadidal, del Center for Constitutional Rights, en un escrito presentado al junta, es un "diplomático
nato", y popular tanto con sus compañeros de prisión como con el cuerpo de
guardia. En palabras de Kadidal: "Personalmente, nunca he visto a ningún
otro detenido tan bien tratado por los guardias como Barhoumi, ni siquiera en
momentos en que las relaciones entre los presos y las autoridades estaban en su
punto más bajo." Y añadió: "Si la barrera del idioma es una de las
mayores causas de malentendidos y conflictos en GTMO, él ha utilizado sus
conocimientos lingüísticos para ayudar tanto a los prisioneros como a los
guardias a sofocar los problemas antes de que crecieran demasiado como para
domarlos. No ha pasado desapercibido para ninguno de los dos grupos".
Espero que tenga tiempo de leer la declaración de Kadidal en su totalidad, ya que me pareció que
trazaba un retrato convincente de un hombre que "se describe a sí mismo
como una 'persona de pueblo', un vendedor nato", y tiene "la calma,
la humildad, la paciencia y la alegría de vivir que le permiten esperar la vida
como un hombre libre en el futuro" - en Argelia, donde, también hay que
señalar, no hay ejemplos de reincidencia, ya que el gobierno mantiene una
estrecha vigilancia sobre los ex presos.
En su
resumen no clasificado para el PRB, el gobierno confirmó los relatos de
Kadidal sobre el comportamiento de Barhoumi en Guantánamo, describiendo cómo,
desde su llegada en junio de 2002, "ha acumulado un bajo número de
infracciones disciplinarias en comparación con el resto de la población de
detenidos, y se le considera cumplidor con el personal de detención de
Guantánamo, según los informes de la JTF-GTMO". El resumen añadía que la
JTF-GTMO también ha declarado que "[l]a mayoría de sus infracciones han
sido casos menores de incumplimiento de instrucciones o de las normas del
campo, probablemente como muestra de resistencia pasiva o como medio para
lograr concesiones individuales, más que para hacer declaraciones políticas o ideológicas."
El sumario también repasaba su historia -o una versión de ella-, explicando cómo "emigró
ilegalmente" al Reino Unido desde Argelia en los años 90 y fue
supuestamente "radicalizado y reclutado en la mezquita de Baker Street de
Londres para viajar a Afganistán para la yihad". A continuación,
"obtuvo un pasaporte falsificado en el Reino Unido y viajó a Afganistán en
1999, con la intención de luchar en Chechenia, pero finalmente decidió quedarse
en Afganistán debido a la estricta seguridad fronteriza rusa y a una lesión que
sufrió en la mano izquierda mientras se entrenaba para desactivar minas terrestres."
El sumario sugería que "recibió entrenamiento avanzado en varios campos de Afganistán, incluidos los
de Jaldán y Derunta", pero luego se queda sin convicción, señalando que
"probablemente no era miembro de Al Qaeda ni de los talibanes,",
aunque al parecer (el subrayado es nuestro) "trabajó con múltiples grupos
extremistas violentos como parte del grupo Khaldan, era bien conocido por
varios dirigentes de Al Qaeda y viajó a varios campos de entrenamiento y casas
de huéspedes por todo Afganistán entre 2000 y 2001 para impartir adiestramiento
en artefactos explosivos improvisados por control remoto (RCIED)."
A continuación, según el sumario, "muy probablemente viajó a Tora Bora con miembros de Al Qaeda
[cursiva añadida, de nuevo], huyendo finalmente a Pakistán y alojándose en
varios pisos francos por el camino mientras evadía a las autoridades paquistaníes
antes de acceder finalmente a impartir formación sobre cómo construir
artefactos explosivos improvisados de control remoto" en el piso franco de
Abu Zubaydah, identificado erróneamente como un "conocido facilitador de
Al Qaeda". Mientras estuvo allí, según el sumario, "probablemente
[énfasis añadido de nuevo] aceptó unirse a la Brigada de los Mártires de
Zubaydah [una supuesta milicia que no se mencionó por primera vez en los
documentos judiciales hasta 2010] y tramar nuevos atentados contra Estados Unidos".
También se señaló que "probablemente culpa a Zubaydah de su detención en
Guantánamo", y en 2005 dijo: "Todos mis problemas se deben a que
estaba en casa con Abu Zubaydah."
El sumario también afirmaba que, aunque "ha respondido a preguntas sobre su viaje a
Afganistán y el entrenamiento al que se sometió", "ha evitado en gran
medida implicarse como experto en explosivos o entrenador", y "ha
mantenido en entrevistas a lo largo de su detención que sólo quería luchar en
Chechenia y que no era miembro de Al Qaeda ni de ningún otro grupo
extremista","afirmaciones que bien podrían ser ciertas, aunque es
difícil saber si los miembros de la junta lo aceptarían o si, como es más
probable, habrían estado esperando que Barhoumi aceptara las acusaciones contra
él, pero que mostrara contrición a fin de obtener posiblemente la aprobación de
su puesta en libertad. En caso de ser puesto en libertad, las autoridades
señalaron que "ha declarado que le gustaría reunirse con su madre en
Argelia", y también señalaron, útilmente, que "no hemos identificado
ninguna asociación entre [Barhoumi] y terroristas en libertad". El sumario
añadía que, "dadas sus aptitudes como experto y adiestrador en RCIED,
[Barhoumi] podría ser un activo valioso para los grupos extremistas en caso de
que intentara volver a participar", aunque esto parece muy poco probable,
ya que Barhoumi no ha mostrado ningún deseo de estar implicado con el
terrorismo y, en cualquier caso, como se ha mencionado anteriormente, el
gobierno argelino vigila de cerca a los ex presos.
A continuación reproduzco la declaración
inicial de los representantes personales de Barhoumi (personal militar
designado para ayudar a los presos a prepararse para sus PRB), que explican que
"se ha dado cuenta de todos sus errores y los ha lamentado" y que
"no tiene mala voluntad hacia Estados Unidos", así como la
declaración de Shayana Kadidal ante la junta.
Audiencia inicial de la Junta de Revisión Periódica, 26 de mayo de 2016
Sufyian Barhoumi, ISN 694
Declaración inicial del representante personal
Buenos días, señoras y señores de la Junta. Como representantes personales de Sufyian Barhoumi (ISN
694), nos gustarían dar las gracias a la Junta por permitirnos esta oportunidad
de demostrar cómo Sufyian ya no es una amenaza significativa continua para
Estados Unidos.
Sufyian procede de una familia numerosa de clase media, y cuando la economía de Argelia estaba sumida
en una grave recesión, Sufyian, como muchos jóvenes argelinos desempleados,
decidió abandonar el país en busca de una oportunidad mejor. Tras embarcar en
un barco rumbo a Europa, se abrió camino literalmente desde España hasta el
Reino Unido, pasando por Francia. Mientras vivía y trabajaba en Londres durante
casi un año y medio, le mostraron vídeos de la matanza y el caos rusos que se
estaban produciendo en Chechenia, y quiso ir allí y ayudar a los chechenos.
Para ello, organizó un viaje a Afganistán con el fin de recibir formación que
podría utilizar en Chechenia. Sin embargo, Sufyian nunca llegó a Chechenia; el
frío, las dificultades del terreno y los numerosos guardias fronterizos, unidos
a sus heridas, las posteriores operaciones y la fisioterapia, le obligaron a
abandonar ese plan. Tras la respuesta estadounidense a los sucesos del 11 de
septiembre, intentó regresar a Argelia para estar con su madre, pero fue
capturado y trasladado a Guantánamo.
Desde su detención en Guantánamo, Sufyian ha sido un detenido obediente y respetuoso tanto con los
guardias como con sus compañeros. Se ha dado cuenta de todos sus errores y se
ha arrepentido de ellos. Sufyian quiere dejar atrás el pasado y mirar sólo
hacia el futuro. No guarda rencor a Estados Unidos y cree que el tiempo que
pasó en Guantánamo le ha dado la oportunidad de crecer y madurar. Tiene planes
para dedicarse a los negocios con sus hermanos, y su madre ya tiene tres
candidatas matrimoniales seleccionadas para él.
Sufyian se ha dado cuenta de lo que han hecho y hacen los extremistas, y les diría a los jóvenes
que no fueran a luchar; en su lugar, les animaría a quedarse en casa y cuidar
de sus familias.
Sufyian está dispuesto a responder a todas las preguntas que la Junta pueda hacerle y debería poder demostrar
que ya no constituye una amenaza significativa y continua para Estados Unidos.
16 de mayo de 2016
Declaración del abogado particular de Sufyian Barhoumi, ISN 694
Miembros de la Junta de Revisión Periódica:
Mi nombre es Shayana Kadidal. Soy la abogada directora del proyecto de litigios de Guantánamo en el
Centro de Derechos Constitucionales de Nueva York. Junto con mis colegas, hemos
representado al Sr. Barhoumi durante más de una década en sus procedimientos de
hábeas corpus, y yo le he representado como abogada principal durante más de
seis años. También he tenido el privilegio de trabajar con su excelente equipo
de defensa de la comisión militar, que no ha tenido cargos contra los que
defenderse desde hace bastante tiempo, pero que sigue trabajando duro para
encontrar formas creativas de conseguir que Sufyian vuelva a casa con su madre
en Argelia.
Lo que mejor recuerdo de mis primeras visitas al Sr. Barhoumi es que, incluso antes de entrar en la
sala, me di cuenta de que se le tenía una consideración diferente a la de mis
otros clientes; podía percibir un aire de relajación en la actitud de los
guardias que me escoltaban de vuelta a las reuniones, como si se sintieran tan
cómodos con mi cliente que supieran que no podía suponer una amenaza para ellos.
La Sala tiene ante sí una carta de un ex guardia que aún recuerda con cariño a
Barhoumi más de diez años después; que yo sepa, es la primera vez que un
detenido consigue presentar una carta de un ex guardia en apoyo de su puesta en
libertad. En esa carta se relata cómo Barhoumi ayudaba a orientar a los recién
llegados que rotaban por el cuerpo de guardia en GTMO, explicándoles -en
inglés- cómo se hacían las cosas; cómo mediaba y ayudaba a calmar las disputas
tanto a nivel del campo como personales cuando se producían; cómo, cuando los
novatos que no sabían cómo esposar su mano izquierda se frustraban por ello, él
calmaba las diversas capas de tensión inherentes a la situación riéndose de su
discapacidad, y luego les enseñaba cómo hacerlo.
Personalmente, nunca he visto que los guardias trataran a ningún otro detenido tan bien como a
Barhoumi, ni siquiera en momentos en que las relaciones entre los presos y las
autoridades estaban en su punto más bajo. He conocido a muchos detenidos que
hablaban mejor inglés, así que eso por sí solo no lo explica; de hecho, creo
que el inglés que le oirán hablar hoy en esta vista es más una consecuencia de
sus buenas relaciones históricas con los guardias, que le permitieron practicar
y mejorar sus conocimientos lingüísticos durante su estancia aquí, que la causa
de ello. Si la barrera lingüística es una de las mayores causas de
malentendidos y conflictos en GTMO, él ha utilizado sus conocimientos
lingüísticos para ayudar tanto a los prisioneros como a los guardias a sofocar
los problemas antes de que crecieran demasiado como para poder domarlos. No ha
pasado desapercibido para ninguno de los dos grupos.
Incluso dejando a un lado los conocimientos lingüísticos, es un diplomático nato: siempre que tiene
que plantear algo incómodo a un abogado (por ejemplo, que deberían visitarle
más a menudo), tiene en cuenta los sentimientos de la otra parte. Esperará a
quejarse de algo en persona en una reunión privada en lugar de hacerlo en una
llamada supervisada; otras veces canalizará las peticiones a través de
intermediarios para amortiguar su impacto. Es este mismo conjunto de
habilidades empáticas lo que supongo que le convirtió en un buen comerciante
callejero, lo que le permite disfrutar viendo películas cursis de Hollywood con
su abogado defensor militar, entablar amistad con yemeníes, saudíes y
compañeros de prisión argelinos por igual, y lo que le permite reclamar el
título de "mejor delantero de GTMO"; después de todo, en el fútbol no
puedes marcar si otros no te dan el balón. (La pasión de Barhoumi por el
deporte favorito del mundo está documentada en varias de las cartas de apoyo
presentadas ante la Junta, y su reivindicación del título está mejor
establecida ahora que dos jugadores de nivel profesional han sido puestos en
libertad). Como señala la carta de su abogado defensor, siempre ha tratado a
todo el mundo con "respeto, independientemente de su raza, sexo, etnia u
orientación sexual", aquí en la cárcel no menos que en Inglaterra y
Francia, donde vivía entre personas de todas las creencias como vecinos.
A pesar de haber perdido catorce años de su vida en este centro, Barhoumi ha dicho con
frecuencia que no tiene "ningún corazón negro contra Estados Unidos".
Eso no se debe a que siempre le hayan tratado bien aquí -su brutalización
psicológica durante los primeros años de interrogatorios quedó bien documentada
en su caso de habeas data-, sino simplemente a que está en su naturaleza estar
abierto a lo mejor que la gente puede ofrecer. Supongo que es típico del tipo
de persona que recoge y se traslada a un nuevo país a los 22 años. Incluso
ahora, con casi el doble de esa edad, tiene enormes esperanzas en el futuro.
Desea desesperadamente volver a casa con su madre. En 2012 se ofreció muy públicamente a declararse
culpable de cualquier cosa de la que el gobierno estuviera dispuesto a acusarle
para conseguir una fecha cierta en la que su madre pudiera volver a verle. La
respuesta fue que no había nada de lo que estuvieran dispuestos a acusarle. Así
que aquí está, esperando a que el gobierno averigüe de qué cree realmente que
es culpable. Lo más probable es que nunca sea juzgado: como relata su abogado
de la comisión, tras haber retirado todos sus pliegos de cargos anteriores,
"de mis muchas interacciones con los fiscales militares se desprende
claramente que no tienen intención de volver a acusarle".
Ha afrontado esta situación con lo que el juez calificó de "evidente" "fortaleza
personal". En la vista de hoy estoy seguro de que se verán muchas facetas
de su personalidad: el orgulloso fatalismo que le ha ayudado a resistir, pero
también junto a él la calma, la humildad, la paciencia y la alegría de vivir
que le permiten esperar la vida como un hombre libre en el futuro.
En cuanto a ese futuro, se ve viviendo rodeado de la familia unida de la que las circunstancias
económicas le separaron por primera vez hace 21 años. Los tres mayores de sus
hermanos tienen empleos sólidos y asalariados, y la familia posee propiedades
que les proporcionarán flexibilidad en el futuro. El propio Barhoumi lo hará
bien: se describe a sí mismo como una "persona sociable", un vendedor
nato, y creo que es correcto. No tuvo problemas para encontrar trabajo
comprando y vendiendo productos en Europa en sus años allí, y creo que no
tendrá problemas para encontrar su camino si vuelve a casa. Han hablado de
utilizar parte del capital familiar para montar una pastelería y, al parecer,
desde la última vez que Barhoumi habló con ellos, han comprado una pequeña
tienda de pizzas y aperitivos.
También ha trabajado duro para mejorar aquí en la cárcel. Ya conocen las clases que ha tomado. Una
carta de uno de sus actuales abogados defensores señala que escuchaba versiones
en audio de libros en inglés para adaptar el sonido a la palabra escrita, y que
solía acudir a las reuniones con listas de palabras que no entendía de los
periódicos ingleses.
El hecho de que Barhoumi sea de Argelia debería facilitar especialmente la decisión de
trasladarlo a su país. Todos los hombres que regresan de Guantánamo se
enfrentan a un periodo obligatorio de detención preventiva, y todos son
sometidos a una investigación judicial formal. La mayoría han sido juzgados por
el delito de pertenencia a organizaciones terroristas que operan fuera de
Argelia -que es un delito aunque el grupo no tenga relación alguna con Argelia-
y la mayoría de los juicios han acabado en condenas. Los hombres repatriados
deben presentarse periódicamente ante la policía y también son objeto de
visitas aleatorias por parte de las autoridades. El gobierno también lleva a
cabo una amplia vigilancia electrónica de las comunicaciones. Los controles
fronterizos, incluso en las remotas regiones desérticas, son estrictos. Como
resultados, muy pocos combatientes extranjeros del EIIL han salido de Argelia.
Ningún argelino repatriado de Guantánamo ha recibido del gobierno argelino
pasaporte u otro documento de viaje de ningún tipo, a ninguno se le ha
permitido salir del país, y no se han registrado incidentes de
"reincidencia", ni en el país ni en el extranjero, entre ellos.
Confío plenamente en que el Sr. Barhoumi no supondrá una amenaza para la seguridad nacional de Estados
Unidos si es devuelto a Argelia. Espero poder ayudar a responder a las
preguntas de la Junta sobre todos los aspectos de este caso.
Atentamente,
Shayana Kadidal
Abogada particular de ISN 694
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