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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

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"¿Serías capaz de sobrellevarlo?": Cartas de los hijos del detenido por orden de control Mahmoud Abu Rideh

03 de julio de 2009
Andy Worthington


En un artículo publicado hoy, "Siete años de locura: la angustiosa historia de Mahmoud Abu Rideh y las leyes antiterroristas británicas", contó la historia de Mahmoud Abu Rideh, palestino nacido en Gran Bretaña, residente en el país, con esposa y seis hijos británicos, que hoy ha tenido una vista en el Tribunal Superior de Londres para estudiar su solicitud de documentos de viaje con validez internacional que le permitirían salir del país. Como explicaba en el artículo, "sobre la base de pruebas secretas, que no le han sido reveladas, el Sr. Abu Rideh ha estado encarcelado sin cargos ni juicio, o sometido a una orden de control (una forma de arresto domiciliario) como 'sospechoso de terrorismo' durante siete años y medio y, como consecuencia, sufre graves problemas de salud mental que le han llevado a repetidos intentos de suicidio."

En mayo, como también expliqué, su esposa, Dina al-Jnidi -incapaz de soportar por más tiempo el infierno en que vivía la familia en el Reino Unido- abandonó el país para vivir con unos parientes en Jordania, llevándose consigo a los niños. El relato de Dina al-Jnidi sobre los efectos del encarcelamiento sin cargos ni juicio y de las órdenes de control en la salud mental de las personas sometidas a las crueles políticas de detención del gobierno tras el 11-S se reprodujo en el artículo anterior, y a continuación reproduzco cuatro cartas escritas por cinco de los seis hijos de Mahmoud Abu Rideh, que deberían convencer a todos, salvo a quienes tienen el corazón de piedra, de que las políticas antiterroristas del gobierno no han sido más que una grave y profundamente perturbadora parodia de la justicia.


Cinco de los hijos de Mahmoud Abu Rideh.


La historia de Ala'a

Me llamo Ala'a Mahmoud Abu Rideh y tengo 15 años.

Antes de que leas mi historia me gustaría decirte que la gente piensa que el Reino Unido es uno de los países con más libertad humana, pero después de mi historia y de lo que le ha ocurrido a mi padre sé que el Reino Unido no es un país libre. Quiero que quien lea mi historia me prometa que me ayudará liberando a mi padre.

Nuestra vida era una de las peores vidas del mundo porque realmente teníamos que vivir en una vida sin libertad cuando tienes ciertas horas para salir de tu casa y ciertas horas para volver a tu casa y la policía diciéndonos qué hacer y qué no hacer. ¿Qué clase de vida es esa? ¿Y quién querría vivir este tipo de vida? ¿A quién le gustaría vivir una vida en la que mi padre tiene 250 condiciones que no le permiten hacer? No creo que nadie diría que sí.

Nuestra historia empezó así. Era el segundo día de Eid cuando vinieron y arrestaron a mi padre. Todos estábamos durmiendo. Eran más o menos las 5 de la mañana, cuando oímos un gran estruendo y vimos a muchos policías entrando en nuestra habitación. Lo único que vi fue a mi madre llorando y diciéndonos que nos levantáramos y nos vistiéramos porque íbamos a salir de casa. Todos nos preparamos y, una vez listos, bajamos las escaleras y vimos a unos policías sentados y fumando en nuestra casa. Nos llevaron a un hotel para registrar la casa.

Ni siquiera sabíamos dónde estaba nuestro padre, lo único que podíamos hacer era esperar y esperar hasta que viniera uno de los policías y nos llevara de vuelta a casa por la noche.

Cuando llegamos a la casa estaba muy desordenada. Seguimos esperando a nuestro padre. Después de casi un mes nos llamaron por teléfono para decirnos que podíamos ir a ver a nuestro padre. Cuando fuimos tuvimos que esperar mucho tiempo y cuando llegamos no nos dimos cuenta de que era mi padre. Estaba sentado en una silla de ruedas y estaba muy delgado. Parecía muy enfermo. Lo sentí mucho por él, pero sólo se nos permitía hablar con él con un vaso entre nosotros y hablando por teléfono entre nosotros y había un intérprete en la visita, pero después de unas cuantas visitas se nos permitió visitar a nuestro padre, pero en un lugar donde había mucha gente, pero era muy incómodo.

La historia siguió igual durante tres años, hasta que un día lo único que vimos fue a unos agentes de policía que venían a nuestra casa poniendo un montón de aparatos electrónicos que no sabíamos para qué servían, y luego, a medianoche, vinieron los agentes de policía y mi padre. Ni siquiera sabíamos que iba a venir, así que no estábamos preparados, pero hicimos todo lo posible por apresurarnos y prepararnos rápidamente. Cuando llegó mi padre, para mí fue como un deseo hecho realidad. Me sentí muy feliz y sentí que uno de mis deseos se había hecho realidad. Nos contó una historia muy triste sobre lo que le había pasado en la cárcel, cómo le habían torturado, y al cabo de unos días me di cuenta de que mi padre estaba bajo una orden de control.

Al principio no entendía lo que era una orden de control, pero luego supe que le variaban la voz tres veces al día y que tenía que ponerse una etiqueta en la pierna. Al cabo de unos meses volvieron a detener a mi padre por retrasarse al llamar por teléfono, así que lo arrestaron durante dos o tres meses. Después de que volviera a salir tenía reglas más estrictas y a medida que pasaban los días la policía vino a registrar nuestra casa muchas veces. Entonces mi padre se puso muy enfermo y muy cansado de su vida. Imagínate si tuvieras que vivir con una vida en la que nadie te puede visitar o sin cosas electrónicas, por ejemplo iPod, internet, lápiz de memoria, MP3 y muchas otras cosas. Así que después de todo eso se cansó mucho y tuvo que ir al hospital durante unos meses y cuando fuimos a visitarle estaba muy pálido y muy cansado. A mi hermano pequeño no le dejaron visitarle porque es muy pequeño, así que tuvimos que buscar a alguien que se sentara con él durante la visita.

Una vez vino la policía a registrar nuestra casa y fueron muy descorteses con nosotros, nos insultaron y nos dijeron cosas feas. Al cabo de unas semanas volvieron para detener a mi padre por las cosas que encontraron en casa, como un lápiz de memoria. Lo necesitamos para nuestros trabajos escolares porque no nos permiten tener internet. Luego, a las 11 de la noche, nos llamó para que le lleváramos la ropa a la comisaría, así que mi madre y yo fuimos y dejamos a mis otros hermanos y hermanas solos en casa.

Una vez, cuando registraron la casa durante todo el día, una chica de mi escuela los vio y les dijo a todas las chicas de mi escuela que habían arrestado a mi padre y que nos habían causado muchos problemas.

Y después de toda esta presión y momentos difíciles hemos decidido dejar el Reino Unido e irnos a Jordania, así que nos fuimos todos el 25 de mayo de 2009 y dejamos a mi padre solo en el Reino Unido porque no tiene pasaporte y tiene orden de control.

La historia de Haneen

Me llamo Haneen y tengo 13 años. Mi vida empezó de forma miserable, nunca había pensado en vivir esta vida. Ya no podía más, era tan duro que todo el mundo estaba en nuestra contra. No podía soportarlo, así que decidimos dejar el Reino Unido y venir a vivir a Jordania. Pensé que tendría una vida tranquila, ¡pero me equivoqué! Fue muy duro vivir sin mi padre, no le dejaban venir aquí. ¿Serías capaz de sobrellevarlo? Escucha mi historia y luego decide si serás capaz de vivir mi vida.

Mi vida empezó así, cuando tenía cuatro años y sólo cuatro era Eid, por la mañana temprano, a eso de la madrugada oímos un estruendo -¡un gran estruendo! - que despertó a toda la casa, incluso mi hermano menor Imad se despertó y empezó a llorar desconsoladamente y sólo tenía cuatro o cinco meses. Daba tanto miedo que se llevaron a mi padre a una prisión y a nosotros a un hotel para registrar nuestra casa.

Pensé que nunca volvería a verle. Pero al cabo de tres años y medio volvió, pero esos tres años fueron tan duros que fue a la cárcel y cuando íbamos a visitarle a la cárcel tardábamos unas dos horas en llegar y los perros nos olían y yo odiaba a los perros.

El día que soltaron a mi padre se quedaron muchas horas arreglando los aparatos electrónicos de mi padre. Él tiene algo que se llama una orden de control, nunca hemos oído hablar de esto y no entendemos de qué se trata. Esta orden de control tenía más de 200 normas, algunas de ellas como que no se permitía que nos visitara nadie mayor de 16 años, que no se nos permitía tener teléfono móvil, ordenador portátil o internet y muchas otras cosas. Se le permitía salir de casa a las 7 de la mañana y tenía que volver a las 7 de la tarde. Todas las semanas viene la policía a cualquier hora.

Tiene que hacer una llamada a medianoche. Siempre nos preocupa que pierda la llamada, porque si la pierde vendría la policía, y por la noche, cuando oímos o vemos un coche de policía, pensamos que vienen a casa. Ahora han pasado ocho años y mi padre sigue bajo orden de control. Cada año la renuevan y de vez en cuando vienen a registrar la casa.

Mi único deseo para quien lea esta carta es que ayude a mi padre. Le deseo a mi padre todo lo bueno de este mundo y, por favor, ayúdenle. Quiero que venga a vivir con nosotros a Jordania y que toda la familia tenga una buena vida en común. Después de escuchar mi historia, ¿serías capaz de soportar mi vida, sí o no? Por favor, sé honesto y estoy seguro de que no serías capaz de sobrellevarlo y ahora este es el final de la horrible historia de mi vida. Piense en mi y en mi papá y por favor trate de ayudarnos. Gracias.

La historia de Esraa

Soy Esraa Abu Rideh. Tengo 12 años. He pasado por una vida angustiosa. Nuestra vida no tiene sentido. Nuestra vida llena de preocupaciones, sustos y repentinos. Para mí era difícil vivir. Sí, pasé ocho años de mi vida así.

Todo empezó un día en que me despertó un golpe ensordecedor a eso de las 5 de la mañana. La fecha era 19-12-2001. Fue extraño. ¿Quién llamaría a la puerta a esa hora? Entonces supe que era la policía. Desde ese día nuestra vida pasó de la paz al enfrentamiento. Se llevaron a mi padre a la cárcel y a nosotros al hotel. Cuando volvimos toda la casa estaba desordenada. En aquella época yo tenía unos cinco años. Aún no sé dónde estaba mi padre.

Desde ese día nuestra vida se volvió aburrida y no tenía sentido vivir. Después de ir a la cárcel su salud empeoró y entonces lo trasladaron al hospital de Broad moor. Teníamos que viajar dos horas cada mes para visitar a nuestro padre. Yo siempre viajaba enferma, pero nunca me importó con tal de ver a mi papá. Tenían que registrarnos cada vez que íbamos. Luego tuvimos que pasar un perro cada vez.

Luego, en 2005, lo pusieron en libertad. Pero al día siguiente vinieron a entregarle un papel con todas las cosas no permitidas. Eran más de 200 cosas. Cambió completamente después de tres años en prisión. Se volvió más brusco y colérico. Sólo quiero hacer una pregunta al Ministerio del Interior: ¿qué hicisteis para que se enfadara más? Cambiaste toda nuestra vida. ¿Por qué? Sólo dime su culpa por arrestarlo. Hiciste que no le importara la vida ni nosotros. No le gusta el ruido. No puede dormir en toda la noche por tu culpa. Todos los del Ministerio del Interior son responsables, desde el jefe hasta los empleados. Tengo que poner una alarma para despertar a mi padre. Imagínate que tuvieras que despertarte a eso de las 3 de la mañana cada vez. ¿No te cansarías?

A partir de entonces la policía vino más a menudo a nuestra casa. A veces mi padre tardaba en llamar por teléfono y cinco minutos después venía un montón de policías a llamar a la puerta. Esos días fueron horribles como recuerdo. Durante ese periodo mi padre fue llevado al hospital unas 2-3 veces. Siempre tenía miedo de que la policía nos hiciera daño. Día tras día no bromeábamos ni nos reíamos.

La escuela era terrible. Era una pesadilla. Sobre todo la secundaria. No hay lápiz de memoria, teléfonos móviles, Internet, cámara digital, fax, MP3, iPods, Playstation y todas las cosas electrónicas. Tenía que hacer los deberes en la biblioteca y, si no estaba abierta, no los hacía y me castigaban. Los profesores pensaban que era un vago pero la verdad estaba escondida bajo mi ropa.

Los policías eran maleducados, sobre todo Victoria, la jefa. No paraba de insultar.

A pesar de ser británicos y de todo lo ocurrido, decidimos abandonar el Reino Unido y vivir en Jordania, dejando atrás a mi padre.

Mi deseo es darle a mi padre su pasaporte para que podamos vivir como una sola familia.

La historia de Khalid e Imad: "MI terrible VIDA!!!!!"

Me llamo Jalid, tengo 11 años, y yo soy Imad, tengo 9 años. Somos hijos de Mahmoud Abu Rideh. Me gustaría empezar mi relato diciendo que estos ocho años fueron horribles. Mi padre tuvo que estar en la cárcel y luego se vio obligado a tener una orden de control en nuestra casa. Le impusieron unas 200 condiciones, como usar Internet, tener móviles, jugar a la Nintendo Wii, iPod, lápiz de memoria, MP3, cámara digital, Playstation, no permitir que nadie nos visitara y muchas más. Estamos tristes porque todo eso fue sin motivo. Se le permitía salir de 7 de la mañana a 7 de la tarde, es decir, solo 12 horas.

Empezó de madrugada, cuando nos despertó un golpe ensordecedor. Unos policías se llevaron a mi padre a la cárcel y nos fuimos a pasar el día a un hotel. Era el segundo día de Eid, fue el peor Eid que he tenido nunca, fue miserable tener un Eid sin papá, sentirse huérfano, especialmente en un momento en el que necesitas a alguien con quien celebrarlo. No teníamos familia ni nadie con quien celebrarlo, esperábamos a nuestro padre pero no volvía. Los días pasaban pero no sabíamos nada de nuestro papá, entonces un día recibimos una llamada telefónica diciendo que podíamos visitar a nuestro papá pero sólo podíamos hablar con él con una ventana de cristal en medio y un traductor sentado con nosotros.

Después de unos años, a la salida del colegio, mi madre me dijo que quizá soltarían a mi padre, pero con una orden de vigilancia. Entonces llamaron a la puerta, vino la policía y puso teléfono electrónico para que mi padre hablara con personas de control tres veces al día. Se quedaron mucho tiempo y luego se fueron, la jefa Victoria nos trata sin respeto y dice palabras chocantes y trata la casa como si fuera su casa. Una vez decidí gastar mi dinero que he estado ahorrando durante meses en un teléfono así que lo compré y después de un mes se lo llevaron y mi Nintendo y todos mis juegos.

Mi padre me contó cómo le trataron en la cárcel y cómo le torturaron. Me gustaría ver a mi padre y vivir con él y que toda mi familia viviera junta en cualquier país árabe y espero que se haga realidad. ¿Cómo te sentirías si te trataran así? Espero ver a mi papá.


 

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