worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


Mohammed Al-Qahtani, víctima de tortura, finalmente fue liberado de Guantánamo y enviado a un hospital de salud mental en Arabia Saudita, pero quedan 19 aprobados para liberación


Mohammed al-Qahtani, en una foto tomada en Guantánamo.

Andy Worthington, 8 de marzo, 2022

Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 10 de marzo de 2022

Ayer (marzo 7), Mohammed al-Qahtani, un prisionero saudí en Guantánamo, que fue vergonzosamente torturado en la prisión en 2002 y 2004 a pesar de sufrir esquizofrenia, en relación a un accidente automovilístico cuando era niño, fue puesto en libertad y enviado de vuelta a Arabia Saudita para recibir cuidados de salud mental apropiados en un hospital de rehabilitación. Su liberación deja en 38 el número de hombres detenidos en la prisión.

Al-Qahtani fue torturado, varios meses en el primer año de operación de Guantánamo, porque había emergido que intentó entrar a los Estados Unidos en agosto del 2001 para ser el veinteavo secuestrador en los ataques del 11/9, pero había sido rechazado por las autoridades, supuestamente porque fue incapaz de disfrazar sus ya existentes problemas de salud mental. Viajo entonces a Afganistán en donde fue secuestrado y enviado a Guantánamo.

En Guantánamo, personal estadounidense había sido persistentemente incapaz de lidiar con sus profundos problemas de salud mental exacerbados por su tortura y aun así no fue sino hasta marzo del 2020 que alguien en una posición de autoridad reconoció el caso válido que pudiera hacer que fuera enviado de vuelta a Arabia Saudita porque las autoridades en Guantánamo no fueron capaces de enfrentar su enfermedad.

Sus abogados han argumentado en tribunal que su estado de salud mental era tan severo que debería haber sido considerado candidato para una “comisión médica mixta” que, como describe Carol Rosenberg para el New York Times, estaría “conformada por un oficial médico de la armada estadounidense y dos doctores de un país neutral escogidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja y aprobados por Estados Unidos y Arabia Saudita”. Los abogados declararon que la Regulación del Ejército 190-8, basada en el Artículo 110 de la Tercera Convención de Ginebra, debería aplicar en el caso de al-Qahtani.

En su fallo, la jueza de distrito Rosemary Collyer — extrayendo del testimonio de la Dra. Emily Keram, una psiquiatra estadounidense que había examinado a al-Qahtani en Guantánamo y había revisado sus registros médicos de Arabia Saudita — estuvo de acuerdo, destacando que “el Artículo 110 de la Tercera Convención de Ginebra obliga a los signatarios a regresar a un prisionero de guerra a su país de origen si es ‘(1) herido de manera incurable y enfermo al grado en el que su estado mental o físico han sido gravemente reducidos; (2) herido y enfermo…probablemente sin posibilidad de recuperación en un año y (3) recuperado de estar herido o enfermo…pero su saludo mental y física parece haber quedado grave o permanentemente reducida’”.

Por supuesto, Donald Trump, se rehusó a contemplar el permitir doctores extranjeros en Guantánamo y en lugar de eso designó a un doctor de la marina para valorar su condición. Sin embargo, ese doctor, Corry Kucik, estuvo de acuerdo con la evaluación de la Dra. Keram en que, como describió Rosenberg, al-Qahtani “sufrió de esquizofrenia y desorden de estrés post traumático y no podría recibir cuidado adecuado en la prisión militar estadounidense” y “advirtió que estaba demasiado deteriorado para representar una futura amenaza — particularmente si era enviado a hospitalizarse” y las conclusiones del doctor fueron fundamentales en la Junta de Revisión Periódica (PRB por sus siglas en inglés) — un sistema tipo libertad condicional establecido por Obama — aprobando su repatriación en junio del año pasado aunque la decisión no se hizo pública hasta el 4 de febrero de este año, para permitir que las negociaciones con las autoridades saudís procedieran sin interrupción.

Esa interrupción, por su puesto, vendría de los apologistas republicanos fanáticos de Guantánamo y, de hecho, el anuncio de la decisión recientemente impulsó a tres senadores republicanos Marco Rubio, James Risch y James Inhofe, a escribirle al presidente Biden pidiéndole que revocara la decisión de liberar a al-Qahtani, ignorando la opinión del doctor de la marina y describiendo al prisionero como un “terrorista” y un “devoto yihadista que dedicó su vida a asesinar americanos”, añadiendo que “están preocupados de que intente retomar su actividad terrorista una vez liberado de custodia estadounidense”.

Sin perder la oportunidad de arrojar ampliamente su red histérica, los senadores añadieron su opinión de que “los individuos que permanecen en Guantánamo son de los terroristas más peligrosos del mundo y que han dedicado sus vidas a atacar americanos y a nuestros aliados” y que “como tal, no deberían de darles la oportunidad de regresar al campo de batalla en ninguna posición” ignorando el hecho de que las PRB — que consta de oficiales de representantes de Departamento de Estado, de Defensa, Justicia y Seguridad Nacional, así como de la oficina del director de Inteligencia Nacional y la oficina de Comité de Jefes del Estado Mayor Conjunto — han aprobado a 16 más de los 38 prisioneros que quedan para ser liberados (con 14 de aquellas decisiones tomadas por Biden desde que es presidente) para añadir otras tres aprobadas por el proceso de revisión gubernamental de alto nivel, el Equipo de Trabajo para Revisión de Guantánamo, en el primer año de gobierno de Obama.

Una valoración más sobria y precisa fue entregada por su abogada de mucho tiempo, Shayana Kadidal del Center for Constitutional Rights, quien, como lo dice Carol Rosenberg “dijo que la transferencia estaba pendiente desde hace mucho tiempo”. Kadidal dijo “por 14 años me he sentado en frente de Mohammed mientras habla con gente que no existe en el cuarto y hace contacto visual con las paredes — algo que ha sido una constante en su vida desde que era adolescente. Es un extraordinario alivio que la próxima vez que las voces en su cabeza le digan que trague un puñado de vidrios, él esté en una institución psiquiátrica, no en una prisión”.

Respondiendo a las noticias, Scott Roehm, el director en Washington del Centro de Víctimas Contra la Tortura dijo, “después de dos décadas de detención indefinida, el Sr. Qahtani finalmente tiene la oportunidad de curarse de la tortura que sufrió, recibir el cuidado de salud mental que Guantánamo no le puede dar y esperemos que un día, de reclamar su vida. Su transferencia es un paso bienvenido en incremento, pero el gobierno de Biden necesita actuar mucho más rápido y de manera más exhaustiva para cerrar Guantánamo de lo que ha hecho hasta ahora”.

Con 19 hombres aprobados para ser liberados pero todavía detenidos, las palabras de Scott Roehm necesitan ser tomadas en cuenta por el gobierno de Biden y añadiríamos que ese gobierno necesita reflexionar sobre el hecho de que aprobar a estos hombres para que sean libres pero no dejarlos ir no sólo demuestra cómo Guantánamo sigue existiendo fuera de la ley, porque ningún mecanismo existe para obligar a liberar a los prisioneros después de las decisiones tomadas por tribunales o por los PRB, pero también porque, esencialmente es, después de 20 años de existencia, casi insoportablemente cruel — y este es especialmente el caso porque otro prisionero, Majid Kahn, también está por ser liberado pronto.

Kahn, un paquistaní secuestrado en marzo del 2003, quien fuera detenido y torturado en “sitios negros” de la CIA por tres años y medio antes de llegar a Guantánamo en septiembre del 2006, no fue aprobado para ser liberado por una PRB. En lugar de eso, llegó a un acuerdo en su juicio de comisión militar hace diez años, en febrero del 2012, con el cual le fue prometida la libertad a cambio de admitir que había estado involucrado en la planeación de ataques terroristas con al-Qaeda y ofrecer dar testimonio en contra de otros prisioneros que enfrentaban juicio. En su sentencia en octubre del 2021, sus abogados del Centro de Derechos Constitucionales (Center for Constitutional Rights) expresaron su alivio porque pensaron que sería liberado en febrero de este año. La fecha expiró, pero se espera que el gobierno de Biden lo libere pronto.

Majid Khan merece su libertad. Está profundamente arrepentido acerca de estar involucrado con al-Qaeda y ha estado cooperando con las autoridades estadounidenses. Sin embargo, no existe manera alguna de disfrazar el hecho de que su inminente liberación destacará qué tan vergonzoso es que otros hombres, detenidos por más tiempo y jamás acusados de algún crimen, siguen esperando su libertad.

Si el gobierno de Biden tiene alguna noción de justicia, algunos de estos hombres también deben ser liberados en un futuro cercano.


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net