El lento proceso de Biden para
cerrar Guantánamo
Andy Worthington | 17 de junio, 2021
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 12 de julio de 2021
Un artículo de la semana pasada de NBC News— “Biden
silenciosamente se mueve para iniciar el cierre de Guantánamo en la víspera del
aniversario 20 del 11/9” — fue ampliamente compartido por opositores de la
continua existencia de la vergonzosa prisión de la bahía de Guantánamo, pero de
manera frustrante fracasó cumplir con la expectativa de su encabezado.
Cuarenta hombres
todavía están en Guantánamo y nueve de estos hombres han sido
aprobados para ser liberados por el proceso de revisión de alto nivel
gubernamental, tres en 2010, dos en 2016, uno en 2020 y tres el mes
pasado, en decisiones tomadas por los Juntas de
revisión periódica (PRBs por sus siglas en inglés) establecidos por el
presidente Obama que muestran la voluntad por parte del gobierno de Biden en
reconocer que existe algo fundamentalmente malo con un sistema que continúa
deteniendo, de manera indefinida, hombres que han sido encarcelados hasta por
19 años y que jamás han sido acusados de algún crimen.
Los PRBs revisaron los casos de 64 hombres bajo Obama y aprobaron la liberación de 38 de ellos, pero desde entonces el proceso de
revisión de otros 26 hombres ha sido ampliamente arcaico hasta evaluaciones
amenazadoras y rígidas basadas en las decisiones tomadas por Obama. Eso
finalmente ha cambiado con las recientes decisiones para aprobar la liberación
de tres hombres y se espera que más recomendaciones de este tipo lleguen de
parte de los PRBs aunque nada de esto significará algo si estos hombres no son
puestos en libertad.
La clave para su liberación requiere que alguien dentro del gobierno de Biden tome responsabilidad por los planes de reubicación
de prisioneros y la ruta obvia hacia Adelante sería revivir la Oficina de
Enviados Especiales para el Cierre de Guantánamo (Special Envoy for Guantánamo
Closure) que fue establecida por Obama pero cerrada después por Donald Trump.
La semana pasada, justo antes de que el artículo de NBC News fuera publicado el
Secretario de Estado Antony Blinken dijo
en una audiencia del Comité de Asuntos Extranjeros de la Casa de
Representantes (House of Representatives Foreign Affairs Committee) que el gobierno
de Biden estaba “buscando activamente crear una posición de enviados especiales
dentro del Departamento de Estado para cerrar la prisión”, como explicó
Reuters. Como declaró Blinken “Quiero asegurarme que el departamento tiene lo
que necesita tanto en términos de recursos como de personal y que incluya
alguien que pueda enfocarse en esto tiempo completo, así que estamos viendo eso ahorita”.
Según las fuentes citadas por NBC News, sin embargo, directamente contradiciendo al secretario Blinken, el gobierno ha “cambiado su
curso” después de “intentos fallidos para reclutar a los enviados especiales”.
Sin embargo, las mismas razones sugieren que el gobierno “espera transferir a varios de los prisioneros que siguen ahí”. La
frase exacta utilizada, que no ayuda, por NBC fue “sospechosos de terrorismo” a
“países extranjeros” y después “persuadir al congreso para que les permita
transferir al resto, incluidos los sospechosos del 11/9 a continuar su
detención en territorio estadounidense”.
En otra parte del artículo NBC News repite los argumentos que reportaron fueron hechos por “gente familiar con las
discusiones” acerca de que la Casa Blanca “primero reducirá el número de
detenidos” pero “que, por ahora, no abrirá una oficina del Departamento de la
Defensa ni nombrará un enviado especial que se enfoque en cerrar las
instalaciones” aunque la liberación de prisioneros depende de tener a alguien
en el gobierno que negocie y supervise su liberación, justamente la definición
de la Oficina de Enviados Especiales para el Cierre de Guantánamo, cuya
principal responsabilidad, a pesar del título de trabajo, era la reubicación de
prisioneros aprobados para su liberación, especialmente aquellos que no pueden,
de manera Segura, regresar a sus países de origen como los yemeníes cuya
repatriación ha sido repetidamente descartada por todo el establecimiento
estadounidense, por más de una década, por la inestabilidad en Yemen.
Esta contradicción en el núcleo del artículo de NBC y la manera en la que se sostiene en oposición a la reciente declaración de
Antony Blinken en la Casa, opaca todo lo que las fuentes tenían que decir,
aunque iré con otros aspectos de la historia sólo para registrar algunas de las
posibilidades que hay.
De los cuarenta hombres todavía detenidos, diecinueve jamás han sido acusados y son parte del proceso de PRB, que persistentemente ha
negado recomendar su liberación, aunque “un oficial del Departamento de Defensa
sugirió que ‘podría haber candidatos para ser transferidos a otros países’”. Se
espera que ese sea el caso, porque, después de muchos años en los que el entero
establecimiento estadounidense ha aceptado que algunos de los hombres detenidos
pueden continuar a estarlo de manera indefinida únicamente por evaluaciones
administrativas de la amenaza que supuestamente representan, legisladores y
otras personas que toman decisiones han despertado finalmente al hecho de que,
mientras la prisión se acerca a su aniversario número veinte, en enero del
2022, sólo es aceptable que aquellos que todavía están detenidos sean acusados
formalmente o liberados, como explicaron
24 senadores en una reciente carta a Biden.
Los otros doce prisioneros — aquellos que han sido acusados — representan otro problema para el gobierno. Mientras dos han sido
“condenados por las comisiones militares”, los otros diez — incluyendo a cinco
hombres acusados en conexión con los ataques del 11/9 — están atrapados en lo
que parecieran ser eternas audiencias pre juicios en el proceso de comisiones
militares, establecidas después del 11/9, que está fundamentalmente roto y no funciona.
Las fuentes de NBC sugirieron que el gobierno de Biden “probablemente intente resolver acuerdos de culpabilidad para los hombres en el
proceso de comisiones militares, bajo los cuales continuarían a estar detenidos
pero evitando la pena de muerte” y “se inclina en contra de la transferencia de
detenidos a prisiones militares estadounidenses” — algo que Obama intentó pero
fracasó en la aprobación del congreso. Según las fuentes, el gobierno de Biden
“podría, en lugar de eso, proponer que los detenidos que no sean candidatos
para ser transferidos a terceros países fueran movidos a las llamadas prisiones
de máxima seguridad Supermax en territorio estadounidense, como la famosa en
Florencia, Colorado”.
Incluso si las fuentes están en lo correcto, sin embargo, Biden “todavía debe persuadir al congreso para que permita los
traslados de detenidos al territorio nacional” y NBC sugirió que el actual
gobierno, así como el de Obama, “planea utilizar el costo de mantener
Guantánamo, incluyendo el cuidado especial requerido para los prisioneros que
están envejeciendo, para intentar persuadir al congreso de revertir la
prohibición sobre transferencias domésticas”.
En general, entonces, el artículo de NBC no dice mucho que pueda ser seguro — que, en parte, por supuesto, tiene sentido porque
levantar prominentemente a Guantánamo como un asunto inmediatamente le da un
objetivo a los republicanos. Como “un ex oficial administrativa senior envuelto
en las discusiones”, se dijo de los de Biden, “ellos no quieren que esto se
convierta en un asunto dominante que estalle. No quieren que se convierta en un pararrayos”.
Como resultado, no existe en realidad nada sustancioso en la conclusión del artículo acerca de que “como mínimo, la gente familiarizada
con las discusiones del gobierno dijeron que la Casa Blanca de Biden espera
mostrar algo de progreso en el cierre de Guantánamo para el veinteavo
aniversario del 11/9”, especialmente cuando, en otros lados, el término del
periodo de cuatro años de la presidencia de Biden se pone como la fecha en la
que él “espera cerrar la prisión”, en otras palabras, para enero del 2025.
En corto plazo, sin embargo, a pesar de lo vago del asunto, hay una clara resonancia en la observación del hecho de que Biden
ordenara “el retiro de todas las tropas de combate estadounidenses de
Afganistán para el 11 de septiembre” ha dejado a los oficiales “conscientes de
las ópticas de terminar la guerra mientras una de sus más infames reliquias permanece”.
Para aquellos de nosotros que hemos estado exigiendo el cierre de Guantánamo por más años de los que recordamos, lo que este artículo
sugiera más que nada es que no nos podemos sentar y esperar que el gobierno
mueva con urgencia para liberar a los prisioneros o para trabajar para el
cierre de la prisión y que debemos continuar a exigir que se cierre en todas
las maneras en las que podamos hacerlo.
Nota: para involucrarte en la continua campaña de fotos para Cerrar
Guantánamo, por favor tómate una foto con el ultimo poster que marca 7,200 días
de existencia de la prisión para el 27 de septiembre y envíala al correo electrónico de la
campaña.
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