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El hombre que jamás conocieron: Said Bakush ha sido repatriado desde Guantánamo a Argelia, 30 hombres quedan, 16 aprobados para ser liberados

23.4.23
Andy Worthington

Traducido por El Mundo no Puede Esperar 27 de abril de 2023


Un prisionero de Guantánamo (Foto: John Moore/Getty Images). Ninguna foto de Said Bakush ha sido hecha pública y, como menciono abajo, una foto de lo que el ejército estadounidense dice ser suya es de otro prisionero no identificado.

El 20 de abril, el último argelino en Guantánamo, Said Bakush (también conocido como Saeed Bakhouche), fue repatriado después de haber sido detenido por casi 21 años sin cargos ni juicio.

Bakush, un peluquero, que ahora tiene 52 años, fue liberado más de un año después de su aprobación de libertad, cuando una Junta de Revisión Periódica (PRB por sus siglas en inglés) (proceso establecido bajo el presidente Obama) “determinó que la continua detención de ley de guerra no era necesaria para proteger contra una amenaza significativa de seguridad nacional de los Estados Unidos”, y se espera que de alguna manera pueda recoger los pedazos de su vida rota, aunque no estaba casado, no tenía hijos y nadie parece saber si tiene familiares en alguna posición de ayudarlo con lo que necesitará después de haber perdido un tercio de su vida en Guantánamo.

Ahora quedan 30 hombres en Guantánamo y 16 de ellos, como Bakush, han sido aprobados para ser liberados. Su liberación debe ser comentada todavía, pero es imperativo que estos otros hombres también sean liberados lo más rápido posible, aunque la liberación de la mayoría de ellos es complicado por el hecho de que no pueden ser repatriados por las disposiciones jurídicas que previenen su regreso a sus países de origen que han sido incluidas por los republicanos en la Ley de Autorización Nacional de Defensa, cada año por más de una década y terceros países que estén preparados para ofrecerles nuevos hogares deben ser encontrados.

La abogada de Bakush, Candace Gorman, que lo ha representado desde el 2006, trabajó asiduamente para lograr su liberación, pero después de que, en su primera PRB, se aprobara su encarcelamiento en curso si cargos ni juicio, en julio del 2016, se “volvió retraído”, como me explicó Gorman el año pasado y, en el 2017, dejó de verla, aunque continuó a recibir sus cartas.

Cubrí la historia de Bakush de manera extensiva, cuando fue aprobado para ser liberado el año pasado en un artículo titulado “Argelino que sufre de TEPT (trastorno de estrés post traumático) y erróneamente identificado como asociado de Abu Zubaydah es aprobado para ser liberado de Guantánamo”, y yo recomiendo ese artículo para cualquiera que quiera el recuento más detallado que hay acerca del vergonzoso trato que le dieron los EE.UU.

La historia de Said Bakush.

Brevemente, sin embargo, Bakush fue capturado en una redada a una casa el 28 de marzo del 2002, en Faisalabad, Pakistán, que llevó a la captura de Abu Zubaydah, quien fue erróneamente referido como una figura senior de Al-Qaeda y sujeto al destacado programa de tortura de la CIA de “sitios negros”. Aunque Bakush proclamó su Inocencia, cuando su caso de habeas corpus llegó ante el juez del tribunal de distrito en Washington, D.C., en 2010, el juez en cuestión, Richard Leon, aceptó pruebas no fundamentadas de los abogados del Departamento de Justicia acerca de que era parte de una “fuerza” asociada con Al-Qaeda y que había viajado con Zubaydah de Afganistán a Pakistán, a pesar de declaraciones de Bakush que decían que jamás había estado en Afganistán y que no estaba relacionado con Abu Zubaydah.

Bakush apeló, pero tres años después, en el 2013, el tribunal sostuvo su fallo previo, con el juez Brett Kavanaugh (subsecuentemente y contenciosamente promovido a la Suprema Corte bajo Donald Trump), reclamando que “era más probable que fuera parte parte de la fuerza de Aby Zubaydah”.

Como expliqué el año pasado, “el fallo vino a pesar de una vigorosa objeción del juez Harry T. Edwards, ex juez principal del tribunal, que declaró que el fallo de ‘culpable por asociación’ del tribunal fue “mas allá” de la definición de detención autorizada por el congreso en la Autorización del Uso de Fuerza Militar, pasada días después de los ataques del 11/9, que únicamente autoriza el encarcelamiento para aquellos que ‘planearon, autorizaron, cometieron o ayudaron a los ataques terroristas que ocurrieron el 11 de septiembre del 2001 o ayudaron a tales personas’”.

“Parece bizarro, por no decir otra cosa”, declaró el juez Edwards, “que alguien como Bakush, quien jamás ha sido acusado o encontrado culpable de algún acto criminal y quien jamás ‘planeó, autorizó, cometió o ayudó a algún ataque terrorista’, ahora esté marcado para una sentencia de por vida”. Dijo que el circuito había ‘alargado el significado’ de los decretos del congreso ‘tan más allá de los términos de estas autorizaciones legales que los procesos de habeas corpus como el se le otorgó a Bakush son funcionalmente inútiles”.

Aquellas fueron palabras poderosas, pero no ayudaron a Bakush, quien ahora se había convertido en “prisionero para siempre”, su destino en manos de una PRB, consistiendo de “oficiales senior del Departamento de la Defensa, Seguridad Nacional, Justicia y Estado, el Estado Mayor Conjunto y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional”.

Cuando intentó y fracasó en asegurar la aprobación para ser liberado en julio del 2016, la decisión llegó a pesar de Gorman, como describí el año pasado, “señalando que el gobierno había fracasado en demostrar en cualquier medida creíble que estaba involucrado con Abu Zubaydah o Al-Qaeda y, a pesar de que los representativos militares de Bakush (asignados para representarlo en Guantánamo) mencionaron que era un ‘detenido callado y obediente’ y que estaban ‘seguros’ de que su ‘deseo de lograr una vida pacífica si era transferido de la bahía de Guantánamo es genuina y no alberga negatividad hacia nadie’. Añadieron que también estaban ‘convencidos’ de que él ‘no representa amenaza significativa para la seguridad de los EE.UU.’”.

Después de que Bakush se volviera retraído, negándose a reunirse con Gorman o sus representativos militares, boicoteó su siguiente PRB, en agosto del 2018 (como lo hicieron la mayoría de aquellos elegibles para PRB porque, de manera correcta, concluyeron que, con Trump, se habían convertido en un engaño) y no quiso participar en la siguiente PRB, con Biden, el 11 de enero del 2022 — irónicamente el veinteavo aniversario de la apertura de la prisión de Guantánamo.

Sin embargo, Gorman no sólo presentó una poderosa declaración explicando las circunstancias de su captura, en la que él genuinamente pensó que era una casa de huéspedes para aquellos buscando regresar a sus países de origen, ella también “logró un reporte psicológico acerca del estado mental de su cliente, producido por Spyros Orfanos, un psicólogo con licencia en Nueva York y Nueva Jersey quien, después de revisar los ‘registros de Guantánamo disponibles’” concluyó que Bakush había sido víctima de tortura después de su captura y era “probable que sufriera de TEPT debido a casi 20 años de captura y traumas previos y posteriores a su llegada a Guantánamo (i.e tortura, privación de sueño)”, y que “su sufrimiento de TEPT es probable que siga en curso”.

El 13 de abril, cuando finalmente la junta de revisión aprobó su liberación, lo hizo en base a su “falta de un rol de liderazgo en al Qaida, su obediencia durante la detención y el apoyo disponible para él después de su transferencia”.

Candace Gorman discute la liberación de Said Bakush

Cuando contacté a Candace Gorman para algunos comentarios de la liberación de Bakush, se enfocó en el aspecto particular de su historia de la cual ella me alertó por primera vez en el 2016 — el hecho de que, como lo describí en su momento “a mi conocimiento, es el único prisionero cuyo expediente militar clasificado, compilado en el 2008 y publicado por WikiLeaks en el 2011, tiene una foto que pretende ser él, pero ese no es él para nada. Nadie parece saber quién es, pero ese no es Saeed Bakhouche”.

Como Gorman me explicó en un correo electrónico, “algo de lo que hablamos en muchas ocasiones en relación a Saeed es que el gobierno jamás ha tenido una foto de mi cliente. Es increíble y deprimente que hayamos detenido a este hombre por más de 21 años en supuestas identificaciones de él por otros detenidos a quienes les enseñaron fotos de alguien que no era él y a quienes les pidieron que identificaran sus delitos. Estos hombres, que fueron víctimas de tortura, identificaron al individuo de la foto como alguien que estuvo en distintos lugares cometiendo distintas fechorías. Esos delitos de alguien que no era Saeed pero los usaron para detenerlo a Saeed por estos 21 años”.

Añadió que “ya sea que la información haya sido o no precisa para la persona en la foto, eso es lo más incierto — aunque sí sé que uno de los individuos en una de las fotos era un argelino y que estuvo en Afganistán y luego en Guantánamo y fue liberado en Argelia posteriormente. Pude documentar la foto del problema utilizando los propios documentos del ejército porque el ejército supo por años que se hicieron identificaciones de Saeed basadas en fotos erróneas, pero, por supuesto que al ejército no le importó porque no los harán responsables”.

Como también explicó: “esto me lleva a la otra increíble y deprimente parte del caso de Saeed — al judiciario tampoco le interesó (ni le interesa). Saeed tuvo, en mi opinión, un juez terrible (Leon) pero incluso los llamados buenos jueces rechazaron, y lo siguen haciendo, cuestionar documentos claramente erróneos en las propias investigaciones militares de estos hombres”.

Finalmente, destacó, “estoy tan feliz de que Saeed esté en casa ahora, pero lo que le hicimos a él (y a muchos otros) es una burla y mi gobierno debería ser hecho responsable. Yo, por supuesto, no tengo esperanza alguna de que alguien en el gobierno estadounidense lo sea, pero no dejaré de intentarlo”.

Agradezco a Candace Gorman por todo su trabajo para Saeed Bakhouche y yo también continuaré la promesa de no dejar de intentar que el gobierno estadounidense sea hecho responsable por sus crímenes en Guantánamo.


 

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