La historia oculta de Guantánamo: Impactantes
estadísticas de inanición
10 de junio de 2009
Andy Worthington
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 11 de septiembre de
2023
"La historia oculta de Guantánamo: Impactantes
estadísticas de inanición" es un informe que he elaborado para Cageprisoners en
el que se analizan los registros de peso de los presos de Guantánamo
(publicados por el Pentágono en marzo de 2007), que demuestran que, desde enero
de 2002, cuando se inauguró la prisión, hasta febrero de 2007, cuando estos
registros particulares llegaron a su fin, uno de cada diez de la población
total -80 prisioneros en total- pesó, en algún momento, menos de 112 libras
(ocho piedras, o 50 kg), y 20 de estos prisioneros pesaron menos de 98 libras
(siete piedras, o 44 kg).
El informe está disponible aquí (en PDF): La
historia oculta de Guantánamo: Impactantes estadísticas de inanición (en inglés)
A continuación figura la introducción del informe:
Hoy se cumple el tercer
aniversario de la muerte en Guantánamo de tres presos, Ali al-Salami, Mani
al-Utaybi y Yasser al-Zahrani. El aniversario se produce sólo dos semanas
después del segundo aniversario de la muerte de Abdul Rahman al-Amri, el cuarto preso que murió en circunstancias misteriosas, y
sólo ocho días después de la muerte de un quinto preso, Muhammad Salih. Las autoridades sostienen que los hombres
murieron suicidándose, aunque los ex presos han expresado
repetidamente sus dudas sobre esta explicación. Sin embargo, también es
significativo que los cinco hombres llevaban mucho tiempo en huelga de hambre.
Cageprisoners conmemora este triste aniversario con un breve informe
sobre los presos en huelga de hambre de Guantánamo y el terrible tributo que la
inanición prolongada -y la brutal alimentación forzada, que es la respuesta del
ejército estadounidense- cobra a los presos recluidos, en su mayor parte, sin
cargos ni juicio en un limbo jurídico aparentemente interminable. La
alimentación forzada consiste en atar a los presos a una silla de
inmovilización y obligarlos a alimentarse dos veces al día contra su voluntad,
mediante un proceso agonizante que implica la introducción de un tubo en el
estómago a través de la nariz.
Como explicó Clive Stafford Smith, abogado de varias docenas de presos
de Guantánamo, en Los Angeles Times en 2007, en referencia a Sami al-Haj, liberado en mayo de 2008, "la ética
médica nos dice que no se puede alimentar a la fuerza a un preso en huelga de
hambre mentalmente competente, ya que tiene derecho a quejarse de su maltrato,
incluso hasta la muerte. Pero el Pentágono sabe que un preso que se muera de
hambre sería una pésima publicidad, así que alimentan a Sami a la fuerza".
Por si fuera poco, cuando el general Bantz J. Craddock dirigía el Mando Sur de
Estados Unidos, anunció que los soldados habían empezado a hacer menos "convenientes"
las huelgas de hambre. En lugar de dejar la sonda de alimentación en su sitio,
la insertan y la retiran dos veces al día".
Las estadísticas pueden ser engañosas, por supuesto, pero hace tres meses, cuando Ramzi Kassem, el abogado de Ahmed Zuhair, uno de los huelguistas de hambre más
persistentes de Guantánamo, regresó de una reciente visita a la prisión, estimó
que Zuhair no pesaba más de 45 kilos, y "también parecía estar enfermo,
vomitando repetidamente durante las reuniones" en la prisión. "El Sr.
Zuhair se levantó la camiseta naranja y me mostró el pecho", explicó
Kassem. "Era esquelético". Y añadió: "Las piernas del Sr. Zuhair
parecían huesos con la piel envuelta alrededor".
Aunque se trata de una delgadez inquietante, teniendo en cuenta que un
hombre medio y sano pesa entre 150 y 200 libras, el último informe de
Cageprisoners no hace sino confirmar que es típico del estado esquelético de
los presos en huelga de hambre de larga duración de Guantánamo.
En marzo de 2007, el Pentágono hizo pública una serie de
documentos, "Mediciones de estaturas y pesos de individuos detenidos
por el Departamento de Defensa en la Bahía de Guantánamo, Cuba", en los
que se registraba, con un detalle adormecedor, el peso de los prisioneros,
desde la fecha de su llegada y, en general, a intervalos mensuales a partir de
entonces hasta diciembre de 2006, fecha en la que estos registros concretos
llegan a su fin. En los casos de los presos en huelga de hambre, los pesos se
registraban a intervalos semanales y, en algunos casos, diariamente.
Desapercibidos en el momento de su publicación, estos documentos no
habían sido, hasta ahora, analizados con detalle, pero tras llevar a cabo una
revisión exhaustiva de los mismos puedo revelar que los resultados demuestran
hasta qué punto la prohibición del Pentágono de publicar ninguna foto de los
prisioneros le ha permitido ocultar un hecho verdaderamente estremecedor: A lo
largo de la historia de Guantánamo, uno de cada diez de la población total -80
prisioneros en total- pesó, en algún momento, menos de 112 libras (ocho
piedras, o 50 kg), y 20 de estos prisioneros pesaron menos de 98 libras (siete piedras, o 44 kg).
Si se hubieran publicado fotos de estos presos, creo que no nos
quedaríamos cortos si dijéramos que los llamamientos para el cierre de
Guantánamo habrían sido mucho más estridentes de lo que han sido, y como
docenas de presos siguen en huelga de hambre, el temor es que, a menos que el
Presidente Obama intensifique sus esfuerzos para cerrar Guantánamo antes de su
fecha límite de enero de 2010, seguirán más.
Andy Worthington
Para Cageprisoners
10 de junio de 2009
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