Fayiz Al-Kandari, ¡libre! Liberado el último kuwaití
de Guantánamo, más un saudí: ahora quedan 103 hombres
13 de enero de 2016
Andy Worthington
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 06 de octubre de 2023
Para Fayiz al-Kandari, el último kuwaití recluido en Guantánamo, que cumplió 40 años
en la prisión en 2015, por fin hay justicia, ya que fue liberado el viernes 10
de enero y devuelto a su país, más de 14 años después de que fuera apresado por
primera vez en Afganistán, adonde, según mantuvo siempre, había viajado para
realizar labores de ayuda humanitaria.
La liberación de Fayiz, y la de otro preso, un saudí, parece ser una demostración del renovado
compromiso del presidente Obama de cerrar Guantánamo en su último año de
mandato, ya que cuatro hombres han sido liberados en los últimos días, y se
esperan 13 liberaciones más en breve. Sin duda, también es una prueba más de
que el proceso de la Junta de Revisión
Periódica de Guantánamo -establecida en 2013 para revisar los casos de
todos los presos que aún no han sido puestos en libertad o que van a ser
juzgados- está funcionando. en los casos de ambos hombres, se recomendó la
continuación de su encarcelamiento después de las PRB, pero luego fueron
revisados de nuevo, cuando ambos se esforzaron más para convencer a las juntas
de que no representan ninguna amenaza y sólo quieren reconstruir sus vidas en
paz - como, cabe señalar, lo hacen la mayoría de los 103 hombres aún detenidos.
De los 18 casos resueltos hasta ahora en las PRB, 15 han terminado con la recomendación de
excarcelar a los presos -un gran resultado cuando antes todos eran considerados
"demasiado peligrosos para ser excarcelados"-, aunque el proceso
avanza con demasiada lentitud. Esos 18 casos tardaron más de dos años, y otros
42 hombres están pendientes de revisiones, que no concluirán hasta 2020 al
ritmo actual. Si el presidente Obama se toma en serio el cierre de Guantánamo,
tiene que encontrar la manera de acelerar considerablemente el proceso en sus
últimos 12 meses de mandato.
Los hombres cuyos casos se están revisando fueron calificados de "demasiado peligrosos para
ser puestos en libertad" por un proceso de revisión de alto nivel, el Equipo
de Trabajo para la Revisión de Guantánamo, que el presidente Obama
estableció poco después de asumir el cargo en 2009. El grupo de trabajo
reconoció que no existían pruebas suficientes para juzgarlos, pero no mencionó
que, por tanto, no se trataba de pruebas, sino de un conjunto de rumores y
acusaciones sin fundamento, algunas producidas mediante tortura u otras formas
de maltrato.
Estos problemas son evidentes en el caso de Fayiz al-Kandari. Resulta absurdo que, a pesar de que
sólo estuvo en Afganistán alrededor de un mes antes de los atentados del 11-S,
Estados Unidos afirmara que durante ese tiempo "instruyó a miembros y
aprendices de Al Qaeda", "actuó como asesor de Osama bin Laden"
y "produjo cintas de audio y vídeo de reclutamiento que animaban a unirse
a Al Qaeda y a participar en la yihad". Cuando le contaron todo esto en
una rocambolesca revisión en 2005, dijo: "Al final de esta apasionante
historia y después de todas estas acusaciones diversas, cuando pasé la mayor
parte del tiempo junto a Bin Laden como su asesor y su líder religioso... Todo
esto ocurrió en un periodo de tres meses, que es el periodo de tiempo que
permanecí en Afganistán...". Pregunto, ¿son estas acusaciones contra
Fa[y]iz o contra Superman?".
Ya en 2009, su abogado defensor militar Barry Wingard, asignado a él cuando se le propuso brevemente
para un juicio ante una comisión militar en 2008 sobre la base de las
ridículas afirmaciones esbozadas anteriormente, informó en un artículo de
opinión en el Washington
Post acerca de cómo él y Fayiz hablaban con
regularidad sobre la falta de justicia en Guantánamo:
Cada vez que viajo a Guantánamo para
visitar a Fayiz, su primera pregunta es: "¿Has encontrado justicia para mí
hoy?". Esto da lugar a una incómoda vacilación. "Desgraciadamente,
Fayiz", le digo, "hoy no tengo justicia".
He seguido de cerca la historia de Fayiz durante muchos años. En septiembre de 2007, entrevisté al
abogado estadounidense Tom Wilner para “Outside
the Law: Stories from Guantánamo,” un documental que codirigí con la cineasta Polly Nash. Tom había
representado a los 12 presos kuwaitíes en los primeros días de existencia de
Guantánamo, cuando los abogados lucharon por primera vez, y finalmente ganaron,
el derecho a visitar Guantánamo para conocer a los presos y presentar
peticiones de habeas corpus en su nombre. Había llegado a conocer a Fayiz, y
explicó cómo era un "gran tipo" que, desde niño, había dado la mitad
de su asignación para ayudar a los pobres y necesitados. Su visita a Afganistán,
parecía claro, era una continuación de esta devoción por el trabajo caritativo.
Le pedí a Tom su opinión sobre la liberación de Fayiz, y me envió lo siguiente por correo electrónico:
Estoy encantado de que Fayiz haya sido finalmente liberado de Guantánamo después de casi 14 años. Para
empezar, nunca debería haber estado allí. Nunca se le acusó de ningún delito, y
las únicas acusaciones que se hicieron contra él procedían de otros detenidos
que fueron recompensados por hacer esas acusaciones y posteriormente se
retractaron o eran bien conocidos por hacer acusaciones falsas contra otros.
Representé a Fayiz durante más de dos años y medio antes de que por fin pudiera conocerlo en enero de
2005, después de que ganáramos el primer caso ante el Tribunal Supremo.
Conectamos inmediatamente. Fayiz es extremadamente brillante, cálido y
carismático, con una sonrisa maravillosa y un sentido del humor exuberante.
También es un poco poeta y filósofo, con pasión por la justicia y compasión por
los menos afortunados. Es exactamente el tipo de persona que queremos a nuestro lado.
En octubre de 2009, escribí un
importante perfil de Fayiz para Truthout, basado en parte en preguntas que
Barry Wingard le había hecho en mi nombre, y en febrero de 2012, viajé
a Kuwait, en un viaje organizado por Barry, donde también me reuní con Tom
Wilner y aparecí
en un debate televisivo con él sobre Fayiz y Fawzi al-Odah, el otro kuwaití
detenido en ese momento, que fue
liberado en noviembre de 2014 (después de que un PRB aprobara su
liberación). También
conocí a su familia, que me dio la bienvenida, y al reunirme con ellos me
resultó aún más evidente que Estados Unidos no tenía ningún caso contra él.
En un correo electrónico, Barry Wingard describió cómo la liberación de Fayiz "es un
ejemplo más de la realidad orwelliana que representa GTMO", y añadió:
"Si a un gobierno se le permite retener a otros sin cargos durante década
y media, cometer torturas y afirmar que están luchando contra una palabra,
'terror', ten por seguro que tú no estás a salvo".
Añadió:
Fayiz vuelve a Kuwait convertido en un superviviente, ha sobrevivido a palizas, tormento psicológico y mental, y a
varias huelgas de hambre que con toda probabilidad le causaron daños internos.
En respuesta, Fayiz decía: "Nunca les des el poder haciendo lo que quieren.
Lo que quieren es que les odies. Si les odias, están en tu cabeza. Perdónales y
muéstrales bondad, al hacerlo el odio les pesa. Con el tiempo, ese peso se
convierte en demasiado y te mirarán como ejemplo".
Wingard también declaró: "Nunca debemos olvidar el legado de GTMO, y el efecto de las
turbas que toman decisiones irracionales. De los 779 hombres retenidos en GTMO,
menos de 15 tendrán algo parecido a un juicio. Más de 650 hombres no son
culpables de nada. ¿Qué te hace sentir seguro de que tú o un miembro de tu
familia no seréis los siguientes?".
La liberación de Muhammad al-Shumrani
El 11 de enero, 14º aniversario de la apertura de Guantánamo, Muhammad al-Shumrani, saudí, que
también cumplió 40 años en 2015, fue liberado. Un jet saudita vino a recogerlo,
como ha ocurrido con todos los saudíes liberados de la prisión, para comenzar
su rehabilitación. El 11 de septiembre, cuando se recomendó
su puesta en libertad, la junta "reconoció las actividades y
conexiones pasadas del detenido relacionadas con el terrorismo, pero determinó
que [su] amenaza puede ser adecuadamente mitigada por Arabia Saudita." En
concreto, tenían "confianza en la eficacia del programa de rehabilitación
saudita y en la capacidad de Arabia Saudita para supervisar al detenido una vez
completado el programa", y también "consideraron creíble al detenido
en su deseo de participar en el programa".
También señalaron su "firme deseo de participar en debates religiosos eruditos y recibir
orientación de los clérigos del centro de rehabilitación sobre el Islam y su
voluntad de someterse a la autoridad del gobierno saudita". La junta
también señaló que al-Shumrani había sido "sincero con la junta, incluso
en lo relativo a su presencia en el campo de batalla y su visión del mundo, y
articuló su compromiso de cumplir su papel dentro de su familia por encima de
tomar las armas o seguir participando en la yihad."
También señalaron su"firme deseo de participar en debates religiosos eruditos y recibir
orientación de los clérigos del centro de rehabilitación sobre el Islam, así
como su voluntad de someterse a la autoridad del gobierno saudí". La junta
también señaló que al-Shumrani había sido "sincero con la junta, incluso
en lo relativo a su presencia en el campo de batalla y su visión del mundo, y
articuló su compromiso de cumplir su papel dentro de su familia por encima de tomar
las armas o seguir participando en la yihad."
En un correo electrónico enviado al Miami
Herald, su abogada, Martha Rayner, afirmó que
"está deseando participar en el programa de rehabilitación saudí y
reunirse con su familia." El periódico también recogió un comentario
realizado durante su revisión en agosto por sus representantes personales
(militares designados para representarle), quienes señalaron que "se había
deslizado tranquilamente hacia la madurez" durante sus 13 años en
Guantánamo -como, por supuesto, lo han hecho tantos de los hombres aún
retenidos, que sólo representan una amenaza en las mentes de los legisladores
fácilmente asustadizos y de los cínicos representantes de los medios de
comunicación.
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