¿Es la confesión del juicio del 11-S un golpe de propaganda de Al-Qaeda?
08 de diciembre de 2008
Andy Worthington
En un anuncio realmente sorprendente procedente de Guantánamo, los cinco hombres acusados
de conspirar y facilitar los atentados del 11-S -Khalid
Sheikh Mohammed, que declaró en su tribunal de Guantánamo el pasado
mes de marzo que era "responsable de la operación del 11-S, de la A a la
Z", Ramzi bin al-Shibh, Mustafa al-Hawsawi, Ali Abdul Aziz Ali y Walid bin
Attash- han declarado
en la vista previa al juicio de hoy que "solicitan una sesión de audiencia
inmediata para anunciar nuestras confesiones."
Desde arriba: Khalid Sheikh
Mohammed (KSM), Ramzi bin al-Shibh, Mustafa al-Hawsawi, Ali Abdul Aziz Ali y
Walid bin Attash.
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Las audiencias, que se supone que durarán toda la semana, ya han atraído una importante atención
mediática, en parte porque asisten familiares de algunas de las víctimas de los
atentados del 11-S, y en parte porque se consideraron el último intento de la
administración Bush de justificar sus muy criticadas políticas de detención en
el marco de la "Guerra contra el Terror". En el periodo previo a las
elecciones presidenciales, las Comisiones Militares habían desaparecido del
radar de los medios de comunicación, y casi nadie acudió a Guantánamo en la
última semana de octubre, cuando Ali Hamza al-Bahlul, presunto propagandista de
Al Qaeda, fue condenado a cadena perpetua tras un
inquietante juicio parcial en el que se negó a defenderse.
Se esperaba que las vistas de esta semana incluyeran nuevos intentos de resolver algunas quejas de larga
data relativas a bin al-Shibh, cuyos abogados sostienen que no está mentalmente
capacitado para ser juzgado, y al-Hawsawi, cuyos abogados afirman que ha sido
intimidado por sus coacusados. También se esperaba que, al igual que en la comparecencia
de junio y en una ronda anterior de audiencias
previas al juicio, celebrada en septiembre, Mohammed aprovechara la
oportunidad para dominar el proceso y hacer referencias socarronas a su tortura
a manos de las fuerzas estadounidenses.
Lo que nadie previó, sin embargo, fue que Mohammed aprovecharía el foco mediático mundial para volver a otro tema
que mencionó durante la comparecencia hace seis meses: su deseo de ser
martirizado. Y, sin embargo, parece que eso es exactamente lo que ha ocurrido. El nuevo juez del juicio, el coronel
Stephen Henley, leyó un documento presentado por los cinco acusados el 4 de
noviembre, el día de las elecciones presidenciales, tras una serie de reuniones
no reveladas previamente entre los hombres.
"Los cinco hemos llegado a un acuerdo para solicitar a la comisión una sesión de audiencia
inmediata con el fin de anunciar nuestras confesiones... con nuestro más
ferviente deseo en este sentido sin estar bajo ningún tipo de presión, amenaza,
intimidación o promesa de ninguna de las partes", decía su declaración.
Mientras Mohammed cumplía las expectativas, deslizando una referencia a la tortura cuando, tras decirle a
Henley: "No confío en usted", añadió que no confiaba en un
"acuerdo entre Bush y la CIA que me torturó", Ali Abdul Aziz Ali también
habló, asegurando a Henley que los cinco habían llegado a sus decisiones por
voluntad propia. "Todas estas decisiones fueron tomadas por nosotros sin
ningún tipo de presión o influencia por parte de Jalid Sheij", dijo.
"Lo que dijo o dirá Jalid Sheij lo repetiremos nosotros también".
Aún no está claro qué significa esto. Como explicó The
Guardian, "la carta da a entender que quieren declararse
culpables, pero no aclara si admitirán algún cargo específico", aunque sí
establece que "desean retirar todas las mociones de defensa
anteriores". Bloomberg añadió que "Henley pidió a los fiscales
militares que presentaran informes jurídicos sobre si la comisión puede
'aceptar una declaración de culpabilidad de un delito capital'", y también
persisten las dudas sobre la situación de bin al-Shibh y al-Hawsawi, que siguen
representados por abogados militares.
A la espera de nuevas aclaraciones, sólo puedo preguntarme si Mohammed y sus coacusados han optado
realmente por centrarse infaliblemente en su búsqueda del martirio, y han
decidido que su mejor esperanza para hacer avanzar la causa de Al Qaeda reside
en tratar de conseguir una condena en las manchadas Comisiones Militares del presidente
Bush y del vicepresidente Dick Cheney antes de que Barack Obama pueda desmantelarlas.
Esta interpretación parece confirmada por un comentario adicional atribuido a Mohammed por AFP: "No
queremos perder el tiempo". Y como en todas las ocasiones anteriores en
las que Khalid Sheikh Mohammed ha tenido los ojos de los medios de comunicación
del mundo sobre él, sólo puedo preguntarme quién dirige realmente el espectáculo.
ACTUALIZACIÓN 11 pm GMT: Como se ha sugerido anteriormente, el coronel Henley retrasó el veredicto sobre
la petición de Mohammed y sus coacusados, dando tiempo a los abogados para
investigar si está autorizado a aceptar declaraciones de culpabilidad en casos
de pena capital, y también si ello impediría la imposición de la pena de muerte.
Fijó como fecha límite el 5 de enero, cuando está previsto que se celebren las
próximas vistas preliminares, para que los abogados presenten sus escritos.
Además, aunque aceptó la petición de Mohammed, Ali Abdul Aziz Ali y Walid bin Attash, dictaminó que era
necesario celebrar vistas de competencia para Mustafa al-Hawsawi y Ramzi bin
al-Shibh, debido a las dudas sobre su capacidad para ser juzgados. En
consecuencia, los acusados declararon que esperarían a conocer los resultados
de esas investigaciones antes de declararse culpables. Como explicó Ali Abdul
Aziz Ali: "Nuestra solicitud de declaración de culpabilidad se basaba en
una estrategia conjunta y prefería esperar".
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