Declaración de Binyam Mohamed sobre su liberación de Guantánamo
23 de febrero de 2009
Andy Worthington
Reprieve, la organización benéfica de
acción legal cuyos abogados representan al residente británico y víctima de
tortura Binyam
Mohamed, acaba de hacer pública la siguiente declaración de Binyam, que ha
llegado esta tarde de Guantánamo al Reino Unido:
Espero que comprendan que después de todo lo que he pasado no estoy ni física ni mentalmente capacitado
para enfrentarme a los medios de comunicación en el momento de mi llegada de
vuelta a Gran Bretaña. Les ruego que me disculpen si hago una simple
declaración a través de mi abogado. Espero poder hacerlo mejor en los próximos
días, cuando esté en vías de recuperación.
He pasado por una experiencia que jamás pensé encontrar en mis más oscuras pesadillas. Antes de
esta terrible experiencia, "tortura" era una palabra abstracta para
mí. Jamás habría imaginado que sería su víctima. Todavía me cuesta creer que me
secuestraran, me llevaran de un país a otro y me torturaran de forma medieval,
todo ello orquestado por el gobierno de Estados Unidos.
Aunque quiero recuperarme y dejarlo todo lo
más lejos que pueda en el pasado, también sé que tengo una obligación con las
personas que aún permanecen en esas cámaras de tortura. Mi propia desesperación
fue mayor cuando pensé que todo el mundo me había abandonado. Tengo el deber de
asegurarme que nadie más caiga en el olvido.
Agradezco que al final no me abandonaran simplemente a mi suerte. Doy las gracias a mis abogados y al
resto del personal de Reprieve, así como a la teniente coronel Yvonne Bradley,
que luchó por mi libertad. Estoy agradecido a los miembros del Ministerio de
Asuntos Exteriores británico que trabajaron por mi liberación. Y quiero dar las
gracias a las personas de toda Gran Bretaña que me escribieron a Guantánamo
para levantarme el ánimo, así como a los miembros de los medios de comunicación
que intentaron asegurarse de que el mundo supiera lo que estaba ocurriendo. Sé
que hoy no estaría en casa, en Gran Bretaña, si no fuera por el apoyo de todos.
De hecho, quizá no estaría vivo.
Me gustaría poder decir que todo ha terminado, pero no es así. Todavía hay 241 prisioneros musulmanes en
Guantánamo. Muchos hace tiempo que han sido exculpados, incluso por el ejército
estadounidense, pero no pueden ir a ninguna parte porque sufren persecución.
Por ejemplo, Ahmed Belbacha vivía aquí, en Gran Bretaña, y necesita
desesperadamente un hogar. Además, hay otros miles de presos recluidos por
Estados Unidos en otros lugares del mundo, sin cargos y sin acceso a sus familias.
Y tengo que decir, más con tristeza que con rabia, que muchos han sido cómplices de mis propios horrores
durante los últimos siete años. Para mí, el peor momento llegó cuando me di
cuenta en Marruecos de que las personas que me estaban torturando recibían
preguntas y material de la inteligencia británica. Me había reunido con los
servicios de inteligencia británicos en Pakistán. Me había sincerado con ellos.
Sin embargo, más tarde me di cuenta de que las mismas personas que esperaba que
vinieran a rescatarme se habían aliado con mis agresores.
No pido venganza, sólo que se sepa la verdad, para que nadie en el futuro tenga que soportar lo que yo he soportado.
Muchas gracias.
Binyam Mohamed
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