worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


Corine ha vuelto: lea "Guantánamo: el día después"

04 de agosto de 2007
Andy Worthington


Corine Hegland, la reportera del National Journal que, en febrero de 2006, publicó algunas de las primeras historias sobre oficiales militares disidentes en los tribunales "canguro" de Guantánamo (los Tribunales de Revisión del Estatuto de los Combatientes), ha vuelto con un mordaz artículo de portada que comienza con el viaje accidental de la ex abogada del Centro de Derechos Constitucionales Barbara Olshansky a Etiopía, durante una visita a África, donde se topó con el nuevo frente de África Oriental en la "Guerra contra el Terror" de la administración Bush: las prisiones secretas para sospechosos yihadistas somalíes, aparentemente dirigidas por africanos pero en realidad controladas por el FBI, que parece, al menos en el Cuerno de África, tener operativos preparados para asumir los denostados métodos post 11-S de la demasiado visible CIA.


La historia, muy viva y censurable, fue destapada tres días después por Human Rights Watch, y fue en parte objeto de un impresionante documental, Secuestrados por encargo (emitido por Channel 4 en junio), en el que el autor de Ghost Plane, Stephen Grey, informaba sobre el programa de "entregas extraordinarias", viajando a África para entrevistar a antiguos prisioneros, que hablaban con detalle de la entrega y el encarcelamiento de hombres, mujeres y niños.

A partir de ahí, Hegland hace un recorrido por la historia de Guantánamo, pasando por el papel de Olshansky en Rasul contra Bush, el caso clave de junio de 2004 que presionó al Tribunal Supremo para que concediera derechos de habeas corpus a los detenidos, pero que ha sido objeto de ofuscación, obstrucción y vengativa contrariedad por parte de la administración desde entonces, para terminar en el atolladero de sugerencias y contrasugerencias que rodean el posible cierre de Guantánamo. Para ello se tienen en cuenta comentarios recientes de Dick Cheney y Alberto Gonzales, conversaciones con abogados y un análisis de las formas en que se ha intentado la detención indefinida sin juicio en Canadá, el Reino Unido e Israel.

El pasaje más optimista -en términos de motivar al pueblo estadounidense a la acción, si no a una profunda comprensión política- es probablemente aquel en el que el Presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, Carl Levin, demócrata de Michigan y oponente de Guantánamo desde hace mucho tiempo, abandonó sus intentos de persuadir a una audiencia de ojos inexpresivos en una reunión pública de los males de la Ley de Comisiones Militares del pasado otoño -que otorgaba al Presidente el poder de detener a personas como combatientes enemigos "sin acceso a ninguna de las informaciones en las que el gobierno se basaba para tomar esa determinación, [de modo que alguien puede estar allí tres años, cuatro años o toda la vida, sin acceso a un juez, basándose en pruebas secretas", y en su lugar respondió a un miembro del público que levantó la mano para decir: "Soy un profesor de secundaria que ya no puede decir que la Declaración de Derechos es sacrosanta. ¿Qué diría usted en mi lugar?", "abandonando su defensa del proyecto de ley y dando al grupo la charla de ánimo para la que habían viajado toda la noche. La única respuesta es luchar", dijo. Podéis poneros delante de vuestra clase y decir: implicaos, luchad'".

Lo triste incluso de este éxito limitado, por supuesto, es que los intentos de Levin de interesar a sus compatriotas en reescribir la arrolladora definición de "combatientes enemigos" de la administración cayeron en saco roto, y Hegland también utiliza las propuestas de Levin para demostrar la desconcertante diversidad de opiniones sobre Guantánamo, señalando que la Casa Blanca amenazó con vetar el proyecto de ley, señalando que la Casa Blanca amenazó con vetar el proyecto de ley, afirmando que la disposición de Levin "interferiría con la 'conducción efectiva de la guerra contra el terrorismo' y con la autoridad constitucional del presidente como comandante en jefe", y que incluso los grupos de derechos humanos "bostezaron ante" su propuesta, porque estaban "centrados en primer lugar en la restauración del habeas corpus, algo que Levin también apoya, y [preocupados] porque añadir protecciones sustantivas a los tribunales restaría fuerza a sus argumentos a favor del habeas corpus"." Aunque concluye el artículo hablando con Elisa Massimino, directora en Washington de Human Rights First, quien insiste en que, al igual que ocurría con los procesamientos por terrorismo antes del 11-S, es posible organizar procesamientos con éxito dentro del sistema de justicia penal existente, el artículo sugiere, en general, que se ciernen negros nubarrones sobre cualquier perspectiva de salida fácil de la sombría y conflictiva historia de Guantánamo.

Quizás el pasaje más memorable de todo el artículo sea aquel en el que, tambaleándose por su nuevo descubrimiento en África oriental, Barbara Olshansky declara: "Ya es el día después de Guantánamo. No hemos sacado a todo el mundo, obviamente, pero están metiendo a la gente en otras prisiones".

Lea el artículo. Hay más cosas que no he mencionado en esta breve reseña, y están aquí por si te las perdiste al principio.


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net