Castillo hinchable de Guantánamo - en América: La tienda de regalos
24 de septiembre de 2008
Andy Worthington
Con la tortura
como política oficial de EE.UU., la Constitución bajo ataque perpetuo, las
Convenciones de Ginebra destrozadas y niños que se enfrentan a juicios
por crímenes de guerra -por citar sólo algunos de los males que me
preocupan a diario-, es fácil olvidar que, fuera de las cárceles secretas de la
"Guerra contra el Terror" y de los tribunales farsescos de
Guantánamo, algunos artistas también se centran en el atolladero moral creado
por la administración Bush.
Un ejemplo de ello es Philip Toledano. En su nueva instalación en línea, America: The
Gift Shop, Toledano se pregunta: "Si la política exterior
estadounidense tuviera una tienda de regalos, ¿qué vendería?" y presenta
una serie de obras en técnica mixta -sobre Guantánamo, Irak y las cárceles
secretas- que, como él mismo describe, "reflejan la actual política
exterior en el espejo de feria del comercio estadounidense".
Junto con camisetas que parece que deberían poder comprarse a la salida, una mesa de café de Abu Ghraib
y otros recuerdos punzantes de los últimos ocho años, Toledano ha recreado,
como una especie de castillo hinchable, una de las celdas de máxima seguridad
de Guantánamo, notoriamente espartanas, en las que los presos detenidos durante
casi siete años sin cargos ni juicio pasan hasta 23 horas al día.
Como explica el sitio web daddytypes.com,
en su valoración de la tienda de regalos de Toledano, "lo imprescindible
es probablemente la celda hinchable de Guantánamo, auténtica en todos sus
detalles, excepto en que puedes salir en algún momento". Búscala en las
fiestas de cumpleaños más atrevidas que tengas cerca".
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