Carta de Binyam Mohamed desde Guantánamo a Gordon Brown
30 de mayo de 2008
Andy Worthington
El Independent de hoy publica en portada el artículo El
último británico en Guantánamo se enfrenta a la pena de muerte, centrado en la
difícil situación del residente británico Binyam Mohamed. Detenido en Pakistán
en abril de 2002, Binyam fue trasladado posteriormente a Marruecos, donde
torturadores por poderes, que trabajaban por cuenta de los estadounidenses, lo
torturaron durante 18 meses, en sesiones de interrogatorio que incluían el
corte regular de su pene con una cuchilla de afeitar. Después fue trasladado a
la "Prisión Oscura", una prisión secreta de la CIA cerca de Kabul,
inspirada en una mazmorra de tortura medieval, pero con el añadido de música y
ruido ensordecedores, que se introducían en las celdas durante 24 horas al día,
y finalmente llegó a Guantánamo en septiembre de 2004.
En noviembre de 2005, Binyam fue propuesto para ser juzgado por una Comisión
Militar -un novedoso sistema de juicios para "sospechosos de
terrorismo" inventado por el vicepresidente Dick Cheney y sus asesores en
noviembre de 2001-, pero en junio de 2006, tras un rocambolesco episodio ante
un juez, que terminó con Binyam mostrando un cartel en el que declaraba que las
"Comisiones" eran más bien "Con-misiones", todo el sistema
fue declarado ilegal por el Corte Supremo de Estados Unidos.
Las Comisiones se reactivaron más tarde ese mismo año, cuando el Congreso aprobó la Ley de
Comisiones Militares, y se espera que Binyam se enfrente de forma inminente a
cargos en virtud de esta segunda versión de las "Con-misiones", a
pesar de que todavía tienen que demostrar que pueden funcionar realmente, y a
pesar de que Binyam y sus abogados de Reprieve, la organización benéfica de
acción legal que trabaja en nombre de más de 30 presos de Guantánamo, siempre
han mantenido que ni una sola prueba de la presunta implicación de Binyam en un
complot de atentado concebido con varias figuras de alto rango de Al Qaeda se
produjo sin el uso de la tortura.
El artículo de The Independent incluía extractos de una carta dirigida al Primer Ministro
Gordon Brown, dictada por Binyam a su abogado, Clive Stafford Smith, director
de Reprieve, durante una visita a Guantánamo la semana pasada. A continuación
figura el texto íntegro de la carta, que fue entregada ayer en el número 10 de
Downing Street.
Obsérvese que la mención de Binyam a la intervención del gobierno británico se refiere a la petición
de éste de que se devolviera a cinco residentes británicos -entre ellos Binyam-
el pasado mes de agosto. Aunque tres residentes fueron devueltos
posteriormente (en diciembre), él no fue uno de ellos, ya que las autoridades
estadounidenses se negaron a liberarlo. Su mención a los abogados del Tesoro se
refiere a una reciente demanda
presentada por Reprieve y los abogados de Leigh Day exigiendo que el gobierno
haga pública cualquier información que tenga sobre el conocimiento británico de
la entrega de Binyam a Marruecos, y cualquier información que se proporcionara
a la inteligencia estadounidense.
Guantánamo
jueves, 22 de mayo de 2008
Estimado Primer Ministro Brown,
He estado detenido sin juicio por Estados Unidos durante 6 años, 1 mes y 12 días. Es decir, 2.234 días
(días muy largos y, a menudo, noches más largas). De ellos, unos 550 días
fueron en una cámara de tortura en Marruecos, y unos 150 en la "Prisión
Oscura" de Kabul. Aún no hay un final a la vista, ni perspectivas de un
juicio justo.
Como soy londinense, su gobierno declara públicamente que apoya mi derecho a regresar allí lo antes
posible. Se lo agradezco. Siempre he considerado a Gran Bretaña como el país
que más defiende los derechos humanos. Por eso vine a Gran Bretaña como refugiado.
Antes de la intervención de su gobierno para ayudarme, estaba más resignado a mi destino, a
estar detenido para siempre sin un juicio justo. Cuando su gobierno intervino
tuve esperanza. Pero ha sido una esperanza cruel. Nueve meses después sigo
aquí, sin estar más cerca de casa, todavía en esta terrible prisión.
Cuando supe que mis torturadores marroquíes utilizaban información suministrada por los servicios
de inteligencia británicos, me sentí profundamente traicionado. Cuando supe que
los abogados de su gobierno (los Procuradores del Tesoro) habían dicho a mis
abogados que no tenían ningún deber de ayudar a demostrar mi inocencia, ni
siquiera que había sido torturado, me sentí traicionado de nuevo.
Hace tiempo que es hora de poner fin a este asunto. He estado a punto de suicidarme este último
tiempo. Supongo que ésa sería una forma de ponerle fin.
Binyam Mohamed
22/MAYO/08
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