worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


Caos previsible al reanudarse los juicios de Guantánamo

18 de julio de 2009
Andy Worthington


En Guantánamo, el sistema de juicios de la Comisión Militar se reunió esta semana por segunda vez desde que el Presidente Obama anunciara la congelación de todos los procedimientos durante cuatro meses en su primer día en el cargo, para dar al Equipo de Trabajo sobre Guantánamo de interdepartamental de la nueva administración la oportunidad de examinar la mejor manera de tratar a los presos restantes heredados de la administración Bush.

Revivir las Comisiones, desacertadamente

En mayo, en un importante discurso sobre seguridad nacional, Barack Obama dio a entender que planeaba revivir las Comisiones, argumentando que, con algunas modificaciones, serían "justas, legítimas y eficaces", y prometiendo "trabajar con el Congreso y las autoridades legales de todo el espectro político en una legislación" que cumpliera estos objetivos.

Por muy agradable que fuera oír a un Presidente hablar de implicar al Congreso, sin que tuvieran que torcerle el brazo para hacerlo, la voluntad de Obama de reactivar las Comisiones se produjo frente a la oposición generalizada de abogados civiles y una amplia gama de expertos jurídicos y, lo que es más significativo, de siete ex fiscales que dimitieron disgustados por lo que consideraban la politización del sistema o sus fallos irremediables (incluido el coronel Morris Davis, ex fiscal jefe, y el teniente coronel Darrel Vandeveld, que dimitieron el pasado septiembre). y todos los abogados defensores nombrados por el gobierno, que han estado dispuestos a arriesgar sus carreras para oponerse a lo que todos ellos consideraban un sistema injusto.

A los críticos -entre los que me incluyo- no les aplacó la propuesta de Obama de modificar las normas de las Comisiones, e insistieron en que la única forma de avanzar era abandonar las Comisiones y proceder con los juicios ante los tribunales federales. Extrañamente, el mismo día del discurso de Obama, la administración anunció que Ahmed Khalfan Ghailani, sospechoso de los atentados contra la embajada africana de 1998, sería juzgado en Nueva York y, además, en un comunicado de prensa adjunto, el Departamento de Justicia alardeó de su "largo historial de ... enjuiciamiento con éxito de sospechosos de terrorismo a través del sistema de justicia penal" (y adjuntaba una lista de enjuiciamientos con éxito en los últimos 16 años), lo que más bien parecía demostrar que las Comisiones -que sólo han logrado tres resultados dudosos (David Hicks, Salim Hamdan y Ali Hamza al-Bahlul)- no debían reactivarse.

Sin embargo, en las últimas semanas el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado -y su presidente, el senador Carl Levin, que realmente debería saberlo mejor- se plegaron a los deseos del Presidente y modificaron la redacción de la Ley de Comisiones Militares de 2006 (que revivió las Comisiones después de que el Cortel Suprema dictaminara que su primera encarnación era ilegal), a pesar de que, como informé la semana pasada cuando el teniente coronel Vandeveld prestó testimonio ante el Comité, lo que debería haber frenado en seco a los políticos, sigue permitiendo el uso de información enmascarada como prueba que se obtuvo mediante coacción, y sigue permitiendo que la información de oídas sea valorada como prueba por jueces que no están cualificados para tomar tales decisiones.

La legislación aún no ha sido aprobada por el Senado, pero la semana pasada las Comisiones volvieron a reunirse de todos modos, aunque el debate aún sin decidir sobre su futuro añadió otra capa de confusión a unos acontecimientos que, como ha sido típico a lo largo de la larga e ignominiosa historia de las Comisiones, se vieron envueltos en dificultades técnicas, presos poco cooperativos y disputas sobre las normas.

Una afirmación extravagante inicia el procedimiento

Uno de los pocos momentos dramáticos de la semana se produjo nada más empezar. En declaraciones a los periodistas el martes, antes de que comenzaran las audiencias previas al juicio, el capitán de la Marina John Murphy, nuevo fiscal jefe de la Comisión, anunció que los fiscales estaban preparados para proceder con los casos contra 66 de los 228 presos restantes (el 229, Ali Hamza al-Bahlul, ya está encerrado de por vida -en una celda para él solo en algún lugar de Guantánamo- después de su perturbador juicio unilateral de noviembre).

Como explicó David Danzig, director adjunto de programas de Human Rights First, Murphy dijo: "Tenemos 66 casos viables", y añadió que se sentía "personalmente cómodo" de que "el gobierno pudiera montar un caso que no dependiera de pruebas obtenidas mediante el uso de la coacción". Danzig también señaló que Murphy "se abstuvo de comentar si el gobierno podría tratar de llevar algunos de esos casos a juicio en tribunales civiles federales."

Personalmente, me sorprende que Murphy pueda afirmar que hay hasta "66 casos viables", dado que los informes de inteligencia a lo largo de los años han situado el número de presos con alguna conexión significativa con el terrorismo entre dos docenas y 40 de los presos (y también dado que, de los 23 casos que seguían activos cuando Bush dejó el cargo, dos eran de menores, y al menos ocho de los casos no tenían nada que ver con "crímenes de guerra"), pero lo que más preocupaba a algunos de los periodistas era que la fiscalía parecía estar "tomando decisiones sobre qué pruebas eran apropiadas y cuáles no, sin ninguna revisión independiente".

Vic Hansen, un ex oficial del Tribunal General del Ejército que estaba observando los procedimientos para el Instituto Nacional de Justicia Militar, dijo: "Dicen repetidamente que no van a confiar en las pruebas que se obtuvieron mediante coacción. Pues bien, es la fiscalía la que está tomando esa decisión en solitario, sin ninguna transparencia".

Este era un punto muy válido, y como señaló Danzig, aunque Murphy "dijo que la fiscalía había desarrollado 'un estándar' para garantizar que ninguna prueba obtenida indebidamente se utilizaría en los juicios ... se negó a dar más detalles sobre ese estándar", y no se refirió al hecho de que el Senado todavía está debatiendo si imponer un estándar de voluntariedad (a instancias de la administración Obama), que, como afirmó Danzig, "presumiblemente excluiría las pruebas coaccionadas". Como añadió Hansen, "a lo que se reduce todo esto es más o menos a que el gobierno diga: 'confía en nosotros'".

Desafíos y peticiones de aplazamiento en el caso de Ibrahim al-Qosi



El miércoles, cuando se suponía que iban a comenzar las audiencias previas al juicio, el personal del tribunal se quejó de que no podían oír al comandante de la Marina Dirk Padgett presentarse como fiscal en el caso de Ibrahim al-Qosi, uno de los tres presos cuyos casos se debatían ese día, lo que provocó una respuesta de Padgett que, para algunos, podría servir de lema para el conjunto de las comisiones. "Esperemos que esto mejore", dijo.

Al final, las cosas no mejoraron en absoluto. En el caso de Al Qosi, un preso sudanés de 49 años acusado de ser guardaespaldas y conductor ocasional de Osama bin Laden, los fiscales pidieron un aplazamiento "en interés de la justicia" hasta septiembre, lo que, al parecer, daría tiempo a la administración Obama a completar su revisión de los casos. El capitán del Cuerpo de Marines Seamus Quinn, uno de los fiscales de Al Qosi, declaró: "El aplazamiento es necesario... para abordar y eliminar todas las posibles impugnaciones a este proceso", según Reuters.

La petición de aplazamiento enfureció a los abogados defensores de al-Qosi, que durante mucho tiempo han mantenido que su cliente no era más que un cocinero para bin Laden, y que no tenía más importancia que Salim Hamdan, uno de los chóferes de bin Laden, que ahora es un hombre libre en Yemen, tras haber cumplido una condena de cinco meses que se le impuso tras su juicio el pasado agosto. Tal y como lo describió Reuters, los abogados de Al Qosi pidieron al juez militar "que desestime los cargos o que siga adelante":

"No se puede mantener a alguien en detención indefinida", declaró el teniente coronel de la Marina Travis Owens. "Viola todos los principios que tenemos como estadounidenses". Invocando lo que Carol Rosenberg, del Miami Herald, describió como un argumento de "justicia retrasada, justicia denegada", sobre la base de que Al Qosi "fue uno de los primeros hombres llevados a los campos de prisioneros cuando se abrieron en enero de 2002", Owens añadió: "Fue uno de los tipos a los que mantuvieron en las jaulas para perros. Hablando de confinamiento opresivo".

Impugnaciones y peticiones de aplazamiento en el caso de Mohammed Kamin

Mientras la juez, la teniente coronel del ejército del aire Nancy Paul, se negaba a pronunciarse inmediatamente sobre la petición de los fiscales, en una sala contigua se producían escenas aún más caóticas, donde tenía lugar una segunda vista previa al juicio en el caso de Mohammed Kamin, un afgano aprehendido en 2003.

El de Kamin es uno de los casos más ridículos presentados para un juicio ante una Comisión Militar -o, para el caso, para cualquier tipo de juicio-, como expliqué el pasado mes de marzo, cuando fue procesado:

    [Kamin] está acusado de "proporcionar apoyo material al terrorismo", concretamente por recibir entrenamiento en "un campo de entrenamiento de Al Qaeda", realizar vigilancia sobre bases y actividades militares estadounidenses y de la coalición, colocar dos minas bajo un puente y lanzar misiles contra la ciudad de Khost mientras estaba ocupada por fuerzas estadounidenses y de la coalición. No se le acusa de dañar, ni mucho menos de matar, a las fuerzas estadounidenses, y si no fuera por su supuesta conexión con Al Qaeda -al parecer declaró en el interrogatorio que fue "reclutado por un líder de una célula de Al Qaeda"-, creo que sería imposible sostener que estaba implicado en el "terrorismo".

El miércoles, Kamin boicoteó los procedimientos, diciendo a un oficial militar que le ofreció la oportunidad de ducharse antes de la vista: "Me ducharé cuando ustedes estén listos para enviarme a casa". En su ausencia, los fiscales también pidieron un aplazamiento, aunque en realidad nadie acudió a hacer la petición. En su lugar, una fiscal muy embarazada, la teniente de la Marina Rachel Trest, llamó por circuito cerrado desde Washington, aunque, como señaló Carol Rosenberg, "su argumentación fue inaudible en el centro de prensa diseñado hace años para retransmitir simultáneamente ambos juicios a los periodistas."

Sin embargo, se produjo un estallido de dramatismo cuando, a pesar de que una hoja de información del tribunal predecía que el teniente de navío Rich Federico, uno de los abogados defensores de Kamin, "pediría orientación sobre el grado de preparación del juicio durante el interregno ordenado por la Casa Blanca", Federico, en cambio, instó al sobreseimiento de todo el caso, refiriéndose a los comentarios realizados la semana pasada por el abogado de seguridad nacional del Departamento de Justicia, David Kris, quien declaró ante el Comité de Servicios Armados del Senado (PDF): "Nuestros expertos creen que existe un riesgo significativo de que los tribunales de apelación concluyan en última instancia que el apoyo material al terrorismo no es un delito tradicional del derecho de la guerra, revocando así condenas duramente ganadas y llevando a cuestionar la legitimidad del sistema".

Como éste es el único cargo al que se enfrenta Kamin, Federico dijo al juez: "No pueden proceder éticamente con este cargo en este foro. Es atroz. Es una pérdida de tiempo para todos". The Wall Street Journal añadió que también dijo que la persecución continuada del caso por parte del gobierno era "poco ética, inmoral e injusta", calificó el proceso de "farsa, un completo fraude" y afirmó que las Comisiones seguían siendo "un sistema roto".

Al igual que en el caso de Al Qosi, el juez de Kamin, el coronel de las Fuerzas Aéreas Thomas Cumbie, se negó a pronunciarse inmediatamente sobre la petición de aplazamiento de la fiscalía - o la inesperada intervención de Federico - aunque, en respuesta a un reto de Federico admitió que "las reglas del tribunal aún estaban evolucionando", como dijo Carol Rosenberg, y declaró: "No estoy diciendo en modo alguno que me hayan tendido una emboscada. Las cosas cambian".

No obstante, es poco probable que desaparezcan las cuestiones relativas a la validez del cargo de "apoyo material", y será necesario resolverlas antes de que se celebren nuevas vistas. Irónicamente, el cargo es un delito válido en un tribunal federal, pero ha sido impugnado en las Comisiones desde que se incluyó por primera vez en la legislación en 2006. Como explicó el miércoles el abogado civil de Salim Hamdan, Harry Schneider, "siempre hemos opinado que [el apoyo material] no era un crimen de guerra y que la condena no debía mantenerse". Añadió, en palabras de Carol Rosenberg, que el debate en las Comisiones "parecía mejorar una petición de clemencia para Hamdan que ya estaba en los archivos del Pentágono", y afirmó que, si la administración retira el apoyo material como delito en las Comisiones, "Salim quedaría exonerado en el sentido de que nunca habría sido condenado por nada".

Sin abogados para Omar Khadr



El miércoles por la tarde, Omar Khadr, el canadiense que sólo tenía 15 años cuando fue detenido en 2002, volvió al tribunal para reanudar las discusiones sobre sus abogados que mantenía el 1 de junio, cuando las comisiones volvieron a reunirse por primera vez. En aquella ocasión, como explicó Michelle Shephard en el Toronto Star, el coronel del ejército Patrick Parrish "arremetió repetidamente contra el equipo jurídico de Khadr" por sus luchas internas, que habían llevado a Khadr a concluir que no podía confiar en ninguno de ellos, pero elogió al propio Khadr por ser "bien hablado" y "profesional".

Hace seis semanas, Parrish se negó a permitir que Khadr no estuviera representado, y el canadiense decidió a regañadientes seguir con el teniente comandante William Kuebler, quien, hay que señalar, ha hecho campaña asiduamente en favor de Khadr, pero el miércoles, las sospechas de Khadr volvieron a salir a la palestra. "No confío en la oficina de defensa militar", dijo, lo que llevó a Parrish a tomar la decisión sin precedentes de nombrar a dos abogados civiles en su lugar.

La mayoría no se presentó a la vista previa al juicio del 11-S

La gran noticia de la semana debía ser la vista previa al juicio de los cinco hombres acusados de participar en los atentados del 11-S, pero al final también fue un fracaso. Por la mañana no se presentó nadie, después de que los hombres se negaran a salir de sus celdas, y por la tarde, Khalid Sheikh Mohammed, el indiscutible showman del grupo, se negó a asistir, al igual que Ramzi bin al-Shibh, a pesar de que la vista se había convocado para tratar cuestiones pendientes relativas a su competencia mental, y a la de otro de los cinco, Mustafa al-Hawsawi. Al-Hawsawi, Ali Abdul Aziz Ali y Walid bin Attash se presentaron finalmente en la sala, pero hubo poca actividad.


Según Reuters, "al-Hawsawi pronto exigió marcharse tras quejarse de que no se le permitiría hablar", y "bin Attash, al que se le concedieron cinco minutos para dirigirse al tribunal, se quejó de que el presidente del tribunal, el coronel del ejército Steven Henley, no había respondido a las cartas que los cinco hombres le habían escrito "hace mucho tiempo"". En el único destello de la disidencia normalmente asociada a la presencia de KSM, explicó: "Si no tienen la paciencia suficiente para llevar este caso, dénselo a otro juez. Consideramos al juez y al fiscal como una sola persona. No hay ninguna diferencia". Más tarde, bin Attash mostró su desdén por el proceso lanzando un avión de papel -formado, presumiblemente, a partir de sus documentos judiciales- a uno de sus coacusados.

El resto de la sesión se centró en los intentos de los abogados de bin al-Shibh de "permitir a una asesora de la defensa examinar las tomografías computarizadas del cerebro de su cliente y realizar más pruebas, incluida posiblemente una resonancia magnética, para 'determinar si alguna lesión en su cerebro afecta a su funcionamiento cognitivo'". La comandante de la Marina Suzanne Lachelier explicó que bin al-Shibh ha sido diagnosticado de "trastorno delirante", pero cuando intentó explicar que había sido sometido a privación del sueño, un censor del tribunal cortó la transmisión al centro de prensa.

En un intento de rebatir estas quejas, uno de los fiscales, el teniente de la Marina Clayton Trivett, afirmó que las quejas de bin al-Shibh sobre la privación de sueño podían deberse a su enfermedad preexistente. Trivett explicó que bin al-Shibh "ha acusado a los guardias de bombear malos olores y ruidos fuertes en su celda y de 'hacer vibrar su cama' para mantenerlo despierto", aunque "la postura del gobierno es que eso no ocurre y nunca ha ocurrido", aunque otra interpretación podría ser que el colapso inicial de la salud mental de bin al-Shibh fue causado por lo que fuera que le ocurrió durante los cuatro años que estuvo recluido en una prisión secreta de la CIA antes de su llegada a Guantánamo en septiembre de 2006.

Sin avances visibles -y con los pocos que se produjeron ensombrecidos por la disputa sobre la acusación de apoyo material al terrorismo, que tendría repercusiones en varios otros casos-, ésta fue otra salida desalentadora para las Comisiones y, seguramente, otra advertencia para la administración Obama de que cualquier tipo de reactivación del desdichado sistema de juicios seguirá plagada de problemas insolubles.


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net