worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


La cadena perpetua para un propagandista de Al Qaeda no justifica los juicios de Guantánamo

03 de noviembre de 2008
Andy Worthington

Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 26 de septiembre de 2023


En cualquier sistema judicial creíble, la condena en vísperas de las elecciones de un socio de Osama bin Laden por producir material promocional para Al Qaeda, que animaba directamente a jóvenes impresionables a unirse a una yihad violenta contra Estados Unidos, sería una victoria rotunda para la administración Bush. Representaría, aunque tardíamente, un reconocimiento de última hora de que la administración, cuya conducta en la "Guerra contra el Terror" ha sido ampliamente criticada por su brutalidad extrajudicial casi indiscriminada, era al menos capaz de juzgar, condenar y encarcelar a un importante infiltrado de Al Qaeda por crímenes de guerra antes de entregar las riendas del poder a una nueva administración.

Pero esto es Guantánamo, y el sistema judicial es cualquier cosa menos creíble. Tras cuatro horas de deliberaciones el viernes, el jurado militar del juicio de Ali Hamza al-Bahlul (tal como aparece arriba, en un boceto de la sala en 2004, después de que le afeitaran el pelo y la barba) anunció hoy que había declarado culpable a este yemení de 39 años de 17 cargos de conspiración, ocho cargos de incitación a cometer asesinatos y 10 cargos de proporcionar apoyo material al terrorismo, y el juez, el coronel de las Fuerzas Aéreas Ronald Gregory, le impuso cadena perpetua. Sin embargo, cuando comenzó el juicio el pasado lunes, expliqué que, pasara lo que pasara en los días siguientes, la legitimidad del juicio se había evaporado hacía seis meses, cuando al-Bahlul se negó a participar en lo que consideraba una farsa.

Según las normas establecidas en la Ley de Comisiones Militares, que resucitó el sistema de juicios -concebido por el vicepresidente Dick Cheney y su asesor más cercano, David Addington- después de que el Corte Supremo lo declarara ilegal en junio de 2006, los presos podían representarse a sí mismos en los juicios. Esta enmienda surgió debido a los problemas éticos a los que se enfrentaban los abogados defensores a los que se exigía que representaran a clientes reacios, ya que, en el mundo real fuera de Guantánamo, la representación obligada puede llevar a que el abogado sea castigado. Como explicaba un artículo de GQ el verano pasado, "el acusado puede demandar por mala praxis, y el colegio de abogados puede imponer sanciones, incluso retirarle la licencia para ejercer."

El derecho a la auto-representación ya ha dado lugar a algunos incidentes extraños que no han contribuido en nada a mejorar la credibilidad de la administración (como, por ejemplo, cuando Khalid Sheikh Mohammed tuvo la oportunidad de burlarse de su juez en las audiencias previas al juicio en septiembre), pero, lo que es más importante, lo que nadie previó -porque la MCA era una pieza de legislación defectuosa horriblemente apresurada- fue lo que ocurriría cuando los presos decidieran boicotear por completo los procedimientos.

Como se reveló el lunes pasado, en caso de boicot, el juez intentaría obligar al abogado defensor militar del preso a representarlo, pero como esto planteaba los mismos problemas éticos que habían afectado a los abogados en la primera encarnación de las Comisiones, el abogado de al-Bahlul, el mayor David Frakt, respondió negándose a cooperar. "Me uniré al boicot del Sr. al-Bahlul a los procedimientos", dijo, "permaneciendo mudo ante la mesa". Antes del juicio, explicó que había obtenido un dictamen ético del Colegio de Abogados de Nueva Jersey, en el que se afirmaba que estaba obligado a seguir las instrucciones de su cliente, y que no se le permitía repreguntar a los testigos ni ofrecer ningún tipo de argumento jurídico.

Como resultado, el juicio se desarrolló como un perfecto facsímil de un juicio espectáculo, sin mención alguna de las torturas que al parecer había sufrido al-Bahlul bajo custodia estadounidense. Como informó el Miami Herald, las sospechas de que al-Bahlul había sido torturado habían llevado a dos fiscales a dimitir de la primera encarnación de la Comisión en lugar de seguir adelante con el caso, y en 2004 el primer abogado militar defensor de al-Bahlul, el mayor Tom Fleener, había dicho explícitamente al coronel Peter Brownback, juez en aquel momento: "Creo que el señor al-Bahlul fue torturado", añadiendo que "iba a ser un problema" en cualquier juicio al que se enfrentara su cliente.

Sin ninguna de estas inconvenientes distracciones, la acusación tuvo libertad para mostrar la película que al parecer había hecho al-Bahlul, y para presentar el testimonio del agente especial del FBI Ali Soufan, quien declaró que, en los interrogatorios, al-Bahlul le había dicho que "lo consideraba uno de los mejores vídeos de propaganda que tenía al-Qaeda hasta la fecha", y que Osama bin Laden estaba "tan impresionado" con él que ascendió a al-Bahlul para que se convirtiera en su secretario de medios de comunicación.

La acusación también presentó el testimonio por videoconferencia de tres miembros de un grupo de jóvenes de Lackawanna, Nueva York -los llamados "Seis de Lackawanna"-, a los que se había animado a viajar a un campo de entrenamiento afgano antes de los atentados del 11-S, para "limpiar sus pecados y despejar un camino recto hacia el cielo entrenándose para la yihad", y a los que se había mostrado el vídeo. Condenados en 2003, en plena paranoia de la "guerra contra el terrorismo", a penas de cárcel de entre ocho y diez años por proporcionar "apoyo material al terrorismo", los hombres arrojaron más luz sobre su propio fracaso a la hora de abrazar el terrorismo que sobre cualquier otra cosa.

Uno de los tres, Yassein Taher, declaró que los reclutas del campamento "lloraron y gritaron alabanzas cuando vieron el vídeo", pero añadió que se sintió conmocionado, sorprendido y asustado al descubrir que el campamento reclutaba activamente terroristas suicidas y tenía "una hoja de inscripción para el martirio". Otro de los hombres, Sahim Alwan, dijo que le mostraron el vídeo en casas de huéspedes de Pakistán y Afganistán, y quedó "horrorizado". "Yo mismo me di cuenta de que estaba muy metido", explicó, y añadió: "Quería salir de allí". Taher y Alwan declararon entonces que "fingieron emergencias familiares y huyeron del campamento", y Reuters añadió que el tercer hombre, Yahya Goba, "completó el entrenamiento pero se negó a jurar lealtad a Bin Laden."

Lo que resulta especialmente angustioso del juicio de al-Bahlul no es la cuestión de su implicación en Al Qaeda. Es algo que nunca ha negado y, como también informó Reuters, durante la proyección de la película, "se sentó a la mesa de la defensa radiante de orgullo en algunos segmentos y asintiendo con la cabeza a las palabras de Bin Laden", y también "golpeó con el puño la mesa una vez ante la mención de la profanación de las mujeres musulmanas". Además, Ali Soufan declaró que al-Bahlul le había dicho: "Todo lo que creo está en esa cinta", y Soufan y un investigador de la Marina, Robert McFadden, declararon que al-Bahlul les había "dicho que los civiles estadounidenses eran objetivos legítimos, ya que 'pagan impuestos y apoyan la guerra contra los musulmanes'".

Sin embargo, al no haber un caso para la defensa, se ha permitido a la administración eludir la cuestión del trato que recibió al-Bahlul bajo custodia estadounidense y también se le ha permitido ignorar la afirmación del mayor Frakt, hecha antes de que comenzara el juicio, de que al-Bahlul "no era un combatiente operativo", "no desempeñó ningún papel en la planificación de actividades terroristas" y "no participó en actividades terroristas". La administración alardeará de haber logrado una importante victoria en la "Guerra contra el Terror", pero la culpabilidad de al-Bahlul debería haberse confirmado en un tribunal federal, donde no habría podido anotarse una victoria propagandística para Al Qaeda al ser condenado en un juicio parcial.

Rompiendo su silencio antes de que se anunciara la sentencia, al-Bahlul dejó claro este punto al decirle al coronel Gregory: "Siga adelante con su juicio y yo continuaré con mi boicot. Haga usted lo que quiera. Tiene órdenes de los políticos y no las aceptaré".


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net