Actualización de la petición de extradición española
de los británicos de Guantánamo
15 de febrero de 2008
Andy Worthington
Omar Deghayes y Jamil El-Banna, dos de los tres británicos liberados de Guantánamo
en diciembre, volvieron ayer al Tribunal de Magistrados de Westminster, en
Londres, por tercera vez desde su liberación, para ponerse al día sobre los
progresos -o la falta de ellos- en la solicitud de extradición presentada por
el gobierno español, basada en acusaciones desacreditadas desde hace tiempo y
resumidas en artículos anteriores aquí
y aquí.
Como no puede asistir a la audiencia de ayer - y ningún medio de comunicación
importante ha tenido a bien informar sobre ella- hablé con Jackie Chase, de la
campaña Save Omar de Brighton, que me puso al corriente de los acontecimientos
de la mañana.
Edward Fitzgerald QC, representante de Deghayes y El-Banna, presentó informes médicos que analizaban
en detalle el precario estado mental de sus clientes. Aunque se esforzó por
ahorrar al tribunal los detalles de los malos tratos sufridos bajo custodia
estadounidense, que habían creado sus problemas actuales, explicó que los
informes revelaban que ambos padecían un trastorno de estrés postraumático.
También señaló que una fuente particular de estrés y angustia mental para los hombres se derivaba de
los dispositivos de marcado electrónico que se han visto obligados a llevar
desde su regreso al Reino Unido, que, dijo, les estaban causando ansiedad,
porque les estaban dando recuerdos de su calvario en las prisiones
estadounidenses de Afganistán y Guantánamo, y específicamente a sus
interrogatorios y la serie de técnicas brutales que se utilizaron con ellos
durante el período previo a sus interrogatorios.
El Sr. Fitzgerald pidió entonces que se retiraran las etiquetas, petición a la que la fiscalía
accedió amablemente. En su lugar, el Sr. Deghayes y el Sr. El-Banna están
obligados a permitir que representantes de la policía les visiten durante las
horas del toque de queda que también se les impuso a su regreso al Reino Unido
-entre las 8 de la tarde y las 7 de la mañana- para comprobar que realmente
están en casa.
En cuanto a la solicitud de extradición, la Fiscalía de la Corona informó de que no había
habido respuesta del gobierno español desde la última vista, celebrada en
enero. El juez fijó el 13 de abril como fecha límite para que los españoles
respondieran a los informes médicos y a las cuestiones planteadas anteriormente
por el Sr. Fitzgerald y sus colegas, a saber, que las autoridades españolas no
habían explicado por qué habían presentado la solicitud de extradición a la
vuelta de los hombres, cuando no la habían tramitado enérgicamente durante su largo
encarcelamiento bajo custodia estadounidense; y que tampoco habían explicado
por qué deseaban seguir adelante con el caso cuando tanto el Gobierno británico
como el estadounidense habían concluido que no existía ningún caso contra
ninguno de los dos hombres.
En las conversaciones abiertas entre el juez y los distintos abogados, se planteó la posibilidad de
que el gobierno español retirara su solicitud de extradición en un futuro
próximo. Sin embargo, si responden antes del 13 de abril, la vista formal de
extradición tendrá lugar el 15 de mayo.
Es de esperar que los españoles retiren su petición de devolución de dos hombres inocentes que luchan
por rehacer sus vidas. Como puso de manifiesto la semana pasada el caso de
Farid Hilali, la Orden de Detención Europea, introducida para facilitar los
procedimientos de extradición entre Estados miembros de la UE, está demostrando
carecer de todo mecanismo para impedir las extradiciones cuando el país que las
solicita se basa en "pruebas" que no resisten un examen imparcial.
Más información sobre la historia de Hilali aquí,
aquí
y aquí.
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