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Abu Zubaydah presentó una queja acerca de la tortura y continuo encarcelamiento en Guantánamo con los expertos en detención arbitraria de las Naciones Unidas.

5 de mayo de 2021
Andy Worthington

Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 12 de mayo de 2021


Abu Zubaydah: ilustración de Brigid Barrett para un artículo de Wired en julio del 2013. La foto utilizada es de los archivos militares clasificados de Guantánamo que fueron publicados por WikiLeaks en el 2011.

El viernes, Abu Zubaydah (Zayn al-Abidin Muhammad Husayn), una famosa víctima de tortura en el programa de “sitios negros” de la CIA, que ha sido detenido sin cargos ni juicios en Guantánamo desde septiembre del 2006, entregó una queja al Grupo de Trabajo en Detención Arbitraria de la ONU, en relación a la ilegalidad de su encarcelamiento y su trato desde que fue arrestado en una redada en Paquistán en marzo del 2002.

El caso ha sido presentado por Helen Duffy, la representante legal internacional de Abu Zubaydah desde el 2010, que lo representó en otros casos exitosos ante la Corte Europea de Derechos Humanos en relación a su detención en el “sitio negro” en Polonia y Lituania. La queja acusa a siete países de haber sido responsables por su largo encarcelamiento y maltrato, no solo (y principalmente) los Estados Unidos, sino también Tailandia, Polonia, Marruecos, Lituania y Afganistán, los cinco países en los que estuvo en detención en “sitios negros” por un periodo de más de cuatro años y medio y el Reino Unidos, que está acusado de haber “participado” en otras maneras en la “telaraña global de complicidad en la entrega”, principalmente porque “se estima que el personal del Reino Unido estuvo involucrado en aproximadamente 2,000-3,000 entrevistas de detenidos de la CIA después del 11/9”, como indicaron los descubrimientos del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento británico (ISC por sus siglas en inglés) en el 2019.

En un desplegado de prensa, Duffy explica que este es el “primer caso internacional de Zubaydah contra los Estados Unidos” y también “es la primera vez que una acción legal internacional se está llevando a cabo en contra del Reino Unido, Afganistán, Marruecos y Tailandia por su complicidad en el programa estadounidense de entrega y detención secreta”. Además, es la “primera vez que un caso se presenta en contra de todos los Estados que participaron en la rendición y tortura de un individuo y de su continua e ilegal detención en Guantánamo”.

“La aplicación”, como Duffy también explica, “reúne varios hechos alarmantes de este caso: desinformación propagada acerca de él desde la detención, los compromisos dados por altos rangos dentro de los Estados Unidos para detenerlo “incomunicado por el resto de su vida”, la horrorosa tortura infringida sobre él y la imposibilidad de defenderse y asegurar su liberación”. Añade que “su detención no tiene bases legales en la ley internacional, ofende todos los principios del proceso legal debido y, como dijo la Corte Europea de Derechos Humanos en casos que hemos llevado en su representación en contra de Polonia y Lituania, “una fragrante negación de justiciar” y “anatema del estado de derecho”.

Duffy añade que se le está pidiendo al Grupo de Trabajo en Detención Arbitraria para la ONU que encuentre que, primero, “los Estados Unidos están obligados a liberar a Abu Zubaydah”, dos, que “otros Estados deben tomar todas las medidas en su poder, incluyendo la oferta de reubicación, etc., para asegurar su liberación y rehabilitación” (de significado particular porque Zubaydah es un palestino sin Estado), tres, que “su detención en Guantánamo sin posibilidad de ser liberado es arbitraria, tortuosa y viola su derecho a la vida” y, cuarto, que “todos los Estados deben asegurar transparencia, repatriación y responsabilidad por las violaciones de la ‘guerra contra el terror’ que el caso de Abu Zubaydah personifica, para aprender lecciones y prevenir que se repita”.

Duffy explica que “el momento es significante”. Con la promesa del gobierno de Biden de una revisión “robusta” de Guantánamo y su intención de cerrar la prisión y con el mismo Biden declarando su objetivo de “reposicionar a los Estados Unidos como un país que apoya el proceso legal debido y los derechos humanos” y con el veinteavo aniversario del inicio de la ‘guerra contra el terror’ (y también de la apertura de Guantánamo, en enero del 2022), el caso es una prueba de la voluntad de los Estados Unidos para finalmente abordar la larga injusticia del trato de Abu Zubaydah.

Como dice Duffy “cómo todos los Estados, incluyendo a EE. UU, respondan a este llamado urgente hacia el cuerpo de la ONU será una medida de su compromiso real a los derechos humanos y a distanciarse de los abusivo contra terrorismo”.

Añade que, aunque el caso se enfoca en Abu Zubaydah, también tiene repercusiones para todos los hombres detenidos en Guantánamo en un “limbo legal” y también explica que Abu Zubaydah y otros prisioneros están actualmente mostrando su “desesperación” a través de “huelgas de hambre masivas” que actualmente se realizan en Guantánamo, una situación que no ha, hasta la fecha, salido a la superficie en ningún reporte de medios mainstream acerca de la prisión, a más de 100 días de gobierno de Biden

Mientras tanto en los tribunales estadounidenses

Mientras tanto, en Estados Unidos, esfuerzos para encontrar responsables a aquellos que torturaron a Abu Zubaydah han fracasado en pasar la primera prueba bajo el presidente Biden.

En septiembre del 2019, en lo que describí la última vez como como “un caso continuo en el que los abogados de Abu Zubaydah están buscando obligar a los arquitectos del programa de tortura James Mitchell and Bruce Jessen a contestar preguntas relacionadas con la investigación criminal en Polonia acerca de los oficiales que establecieron y operaron el ‘sitio negro’ polaco que fue uno de los lugares en donde torturaron a Zubaydah”. El novena circuito del tribunal de apelaciones revocó la previa decisión del tribunal de distrito que protegía a Mitchell y Jessen del escrutinio en base a que permitir cualquier testimonio para proceder revelaría “secretos de Estado”, una posición vergonzosa para esconder maldad, que el gobierno estadounidense ha estado usando en casos relacionados con tortura desde los años de Bush, que continuaron con Obama y de manera más notoria en el caso Jeppsen en el 2010.

El fallo fue destacado por ser la primera vez que un tribunal de apelaciones se alejó del usual eufemismo estadounidense para tortura — “técnicas de interrogación mejorada” — y abiertamente declaró “usar términos coloquiales…Abu Zubaydah fue torturado”.

Más allá, el profesor de derecho de la Universidad de Cornell, Joseph Margulies, que representó a Zubaydah más de una década, le dijo al San Francisco Chronicle, que también fue “la primera vez que un tribunal reconocía que el gobierno simplemente se confundió con Abu Zubaydah, el niño del poster del programa de tortura”. Los jueces mencionaron que, aunque “pensaban que Abu Zubaydah era un miembro de alto nivel de Al-Qa’ida con conocimiento detallado de panes terroristas”, el Estudio del Comité Selecto del Senado sobre Inteligencia (Senate Select Committee on Intelligence Study) sobre el programa de detención e interrogación de la CIA, cuyo resumen ejecutivo fue publicado en diciembre del 2014, “reveló más tarde que su caracterización fue errónea”.

En lugar de permitir que el fallo permaneciera, sin embargo, el Departamento de Justicia, bajo Trump, tomando una posición que subsecuentemente Biden no dispute, ha apelado a la Suprema Corte para que defienda la posición de sus vergonzosos “secretos de Estado”, incluso después de que el panel de jueces del Noveno Circuito rechazó volver a escuchar el caso en julio del año pasado.

Así como escribió el juez Richard A. Paez en ese tiempo, “dada la abrumadora y públicamente disponible evidencia de que Abu Zubaydah fue detenido en un sitio negro en Polonia, es difícil tomar seriamente la sugerencia de que los medios no son de fiar y que los estándares aplicados por otros cuerpos judiciales son inadecuados. Algo bueno, es que el presidente polaco públicamente reconoció, en el 2012, que, durante su presidencia, Abu Zubaydah fue detenido en Polonia por la CIA”.

Dadas las inclinaciones de derechas de la Suprema Corte establecidas bajo Donald Trump, el legado más duradero de sus cuatro años en el poder, es poco inteligente esperar que Zubaydah reciba una audiencia justa en las cortes más altas de los EE.UU., que hace que para aquellos para quienes es importante la responsabilidad por la tortura y el poner fin a la vergüenza de la prisión en la bahía de Guantánamo, mantener un ojo cerrado con las deliberaciones del Grupo de Trabajo en Detención Arbitraria de la ONU, que, espero, amoneste la ilegalidad de los Estados Unidos y los otros seis países mencionados en la queja de Abu Zubaydah.


 

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