29ª Junta de Revisión Periódica de Guantánamo - para
Sharqawi Ali Al-Hajj, presunto facilitador de Al-Qaeda
22 de marzo de 2016
Andy Worthington
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 25 de octubre de 2023
La semana pasada, Sharqawi Abdu Ali Al-Hajj (alias Abdu Ali Sharqawi), yemení de
41 años, se convirtió en el 29º preso de Guantánamo cuyo caso es examinado por
una Junta de
Revisión Periódica (PRB por sus siglas en inglés), el proceso de revisión que, desde 2013, revisa los casos de todos los presos que
no se enfrentan a juicios (solo diez hombres) y de los que aún no han sido
aprobados para su liberación por el
Equipo de Trabajo para la Revisión de Guantánamo de Alto Nivel e
Interinstitucional que el presidente Obama creó poco después de asumir el cargo
en enero de 2009.
De los 91 hombres actualmente recluidos, el grupo de trabajo aprobó la excarcelación de 24 de
ellos, pero siguen recluidos, mientras que las Juntas de Revisión Periódica han
aprobado la excarcelación de 12 más. Descontando a los diez que van a ser
juzgados, quedan 45
hombres a la espera de las PRB, o de los resultados de las PRB, que, parece
seguro, se sumarán al número de hombres cuya puesta en libertad ha sido aprobada.
Hasta ahora se han tomado decisiones sobre las PRB de 23 hombres, y en 19 de esos casos las juntas
de revisión han recomendado su puesta en libertad, lo que supone una tasa de
éxito del 83%. Lo que debería hacer que esto fuera vergonzoso para la
administración es que los hombres que se enfrentan a PRB fueron descritos por
el equipo de trabajo como "demasiado peligrosos para ser puestos en
libertad" hace seis años, pero esas afirmaciones se han desmontado bajo un
nuevo escrutinio. En aquel momento, el equipo de trabajo aceptó que estaba
reteniendo a hombres que no podían ser juzgados, porque la información
utilizada para defender su detención no se sostendría en un tribunal, pero se
negó a reconocer que esto significaba que era fundamentalmente poco fiable. El
equipo de trabajo también consideraba a los hombres peligrosos por su
resistencia en Guantánamo, pero los PRB funcionan ahora más como un proceso de
libertad condicional, y permiten a los presos la oportunidad de demostrar por
qué no suponen una amenaza, y no supondrán una amenaza en el futuro.
Aunque hasta la fecha la mayoría de las PRB han sido para hombres considerados por el grupo de
trabajo como "demasiado peligrosos para ser puestos en libertad"
(inicialmente 46 hombres), el grupo de trabajo recomendó el procesamiento de
otros 25, hasta que la base para los procesamientos se
vino abajo en gran medida como consecuencia de una serie de veredictos
condenatorios en el tribunal de apelaciones de Washington, D.C., donde los
jueces anularon algunos de los pocos veredictos de culpabilidad obtenidos en
las muy criticadas comisiones militares, señalando que los crímenes de guerra
en cuestión no eran legítimos y habían sido inventados por el Congreso.
De los 25, Al-Hajj es sólo el cuarto que se enfrenta a un PRB, y hasta la fecha sólo se ha adoptado
una decisión (la de poner en libertad al egipcio Tariq al-Sawah, liberado
en enero), aunque también están programados otros cinco entre abril y
julio; para más detalles, véase la lista
definitiva que preparé para el sitio web Close Guantánamo.
El caso del gobierno contra Sharqawi Abdu Ali Al-Hajj
En el caso de Sharqawi Abdu Ali Al-Hajj, su junta de revisión no verá con buenos ojos, estoy seguro,
el hecho de que "decidiera no participar en su vista", como Human
Rights First lo describió en el único artículo que se publicó después de su
junta de revisión. La mayoría de los presos revisados hasta la fecha han
aceptado que una recomendación para su puesta en libertad sólo puede
producirse, si es que se produce, a través de su plena participación en el
proceso, y es, por supuesto, inimaginable que a nadie en el sistema penal se le
conceda la libertad condicional si se niega a acudir a una audiencia.
Sin embargo, también parece probable que la junta tenga serios problemas para superar las
afirmaciones contenidas en los expedientes de al-Hajj según las cuales, como se
describe en el resumen
no clasificado elaborado por los militares, "es un yihadista de
carrera que actuó como destacado facilitador financiero y de viajes para
miembros de Al Qaeda antes y después de los atentados del 11-S". Esta
audaz apertura se ve ligeramente socavada por la concesión de que, aunque
"probablemente proporcionó apoyo logístico o financiero a las operaciones
de Al Qaeda", "puede que no tuviera conocimiento previo de los
complots",Pero el sumario continúa explicando cómo "desarrolló
vínculos con altos dirigentes de Al Qaeda, como Usama Bin Ladin y Khalid Shaykh
Muhammad, y se asoció con conspiradores y operativos de Al Qaeda, incluidos
miembros del atentado del USS Cole y algunos de los secuestradores del 11-S".
Sin embargo, lo que me parece interesante es que el sumario describe que "ha negado repetidamente
ser miembro de Al Qaeda, afirmando en cambio que el grupo confiaba en él por su
apoyo como facilitador". Cabe señalar que su apodo, por el que se le
conoce a menudo, es "Riad el Facilitador".
El sumario también repasa la historia de lo que se describe como "su actividad
extremista", que "comenzó en Bosnia en 1995, donde resultó herido
luchando contra las fuerzas serbias". Continúa: "Intentó unirse a
otras causas yihadistas en Chechenia, África Oriental y el Sudeste Asiático
antes de regresar a Yemen en 1999. Desde allí, facilitó el viaje de
combatientes a Afganistán, muchos de los cuales se convirtieron en
guardaespaldas de Bin Ladin. A mediados de 2000, viajó a Afganistán, donde
recibió entrenamiento básico en un campamento de Al Qaeda, antes de trasladarse
a Pakistán para ayudar a los combatientes árabes a llegar a Afganistán. Una vez
iniciadas las operaciones de la Coalición, dirigió una casa de huéspedes en
Karachi que utilizó para ayudar a los combatientes árabes a huir de la región.
Durante este periodo también canalizó donaciones saudíes a Al Qaeda y
distribuyó dinero entre miembros del grupo y otros combatientes árabes."
El sumario también señalaba que, en Guantánamo, "se ha mostrado en cierto modo obediente,
aunque ha agredido físicamente a los guardias cuando ha percibido que no se
atendían sus quejas", y que, "hasta finales de 2004, proporcionó a
sus interrogadores abundante información sobre sus actividades y asociaciones extremistas
antes de su captura, cooperación que aprovechó para mejorar su situación
vital". También, según el sumario, "ha demostrado dotes de liderazgo,
que ha utilizado para influir en otros detenidos y manipular la dinámica del campo."
También parece claro que los "comentarios sobre la vida después de la detención" de Al
Hajj, en caso de que fuera puesto en libertad, no animarán a los miembros de la
junta a aprobar su puesta en libertad. El sumario describía cómo sus
comentarios "se han centrado en seguir participando en la yihad en defensa
de su religión", y añadía que "se mantiene firme en su apoyo a causas
y grupos extremistas -alabando recientes actos de terrorismo-, lo que indica
que considera los atentados terroristas como una forma legítima de yihad".
También se señaló que "probablemente ve a Estados Unidos como su enemigo,
dado que ha expresado su deseo de luchar y matar a estadounidenses."
Aunque el sumario también señalaba que "no hay indicios" de que los miembros de su
familia, en Taiz (Yemen), "hayan participado en actividades
extremistas", se afirma que "están afiliados a miembros de Al Qaeda
en la Península Arábiga y a otros detenidos de Guantánamo", algunos de los
cuales se consideran importantes, como se menciona en otro pasaje, en el que se
señala que al-Hajj "ha mantenido correspondencia con antiguos detenidos de
Guantánamo sospechosos de volver a participar en actividades extremistas",
aunque, para que conste, debo señalar que se trata tanto de una intromisión en
su intimidad como de afirmaciones que pueden ser ciertas o no, pero a las que
no puede responder adecuadamente.
La tortura de Al-Hajj reconocida por los tribunales estadounidenses
En contraste con este punto de vista está el presentado por sus abogados, que rebaten las
afirmaciones de que Al-Hajj estuviera implicado de forma significativa con
Al-Qaeda, y que también señalan que fue torturado (una postura aceptada también
por varios jueces estadounidenses). En un documento elaborado por el Center for
Constitutional Rights, se afirmaba que, tras su captura, en
una redada domiciliaria en Karachi en febrero de 2002, fue "[i]nterrogado
por interrogadores estadounidenses", y "respondió libremente a
preguntas sobre sus negocios en Pakistán, explicando que estaba haciendo lo que
podía para ayudar a los refugiados yemeníes. Le prometieron que, si seguía
respondiendo a las preguntas, podría volver a su casa en Yemen".
En su lugar, como
ya he comentado anteriormente, fue enviado a Jordania para ser torturado en
nombre de Estados Unidos, y permaneció detenido durante dos años. Después fue
enviado a Afganistán, donde estuvo recluido en la "Prisión Oscura" de
la CIA, y en Bagram, antes de acabar en Guantánamo en septiembre de 2004. En
febrero de 2010, su tortura fue examinada por el juez Henry H. Kennedy Jr.
durante sus deliberaciones sobre la petición de habeas corpus de otro yemení,
Uthman Abdul Rahim Mohammed Uthman.
El juez Kennedy excluyó las declaraciones realizadas por al-Hajj -y por otro preso de la
"zona negra", Sanad al-Kazimi, cuya petición de hábeas corpus está
próxima a presentarse- porque, como escribió: "El Tribunal no se basará en
las declaraciones de al-Hajj o Kazimi porque existen pruebas no refutadas en el
expediente de que, en el momento de los interrogatorios en los que realizaron
las declaraciones, ambos hombres habían sido torturados recientemente."
Como señalé en su momento:
Como explicó el juez Kennedy, él [al-Hajj] dijo a su abogada, Kristin B. Wilhelm, que, "mientras estuvo detenido en
Jordania, 'fue golpeado regularmente y amenazado con electrocución y
vejaciones', y finalmente 'fabricó hechos' y confesó la acusación de sus
interrogadores 'para que cesara la tortura'". En la "Prisión
Oscura", añadió, lo "mantuvieron en completa oscuridad y lo
sometieron a música alta continuamente".
También explicaba cómo, en "Double
Jeopardy", un informe de Human Rights Watch de 2008 sobre los hombres
entregados a Jordania por la CIA y sometidos a tortura a manos jordanas,
al-Hajj explicaba cómo a los prisioneros se les mostraban álbumes de fotos
preparados por los interrogadores estadounidenses -conocidos generalmente como
"el álbum familiar"- y se les presionaba para que identificaran a los
hombres i las fotos y declararan sobre ellos, los conocieran o no. Como dijo al-Hajj:
Me interrogaban todo el tiempo, de día y de noche. Me enseñaron miles de fotos, y quiero decir miles, no exagero... Y
en medio de todo esto están las torturas, los abusos, las maldiciones, las
humillaciones. Me amenazaron con abusar sexualmente de mí y electrocutarme. Me
dijeron que si quería marcharme con una discapacidad permanente tanto mental
como física, que eso se podía arreglar. Dijeron que tenían todas las
facilidades de Jordania para conseguirlo. Me dijeron que tenía que hablar, que
tenía que contárselo todo.
En 2011, durante la deliberación relativa a la petición de hábeas corpus de Al-Hajj (que, por
cierto, nunca llegó a una decisión final), el juez jefe Royce Lamberth
determinó que, como lo describió CCR, Al-Hajj "había sido torturado."
En un documento relacionado con su Acción Civil nº 09-745 (RCL), fechado el 8 de junio de 2011,
el juez Lamberth escribió: "En primer lugar, el Tribunal considera que los
demandados -que no admiten ni niegan las alegaciones del peticionario relativas
a su custodia en Jordania y Kabul- admiten efectivamente dichas alegaciones. En
consecuencia, el Tribunal acepta las alegaciones del peticionario como ciertas.
En Jordania, el peticionario fue objeto de coacciones manifiestas durante los
interrogatorios, incluidas intimidaciones, palizas periódicas y amenazas de
electrocución y violencia. En Kabul, se vio obligado a soportar una oscuridad
total y música a todo volumen. Así pues, el Tribunal considera que el
peticionario fue objeto de coacción física y psicológica en Jordania y Kabul."
Su abogado civil, John A. Chandler, añadió: "Tras años de tortura, un equipo de limpieza del FBI
entró para comenzar de nuevo los interrogatorios con la esperanza de obtener
información que fuera admisible y no-producto de la tortura. Los tribunales,
sin embargo, han sostenido que la tortura después de Karachi excluye todos sus
interrogatorios. Casi 10 años después, Sharqawi se encuentra en Guantánamo. Su
salud está arruinada por el trato recibido por o en nombre de nuestro país.
Sólo puede comer yogur. Pesa unos 45 kilos. Estados Unidos ha perdido el rumbo".
Mientras esperamos a conocer la decisión que tome el PRB en el caso de al-Hajj, también es
importante, en mi opinión, que el gobierno intente reactivar una causa contra
él que pueda presentarse ante un tribunal, si es que va a seguir recluido. El
plan del presidente Obama para cerrar la prisión prevé el traslado de varios
hombres al territorio continental de Estados Unidos, algunos para ser juzgados
y otros para continuar encarcelados sin cargos ni juicio.
Este último número será cada vez menor a medida que los PRB recomienden la puesta en libertad de
los presos, pero tengo entendido que las autoridades seguirán declarando que
algunos hombres -quizá unas docenas- deben seguir recluidos sin cargos ni
juicio. Creo que estos hombres tendrán la posibilidad de presentar nuevos
recursos judiciales si son trasladados a Estados Unidos continental, y también
creo que al gobierno le resultará difícil justificar que sigan encarcelados,
por lo que si el gobierno tiene un caso contra personas como al-Hajj, debe
buscar la forma de presentarlo ante los tribunales, o aceptar que no se puede
mantener a las personas recluidas indefinidamente sin cargos ni juicio.
A continuación se reproduce la declaración
inicial realizada por los representantes personales de al-Hajj
(representantes militares asignados para representarlo) en su PRB, en la que,
cabe señalar, se refutaron explícitamente las afirmaciones del gobierno de que
al-Hajj "se mantiene firme en su apoyo a causas y grupos
extremistas", incluido el "elogio de recientes actos de
terrorismo". Los representantes señalaron que "no apoya a
organizaciones extremistas" y "no aprueba los recientes actos del
Estado Islámico".
Audiencia inicial de la Junta de Revisión Periódica, 15 de marzo de 2016
Sharqawi Abdu Ali Al-Hajj, ISN 1457
Declaración inicial del representante personal
Miembros de la Junta, agradecen esta oportunidad de presentarles el caso de traslado de Sharqawi Abdu
Ali Al-Hajj. Sharqawi aprovechó la ocasión de nuestra primera reunión para
describir sus experiencias y su esperanza en el futuro.
En 1998, siendo un joven lleno de idealismo y deseoso de ayudar al pueblo oprimido, Sharqawi viajó
a Bosnia. Allí se reunió con fuerzas de Estados Unidos y el Reino Unido y se
alistó en el ejército bosnio. Tras la guerra, entregó su arma y abandonó Bosnia
y el ejército. Aunque se interesa por la situación de los pobres, los mansos y
los oprimidos, Sharqawi ha renegado de su participación en guerras y
agresiones, porque cree que van en contra de la voluntad de Dios.
Sharqawi podrá contar con el apoyo de su familia, que es una familia respetada y no tiene relaciones
con extremistas; se opusieron a que abandonara Yemen. Se ha preparado para el
futuro, haciendo muchos cursos en Guantánamo, entre ellos Adobe Photoshop e inglés.
Sharqawi no apoya a las organizaciones extremistas. No aprueba los recientes actos del Estado
Islámico, pues considera que han matado a muchos inocentes, creando inestabilidad
en la región. Nunca podría defender actos tan atroces.
Sharqawi quiere dejar perfectamente claro a la Junta que quiere ir a un país estable y pacífico para
empezar de nuevo su vida y que no es una amenaza para Estados Unidos.
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