Noticias de última hora: Dos yemeníes serán enviados a España desde
Guantánamo
08 de septiembre de 2009
Andy Worthington
Desde España, a través de mi amigo periodista Carlos Sardiña Galache (que me prestó una
inestimable ayuda en mi
reciente artículo sobre el juez Baltasar Garzón) llega la noticia de última
hora de que la Cadena SER, la principal emisora de radio española, acaba de
anunciar que el Gobierno español ha aceptado acoger a dos presos de Guantánamo,
que, según se afirma, llegarán al país en octubre o noviembre. Según la Cadena
SER, ambos hombres son yemeníes, capturados en Afganistán tras la invasión
liderada por Estados Unidos en octubre de 2001, aunque por el momento no se
dispone de más información, más allá de la explicación de que, según el Gobierno,
no tenían vínculos con Al Qaeda, sino que "tenían vínculos con los
talibanes".
También se anunció que ninguno de los dos disfrutará de los beneficios de reasentamiento que
recientemente se extendieron a dos
ex presos de Guantánamo en Portugal. La Cadena SER declaró que no se les
considerará refugiados políticos, sino inmigrantes, y que se les mantendrá bajo
vigilancia policial y no se les concederá libertad de movimientos, ni siquiera
dentro de las fronteras españolas, aunque es difícil ver cómo se puede mantener
una política tan cara e inútil, y es de esperar, en cambio, que esta
declaración esté destinada a tranquilizar a los críticos, tanto en Estados
Unidos como en España, en el sentido de que los hombres detenidos sin cargos ni
juicio durante casi ocho años, y marcados permanentemente con la mancha de
Guantánamo, seguirán siendo tratados con firmeza.
Por supuesto, esto suena como un mejor trato que permanecer en Guantánamo, pero si se confirma sugiere
que la administración Obama está empezando a renunciar a las esperanzas de
concluir un plan satisfactorio de repatriación y rehabilitación con Yemen para
los casi 100 prisioneros yemeníes que aún permanecen en Guantánamo (que
constituyen casi la mitad de la población restante), y si este es el caso,
entonces Obama tiene un problema logístico colosal en sus manos, a sólo cuatro
meses de su fecha
límite para el cierre de Guantánamo, para el que la aceptación del gobierno
español de sólo dos prisioneros es poco más que una gota en el océano.
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