¿Volverán los cinturones de castidad?
Mi mamá siempre decía que las mujeres nacimos para sufrir. De chica, a mi me
parecía una frase telenovelesca, anticuada y cómica, tal vez porque ella la
utilizaba para cualquier ocasión, sin importar lo trivial que pudiera ser,
restándole así gran parte de su gravedad bíblica.
Pero cada día me doy más y más cuenta de que Doña Lola tenía razón: las
mujeres nacimos para sufrir porque somos prisioneras de nuestra capacidad
reproductiva. Estamos atadas a nuestras entrepiernas.
Wanda Sykes, la genial comediante afro-americana, lo expresa magistralmente
en un monólogo donde da rienda suelta a su fantasía sobre lo libre que serían
las mujeres si la vagina fuera desmontable, una especie de artefacto quitaipón
que se pueda guardar en una gaveta cuando no la necesitamos. Así podríamos, dice
ella, ir jogging al parque a cualquier hora de la noche sin temor a ser
violadas. “La dejé en casa. Sorry”, es todo lo que habría que decirle, sin dejar
de correr, al presunto atacante quien tendría que conformarse con el iPod.
Pero bueno, eso es ciencia ficción para desternillarse de la risa. La
realidad es que esa codiciada y problemática parte de nuestra anatomía es
inseparable de nuestro cuerpo y alma y todo el mundo, desde líderes religiosos
hasta políticos en busca de ser re-electos, insisten en decirnos qué hacer con
el maldito aparato.
El sábado pasado, cuando al fin la Cámara de Representantes aprobó su versión
de la ley de reforma al sistema de salud, las mujeres se quedaron con poco que
celebrar. A última hora se agregó una enmienda que prohíbe a las compañías de
seguro ofrecer cobertura para los abortos si quieren participar en el programa
de “opción pública”.
Si esta enmienda se incluye en la versión final de la ley que el Senado
comenzará a discutir la próxima semana, millones de mujeres se verán obligadas a
comprar un seguro aparte en caso de que algún día necesiten un aborto. Eso es
discriminación pura y simple porque el derecho al aborto es legal y además ya
existe una ley desde 1976 que prohíbe el uso de fondos federales para los
abortos. Esta nueva enmienda prohíbe la compra de seguros con dinero propio.
¡Por los clavos de Cristo! ¿Qué más se les puede ocurrir? ¿Legislación
bi-cameral que apruebe el retorno de los cinturones de castidad?
Aunque…jmmm…tal vez eso no sea una mala idea del todo. Si lo pensamos bien,
aunque algo incómodo es, en cierta manera lo más cercano al artefacto quitaipón
de Wanda Sykes. Claro, siempre y cuando sean las mujeres quienes tengan control
exclusivo de la llave o del password secreto para abrir y cerrar el
cinturón.
Y si comienza a disminuir la población, dejen que el Buró del Censo organice
oraciones masivas a la Inmaculada Concepción en los escalones del Capitolio.
Y si aumenta el estrés entre los hombres, dejen que la reforma de salud
incluya Valium gratis y retire el Viagra del mercado.
A ver quién sufre ahora.
doloresprida@aol.com
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