Un ataque terrorista en París, un mundo de horrores y la NECESIDAD DE OTRO CAMINO
15 de noviembre de 2015 | Periódico Revolución |
revcom.us
El 13 de noviembre, ataques simultáneos en París dejaron al menos 129
personas muertas. Al parecer, al Estado Islámico (también llamado EIIL, EIIS o
Da'ash), el reaccionario movimiento islamista armado que ahora domina a partes
de Siria e Irak, se ha atribuido el “mérito” de estos ataques. Las víctimas eran
gente común y corriente. Comían en los cafés, asistían a un partido de fútbol o
caminaban por la calle. Había personas de diversos sectores sociales, de Francia
y de todo el mundo. La naturaleza horrorosa y arbitraria de la matanza —la que
incluyó la masacre de 89 personas atrapadas en una sala de conciertos donde
tocaba una banda de rock— sólo podía tener el objetivo de crear un ambiente de
caos y miedo en la sociedad. Y es obvio que llevaron a cabo el ataque,
conscientes de que Francia y Estados Unidos lo invocarían para justificar nuevas
rondas de represión y guerra. Hay que denunciar sin equívocos el cruel horror de
los atentados en París.
Al mismo tiempo, el presidente de Francia lo declaró un “acto de guerra” y
que respondería “de manera inmisericorde”. Que quede claro: son muy ominosas
esta amenaza de parte de Francia — y las formas en que este ataque se ha
apoderado de los medios de comunicación y la vida política en Estados Unidos
desde que ocurrió. Hay algo que casi a ciencia cierta implica: más guerras y
ataques militares en el Medio Oriente por parte de Francia, las otras potencias
europeas y el propio Estados Unidos, causando aún más muerte y generando muchos
refugiados más en adición a los millones que en efecto ya buscan
desesperadamente sobrevivir y quienes a menudo pierden la vida en el
proceso.
Y por lo tanto se intensifica y acelera la horrorosa dinámica en la que se
encuentran encerradas miles de millones de personas en el mundo de hoy. El mundo
clama por otro camino. Para alcanzar ese otro camino, tenemos que entender en
primer lugar las causas fundamentales de la dinámica que YA está en marcha.
Un MUNDO de horrores
Una vez más, que quede claro: El ataque en París tenía como objetivo impulsar
un programa reaccionario sembrando el terror. Fue cruel, injusto y
horroroso.
Al igual que el bombardeo estadounidense de un hospital de Médicos sin
Fronteras en Afganistán el 3 de octubre —un acto deliberado de terrorismo de
Estado— lo que destruyó un hospital que la gente necesitaba
desesperadamente y segó la vida de una docena de médicos valientes junto con
voluntarios de todo el mundo y pacientes afganis. Desde 2001, la invasión y
ocupación estadounidense de Afganistán ha causado la muerte de decenas de miles
de civiles. Y la invasión y ocupación estadounidense de Irak —el crisol en que
se formó y creció el EIIL— causó la muerte directa de muchas decenas de miles de
personas e “indirecta” de cientos de miles de otros.
Al igual que el atentado terrorista, por el cual EIIL se adjudicó la
responsabilidad, contra un barrio pobre chiíta de Beirut, El Líbano el 12 de
noviembre. Su blanco era una comunidad en la que las fuerzas islámicas
aliadas con el gobierno sirio, Irán y Rusia tienen una base de apoyo, pero
lanzaron las bombas sobre civiles y dejaron docenas de civiles muertos. La
guerra multifacética entre reaccionarias potencias y fuerzas en contienda en
Siria ha causado 250.000 muertes y más de 12 millones de personas desplazadas de
sus hogares a campos de refugiados o la peligrosa travesía a la persecución y
los campos de concentración en Europa.
Al igual que el bombardeo de una fiesta de bodas en Yemen el 8 de octubre
por parte del régimen saudita, armado y respaldado por Estados Unidos. Esta
fue la segunda vez en un mes que cazas de combate sauditas atacaron a una fiesta
de bodas en Yemen, con 30 muertos en esta ocasión. A fines de septiembre,
cohetes sauditas cayeron sobre otra fiesta de bodas en Yemen, con un saldo de
130 muertos. El blanco del reino de terror saudita es la población civil en las
zonas donde las fuerzas anti-sauditas están en control. Y los sauditas han
librado la guerra en Yemen desde el verano con bombas de racimo suministradas
por Estados Unidos —un arma prohibida en la mayor parte del mundo— para masacrar
a miles de civiles, entre ellos cientos de niños.
Hay que poner fin a todo este ciclo horroroso e
inhumano.
Dos reaccionarios polos de opresión
En esta situación general, los gobernantes de Estados Unidos se hacen pasar
como “los buenos” del mundo. Encubren el hecho de que su sistema entero sólo
puede funcionar y obrar mediante la explotación brutal e incesante de miles de
millones de personas con el saqueo del medio ambiente y mediante la opresión de
pueblos enteros y de mujeres, la mitad de la humanidad. Insisten que la gente
olvide los cimientos de este imperio en el genocidio y la esclavitud y las
guerras sin fin por imperio por todo el mundo.
Los fundamentalistas islámicos como el EIIL se hacen pasar como la única
fuerza que se le opone a lo anterior. Su oposición es la de opresores de poca
monta con ganas de ser opresores de pesos pesados. La sociedad que refuerzan
incluye la brutal opresión de las mujeres y la violenta imposición de la
ignorancia y la superstición. Es preciso que nadie con una pizca de justicia
tenga algo que ver con lo anterior y de hecho tiene que oponérsele, con firmeza.
La humanidad efectivamente es capaz de algo mucho mayor: una nueva sociedad,
sin explotación ni opresión.
Como decimos constantemente en nuestra página web y en nuestro periódico:
“Este sistema es lo que nos ha metido en la situación en que nos
encontramos hoy y que nos mantiene ahí. Y es por medio de la revolución
que se acabe con este sistema que nosotros mismos podríamos dar origen a
un sistema mucho mejor. El objetivo final de esta revolución es el
comunismo: un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el
bien común... en que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo
que necesitan para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya
divisiones entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras,
arrebatándoles no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el
conocimiento y un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para
cambiarlo.
“Esta revolución es necesaria y posible a la vez”.
Y, como también decimos: “Por Bob Avakian y el trabajo que ha hecho durante
varias décadas, de sintetizar las experiencias positivas y negativas de la
revolución comunista hasta hoy y de aprender de una amplia gama de experiencias
de la humanidad, se ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo — existen
en realidad una visión y estrategia viables para una sociedad y mundo
radicalmente nuevos y mucho mejores, y existe la dirección crucial que se
necesita para hacer avanzar la lucha hacia ese objetivo”.
Al leer lo anterior, si se veía atormentado por lo que pasó en París —o sobre
lo que pasó antes en Kunduz o Gaza el año pasado o sobre cualquiera de las
decenas y cientos de otros lugares—, es preciso que investigue el porqué. Este
efectivamente ES un camino para salir de la locura, y todos tienen el deber con
sí mismos, con los demás seres humanos y con el futuro, de explorarlo.
Al mismo tiempo, en estos momentos, es necesario romper este ciclo de
terror y horror. Hay que denunciar los ataques despiadados como el de París.
Pero que no nos sumemos a las acciones de nuestros gobernantes para
aprovechar esos ataques para justificar ataques aún peores sino que
opongamos resistencia a dichas acciones. Tenemos que oponer resistencia
cuando tomen más medidas represivas (que según dicen que “nos mantendrán
seguros” pero que en realidad intensifican el problema). Tenemos que oponer
resistencia a sus intentos de intensificar sus invasiones, ataques de aviones no
tripulados y bombardeos. Oponer resistencia cuando azuzan el patriotismo y el
prejuicio, como los mezquinos ataques contra los inmigrantes. Quedarse callado y
cómplice ante esta situación es contribuir al ciclo entero y fortalecer
los dos bandos en el choque reaccionario entre el Occidente y la
Jihad.
En ausencia de una alternativa liberadora y positiva y en ausencia de una
oposición decidida y visible en “el Occidente”, los crímenes de Estados Unidos
impulsan a la gente hacia los brazos de la Jihad reaccionario. Lo que se
necesita —y lo que es moralmente justo— es una oposición visible y
decidida contra los crímenes de “nuestro gobierno” por parte de nosotros en
Estados Unidos, Francia y otros países imperialistas. Abrir paso hacia otro
mundo y zafarse del círculo vicioso actual requiere que personas en
todo el mundo vean que los gobernantes no hablan por nosotros. Y que
tomemos partido con los intereses de la humanidad.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|