Policía y activistas se
enfrentan por la detención de supuestos indocumentados
9 de octubre de 2013 Perla
Trevizo La Estrella de Tucsón
Decenas de manifestantes usaron sus cuerpos como escudos al intentar evitar el arresto de tres supuestos
indocumentados que fueron detenidos frente a la Iglesia Presbiteriana del Sur
(Southside Presbyterian Church) la noche del martes 8 de octubre.
Al final del enfrentamiento la muchedumbre fue dispersada después de que agentes del Departamento de Policía
usaron gas pimienta para forzarlos a que volvieran a las aceras.
El miércoles unos activistas se congregaron en la Iglesia Southside para presentar sus reclamos.
Le exigieron al jefe de Policía, Roberto Villaseñor, que deje de llamar a la Patrulla Fronteriza y al Servicio
de Inmigración y Aduanas y que en cambio les dé una infracción y deje en
libertad a los detenidos en paradas de rutina.
También le exigieron a la policía que evite detener a la gente por un tiempo prolongado, que respete los derechos
de las víctimas y testigos, que no interrogue a los pasajeros y que ya no llame
a la grúa para que se lleve a los autos por infracciones menores.
Los manifestantes amenazaron con pedir el despido de Villaseñor en caso de que se resista a sus exigencias.
En una conferencia de prensa llevada a cabo 45 minutos después, Villaseñor dijo que esperaba que Tucsón se
uniese como comunidad para avanzar el diálogo sobre la aplicación de las leyes
policíacas migratorias, pero enfatizó que no sería presionado para violar la ley.
“Estoy en contra de la SB 1070, lo estuve desde el principio, pero tengo que seguir la ley. Quieren destituirme
a menos que viole la ley. Para mí eso no tiene sentido”, dijo.
Todo inició alrededor de las 7 p.m. del martes, cuando dos jornaleros del grupo Corazón de Tucsón fueron
detenidos por la policía porque la luz de la placa de su carro no funcionaba.
Ninguno de los dos llevaba una licencia de conducir y nunca se les había dado una de este estado, dijo la
sargento Maria Hawke, portavoz del Departamento de Policía. El delito menor
desencadena de forma automática y obligatoria que el vehículo sea llevado por una grúa.
Las leyes estatales también requieren que los agentes realicen una revisión migratoria, lo que llevó a los
agentes a que le pidieran a la Patrulla Fronteriza que acudiera a la escena.
Decenas de activistas y miembros de la comunidad pronto se congregaron afuera para manifestarse en contra del
arresto de los dos hombres.
La policía calculó que había unas 100 personas en la manifestación. Unos 20 o 30 de los manifestantes formaron un
doble círculo alrededor del vehículo de la Patrulla Fronteriza como un intento
por detenerlos.
Otra persona intentó ponerse debajo del vehículo, dijo Raúl Alcaraz Ochoa, un activista local que ha usado
esa táctica en ocasiones anteriores y que ha derivado en su arresto.
Los agentes de la Patrulla jalaban a la gente, intentando alejarlos del vehículo y extrajeron sus pistolas
tipo “Taser”, dio Alcaraz.
La Patrulla Fronteriza no estuvo disponible para comentar sobre el incidente.
Después de las 8 p.m., habían varios vehículos de la Patrulla y la policía bloqueando la entrada por South
10th Avenue y desde West 22nd Street hasta West 24th St. Siete patrullas
acudieron a la escena, dijo Hawke. No supo cuántos agentes fronterizos había.
Algunos activistas calcularon que fueron 15 o más.
Cuando los activistas intentaron de nuevo parar a los agentes, un comandante de la policía autorizó el uso de
gas pimienta para dispersar a la muchedumbre. Los bomberos atendieron a los afectados.
No fue la primera vez que los organizadores locales se han manifestado o intentado detener arrestos, pero sí
fue la primera manifestación espontánea de esta magnitud, dijo Hawke.
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