Trump diseña un plan para que el Pentágono tenga un
mayor papel en la venta de armas
Mike Stone y Matt Spetalnick
Reuters
8 de enero de 2018
WASHINGTON (Reuters) - El Gobierno de Donald Trump está cerca de completar un nuevo plan
“Buy American” (“compre estadounidense”) que insta a militares y diplomáticos
del país a ayudar a recaudar miles de millones de dólares más en ventas de
armas al exterior, dijeron funcionarios.
El presidente anunciaría en febrero un esfuerzo de “todo el Gobierno” para relajar
las normas de exportación para las compras extranjeras de equipamiento militar
fabricado en Estados Unidos, desde aviones de combate y drones hasta buques de
guerra y artillería, según fuentes con conocimiento del programa.
Trump apunta a cumplir la promesa de campaña del 2016 de crear empleos en Estados
Unidos vendiendo más bienes y servicios al exterior, para reducir el déficit de
la balanza comercial desde un máximo en seis años de 50.000 millones de
dólares. El Gobierno también está bajo la presión de contratistas del área de
defensa que se enfrentan cada vez a más competencia de China y Rusia.
Pero cualquier alivio en las restricciones a la venta de la industria armamentista
desafiaría los derechos humanos y el control de armas, y podría avivar la
violencia en regiones como Oriente Medio y el sur de Asia o habilitar el uso de
dicho material bélico para ataques terroristas.
Más allá de crear empleo de la red de personal militar y comercial ya dispuesto en
las embajadas de Estados Unidos en las capitales del mundo, importantes
funcionarios que hablaron bajo la condición de permanecer en el anonimato
dijeron que otra faceta del plan es poner en marcha un realineamiento de las
Regulaciones Internacionales sobre el Tráfico de Armas (ITAR).
Las ITAR son una política central que rige las exportaciones de armas en Estados
Unidos desde 1976 y que no ha sido reformada totalmente en más de tres décadas.
Este esfuerzo del Gobierno a favor de los fabricantes de armas estadounidenses,
junto con menores restricciones a las exportaciones de armas y tratados más
favorables de ventas a países no aliados y socios de la OTAN, podría generar
miles de millones de dólares adicionales en acuerdos y más empleos, dijo un
funcionario de Washington, sin dar más detalles.
La estrategia de que el Pentágono y el Departamento de Estado estadounidense
tengan un rol más activo en respaldar los acuerdos internacionales de venta de
armas podría beneficiar especialmente a importantes contratistas locales del
área de defensa, como Lockheed Martin y Boeing Co.
“Queremos que estos hombres, los delegados comerciales y militares, (...) sean
promotores” de la industria armamentista estadounidense, dijo un funcionario de
Washington cercano a las deliberaciones internas y que también pidió no ser
identificado.
“IMPLICACIONES SERIAS A LARGO PLAZO”
Un funcionario del Departamento de Estado a quien se le pidió que confirme
detalles de la nueva política, dijo que la reforma proyectada “da a nuestros
socios mayor capacidad para ayudar a compartir la carga de la seguridad
internacional, beneficia a la industria de defensa y brindará más empleos
buenos a los trabajadores estadounidenses”.
La Casa Blanca y el Pentágono rechazaron realizar comentarios. Funcionarios de la
industria de defensa y lobistas dieron la bienvenida al plan.
En tanto, un analista de seguridad nacional dijo que aliviar las restricciones a
las exportaciones para permitir a los contratistas de material de defensa tener
más ganancias a nivel internacional aumentaría el riesgo de que armas
estadounidenses de primer nivel lleguen a gobiernos con nefastos indicadores de
derechos humanos o sean usadas por militantes extremistas.
“Esta administración ha demostrado desde el comienzo que los derechos humanos han
quedado rezagados ante las preocupaciones económicas”, dijo Rachel Stohl,
directora del programa de defensa convencional del Centro Stimson en
Washington. “Y la falta de miras de la nueva política de exportación de armas
podría tener implicaciones serias a largo plazo”, agregó.
Las acciones de las cinco mayores empresas contratistas del área de defensa de
Estados Unidos -Lockheed, Boeing, Raytheon Co, General Dynamics Corp y Northrop
Grumman- han más que triplicado su valor en los últimos cinco años y
actualmente cotizan en o cerca de máximos históricos.
Las ventas militares al exterior en el año fiscal 2017, que comprende gran parte
del primer año de mandato de Trump y los últimos meses del Gobierno de Barack
Obama, treparon a 42.000 millones de dólares, desde 31.000 millones de dólares
el año previo, según la Agencia de Cooperación en Seguridad y Defensa de
Estados Unidos.
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