Decisiones de la Corte Suprema sobre los derechos de la gente
LGBTQ y la inmigración:
“Topes en el camino” para el régimen fascista, hace falta que continúe una
feroz lucha
25 de junio de 2020 | revcom.us
La Corte Suprema de Estados Unidos es el más alto tribunal de Estados Unidos,
en la cúspide del sistema judicial y una de las ramas co-iguales del gobierno de
Estados Unidos. En las últimas décadas, a medida que el sector fascista de la
clase dominante se ha vuelto más poderoso, ha podido dominar la Corte con una
mayoría de jueces conservadores o jueces abiertamente fascistas que han aprobado
ultraje tras ultraje, que en los años de Trump-Pence incluyen la prohibición de
la entrada de musulmanes a Estados Unidos, la revocación de la Ley del Derecho
al Voto, la defensa del “derecho” de las empresas a negarse a servir a los
homosexuales o a negar la cobertura de control de la natalidad a las mujeres
como parte de su cobertura de seguro médico.
Estos antecedentes explican por qué hubo una generalizada sorpresa —y
celebración— cuando la Corte Suprema emitió tres decisiones (o fallos) la semana
pasada, cada una de ellas contra el régimen fascista de Trump y Pence.
Entre los fallos figuran:
Uno. Bostock contra el condado de Clayton — La
Corte dictaminó que las personas LGBTQ (en la mayoría de los casos) están
protegidas contra la discriminación en el empleo según las disposiciones de la
Ley de Derechos Civiles de 1964. Con este fallo, no se permite despedir o
castigar de otra manera a las personas en el trabajo, por estar en una relación
gay, “actuar como gay”, por identificarse con un género distinto al que se les
asignó al nacer, etc. Esto importa — ya que el temor de perder (o de no poder
conseguir) un trabajo ha sido una de las principales formas en que se ha
aterrorizado a millones de personas LGBTQ de modo que permanezcan “en el
armario” o sean severamente castigados si “salen del armario”. Así que esta
decisión es definitivamente motivo de celebración, aunque hay lagunas para las
pequeñas empresas, instituciones religiosas, etc.
Es un golpe al régimen de Trump y Pence, que ha estado librando una guerra
contra la gente LGBTQ desde que llegó al poder, con docenas de nuevas reglas y
leyes que o bien eliminan las protecciones existentes para la gente LGBTQ, o
bien fomentaron u ordenaron proactivamente la discriminación. Las personas
transgénero han sido el blanco especial de acciones como la decisión de Trump de
prohibir a las personas transgénero en las fuerzas armadas de Estados Unidos, o
la enorme protesta que montaron las fuerzas religiosas de derecha sobre la
posibilidad de que las personas transgénero usen el baño del género con el que
se identifican. Con motivo del aniversario de la masacre de las personas
gays en 2016 en el club nocturno Pulse en Florida, y en medio del Mes
de Orgullo Gay — el régimen de Trump anunció que había finalizado una
reglamentación la que, según el New York Times, “borraría las protecciones
para los pacientes transgénero contra la discriminación por parte de médicos,
hospitales y compañías de seguro médico”. Los fascistas cristianos en
particular, liderados por el vicepresidente Mike Pence (al cual que Trump una
vez “bromeó”, en referencia a las personas gays, “quiere colgarlas a todas”),
perseverarán en su agenda anti-LGBTQ, que es una parte central de reforzar los
“valores cristianos tradicionales”.
Al parecer, este fallo refuta el fundamento jurídico no sólo de la
discriminación en el empleo, sino que se aplica potencialmente a una amplia gama
de medidas anti-LGBTQ que el régimen ha estado implementando o está tratando de
implementar.
Dos: La “Decisión DACA” (Acción Diferida para los Llegados en la
Infancia) — La Corte falló en contra del Departamento de Seguridad
Nacional (DHS) de Trump, que en 2017 emitió un memo para “rescindir” (abolir) el
programa de la DACA1
. Este memorando de rescisión habría expuesto a 700.000 jóvenes inmigrantes (a
menudo conocidos como “Soñadores”) a la deportación inmediata.
Estos jóvenes —los que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando
todavía eran niños y han crecido en Estados Unidos— han estado viviendo al filo
de la navaja durante años, sin saber nunca si se les podría hacer añicos la
vida, su familia, amistades, educación y carreras o cuándo, en qué momento
podrían ser trasladados por la fuerza a sus países de nacimiento, de los que
sabían poco o nada, a veces ni siquiera el idioma. Es probable que el fallo haga
retroceder este esfuerzo de deportación al menos durante muchos meses.
Es importante entender tanto qué tan limitada y frágil que lo era y
lo es la DACA, como qué tan limitada que lo es la “protección” que
provee esta decisión de la Corte. La “lógica” de la clase dominante bajo la cual
Obama emitió la orden ejecutiva de la DACA en 2012 fue que “ya que no podemos
deportar a todos los 11 millones de las personas indocumentadas de una sola vez,
vamos a dejar que estos jóvenes se queden aquí por ahora, mientras que
vamos tras las otras personas que son un ‘problema mayor’”. Y Obama sí
fue tras otras personas, con la deportación de más inmigrantes que cualquier
otro presidente, algo que le ganó el apodo de “Deportador en Jefe”.
Así que desde el principio la DACA era temporal — se estaba
“difiriendo” (posponiendo) la acción hasta un futuro indefinido. Y la Corte
no ha dictaminado que Trump no pueda abolir la DACA. Sólo
dictaminó que el DHS no había seguido los debidos procedimientos que los
dictámenes anteriores de la corte han establecido para revocar una orden
existente2.
Y ahora hay un debate entre los académicos en temas de jurisprudencia de qué tan
significativo y sólido lo es este fallo, y si sería posible revocarlo fácilmente
con la “tramitación” correcta, como el régimen de Trump ha afirmado, o no.
Los fascistas ciertamente continuarán realizando ataques crueles y genocidas
contra los inmigrantes, lo que probablemente incluirá a los jóvenes de la DACA;
no obstante, este fallo es un tope en el camino por el momento.
Tres: Estados Unidos contra California — La Corte
rechazó conocer el recurso del régimen Trump contra la política de “ciudad
santuario” de California, que protege a algunos inmigrantes que se encuentran en
los centros de detención del estado contra su entrega a los agentes federales
para su potencial deportación.
Muchos estados y ciudades de Estados Unidos han establecido diversos tipos de
políticas de “santuario” que ofrecen diferentes tipos de protección muy
limitada a los inmigrantes indocumentados a los que el depredador organismo
federal “Servicio de Inmigración y Control de Aduanas” (ICE) está persiguiendo.
(Estas leyes de “santuario” reflejan a su vez las diferencias en los puntos de
vista e intereses de los distintos sectores de la clase dominante sobre la forma
de lidiar con la población inmigrante). Por Twitter y en sus “mítines”, Trump se
ha arremetido sin cesar contra estas protecciones limitadas, y ha procurado que
se revoquen en los tribunales.
Una vez más, la decisión de la Corte de no conocer este caso no es
lo mismo que conocer el recurso y rechazarlo — potencialmente, la Corte
todavía podría revocar la ley californiana. No obstante, la (no) acción de la
Corte al menos parece mostrar una renuencia a actuar con ganas como testaferro y
perro de ataque para el régimen en este momento particular, y sí deja en vigor
ciertas medidas (y otras medidas semejantes en otros lugares) que sí imponen
algunas restricciones limitadas al ICE.
Lo que significa:
Los tuits de Trump3
en respuesta a estas decisiones fueron un recordatorio de que un régimen
fascista cristiano todavía está en el poder, cuyo programa se refuerza con la
supremacía blanca, la misoginia y el chovinismo pro estadounidense, y que
continuará su implacable asalto a los oprimidos. Aunque estos fallos fueron
positivos, y el fallo sobre los derechos de las personas LGBTQ parece ser
particularmente significativo, ninguno de estos fallos proporciona más
que una protección muy parcial y potencialmente muy temporal contra los ataques
cada vez más brutales tanto de parte del estado como de parte de los golpeadores
fascistas bajo la influencia de Trump.
Pero cabe señalar que esta serie de fallos en cierto sentido sorprendente
proviene de una Corte dominada por jueces de derecha o abiertamente
fascistas que anteriormente han dado su visto bueno a una serie de maniobras
extremadamente malas y peligrosas del régimen y las fuerzas fascistas en la
sociedad. La decisión sobre las personas LGBTQ es de la autoría del juez Neil
Gorsuch (quien un artículo de opinión de la NBC una vez calificó de “el juez con
mayores motivaciones religiosas” de todos los jueces), junto con el presidente
de la Corte Suprema Roberts.
Hay mucha discusión en cuanto al significado de esto entre los activistas y
expertos legales. Esto nos lleva a la extremadamente importante observación de
Bob Avakian:
… la interpretación de la ley, por parte de las instituciones jurídicas
dominantes en particular —principalmente, en Estados Unidos, la Suprema Corte—
y tal interpretación, por su parte, refleja y sirve de manera fundamental a
las relaciones sociales prevalecientes (y, cabe repetir, las relaciones de
producción sobre todo) y los intereses y necesidades de la clase dominante,
una interpretación que puede cambiar según cambian las formas particulares en
que aquellas relaciones e intereses se expresan y son entendidos por varios
representantes de la clase dominante — sin embargo, siempre quedan dentro del
marco básico de este sistema de explotación y su dinámica subyacente. (De
Constitución,
leyes y derechos, en la sociedad capitalista y en la futura sociedad
socialista, p. 2)
La manera en que diferentes sectores y representantes de la clase dominante,
con sus propias concepciones del mundo y programas, aplican e interpretan esto
se condiciona mucho por el contexto de lo que sí está pasando en la
sociedad y cuáles retos enfrenta actualmente la clase dominante. Bueno, ¿qué
está pasando en este mero momento? Un régimen fascista se está
apresurando a hacer añicos las normas existentes de la sociedad estadounidense y
a establecer un estado fascista teocrático. Una pandemia está ardiendo que el
régimen fascista anti-ciencia no solo no está combatiendo eficazmente, ¡sino que
parece que la esté promoviendo activamente! Se augura una importante
crisis económica, y está aumentando la rivalidad con otras potencias
mundiales.
Y ADEMÁS, de mayor importancia, muchos
cientos de miles de personas de todas las nacionalidades han estado en las
calles, durante 25 días seguidos, prendidas con una determinación para poner fin
de una vez para siempre a los bárbaros asesinatos de negros y latinos a manos de
la policía, y al menos interrogar seriamente la historia subyacente, las
relaciones sociales y políticas de Estados Unidos que engendran este asesinato y
terror. Esto tiene un impacto potencialmente significativo, influenciando las
evaluaciones cambiantes del terreno político y el estado de ánimo de la gente.
Esto forma parte del contexto en el que la Corte toma sus decisiones.
Como han señalado algunos estudiosos de la jurisprudencia, es posible que el
presidente de la Corte Suprema Roberts, al que se ha unido Gorsuch en el caso de
las personas LGBTQ, considere que la Corte en este momento no debería
presionar en estas volátiles fallas sísmicas sociales (como la persecución a las
personas LGBTQ y a los inmigrantes) hasta el punto de una ruptura como parte del
programa fascista — o que es necesario subrayar la separación de poderes, de
pesos y contrapesos en la Constitución de Estados Unidos, para que el régimen
fascista no “lo dé por concedido”4.
Es muy temprano para decirlo, especialmente con las decisiones importantes que
están por emitirse en las próximas semanas en relación al aborto, la religión y
el Colegio Electoral, entre otros casos. Los fascistas cristianos tienen la mira
puesta en revocar la decisión de 1973 en el caso Roe contra Wade que
reconoció el derecho al aborto de las mujeres, y de no hacer eso, limitarlo
severamente. Despojar a las mujeres de este derecho es el eje de la agenda
fascista cristiana.
El reto en general es intensificar lo que las masas de personas están
haciendo bien, luchar con muchísima energía para las justas demandas de hoy, con
la meta concreta adicional del régimen fascista de Trump y Pence
Fuera Ya, al que hay que sacar del poder por medio de una
movilización sostenida no violenta de masas, y al organizarse para una
revolución REAL que acabe no solo con este régimen horroroso sino con
el sistema y sociedad profundamente podrido que lo han engendrado — a la mayor
brevedad posible. Y cualquiera que sea el grado de las divisiones potencialmente
agudas entre los de arriba, tiene aún más importancia reconocer la importancia
de esto, sobre todo la necesidad de una lucha continua y feroz “desde abajo”, de
las masas y de las masas de personas quienes odian a Trump:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington
Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump
de acuerdo a los términos del sistema actual y al servicio de los
intereses de la clase dominante del sistema actual, que representan.
Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y
millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al
servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la
humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y
contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es
irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar
esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de
la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se
relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer,
para la movilización de masas de personas en torno a la
exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su
naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego
para la humanidad5.
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