Yemen: Los Estados Unidos se entrometen en otra guerra de Oriente Medio
Trevor Timm
21 de mayo de 2016
El Pentágono anunció discretamente el viernes [6 de mayo] que hay tropas sobre el terreno en
otro país más de Oriente Medio – esta vez en Yemen – y que llevan allí dos
semanas. Así es cómo empiezan las guerras norteamericanas en estos tiempos: sin
debate público, sin autorización del Congreso, sin alocuciones presidenciales;
enviando tan solo una noticia antes del fin de semana y después de que se haya
producido el hecho.
Esta vez, en lugar del Estado Islámico (EI), los “asesores” militares
norteamericanos (no los llamemos “¡botas sobre el terreno!”) están
supuestamente ayudando a las fuerzas yemeníes que combaten a una rediviva
organización de Al Qaeda, el mismo grupo terrorista que los EE.UU. han
contribuido a fortalecer el año pasado al otorgar a Arabia Saudí toda clase de
ayuda para su espantosa y destructiva guerra contra Yemen.
Los EE.U ha vendido a los saudíes miles de millones de dólares en armas, les han
entregado datos de observación procedentes de aviones no tripulados para
asignar objetivos y les han proporcionado el año pasado ayuda militar con otras
formas de logística en su lucha contra los rebeldes hutíes vinculados a Irán.
Tal como informaba The Intercept el domingo [8 de mayo], los saudíes han
“utilizada aviación fabricada en los EE.UU., bombas guiadas por láser, y bombas
de racimo, prohibidas internacionalmente, para tomar como blanco y destruir
escuelas, mercados, centrales energéticas y un hospital, con el resultado de
miles de víctimas civiles”.
Si bien la campaña de bombardeo de los saudíes no ha derrotado a los hutíes ni
ha consolidado el dominio del poder del gobierno yemení, ha supuesto una
bendición para Al Qaeda, que ha cido creciendo discretamente en estatura y
tamaño dentro del país mientras los medios norteamericanos han seguido
centrándose principalmente en el EI.
El mes pasado Reuters publicó una importante investigación en la que sus
periodistas detallaron de qué modo la guerra respaldada por los EE.UU.
“ha contribuido a que Al Qaeda de la Península Arábiga (AQPA) se haya vuelto
más fuerte que nunca desde que nació hace casi 20 años”. Pero la investigación
no la recogieron en modo alguno los medios televisivos norteamericanos. Tal
como informaba Reuters:
“Una vez convertida en casi irrelevante debido al ascenso del Estado Islámico en el extranjero y las
medidas represivas de seguridad en el país, Al Qaeda de Yemen gobierna hoy
abiertamente un mini Estado con unos fondos de financiación que se han
disparado hasta llegar a unos 100 millones de dólares en depósitos bancarios
procedentes de saqueos más los ingresos de gestionar el tercer puerto más
grande del país”.
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Esto tenía que ser algo enteramente previsible: desde que empezó el
derramamiento de sangre en Yemen, ha quedado patente para los expertos en la
región que la campaña de bombardeos saudíes no haría más que volver
a la población yemení en contra de los EE.UU., suscitaría simpatía por Al Qaeda
y sería terreno fértil para los terroristas. De modo que ahora los EE.UU.
tienen aparentemente – o al menos es lo que han escogido hacer – que ayudar a
librar una campaña militar aparte dentro de la guerra civil del país en un
intento por apisonar a la organización terrorista que la campaña de bombardeos
saudíes iniciales contribuyó a apuntalar.
El hecho de que la administración Obama se haya mantenido en buena medida en
silencio sobre la guerra, aunque apoyándola de modo activo entre bastidores,
debería constituir uno de los verdaderos escándalos de su política exterior
respecto a Oriente Medio, pero podemos apostar a que la inmensa mayoría de los
norteamericanos no tiene idea de lo que está ocurriendo. Por lo que yo sé, ni
una sola vez se le ha preguntado a ninguno de los candidatos presidenciales
acerca de la política norteamericana en Yemen, pese a la obsesión por cubrir la
”guerra contra el terrorismo” y su última metamorfosis en el EI.
Podemos esperar que las tropas, o “asesores” norteamericanos, que
supuestamente “ayudan” a las fuerzas yemeníes y de los Emiratos, se
transformen pronto en una fuerza de combate directa, igual que cuando el
Pentágono declaró lo mismo acerca de las tropas en Irak y Siria hace sólo unos
meses, sólo para anunciar luego que algunas tropas están hoy, de hecho,
luchando ellas mismas.
Y seguiremos girando, una vez más, en torno al interminable ciclo del que nos
negamos a escaper en la hoy por completo previsible”guerra contra el terrorismo”.
Trevor Timm columnista del diario The Guardian en los EE.UU. y
director ejecutivo de la Freedom of the Press Foundation, una organización sin
ánimo de lucro que apoya y defiende el periodismo enfocado a exigir
transparencia y rendición de cuentas.
Fuente:
The
Guardian, 9 de mayo de 2016
Traducción:
Lucas Antón
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