La terrible verdad detrás de los comentarios de Trump sobre el aborto
Sin darse cuenta, al decir que las mujeres que abortan ilegalmente deben ser
"castigadas", Trump dejó al descubierto la hipocresía de la derecha
que afirma preocuparse por nosotros
Jessica Valenti
The Guardian
01 de abril de 2016
Trump defiende que haya "algún tipo de castigo" para las mujeres que abortan EFE
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Donald Trump, el hombre que ha dicho que quiere matar a
los hijos y esposas de los terroristas, deportar a millones de indocumentados,
y construir un muro para evitar que los mexicanos "violadores" entren
a Estados Unidos, ahora ha puesto su ojo vengativo en las mujeres que abortan. Este
miércoles el presunto candidato a presidente por el Partido Republicano le dijo
a Chris Matthews, de la MSNBC, que las mujeres que terminaban su embarazo de
forma ilegal deberían enfrentar "algún tipo de castigo".
Al parecer, Trump no estaba enterado de la cantinela republicana según la cual el aborto debe ser ilegal pero sin castigar a las
mujeres, una respuesta diplomática pero absolutamente mentirosa en un país
donde ya hay mujeres encarceladas por terminar con sus embarazos. Trump también
admitió que si se prohiben los abortos, las mujeres buscarán hacerse el
procedimiento en "lugares ilegales", una declaración que lo enfrenta
a la línea antiabortista del Partido Republicano que mantiene la idea de que,
antes del caso Roe contra Wade, los abortos clandestinos eran solo un mito.
“Ted Cruz ha afirmado: "No deberíamos hablar de castigar a las mujeres;
deberíamos afianzar la dignidad y el regalo que es traer a alguien al
mundo". Lo que no explicó Cruz es de qué manera afianza
la "dignidad" de una niña de 11 años violada forzada a dar a luz.”
Con sus comentarios, Trump no solo hizo enfadar a los
activistas proelección sino también a los antiabortistas de derecha que llevan
un montón de tiempo tratando de convencer a los estadounidenses de que impugnar
el fallo del caso Roe contra Wade no significa ir contra las mujeres. La
palabra "castigo" debería permitir al votante hacerse una
idea exacta de qué significaría declarar ilegal el aborto para una de cada
tres mujeres que interrumpen sus embarazos en EEUU. No quieren que nos
acordemos de las más de 100.000 mujeres que en Texas ya intentaron hacerse un
aborto autoinducido, o en la mujer arrestada en Tennessee por tratar de
interrumpir su embarazo con una percha.
Los que buscan que el aborto sea ilegal adornan sus
peligrosas políticas con un lenguaje florido, siempre con la precaución de
mostrar a las mujeres como víctimas ignorantes y no como criminales. Tras
escuchar los comentarios de Trump, la directora del Fondo de la Marcha por la
Educación y Defensa de la Vida, Jeanne Mancini, ha asegurado que en vez de
castigar a las mujeres por hacerse un aborto había que ofrecerles un
"camino hacia la sanación". Marjorie Dannenfelser, presidenta de
Susan B. Anthony List, ha insistido en lo gravemente heridas que terminan
las mujeres que abortan y en que solo habría que castigar a aquellos que los practican.
El candidato republicano Ted Cruz, antiaborto incluso en
casos de incesto o de violación, ha afirmado: "No deberíamos hablar de
castigar a las mujeres; deberíamos afianzar la dignidad y el regalo que es
traer a alguien al mundo". Lo que no explicó Cruz es de qué manera afianza
la "dignidad" de una niña de 11 años violada forzada a dar a luz,
como ocurrió el año pasado en Paraguay, donde las leyes contra el aborto se
asemejan a su visión.
Por supuesto, Trump no tardó mucho tiempo en dar marcha
atrás con sus comentarios. Pocas horas después de sus declaraciones, el
variable candidato publicó un comunicado en el que hablaba de las mujeres que
abortan como víctimas. "El doctor o cualquier otra persona que realice
esta acción ilegal en una mujer será el responsable legal y no la mujer", decía.
Pero que Trump se haya apropiado de la retórica
cuidadosamente estudiada de los grupos antiabortistas no cambia el hecho de que
haya dicho la verdad cuando hizo sus primeros comentarios (siempre hay una
primera vez para todo). Cuando el aborto sea ilegal (o cuando sea difícil
conseguir a alguien que lo haga), las mujeres buscarán otros procedimientos
ilegales y peligrosos. Si se impugna el fallo del caso Roe, serán arrestadas y
metidas en la cárcel.
Pronto se disipará la atención que Trump atrajo accidentalmente sobre una de las verdades más incómodas del Partido
Republicano: que declarar ilegal el aborto significa lastimar a las mujeres. No
pasará mucho antes de que Trump diga alguna otra cosa estúpida y horrible para
que todos nos indignemos. Los titulares de los diarios pasarán de centrarse en
la mujer y el aborto a algún otro tema. Pero no todos vamos a olvidar. Al menos
una de cada tres no lo hará.
Traducción de Francisco de Zárate
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