El terrorismo que mató al Dr. Tiller continúa
siendo una amenaza
10 Junio 2012 Shelby
Knox
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 28 de junio de
2012
Probablemente ya lo sabe: hace tres años, el Dr. George Tiller, proveedor de
aborciones, fue asesinado en su iglesia por el terrorista anti-aborcionista
Scott Roeder.
Puede que también sepa que esto pasó en el 9° aniversario de la detención de
Eric Rudolph, el terrorista anti-aborcionista que fue finalmente condenado por
poner una bomba en una clínica en Birgmingham, Alabama. Esta bomba, construida
con dinamita y clavos, mató al trabajador de seguridad Robert Sanderson e hirió
gravemente a la enfermera Emily Lyons.
Este es el momento para detenerse y recordar a un hombre que a menudo llevaba
una insignia que decía simplemente, “confía en las mujeres.”
El Dr. George Tiller trabajó dando a las mujeres cuidados reproductivos por
más de treinta años, incluyendo aborciones tardías que muchos proveedores no
podían o no las hacían. Las mujeres viajaban a su clínica de Kansas desde todas
partes de los Estados Unidos para recibir cuidados de salud básicos que no
podían recibir en ninguna otra clínica. Las razones para ir eran tan variadas
como las mujeres mismas, pero el Dr. Tiller sabía que cada decisión tomada era
difícil y justificada. El, simplemente confiaba que las mujeres sabían que era
lo mejor para ellas y sus familias. Por este acto tan radical le dieron un
disparo en la cabeza.
Pero hoy también es un día para recordar que el terrorismo anti-aborcionista
– que éso es lo que es y así es como deberíamos llamarlo – es una amenaza muy
real. Después del asesinato del Dr. Tiller, hubo 49 actos de traspaso y 114
actos de vandalismo contra proveedores de aborción. Antes del Dr. Tiller, la
violencia dirigida contra los proveedores de aborción mató a siete personas,
incluyendo tres doctores, dos empleados de clínicas, un guardia de seguridad y
un escolta de una clínica.
Mientras hoy recordamos al Dr. Tiller, clínicas a lo largo de la nación están
bajo alerta máxima después de tres incendios en clínicas de mujeres en el sur.
Un incendio
en Georgia se hizo a una clínica gineocóloga que no proveía aborciones. Otro
también ocurrió en Georgia, cuando trabajadores y pacientes estaban dentro. Y
una de las oficinas de una organización en Nueva Orleans que ofrece servicios de
salud para las comunidades marginalizadas, Women With A Vision, fue
destrozada y más tarde reducida a cenizas. (Women With A Vision acepta
donaciones para reconstruir y continuar con su trabajo – si puede ayudar, por favor,
hágalo aquí.)
Menos mal que no hubo heridos en ninguno de estos incidentes. Aún así está
tan claro como lo fue hace tres años, que confíar en las mujeres todavía es,
para algunos, una buena razón para cometer actos violentos de terrorismo.
No estoy escribiendo esto, para quitar los muchos maravillosos recuerdos que
se
están escribiendo hoy sobre la vida del Dr. Tiller. No estoy escribiendo
esto para argumentar que no todas las personas que se oponen al aborto están a
favor de la violencia para acabarlos - no lo son y quedan muchos otros días y
otros espacios para discutir cómo el movimiento anti-aborcionista reacciona o no
con terroristas en sus grupos.
He escrito este artículo para que recordemos que el Dr. Tiller no fue el
primero y lamentablemente no será la última víctima del terrorismo
anti-aborcionista. Escribo este artículo para que todos los que luchamos por la
libertad reproductiva, nos acordemos de que los proveedores saben que cada día
que van a trabajar pueden ser asesinados por hacer su trabajo Y AUN ASI TODAVIA
LO HACEN porque como el Dr. Tiller, éllos, también confían en la mujer. El mismo
Dr. Tiller sabía demasiado bien que podía morir por esa convicción. Si esto no
es heroísmo que se debe recordar y honrar cada día, entonces ya no sé lo que lo
es.
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