Troles fascistas impulsan sus maniobras en el terreno — ¡Hay que DESAFIARLOS!
Sunsara Taylor
Refuse Fascism
31 de mayo de 2017
Ya es hora, caballeros. La izquierda se desintegrará si destruimos su capacidad
organizativa. Al destruir las oportunidades de adoctrinar en las universidades,
asestaremos un severo golpe a su trabajo de lavar cerebros. McCarthy tenía toda
la razón. Tenemos que inaugurar una nueva era de vigilancia y rendición de
cuentas para profesores y funcionarios civiles. Tenemos que iniciar la purga
ideológica, y restaurar el equilibrio y la objetividad en las universidades”. —
de los fascistas que están investigando y publicando los datos personales
(doxxing) de los signatarios de Rechazar el Fascismo.
Un movimiento organizado de troles (provocadores en el internet) fascistas está “doxxing”
sistemáticamente — investigando y publicando los domicilios y muchos otros
datos personales de miles de personas que tenían la valentía de firmar el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo que declara:
“¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos
fascista! ¡Expulsar al régimen de Trump y Pence!”.
Este ataque es una violación cobarde de la privacidad de las personas y una amenaza
a su derecho de tomar posición por lo que saben que es verdad, libres de
hostigamiento e intimidación. Este ataque debe repugnar y motivar a toda
persona con decencia y conciencia. No sólo hay que defender a todos los
firmantes de esta declaración si caen bajo ataque, sino que hay que movilizar a
miles más a tomar posición, firmar el Llamamiento a la Acción y sumarse a la lucha para expulsar al
Régimen fascista de Trump y Pence.
Un vislumbre escalofriante de un futuro fascista
El Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo se inicia así: “El
régimen de Trump y Pence es un Régimen Fascista. Ni insulto ni exageración sino
eso es lo que es. Para el futuro de la humanidad y del planeta,
nosotros, el pueblo, debemos expulsar a este régimen”. Una versión de este
Llamamiento se publicó como un anuncio de plana entera en el New York Times y el Washington Post,
y Rechazar el Fascismo ha tenido un papel importante de dirigir a las personas a una escala muy amplia para
reconocer la naturaleza fascista del Régimen de Trump y Pence, y de movilizar a
muchos miles a ponerse de pie y sumarse a la lucha para sacarlos del poder.
Esto es muy importante — y queda claro que los fascistas lo sintieron.
Leer los comentarios en las salas de chat de los troles fascistas es como bañarse en
aguas negras. Cunden una supremacía blanca grotesca, insultos racistas y
caricaturas nazis de judíos. Supura la misoginia — las amenazas explícitas de
la violencia sexual, compartir y volver a compartir una foto de golpear a una
mujer en la cara. Resuena el lenguaje de la violencia, la exterminación, la
purificación racial. Invocan al jefe fascista de Turquía que encarceló, torturó
y desapareció sumariamente a decenas de miles: “Erdogan hizo bien al despedir a
21 mil maestros que fomentaban el disentimiento en los corazones y las mentes
de la juventud turca”. Defienden al infame senador anticomunista Joseph
McCarthy, que lanzó viles cacerías de brujas que destruyeron la vida de miles
de personas. Ensalzan con orgullo a los fascistas de Mussolini en Italia.
Llaman a cualquiera de sus seguidores “en los organismos del orden público que
tenga acceso al NCIC [Centro nacional de información sobre el crimen]” a que abuse
ilegalmente de dicho acceso para “averiguar en qué estado viven [los firmantes]
y conseguir su domicilio, el tipo de carro que manejan, el número de registro
del vehículo, fecha de nacimiento y en algunos casos, su número de seguro social”.
Es una ventana hacia los fascistas llenos de odio y ávidos de violencia a que el
Régimen de Trump y Pence ha venido azuzando y desatando deliberadamente — y
hacia el futuro por el cual luchan. Estos fascistas tienen sed de sangre, y no
pararán hasta que hayan destruido toda la oposición — o hasta que sean derrotados.
No es un “movimiento de los márgenes” — son soldados rasos para un régimen fascista
No se trata de un movimiento lunático “de los márgenes”, y no desaparecerá si no le
hiciéramos caso. Esta gente responde a su convocación y movilización por parte
de la camarilla fascista de Trump y Pence que ahora ocupa la Casa Blanca,
domina el Departamento de “Justicia”, se posiciona para llenar las cortes, y
controla el congreso y casi todos los gobiernos estatales.
Durante su campaña, Trump no se comunicó con códigos subliminales discretos con estos
“Camisas Pardas”1 sino que se paró ante los ojos del
mundo y amenazó a los que protestaron en sus mítines: “¡Quisiera darle un
puñetazo en la cara!”. Anheló abiertamente los días cuando “sacaron en camilla”
a los manifestantes. Declaró su lealtad eterna a sus seguidores mientras
coreaban “Encarcélala” y se golpeaban el pecho con sus playeras que traían el
lema “¡Triunfa (“Trump”) sobre esa Puta!”, en referencia a Hillary Clinton pero
en realidad a todas las mujeres. Todo aquel que no
engaña a sí mismo o a otros sabe que “Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener
Grandeza” siempre ha querido decir “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser BLANCO”. Cada día desde
las elecciones, el Régimen de Trump y Pence ha ejercido el poder del estado
para hacer avanzar esto: amenazando a la prensa, atacando a las cortes,
satanizando y tratando de prohibir a los musulmanes, acelerando las
deportaciones de inmigrantes, aprobando la asesina Ley de Mordaza Global
antiaborto, lanzando cacerías de brujas contra científicos, amenazando con una
guerra nuclear, proponiendo un presupuesto sado, etc., etc.
Creciente frustración —y hasta rabia— en la base social trumpista
Pero el Régimen también se ha topado con obstáculos. Desde el día después de la
inauguración con la Marcha de Mujeres, millones de personas se han lanzado a
las calles en oleadas repetidas de protesta de estudiantes, científicos,
inmigrantes, ambientalistas, etc. Declaraciones, conciertos y atletas
profesionales han ignorado invitaciones a la Casa Blanca. Las cortes —al mismo
tiempo que las amenazan y las reconfiguran los nombramientos del Régimen— han
respondido en contra bloqueando en dos ocasiones su prohibición de musulmanes.
Los medios de comunicación —al mismo tiempo que normalizan al Régimen— aún se
atreven a denunciar algunas de sus mentiras y crímenes. Poderosas figuras
dentro del FBI se negaron a considerar a Trump “por encima de la ley”, y ahora
están en marcha varias investigaciones sobre las actividades del Régimen.
Nada de eso ha detenido al Régimen, pero estos obstáculos han impulsado una
frustración palpable —hasta una rabia— que ahora se ha apoderado de Trump y su
base social fascista. Las cosas no avanzan tan rápida o fácilmente como ellos
quieren. Muchos sienten en el corazón que Trump es su “última oportunidad” y no
tienen la intención de dejar que se pierda esta oportunidad. Esto es el
contexto de lo que sólo se podría describir como una dramática escalada de
tácticas de soldados de choque para aterrorizar y tumbar a cualquier obstáculo
en su camino.
Una dramática escalada de tácticas de soldados de choque
En las últimas semanas, se ha intensificado el nivel de amenazas y violencia
fascistas. En Virginia se organizó un mitin con antorchas, al estilo del Ku
Klux Klan, contra la decisión de retirar una estatua que conmemora a los
estados de la Confederación (esclavistas). Un representante estatal por
Misisipí declaró en público que los que retiran estatuas de la Confederación
“deben ser LINCHADAS”. Los vecindarios de un líder judío y un líder musulmán
fueron cubiertos de volantes amenazantes. Cientos de pretendientes a milicianos
fascistas se convergieron en el centro de Berkeley, indignados porque se había
cancelado el discurso de Ann Coulter en la Universidad de Berkeley.
Todo lo anterior —y mucho más que se podría detallar— es
exactamente la clase de reacción de la cual advirtió Rechazar el Fascismo en su
llamamiento, que dice (en parte): “El fascismo fomenta y se apoya en el
nacionalismo xenofóbico, el racismo, la misoginia y el agresivo
restablecimiento de los ‘valores tradicionales’ opresivos. Durante su campaña
electoral, Trump alentó y traficó con la amenaza y el uso de la violencia para
apuntalar un movimiento y subir al poder. En su discurso inaugural juró lealtad
sólo a dicho movimiento. Lo crucial es entender que una vez en el poder, en
esencia el fascismo elimina los derechos democráticos tradicionales”.
Desafiar la intimidación fascista — Sacar del poder a los fascistas
La ola actual de ataques fascistas tiene el objetivo de silenciar a todo aquel que se
atreva a oponerse al régimen fascista de Trump y Pence. Son parte de consolidar
el fascismo — y de avanzar para destruir la vida de millones de musulmanes,
mujeres, inmigrantes, refugiados, gente LGBT, negros y otros que no son
blancos, la gente en todo el mundo bajo la amenaza de guerras y armas nucleares
estadounidenses, y la amenaza al planeta mismo.
¡Esto no debe permitirse!
Desafiar y derrotar la creciente ola de ataques fascistas contra la gente no es una
distracción de la lucha contra el fascismo, sino que es integral a
ella. Ningún movimiento contra la injusticia nunca ha avanzado sin tener que
desafiar la intimidación y los intentos de aplastarlo — y cobrar más fuerza en
el proceso. Esta es la lección de los Viajeros por la Libertad: cuando las
primeras olas de viajeros fueron golpeadas y arrestadas, mandaron ola tras ola
de otros jóvenes hasta que colmaran las cárceles de Misisipí, el mundo entero
estaba mirando, y empezaron a quebrar el lomo de la segregación Jim Crow. Otro ejemplo más reciente es cuando, a una lista macartista
de Profesores Bajo Vigilancia publicada después de la elección de Trump, más de
10 mil profesores y otros respondieron agregando públicamente sus propios
nombres a la lista.
Toda persona de conciencia debe proteger a cualquiera que caiga bajo ataque. La
gente debe condenar y desafiar esta intimidación y sumarse al movimiento para
hacerle frente y expulsar a este régimen fascista y toda la fealdad que está
desatando, agregando su nombre al Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo.
Lea y difunda la declaración de Rechazar el Fascismo, en
respuesta a este indignante ataque doxxing en
el internet. Súmense a Rechazar el Fascismo para manifestar el poder del ¡NO!,
con letreros, calcomanías en las ventanas y las defensas, y en playeras,
difundiendo la demanda unificadora: ¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS
a aceptar a un Estados Unidos Fascista! Expulsar el Régimen de Trump y Pence.
Acompañe a Rechazar el Fascismo para enfrentar cada nuevo ultraje cometido por
el Régimen con una resistencia cada vez mayor. Ante todo, súmense a la tarea de
ORGANIZAR de Rechazar el Fascismo: a trabajar con creatividad y determinación
hacia el momento en que sea posible movilizar a millones de personas para
inundar las calles de las ciudades y los pueblos día tras día y noche tras
noche, declarando ilegítimo al régimen entero — Exigiendo, Sin Parar, Hasta que
el Régimen de Trump y Pence Sea Expulsado del Poder. Ofrézcase de voluntario aquí.
Esto es lo que la humanidad y las futuras generaciones necesitan de nosotros. Todos
—de una gran diversidad de perspectivas políticas— deben sumársele. Como dice
la conclusión del Llamamiento a la Acción: “Que no digan que no removimos cielo
y tierra para expulsar a este régimen. El presente debe ser un momento en la historia en que
millones de personas toman posición, juntas, con convicción y coraje, superando
el miedo y la incertidumbre, para oponer resistencia y decir ¡NO! No sólo para
nosotros, sino en nombre de la humanidad”.
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