Trump perdona a los asesinos del Nisour Square
Los vestigios de un coche en el sitio en donde los guardias de Blackwater
abrieron fuego contra civiles iraquís en el 2007. Crédito Ali Yussef/Agence France-Presse — Getty Images.
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Por Debra Sweet
Diciembre 24, 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 14 de enero de 2021
El 23
de diciembre Trump perdonó – un perdón completo, a cuatro
contratistas de Blackwater encontrados culpables en tribunales estadounidense
por el ejército por la masacre del 2007 en Nisour Square, en Bagdad, en la que
varios civiles, incluidos niños, fueron asesinados. El líder fue sentenciado a
cadena perpetua. Ahora estará en el circuito de programa de entrevistas fascista junto
con Michael Flynn y Kyle Rittenhouse referidos como héroes de “Estados Unidos Ante Todo” adorado por los supremacistas blancos.
“Antes nos aterraban, especialmente Blackwater, que eran los más repugnantes de todos. Lo que vi ahí me va a perseguir para
siempre. Debí haber sido una línea roja. Para ellos el ser liberados por el
comandante en jefe es vergonzoso”, dijo Ribal Mansour, testigo de la masacre de
Nisour Square
Cualquiera que quiera creer que Estados Unidos lleva a
cabo justiciar y apoya los derechos humanos, se está engañando a sí mismo.
Estos perdones, sí, son dados por Trump, que no estaba a cargo de la injusta,
ilegítima e inmoral guerra en Irak. Pero los perdones, invalidando los
veredictos que tomaron 12 años alcanzar, no solo es crimen de Trump. Lo han
facilitado cada uno de los niveles del gobierno, con la excepción de algunos
tribunales y algunos políticos. Todos le deben y sus acciones y marcaron a los
Estados Unidos como el país más peligroso del planeta.
'Nuestra sangre es más barata que el agua': enojo en Irak por los indultos de Trump
De The Guardian | artículo original
Joe Biden será presionado para revertir el indulto a los guardias de seguridad encarcelados por la masacre
Los iraquís han reaccionado con enojo a la movida de Donald Trump para indultar
a cuatro guardias de seguridad de la firma Blackwater que fueron
encarcelados por la masacre del 2007 que disparó indignación por el uso de
mercenarios en la guerra.
Los cuatro hombres fueron parte de un convoy de
seguridad que disparó contra civiles en una rotunda en el centro de Bagdad,
asesinando a 14 personas incluyendo a un infante de 9 años e hiriendo a muchos más.
Los cuatro guardias – Paul Slough, Evan Liberty,
Dustin Heard y Nicholas Slatten – abrieron fuego indiscriminadamente con
ametralladoras, granadas y un francotirador en la multitud de gente desarmada
en la glorieta conocida como Nisour Square.
Los asesinatos fueron uno de los puntos más bajos de
la invasión de Irak liderada por Estados Unidos y muchos iraquís vieron estas
convicciones como una rara ocasión en la que los ciudadanos
estadounidenses enfrentaron responsabilidad por las atrocidades cometidas.
Los residentes de Bagdad que hablaron con el Guardian describieron el anuncio
del presidente estadounidense como una “bofetada cruel” y un insulto.
Adil al-Khazali, cuyo padre Ali fue asesinado en el ataque, dijo que estaba conmocionado con la noticia. “La justicia no existe. Le
pido a los americanos que estén de nuestro lado. Perdí a mi padre y varias
mujeres inocentes y niños también murieron”, le dijo al Guardian.
“Le pido al gobierno estadounidense reconsiderar,
porque con esta decisión, los tribunales estadounidenses están perdiendo su
reputación. Trump no tiene derecho alguno a perdonar asesinos de gente inocente”.
El Dr. Haidar al-Barzanji, investigador y académico
iraquí dijo que “Trump no tiene derecho alguno a decidir por las familias de
las víctimas para perdonar a estos criminales. Está en posibilidades con los
derechos humanos y en contra de la ley. En la ley iraquí solo podrían ser
perdonados si las víctimas de las familias lo hicieran. Le pido a las familias
de las víctimas que presenten una queja ante Trump cuando la administración de
Biden comience”.
El activista iraquí de derechos humanos Haidar Salman
twitteó “Todavía recuerdo a mi profesor de hematología en la Universidad de
Bagdad, en el departamento de patología (a quien le dispararon en la masacre
junto a su familia) cuando regresó a su vida después de que sus dos hijos y su
esposa fueran asesinados en Nisour Square y casi perdió la cordura.
“Una razón por la cual sobrevivió fue para condenar a
los asesinos. La persona que libere a estos criminales es un criminal peor. El
gobierno iraquí debería de pedirle a la administración de Biden que revoque el
indulto”.
La matanza de Nisour Square sucedió más de cuatro años
después de la invasión de Estados Unidos, que disparó una guerra sectaria brutal
y desplazamiento masivo de iraquís. La larga ocupación estadounidense ha dejado
a los ciudadanos resentidos con los convoyes de seguridad que crean franjas a
través del tráfico, algunas veces disparándoles a los coches que se acercan demasiado.
Los contratistas de seguridad privados, que apoyan a
las compañías de logística, o en algunos casos, al ejército estadounidense,
eran, frecuentemente, la fuente de quejas acerca de comportamiento de mano dura
o irrespetuosa hacia los locales.
“Les teníamos pavor, especialmente a Blackwater,
quienes eran los peores”, dijo Ribal Mansour, que escuchó el caos de Nisour
Square el 16 de septiembre del 2007 y corrió a la escena. “Lo que ví ahí, me
acechará para siempre. Debería de haber sido una línea roja. Para ellos, ser
liberados por el comandante en jefe estadounidense es vergonzoso”.
Slough, Liberty and Heard fueron acusados y encontrados
culpables de varios cargos de asesinato voluntario e intento de homicidio
en el 2014, mientras que Slatten, quien fuera el primero en disparar, fue
encontrado culpable de asesinato en primer grado. Fue condenado a cadena
perpetua y los demás a 30 años de prisión cada uno.
(Izquierda-derecha) Dustin Heard, Evan
Liberty, Nicholas Slatten y Paul Slough. Fotografía: AP
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Un juez federal descartó la acusación inicial, pero el
entonces vice presidente Joe Biden, prometió darle seguimiento con un nuevo proceso,
que tuvo éxito en el 2015.
Siendo el próximo presidente, Biden ciertamente será presionado de manera fuerte por los oficiales iraquís para revertir la
decisión. “Será lo primero que discutiremos con él”, dice asistente el primer
ministro Mustafa al-Kadhimi.
En la audiencia de sentencia, la oficina de fiscales
estadounidense dijo en una declaración: “La cantidad
de pérdida humana innecesaria y sufrimiento atribuida a la conducta
criminal de los acusados el 16 de septiembre del 2007 es impresionante”.
Después que emergió la noticia del indulto el martes
en la noche, Brian Heberlig, abogado de uno de los cuatro acusados perdonados
de Blackwater, dijo: “Paul Slough y sus colegas no merecen pasar un minute en
prisión. Estoy abrumado con la emoción de estas noticias fantásticas”.
Los perdones son parte de varios que el presidente
concedió a personal de servicio americano y contratistas acusados o condenados
de crímenes en contra de no combatientes y civiles en zonas de guerra. En
noviembre el año pasado, indultó a tres soldados
estadounidneses que habían sido acusados o condenados por crímenes de guerra
incluyendo un ex teniente del ejército condenado por asesinato por haberles
ordenado a sus hombres dispararles a tres afganos desarmados.
Durante el juicio de contratistas de Blackwater, los
abogados defensores argumentaron que sus clientes dispararon de vuelta después
de haber sido emboscados por insurgentes iraquíes.
Pero en un memorándum presentado después de la
sentencia, el gobierno estadounidense dijo que “Ninguna de las víctimas era
insurgente o representaba amenaza alguna para el convoy Raven 23”.
El memorándum también contenía citas de familiares de
los muertos, incluyendo a Mohammad Kinani, cuyo hijo de 9 años fue asesinado.
“Ese día mi vida cambió para siempre. Ese día me destruyó completamente”,
Kanini dijo.
Investigadores del FBI que visitaron la escena los
días que siguieron la describieron como la “masacre de My Lai de Irak”, una
referencia a la infame matanza de civiles pueblerinos en Vietnam por parte de
las tropas estadounidenses, por la cual solo un soldado fue condenado.
El gobierno iraquí anunció un veto inmediato para
Blackwater después de los asesinatos, aunque continuaron a operar en el país
hasta el 2009 y el departamento de Estado ultimadamente, dejó de usar a la
firma para brindar seguridad diplomática.
La masacre llevó a investigaciones subsecuentes contra
Blackwater y la industria privada de contratistas del departamento de Estado
del gobierno estadounidense, el Pentágono, el Congreso y la ONU.
A pesar de la escrutinio intenso, el fundador Erik
Prince cortó lazos con la compañía en el 2010, aunque continuó trabajando en el
campo, estableciendo
un ejército de mercenarios encabezado por americanos en los Emiratos Árabes
Unidos que ha sido enviado
a Yemen, según los reportes.
La última encarnación de Blackwater, Academi,
pertenece a inversionistas privados y continuó después de la partida de Prince
ganando contratos con el departamento de Estado y el Pentágono para proteger
instalaciones estadounidenses en zonas de guerra y entrenar a a personal de
fuerzas armadas.
Las 14 víctimas asesinadas por los guardias de
Blackwater son: Ahmad Haitham Ahmad al-Rubaie, Mahassin Mohssen Kadhum
Al-Khazali, Osama Fadhil Abbas, Ali Mohammed Hafedh Abdul Razzaq, Mohamed Abbas
Mahmoud, Qasim Mohamed Abbas Mahmoud, Sa’adi Ali Abbas Alkarkh, Mushtaq Karim
Abd Al-Razzaq, Ghaniyah Hassan Ali, Ibrahim Abid Ayash, Hamoud Sa’eed Abttan,
Uday Ismail Ibrahiem, Mahdi Sahib Nasir y Ali Khalil Abdul Hussein.
Todas las familias, con excepción de una, aceptaron
pagos de compensación de parte de Blackwater de $50,000 dls y $100,000 dls para
los familiares de los heridos y de los muertos respectivamente.
Haitham al-Rubaie, quien perdió a su esposa Mahassin,
doctora, y a su hijo de 20 años, Ahmad, estudiante de medicina, fue el único en
rechazar el pago.
Una compañera de clase de Ahmed dijo que el indulto de
Trump no les sorprendió a los iraquíes.
“Los estadounidenses nunca se nos han acercado como
iguales”, le dijo a AFP. “Por lo que les concierne, nuestra sangra es más
barata que el agua y nuestras demandas por justicia y responsabilidad son pura
molestia”.
Reportajes adicional: Nechirvan Mando en
Erbil.
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