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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


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¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


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No, no tenemos que aceptarlo

Debra Sweet | 16 de noviembre de 2016

Nos gustó mucho recibir todas sus respuestas a la elección de Trump y al mensaje que mandamos y publicamos primero en revcom.us:

En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos facista.

Como todos trabajamos intensamente en organizar resistencia a la dirección fascista a donde esto está yendo, queremos saber de ustedes vía email (correo electrónico), teléfono, Facebook o Twitter. Sus donaciones a El Mundo no Puede Esperar serán inmediatamente puestas en uso.

Algunos discuten en pro de darle a Trump algo de tiempo para poder determinar si esto es tan malo como creemos que es. Eso está mal. Como dijimos la semana pasada:

Con los fascistas, no se puede tratar de "esperar a ver que pase". Aquellos que vivían durante la Alemania de Hitler y se sentaban al margen, observando mientras Hitler acorralaba a un grupo tras otro, se convirtieron en colaboradores vergonzosos con monstruosos crímenes contra la humanidad. Hay que oponerle resistencia y desafiar a Trump y su régimen, desde ya, de muchas formas diferentes y en todos los rincones de la sociedad.

La conciliación y la colaboración serían nada menos que criminales y mortíferas. Efectivamente. ¡Únanse… opongan resistencia… y dejen que el mundo entero sepa que nosotros no dejaremos que esta situación siga en pie!

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“No! No debemos esperar y ver qué significará la presidencia de Trump. Debemos organizarnos ahora mismo.”

-Shaun King

Merriam-Webster reporta que las búsquedas de “fascismo” se han disparado.

Aquí les dejamos una lectura esencial:

Bob Avakian, Presidente del Partido Comunista Revolucionario en Los fascistas y la destrucción de la "República de Weimar"... y qué la va a reemplazar

“Atacar al equivalente de la República de Weimar (al Partido Demócrata, los “liberales”, etc., y tildarlos de traidores) es parte de la estrategia de callar y suprimir, con la fuerza del estado si es necesario, a todo grupo o sector de la sociedad, e incluso de la clase dominante, que presente un obstáculo al proyecto que los fascistas cristianos, y fuerzas de esa tendencia general, proponen implantar en Estados Unidos (y, de hecho, en el mundo entero). Por un buen tiempo (desde la época de la guerra fría hasta la época de la “guerra contra el terrorismo”), esas fuerzas han atacado sistemáticamente a liberales, a políticos liberales de la clase dominante (además de comunistas, anarquistas y otros radicales) y los han tildado de traidores.”

Zoe Williams, de the Guardian escribió en La peligrosa fantasía detrás de la normalización de Trump:

“Esta situación no es normal- o si prefieren en términos de media social, #noesnormal. Cuando las mujeres se están alineando por anticoncepción de largo plazo en una despedida triste y pragmática a su autonomía reproductiva, cuando el jefe estratega es acusado de permitir racismo y anti-Semitismo, cuando el vice presidente elegido firma leyes exigiendo a las mujeres realizar y pagar funerales para sus fetos perdidos en abortos espontáneos, cuando el presidente electo ha jurado deportar tres millones de inmigrantes, cuando tiene por lo menos doce acusaciones de mala conducta sexual en su contra, cuando ha anunciado un gabinete que incluye a sus tres hijos, esto no parece ser nada parecido a una democracia, no se parece en nada a la reconciliación. Parece déspota, inflamatorio, extremo y violento: parece, en corto, exactamente como Trump prometió que se vería cuando hizo campaña prometiendo encarcelar a su oponente. Sus adversarios respondieron que él probablemente no decía en serio las cosas, una posición para la cual no hay precisamente ninguna evidencia. Su deseo de normalizar las cosas, los ha puesto en un estado fanático desde el cual ven la presidencia futura como ellos quieren verla y no como sencillamente es”.

NYT1922

A continuación les dejamos el prólogo de La conciencia nazi, por Claudia Koonz

naziconscience

“Hilter, que siempre supo interpretar con astucia los deseos de si público, captó el hambre de los alemanes de un gobierno en el que confiar y de una meta nacional en la que creer. Desde sus primeros tiempos de orador político, nunca dejó de tener en cuenta aquella aspiración. En frases que sus rivales ridiculizaban por considerarlas huecas y que para sus seguidores eran reveladoras, Hitler prometía rescatar los anticuados valores del honor y la dignidad, salvarlos del materialismo, la degeneración y el cosmopolitismo de la vida moderna. La lista de agravios de sus acólitos era largar, y las raíces de sus preocupaciones, profundas. Los bolcheviques amenazaban con la revolución: las mujeres emancipadas abandonaban sus responsabilidades familiares; los capitalistas amasaban inmensas fortunas; los Estados extranjeros habían despojado a Alemania del estatuto de potencia europea que le correspondía por derechos propio. Hitler transformó en indignación moral la ira de sus seguidores ante el desorden cultural y político. En lugar de la República de Weimar, que él consideraba débil y femenina, prometía el advenimiento de un orden decidido y viril. Donde, en otro tiempo, la religión había proporcionado un firme propósito moral, la cultural nazi ofrecía una fe secular absolutista.

A diferencia de los regímenes liberales, en los que el cálculo moral gira en torno al concepto de derechos humanos universales, el Tercer Reich ensalzaba el bienestar de la comunidad étnica alemana y lo establecía como punto de referencia de todo razonamiento moral. La moralidad nazi defendía, de manera explícita, ideas racistas y sexistas en un momento en que los ideales de igualdad empezaban a abrirse paso por todo el mundo occidental. Los teóricos de la raza alemanes, que pretendían pasar por modernos y progresistas, dignificaban prejuicios antiguos con el recurso a la ciencia. En su intento de atraer complicidades, no apelaban tanto a la maldad como a las ideas de salud, higiene y progreso, pues de otro modo sus políticas se habrían percibido como crueles y violentas. Para movilizar a los ciudadanos de una nación moderna e ilustrada, el régimen nazi no recurría sólo a la represión, sino a los ideales de comunidad, de mejora cívica. En una cultura pública exaltada que se basaba en la negación de uno mismo y en la recuperación de lo colectivo, a los alemanes de etnia se les exhortaba a apartar a los ciudadanos considerados forasteros y a aliarse sólo con personas racialmente valiosas. El camino que conducía a Auschwitz estaba asfaltado de virtud.”

Queremos saber de ustedes vía email, teléfono, por Facebook o Twitter.


 

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