La violencia de la guerra contra el terror
estadounidense
Debra Sweet | 8 de enero, 2019
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 6 de febrero de 2019
Esta no es una reseña de cine, pero vean "Vice",
con Christian Bale como Dick Cheney. Verás esta foto
diferente después de ver la película.
Algunas características remarcables del film son los
alarmante y realísticos brincos a la violencia de los Estados Unidos y la
guerra contra el terror que precipitaron las acciones de Cheney. Coordinó el
armado del ataque a Irak y de repente la pantalla se encuentra repleta de
iraquíes siendo bombardeados. Cheney autorizó la entrega de un clérigo en uno
de los Estados bálticos y pum, el clérigo es arrojado a una camioneta en
segundos, amordazado y desaparecido. Los conceptos de derechos humanos y
democracia, al estilo americano, son traídos al espectador de manera precisa,
como un servicio público.
Brad Pitt y otros detrás de la película muestran a
Cheney y su implacable toma de poder para el “Ejecutivo unitario” incluyendo el
rol de John Yoo escribiendo el memo de tortura en el 2002, que abrió un camino
oficial para el “waterboarding”, la privación del sueño y otros métodos de tortura. Esta historia no es para ser contrastada
con el régimen actual, en efecto, todo lo que hizo Cheney ayudó a la
presidencia actual para lanzar amenazas de enviar gente a Guantánamo y defender
el uso de tortura, la amenaza del uso de armas nucleares y del cierre de la
frontera sur.
La semana pasada cuando Mark Theissen, quien
escribiera discursos para W, sugirió en The Washington Post
que si Trump necesita un lugar para detener a los
guerrilleros de ISIS de Siria, debería de enviarlos a Guantánamo. La
orden ejecutiva Cheynesca de Trump 2018 muestra planes
para “transportar detenidos adicionales a la estación naval estadounidense de
la Bahía de Guantánamo cuando sea necesario y legal proteger a la nación”.
En el Estado de la Unión del año pasado, Trump dijo “que asegurar, en la lucha contra ISIS y al-Qaeda, continuamos a tener todo el
poder necesario para detener terroristas, persiguiéndolos en donde sea y
encontrándolos. Y en muchos casos para ellos será Guantánamo”. El Congreso estuvo de acuerdo
y aprobó el gasto de $200 millones de dólares en construcción para Guantánamo y
el Pentágono con el fin de capturar guerreros que “representan una continua y
significante amenaza” para ser transferidos.
Las acciones de los criminales de guerra que precedieron el régimen de Trump/Pence, y la negación a perseguir sus crímenes,
construyeron la base para nuevos horrores.
Andy Worthington, quien estará el mes próximo en el
país para el aniversario 17 de la apertura de Guantánamo, reflexionó sobre el
reporte de tortura del senado en "The
Forgotten Torture Report: It’s Ten Years Since
the Publication of the Senate Armed Services Committee’s Pioneering ‘Inquiry
into the Treatment of Detainees in US Custody’" que se publicó hace diez años y que fue enterrado.
“Habiendo establecido el papel del presidente como el facilitador inicial de
abuso, el reporte implica a quienes directamente han sido responsables de
implementar la tortura a prisioneros, explicando cómo Haynes empezó a pedir consejos
de la agencia responsable de las técnicas de Supervivencia, Evasión, Resistencia
y Escape (SERE) en diciembre del 2001 y cómo Addington, el consejero legal del
Departamento de Justicia John Yoo y el consejero de la Casa Blanca Alberto
González intentó redefinir la tortura en el notorio “Memo de tortura” en agosto
del 2002, que dice que el dolor soportado “debe ser equivalente al dolor
provocado por heridas físicas serias, como falla de órganos, función del cuerpo
atrofiada o, incluso, muerte”.
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Los autores también notaron cómo Donald Rumsfeld
“aprobó el uso de técnicas SERE en Guantánamo en el 2002 (después de que Haynes
consultara con oficiales de rango superior) y explica cómo las técnicas
migraron desde Afganistán en enero del 2003 y que fueron implementadas en Irak
por el Teniente General Ricardo Sánchez, el comandante de las fuerzas de
coalición, en septiembre de ese año”.
Andy Worthington reflexionó después, “el reporte no es perfecto. Los autores cuidadosamente evitan el uso de palabras
como “tortura” o “crímenes de guerra”, que es un logro de semántica
considerable pero que hace poco por fomentar la creencia de que los oficiales
involucrados algún día serán encontrados responsables por sus crímenes. También,
curiosamente, emiten mencionar al vice presidente Dick Cheney e ignoran la
importancia de la orden presidencial de noviembre del 2001 que autoriza la
captura la detención indefinida de “enemigos combatientes” y establece el
sistema de las comisiones militares para juicios, aunque Barton Gellman de The Washington Post ha establecido que
Cheney jugó un rol significativo en este y otros documentos que llevaron a la
tortura y abuso de detenidos”.
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