¡HAY QUE cerrar Guantánamo ya!
Debra Sweet
9 de enero de 2014
Discurso en el programa del
9 de enero de 2014 en la iglesia All Souls de Nueva York.
Hay dos preguntas pertinentes que exigen respuestas si vamos a hacer que Estados
Unidos cierre el campo de tortura ilegal en Guantánamo, e ir adelante para
terminar la detención indefinida de parte de EU.
¿Por qué el régimen de Bush la abrió en 2002 en una base militar en la
Bahía de Guantánamo, en una tierra cubana colonizada de la cual los Estados
Unidos se habían apoderado en la culminación de la guerra cubana de
independencia de España, conocida en los Estados Unidos como la guerra
Española-Estadounidense de 1898?
¿Y por qué sectores de la clase dominante de los Estados Unidos se
aferran a esta prisión tan emperradamente, incluso expandiendo su
infraestructura, con el resultado de que la promesa de Obama de cerrarla hace
seis años se ha convertido en un cruel chiste para los hombres que ya estaban
ahí cuando él hizo campaña en 2008?
En el frenesí de la llamada “guerra contra el terror” que el régimen de Bush orquestó
para conseguir el apoyo público, aquellos de ustedes que tengan más de 25 años recordarán
algunas cosas que nosotros presenciamos en 2001: las barridas de hombres que aparentaban ser musulmanes desde Brooklyn
hasta Karachi, que luego eran deportados o detenidos.
En ese tiempo nos era invisible la rápidamente improvisada
red de prisiones secretas estadounidenses a lo largo del Este de Europa, Asia y
el Medio Este, con aviones “fantasmas” de la CIA que entregaban a hombres agarrados
en un país para ser torturados o desparecidos en otro. Trasladaron en secreto a
hombres de docenas de países alrededor del mundo; se sabe de más de 100 que
fueron asesinados en custodia estadounidense, desde Afganistán hasta Abu Ghraib.
“Dick” Cheney, el vicepresidente y secuaz de Bush, habló de una guerra que duraría
“generaciones”, y dijo que los Estados Unidos tendrían que estar listos para ir
“al lado oscuro”, usando “básicamente cualquier medio necesario para lograr
nuestros objetivos.”
Menos de cuatro meses después del 11 de septiembre, el régimen de Bush anunció que estaba
abriendo una prisión en su base en Cuba para albergar a “los peores de los
peores” enemigos de los Estados Unidos.
Casi 800 hombres fueron enviados ahí, la mayoría capturados al azar como resultado
de las ofertas de Estados Unidos de darles $5000 en sobornos a los jefes
militares y a otros si entregaran a peregrinos, granjeros y algunos aspirantes a
guerreros (incluidos algunos entrenados y financiados originalmente por los
Estados Unidos para luchar contra la ocupación soviética de Afganistán). Tres
de esos prisioneros tenían de 13 a 15 años de edad.
Gracias al trabajo de Chelsea Manning en filtrar los Informes de Evaluación de los
Detenidos en Guantánamo, y de Andy Worthington en analizarlos, sabemos con
certeza que muy pocos de esos hombres debieran haber sido capturados por EU, ni
mucho menos recluidos por doce años ya sin ningún tipo de justicia.
¿Por qué la bahía de Guantánamo? Porque el gobierno de Estados Unidos la consideraba “fuera de la jurisdicción legal de
EU” -lo que significa que las leyes y derechos supuestamente garantizados a los prisioneros, incluyendo “prisioneros
de guerra”, no aplicarían.
Mientras que los Estados Unidos venían encarcelando a más hombres, y torturándolos y
asesinándolos secretamente en Bagram, Afganistán, y en sitios oscuros alrededor
del mundo, necesitaban un lugar para abiertamente desafiar las normas internacionales. Los operativos de la CIA “bromearon”
diciendo que el nombre de Guantánamo debería ser “Strawberry Fields” porque EU
podrían mantener prisioneros ahí “para siempre”, como dice la canción de The Beatles.
Alguna vez durante los años de Bush, unos activistas de El Mundo no Puede Esperar estaban
en una clase de preparatoria afroamericana en Chicago, hablando sobre
Guantánamo. El maestro les preguntó a los estudiantes: “¿Por qué creen ustedes
que Bush abrió Guantánamo?” Uno de los activistas me dijo recientemente que un
chico en el fondo del salón alzó su mano y dijo: “LINCHAMIENTOS.”
Cuando el maestro le preguntó por qué hizo esa comparación, él respondió: “Cuando linchaban
a los negros en el Sur, no era tanto por lo que alguna persona haya hecho.
Linchar a la gente se hacía para aterrorizar a todos y mantener vigente el
sistema de Jim Crow”.
Así que este sabio hombre joven, que vive él mismo en
el epicentro del encarcelamiento masivo, en que los Estados Unidos son el
carcelero #1, dio en el clavo: La prisión de Guantánamo se estableció no sólo
para recluir a prisioneros, sino para enviar el mensaje al mundo entero de que
los Estados Unidos pueden hacer lo que quieran a quienquiera.
Guantánamo no fue un “error” en que Bush fue demasiado lejos, y no es algo que se puede mover
o enmendar con reformas. Guantánamo se ha convertido en el sinónimo de la tortura,
las detenciones injustas, la brutalidad y la degradación humana. Algunas
fuerzas de la clase dominante estadounidense están conformes con ello; para otros
como Obama puede ser inconveniente o embarazoso. Pero es un problema del sistema,
no un problema de políticos.
¿Pero por qué? Una amiga que se dedica todos los días a cerrar Guantánamo me preguntó
hace un mes por qué no lo cierran. Ella dijo: “Yo sé que no lo mantienen
abierto sólo para enriquecer a los contratistas privados. ¿Crees que tendría
algo que ver con el imperialismo?”
Sí, lo creo. Los Estados Unidos tiene ambiciones e intereses globales –no son los
mismos que nuestros intereses – que requieren
la extensión de su imperio de globalización capitalista imperialista, para explotar
en masa a billones alrededor del mundo. Eso es lo que el enorme cuerpo militar
sirve para proteger; eso es lo que el espejismo de la “democracia” encubre.
Controlar el Medio Oriente, e impedir que otras potencias lo controlen, es crucial
para esa estrategia.
Los Estados Unidos, con sus guerras, están respondiendo al incremento de
inestabilidad en las regiones del Medio Oriente y Asia Central. La propagación
del Islam fundamentalista es un polo de oposición desestabilizador para el
imperio estadounidense... y una ideología que propone ser una alternativa a la
globalización capitalista y la democracia burguesa de Estados Unidos.
Esas fuerzas islámicas -que son completamente reaccionarias y representan a la vieja
orden, tanto feudal como burguesa- no se oponen fundamentalmente al capital
extranjero, y son horribles para los pueblos, especialmente las mujeres, pero
sus intereses chocan de muchas maneras, y con frecuencia agudamente, con Estados
Unidos y sus clientes regionales.
Para ser claros, los Estados Unidos han hecho mucho más daño, de la magnitud de un 11
de septiembre cada semana, con cada ataque de aviones no tripulados y con la
destrucción de dos países enteros. Las guerras para destruir Irak y Afganistán,
las cuales están expandiéndose a Pakistán, Somalia, Yemen y más al interior de
África, son ilegítimas, injustas e inmorales, utilizando la tortura y la detención
indefinida como una forma de aterrorizar a poblaciones enteras.
Como aprendimos hace siete meses, están apoyando todo eso con una vasta vigilancia a
poblaciones enteras, sin ofrecer ninguna disculpa.
¿Pero por qué Obama no ha cumplido con su promesa de cerrar ese campo de detención?
Puede ser incluso que la promesa fue genuina, pues Guantánamo no encaja con la
imagen, en oposición a Bush, de un imperio multicultural y diverso. Pero ahora
sabemos que Obama no tiene ningún problema en ordenar asesinatos selectivos,
con o sin la aprobación del Congreso (y el Congreso sí lo aprueba).
Una razón por la que Obama esencialmente ha ignorado la situación de Guantánamo por
tanto tiempo — hasta la huelga de hambre de 2013 — es porque ha ordenado que la
política de EU se centrara en matar, y no en capturar a aquellos designados por
EU como enemigos, en particular con el uso de aviones no tripulados (drones).
John Bellinger, otro criminal de guerra y funcionario del gobierno de Bush que ayudó
a redactar la política inicial de EU con respecto a los drones, dijo hace poco:
“Este gobierno ha decidido que en vez de detener a los miembros de al-Qaeda [en
Guantánamo], los va a matar”. Y esos ataques por drones durante la presidencia
de Obama han matado a miles de personas, algunos de ellos civiles, incluyendo niños.
Sean las que sean las necesidades del gobierno, NO debemos dar marcha atrás en demandar
que Obama y el Congreso liberen a TODOS los prisioneros inmediatamente, para
que Guantánamo no siga siendo un centro de detención de yemenitas. Debemos
continuar exigiendo que todos aquellos hombres que la administración dice que
jamás serán acusados ni enjuiciados ni puestos en libertad — y sabemos que eso se
debe al hecho de que fueron torturados — debieran ser acusados, enjuiciados o puestos en libertad.
Demandamos el fin de la detención indefinida en nuestro nombre. Además, aquellas
comisiones militares secretas — los tribunales que Obama dijo que representaban
una mejora en comparación con las comisiones de Bush — no sirven para nada.
Debo agregar una nota, basada en mis discusiones con muchos estudiantes que son
cínicos después de conocer solamente las gestiones de Obama y Bush. No todas las
sociedades torturan. La tortura no es parte de una “naturaleza humana” inexistente. Las sociedades humanas pueden
hacer mejor; pueden prohibirla y nunca aplicarla, en verdad.
Al leer la Constitución para la Nueva República Socialista en América del
Norte, Proyecto de Texto, en un largo pasaje sobre los derechos y libertades de las personas,
esta promesa de una nueva sociedad --del partido de Bob Avakian, el Partido
Revolucionario Comunista--, dice en la página 77: “Se prohibirán los tratos y penas crueles e inusitados, inclusive la tortura”.
Este documento también abolirá la pena de muerte y,
en lugar de la encarcelación en masa, concibe un sistema de liberación.
Contrasten eso ustedes con un sistema en que los líderes discuten en la Casa Blanca hasta
qué medida pueden cometer actos extremos, por ejemplo cortar el pene de Binyam
Mohammed, y salirse con la suya. En que el presidente elabora listas de quiénes
serán asesinados, y tiene un sistema para negárselo todo de manera creíble
cuando miles de civiles resultan muertos. En que esta cultura popular repugnante
idolatra a una actriz nacida en Nueva York que representa a una agente de la
CIA en el programa Homeland, y en que
millones de televidentes esperan en suspenso el próximo episodio de 24, el cual está por volver al aire.
12 años después de que el campo/centro de tortura de la prisión fue fundado, el
mensaje que el mundo recibe de Guantánamo no trata la invencibilidad del
imperio estadounidense, sino su ilimitada crueldad.
Los más de 100 hombres en huelga de hambre al borde de la muerte, atados en sillas
con sondas metidas en sus cuerpos y después jaladas de ellos, encerrados en
celdas en una prisión remota, han presentado a millones una imagen enfocada de
las horribles características de la “justicia” estadounidense.
Han sido mostrado que incluso en las circunstancias más arduas e insoportables es
posible hacerle frente al poder arrogante de las fuerzas armadas estadounidenses.
Los intereses reales de la vasta mayoría de la gente en Estados Unidos están en oponerse
a los crímenes del imperio estadounidense, en dejar de pensar como
estadounidenses y empezar a pensar en la humanidad, y en actuar sobre esa convicción.
No estamos renunciando a la misión de cerrar este insulto abierto a la humanidad
que es Guantánamo.
Hablando por El Mundo No Puede Esperar, nos uniremos con todos — con aquellos que antes trabajaron
para el gobierno como abogados, guardias y soldados, pero que han criticado y han
roto con el estado torturador;
Con revolucionarios y otros que trabajan conscientemente para hacer nacer un mundo diferente;
Con aquellos que son tan jóvenes que no recuerdan los años de Bush;
Con aquellos prisioneros encerrados en el gulag estadounidense que conocen muy bien
la tortura del aislamiento solitario;
y con los miles de millones alrededor del mundo que saben concretamente que el
mundo no puede esperar.
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