Legalizan nuevo tipo de guerra
¿Fuego amigo de drones?
David Swanson
CounterPunch
25 de octubre de 2013
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Hay un lado oscuro en el aluvión de informes y testimonios sobre drones [aviones teledirigidos sin tripulación],
aunque de muchas maneras son útiles. Cuando leemos que Amnistía Internacional y
Human Rights Watch se oponen a ataques de drones que violan el derecho
internacional, es posible que muchos de nosotros nos inclinemos por interpretar
eso como una declaración de que, de hecho, los ataques de drones violan el
derecho internacional. Al contrario, lo que quieren decir esos grupos por los derechos
humanos es que algunos ataques de drones violan la ley y algunos no lo hacen, y
que se quieren oponer a los que la violan.
¿Cuáles son cuáles? Incluso los mejores investigadores no lo pueden decir. Human Rights Watch estudió seis asesinatos
mediante drones en Yemen y concluyó que dos eran ilegales y cuatro podrían
serlo. El grupo quiere que el presidente Obama explique cuál es la ley (ya que
nadie más puede hacerlo), quiere que cumpla con ella (sea cual sea), quiere que
se compense a los civiles (si alguien puede estar de acuerdo en quiénes son los
civiles y si realmente se puede compensar a la gente por el asesinato de sus
seres queridos), y quiere que el gobierno de EE.UU. se autoinvestigue. De
alguna manera no se menciona la noción de que se inicien procedimientos
judiciales por esos crímenes.
Amnistía Internacional considera nueve ataques de drones en Pakistán, y no puede decir si alguno de los nueve fue legal o ilegal.
Amnistía quiere que el gobierno de EE.UU. se auto-investigue, publique los hechos,
compense a las víctimas, explique cuál es la ley, explique quién es un civil, y
–notablemente– recomienda lo siguiente: “Dónde haya suficiente evidencia
admisible, que se procese a los responsables en juicios públicos y justos sin
recurso a la pena de muerte”. Sin embargo, habrá un hueso muy duro de roer, ya
que se pide a los responsables de los crímenes que definan lo que es y no es
legal. Amnistía propone: “un estudio judicial de los ataques de drones”, pero
un tribunal según FISA [Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera] que
apruebe automáticamente los asesinatos mediante drones no los reduciría, y un
aparato judicial independiente asignado para aprobar ciertos ataques de drones
y no otros ciertamente aprobaría algunos, mientras inevitablemente aclara al
mundo el motivo por el cual lo hace.
Los informes de los relatores especiales de la ONU
son tal vez los más fuertes informes producidos esta semana, aunque todos los
informes suministran mucha información. La ONU discutirá los drones el viernes.
El congresista Grayson llevará el martes a Washington niños heridos víctimas de
drones (aunque el Departamento de Estado no permitirá que su abogado vaya). Se
está llamando la atención al tema, y en su mayor parte es algo bueno. Los
informes de la ONU hacen algunos comentarios útiles: los drones estadounidenses
han matado a cientos de civiles; los drones convierten la guerra en la norma en
lugar de una excepción; los ataques por asociación son ilegales; los ataques de
doble golpe (ataques contra los rescatistas de las víctimas del primer ataque)
son ilegales; asesinar en lugar de capturar es ilegal; la inminencia (como
término para definir una supuesta amenaza) puede ser legalmente redefinida para
significar eventual o solo apenas imaginable; y –de un modo más fuerte– los
drones amenazan el derecho fundamental a la vida. Sin embargo, los informes de
la ONU son tan serviles al pensamiento de grupo de abogados occidentales como
para permitir que algunos asesinatos por drones sean legales y para hacer tan
compleja la determinación de cuáles lo son que nadie podrá llegar a decirlo –
la determinación será política y no empírica.
La ONU quiere transparencia, y pienso que es una
demanda más fuerte que pedir los supuestos memorandos legales que Obama tiene
ocultos en un cajón y que supuestamente hacen que sus asesinatos por drones
sean legales. No necesitamos ver esas contorsiones propias de abogados.
Recordad el discurso de Obama en mayo en el cual afirmó que solo cuatro de sus
víctimas habían sido estadounidenses y que para uno de esos cuatro había
inventado criterios que debía seguir, aunque toda la evidencia disponible dice
que no cumplió esos criterios incluso en ese caso, y prometió aplicar los
mismos criterios a extranjeros, algunas veces, en ciertos países, según el
caso. ¿Recordáis el aplauso liberal que mereció? De alguna manera nunca
demandamos que el presidente Bush hiciera un discurso.
(¿Y visteis cuán contenta estaba recientemente la
gente de que Obama haya secuestrado a un hombre en Libia, lo haya interrogado
en secreto en un barco en el océano, y finalmente lo haya traído a EE.UU. para
un proceso, porque era mejor que asesinarlo junto con sus vecinos? Las
políticas de Bush son vistas ahora como progresos.)
No necesitamos los memorandos. Necesitamos los vídeos,
las horas, los sitios, los nombres, las justificaciones, las víctimas y la
secuencia en vídeo de cada asesinato. Es decir, si la ONU va a otorgar su
aprobación para un nuevo tipo de guerra, pero pedirá una pequeña demostración
de gratitud, así debiera hacer. Pero detengámonos un minuto y consideremos. El
consenso general según los abogados es que matar gente con drones está bien si
no es un caso en el cual podrían haber sido capturados, no es
“desproporcionado”, no es demasiado “colateral”, no es demasiado
“indiscriminado”, etc. – el cálculo es tan vago que nadie puede medirlo. No
está mal que pregonemos las buenas partes de esos informes, pero dejemos en
claro que las Naciones Unidas, una institución creada para eliminar la guerra,
está otorgando su aprobación a un nuevo tipo de guerra, mientras sea realizada
adecuadamente, y otorga su aprobación en los mismos informes en los que dice
que los drones amenazan con hacer que la guerra sea la norma y la paz la excepción.
No me gusta ser un aguafiestas, pero eso es abrumador. Los drones convierten la guerra en la norma, en lugar de ser la
excepción, y los asesinatos por drones van a ser considerados legales
dependiendo de una variedad de criterios inmensurables. Y la penalidad para los
que son ilegales será ninguna, por lo menos hasta que las naciones africanas
comiencen a hacerlo, en cuyo caso el Tribunal Penal Internacional entrará en acción.
¿Qué hace que los drones armados sean más humanos que las minas terrestres, el gas tóxico, las bombas de racimo, las armas
biológicas, las armas nucleares, y otras armas que hay que prohibir? ¿Son más
discriminadores los misiles de los drones que las bombas de racimo (quiero
decir en la práctica documentada, no en teoría)? ¿Son suficientemente
discriminadores, incluso si son más discriminadores que otros? ¿Posibilita la
facilidad de utilizarlos contra cualquiera en cualquier sitio el que sean
“proporcionados” y “necesarios”? ¿Si algunos asesinatos por drones son legales
y otros no, y si los mejores investigadores no pueden decir siempre cuál es
cuál, no continuarán los asesinatos por drones? El Relator Especial de la ONU
dice que los drones amenazan con convertir la guerra en la norma. ¿Por qué
arriesgarlo? ¿Por qué no prohibir los drones armados?
Para los que se niegan a aceptar que el Pacto Kellogg Briand prohíbe la guerra, para los que se niegan a aceptar que el
derecho internacional prohíbe los asesinatos, ¿no tenemos una alternativa entre
la prohibición de los drones armados o ver que los drones armados se proliferan
y matan? Más de 99.000 personas han firmado una petición para prohibir los
drones armados:// BanWeaponizedDrones.org.
Tal vez podamos llegar a más de 100.000… o 200.000.
Siempre me ha parecido extraño que en una guerra civilizada, regida por las Convenciones de Ginebra, el único crimen legalizado
es el asesinato. No la tortura, el asalto, o la violación, o el robo, o la
marihuana, ni mentir en los impuestos, o aparcar en el lugar para
discapacitados – solo el asesinato. ¿Pero podrá alguien explicarme por qué el
bombardeo homicida no es tan malo como el atentado suicida?
En todo caso no es estrictamente verdad que todo el sufrimiento sea solo de una parte. Tal como aprendemos geografía mediante
guerras, aprendemos la ubicación de nuestras bases de drones mediante el efecto
bumerán, en Afganistán y recientemente en Yemen. Los drones hacen que todos
estén menos seguros. Como Malala acaba de señalar a la familia Obama, los
asesinatos por drones alimentan el terrorismo. Los drones también matan con
fuego amigo. Los drones, con o sin armas, se estrellan. Muchos. Y los drones
hacen que la iniciación de la violencia sea más fácil, más secreta, y más
concentrada. Cuando el lanzamiento de misiles a Siria se convirtió en una gran
cuestión pública, abrumamos al Congreso, que se negó. Pero lanzan misiles a
otros países todo el tiempo, desde drones, y nunca nos lo preguntan.
Vamos a tener que pronunciarnos nosotros mismos.
David Swanson es autor de War is a Lie. Vive en Virginia, EE.UU.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/10/23/a-new-kind-of-war-is-being-legalized/
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